RUBÉN IWAKI ORDÓÑEZ
ALUCINANTE NARRACIÓN
MITOLÓGICA
Ideas y extractos
captados en forma libre sobre una ficción basada en los mitos incaicos
Por Luis Albitres
Mendo
EL MENSAJE DE LOS APUS
(Una perspectiva andina
de los orígenes y destinos de la
humanidad).
“Entrelaza la historia, la novela y el mito.
(…) Nos serán develados sacratísimos rituales iniciáticos, usos de elíxeres que
nos restituyen facultades ignotas, posibilidades físicas que la mente no
alcanza a comprender, y sobre todo, enseñanzas místicas, caminos espirituales
en el largo recorrido del mundo interior. (…) Y en este mundo mitológico no
podía dejar de estar Cusco: El Ombligo del Mundo, el Nuevo Centro Cósmico. Ni
podía no estar la genealogía de los Incas…(…) Y es en el Cusco, la inmortal
ciudad, donde fulgura la llama “Maxn” frente al portentoso disco áureo,
elementos de poder originarios del sumergido continente “Mu”. “Los Apus”; seres
humanos con excepcional nivel de sabiduría que conservan incólume su raza desde
los tiempos más remotos…(…) El encuentro con los hermanos mayores, seres de
extraordinaria longevidad, descendientes directos de los más ancestrales
moradores de este continente hoy llamado América. (…) Es desde ese momento que
estaremos comprometidos como el autor en proclamar el verbo que nos dará la
luz, nos brindará la paz y nos dejará el reino del Amor” Carlos Candia Muriel.
ENTRE LA HISTORIA, LA NOVELA Y EL MITO
Desde el inicio, en el
primer capítulo El Príncipe del Sol,
Rubén Iwaki Ordóñez , el autor, sugiere claramente que Manco Cápac y Mama Ollo
provenían de Japón (el imperio del “Sol Naciente”), a juzgar por las
explicaciones del visitante que apareció en el Lago Sagrado, en el Altiplano.
La procedencia de
términos como Aramu, Lemuria, Maxn,
Wanajccwaren, Ccosco, Sacsayhuma, Umay y otros, esparcidos a lo largo de la
obra, tienen un sustento real de la nomenclatura geográfica local o pertenecen
al imaginario creado por el autor.
En cuanto leemos “edificaciones líticas, de forma cilíndrica
de doce metros de altura, como gigantescos vasos formados con enormes bloques
de granito primorosamente tallados”, inmediatamente nos damos cuenta que se
está refiriendo a las famosas chulpas cuyos restos aún se pueden ver a lo largo
de las orillas del legendario lago Titikaka, en el departamento de Puno , tanto
en Perú como en Bolivia, hermano país con quien compartimos el famoso lago.
El fulgor y la
penetración de la mirada de los ancianos, influye mucho en la connotación
narrativa específica del libro (Barbado anciano, cabellos blancos, cónclave de
ancianos). De hecho tiene connotaciones en la propia vida del autor, acaso
disfrutó de la presencia y cariño de abuelos o tíos, la notable influencia de
maestros sabios o la sagaz compañía de personas adultas que lucían una perspicacia
e inteligencia extraordinarias.
Aunque no es difícil
tampoco imaginar el derrotero que le dio la importancia que concedían los incas
a las personas mayores y cómo, en contraste con lo que sucede hoy en día, aprovechaban al máximo la sabiduría y experiencia
acumuladas con los años, el prestigio de los Amautas en pleno.
LA LUZ INFINITA A LA
CUAL ASPIRAMOS
Brilla radiante y
magnética , la magnífica Simbología de la Luz, la que mora en nosotros en
diferente y variada oscilación y la Infinita, a la cual aspiramos en toda
nuestra existencia.
Los rituales de
iniciación, pueden tener sus raíces o inspiración en las liturgias cristianas o en las
experiencias sufíes, rosacruces o masónicas. No estamos lejos tampoco del
influjo del ceremonial incaico tan andino y telúrico.
Retornamos a las aulas
de nuestra niñez con la leyenda de Manco Ccápaj
(Honestidad, Trabajo y Verdad). La
leyenda de los hermanos Ayar, el autor lo convierte en la Leyenda de los
Hermanos Araj. Nos enteramos, de
acuerdo a los textos del libro, que Lloque Yupanqui murió llevándose empuñado
el símbolo de poder que legara Manco Ccäpaj.
Todo un mágico repaso
por la historia de los Inkas: Ccosco y los 4 Suyos del Tawantinsuyu:
Chinchaysuyu (Oeste), Cuntisuyu (Norte) con los quitus, Ccollasuyu (Sur) con
los ccollas y Antisuyu (Este) con los yungas.
