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SEMANA SANTA
LUZ SAMANEZ PAZ, Presidenta de ASOLAPO Internacional
No habría Semana Santa,
si no se abre en un bostezo
primitivo el alma.
Que vibra en lo más profundo
i la mente cavila en negro,
blanco i cobrizo
i europeo hoy...
Solo esa es la diferencia,
porque la tragedia del Gólgota,
estremece del mismo modo al pueblo.
Hay la misma devoción sonámbula
i los mismos fervores desvelados,
es el mismo peregrinaje afanoso
de Templo en Templo.
El mismo recogimiento de almas
i la misma emoción al recuerdo,
de la Pasión de CRISTO.
El idéntico lagrimear de cirios
en los Altares
i el silencio de las campanas
del Jueves Santo,
hasta la Resurección.
También es idéntica
la inquietud de la gente,
del Templo, de las calles.
Por vestirse, por sentir
i pensar de negro en negro,
por la angustia redivida
de la negra congoja del Calvario.
Ayer, como hoy,
está la población
con su fe religiosa de siglos.
Se recoge como un manojo
asustadizo de nervios...
Es la tradición, sí,
que tiene epidermis del siglo XXI
i que siente i piensa en COLONIA.
El alma conventual,
mística i apasionada,
aflora siempre...
La Semana Santa,
encuentra la curva sentimental
de su religiosidad, de su fe.
I su mismo fervor,
el mismo recogimiento,
de nervios tensos
al escalofrío de la PASIÓN.
La tragedia del CALVARIO,
sigue reviviendo carne adentro,
los estremecimientos de su hilván
enredado en Getsemaní i en Nazareth.
El drama hondo i humano,
reparte de nuevo su dolor,
en una demostración sin límites.
El RABÍ, hace sentir,
su "Credo de Parábolas".
Ayer, como hoy,
la emoción religiosa del pueblo
se desborda en Iglesias i calles...
Las almas se recogen meditativamente,
con olor a sahumerios i velas.
Amanece el arrepentimiento,
sopla un anhelo Nazareno
sobre los corazones.
Pero ayer, como hoy,
la gente ayuna de carne,
para comer pan dulce.
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