Inspirado en la isla
Umay de Sillustani (cerca a Puno), inventa Lemuria y Mu. Nos ilustra que el
Ccorik’anchaj, el Ccorisara y el cacto, les permitía “una altísima frecuencia en la vibración de su ser integral”. Aparecen términos y nombres que nos son
familiares por los estudios: YáwarWáccaj, el inca que lloró sangre; Wiraccocha,
Pachacútij, Coya, Ajllahuasi, Willajhuma, Wajaypata, el maskaypacha, etc.
Apu-ecawaj ñawi ( El
ojo que mira al Apu ), Intij Raymi, Aija, Aijanajcu ( Donde se bebe aija ).
Nótese una fascinante
sensibilidad frente a la naturaleza, cultivada desde su niñez en la selva de
Cusco, al lograr un fabuloso trozo literario en que narra la aparición del sol.
Salta a la vista su experiencia personal. Necesariamente ha tenido que
presenciar este espectáculo que caló tan hondo en su espíritu. Fascina su
intrínseco amor al runa simi, el quechua entrañable.
ESPECTÁCULO SIDERAL
MAGNÁNIMO
El final del capítulo El Último Emperador: Maxn de la luz
blanca y el áureo disco del sol están bajo la custodia de los Apus en los
interiores de la montaña-templo-morada y allí esperan los últimos tiempos del
mundo.
Segundo Libro: LA MORADA DE LOS APUS
El misterioso estilo
que empleó en los primeros capítulos, al referirse a los miembros más
conspícuos, vuelve a imprimir su huella en este segundo libro y ya en primera
persona, como relator. La
narración de una experiencia con ayawasca en Shepagua los años ochenta, a
orillas del río Urubamba, podría ser verdad o ficción literaria, marca con
fuego muchas de las experiencias alucinarias que va describiendo con
sensaciones diversas y reveladoras.
Veamos: ”Cuando volví la cabeza para mirar a Crisólogo
me encontré con dos ojos, de los que rebalsaba
serenamente un diáfano resplandor que entró en mí, produciéndome un
estremecimiento en todo el cuerpo, que hizo entrar un flujo eléctrico por mis
médulas”.
La narración, en la deslumbrante travesía, va reiterando nombres de lugares que van visitando como
Calca, Paucartambo, Quillabamba, Pongo de Mainique del río Urubamba ,
Ccaccamarca, Ccorik’anchay, K’osñipata, Yanatile, Piturisay, Tunupa, Umay
(Sillustani).
Y términos como
ayahuasca, lacco, pijcho, jallpa y q’intu.
Crisólogo, el
providencial acompañante del narrador,
en realidad era Ccorik’anchaj:
Resplandor de Oro, dentro de la sociedad o institución de los Apus. Tenía
un cargo importante. No obstante, este personaje singularísimo, no solamente es
producto de su invención. Parece que tuviera un par en la realidad. O por lo
menos se asemeja en gran medida, con gran verosimilitud a alguien muy cercano
al autor.
Llega a afirmar
incluso, refiriéndose a nuestro planeta, “Si
allá la vida fuera de paz, amor y sabiduría”, se quedaría a vivir el resto
de su vida. Todo un esquema, todo un programa de vida evolucionada. Como esto
aún no existe, vino solo a cumplir una misión.
FUERZA, LUZ Y ARMONÍA: TRES ESENCIAS
UNIVERSALES
Tres esencias en el
Universo: Fuego, Luz y Armonía (Amor), tales asertos son señalados por
Crisólogo, quien los justifica aduciendo que son para equilibrar el proceso de
la evolución de la vida“señalándonos modelos de vida en común
unión”.
Los siguientes son
puntos o lugares que van avizorando o arribando en esta alucinante travesía: “APU-KA-TIK (El Padre de los Apus). Junto
al balcón de Tres Cruces en Paucartambo,
Apuccañajway: “APU-CCAWAJ-ÑAWI” (El Ojo que mira al Apu), Quebrada de Machacancha en Calca. Algunos
nombres en runa simi de plantas, alimentos y otros: willoj (leche de la
montaña, arbusto), p’ycho (jallpa), Sach’acuca (coca silvestre), Ayahuasca
(soga de la muerte), Ñampaj (Para el camino), Wijusun (Comamos), Ujiasunchis (Bebamos), chicway (pájaro
cantor), jacho (algo chacchado), Hayk’awatayoj Kanqui (¿Cuántos años tienes?),
Tawachunca iscaniyoj (42), Waynallan (joven aún).
Su condición de
cusqueño, hace que el autor mencione con exactitud, nombres, gentilicios y
algunas frases en quechua o runa simi que cree aportunas e indispensables.
Los ojos y el
intercambio de miradas son de importancia crucial para el autor: “Cruzamos miradas y en ellas un saludo de
alma entre alma, a través de los ojos brillantes que me miraban dulces,
confundiéndose con los míos en un éxtasis de paz y armonía”. Este texto en
particular delata la profunda importancia que le concede a los ojos y el poder
penetrante de una mirada, como si en ella se concentrara el gran poder de la
mente humana, “para mirarme con la
sublime dulzura con que acostumbraba hacerlo”.
Su travesía hacia la Morada de los Apus tiene mucho de vasos
comunicantes con lo que aconteció a Yawar Huacca cuando retornó de Sillustani
trasladando el Disco de Oro y el Maxn.
Rubén Iwaki Ordóñez se
luce, en cuanto a magnificencia literaria, cuando describe ya sean ocasos y
amaneceres del sol o noches plateadas por una luna rielando en alguna laguna
encantada.
La
descripción de celajes, alboradas, atardeceres y auroras reticentes cobran en
su pluma un especial acento. Cuán vigorosos y ascendentes son los sentimientos
que le embargan ante la salida y ocultamiento del sol, la luna y las estrellas.
Parece que estuviera en trance hacia el éxtasis no solo estético, también
espiritual.
Cabe señalar que
llegando a la morada de los Apus, uno se encuentra con un maravilloso
entorno. Flora y
fauna paradisíacos de un mundo primigenio e intocado donde reina el respeto
mutuo y una armonía integral. El autor describe un gigantesco jardín de ensueños,
donde crecen y perfuman el ambiente amapolas, tulipanes, orquídeas y flores
silvestres.
Árboles de diferentes
tamaños y distintos verdes comparten la vida y alojan aves multicolores como
azulejos, petirrojos, colibríes, torcazas y alondras, gallitos de las rocas,
etc.
Los habitantes de
estos preciosos lugares, dedicados al cultivo de los valores más excelsos del
espíritu tienen una alimentación eminentemente vegetariana.
OLEAJES DE SENTIMIENTOS: UN BAÑO DE PAZ Y
ARMONÍA, UNA SOLA VIBRACIÓN
Señales vívidas de la
existencia de la telepatía: “…y acercándose sin hablar me transmitió su
saludo de amor en su semblante, sobre todo en el cristalino brillo de sus ojos.
(…)En mi frente, como en la de cualquier humano, existe una ventana hacia otra
dimensión de vida. (…) también a través de su procesador, su mente, lo recibe y
lo entiende. No se tiene que leer nada, porque no está escrito con letras ni
símbolos, solamente está condensado en un oleaje de sentimiento, y su presencia
es un baño de paz y armonía.”
“Una cálida fuerza extraña nos envolvió tras la
mirada al saludarnos sin pronunciar palabra”
“Al centro de dos expertos en los misteriosos
campos de la perfección humana, mi ser formaba parte del bloque de tres
personas en una sola vibración”.
LA ESPIRITUALIDAD, GENERADORA
DE ASCENCIÓN EVOLUTIVA
Presencia inequívoca
de la fuerza de la espiritualidad como generadora de ascensión evolutiva.
Ascetismo y misticismo, influjos ascendentes, motores potentísimos para logros portentosos y
sobrecogedores en el campo de esta vida.
“Sentí la conocida fluidez con que se
manifiestan las energías ultrasensoriales; logrando ver que todos y cada uno de
los personajes allí presentes, se inundaban de una luz que les cubría por
entero sus cuerpos, haciendo que se les pudiera ver claramente. Progresivamente
esta luminiscencia fue encendiéndose en todos al contorno de cada quien, para
luego iluminarse con mayor fulgor en aquel a quien no lo podía antes percibir
por la penumbra”
“De pronto Crisólogo tomó la palabra usando el
lenguaje del quechua, en cuya alocución informaba en detalles el discurrir de
mi vida en esta última encarnación”
“Al momento, como si hubieran encendido
luminarias, todos en el interior del recinto iluminábamos; sintiendo yo
entonces ser invadido por un baño fresco de tranquilidad en su máxima
expresión, paz”
“…entonces del conjunto de esas tres personas
empezó a emanar una luz de color verde esmeralda. Una luminiscencia que parecía
ser fosforescente, brillante. Recordé que era la luz de la humildad. Se me
apoderó una sensación de regocijo, diría de gozo. Esta luz luego se diluyó
dando paso a otra, esta vez violeta. En esos momentos sentí en mi ombligo un
calor focalizado. Sabía que algo grandioso estaba ocurriendo, entonces me
ofrecí íntegro a la circunstancia”
“Del centro de éstas vi nacer un finísimo rayo
de luz plateada que fue proyectándose hacia mi, hasta posarse en el centro de
mi triángulo frontal. En ese instante desapareció todo lo que me rodeaba, todo
mi ser se encontraba viajando por dentro de un túnel iluminado de colores.
Luces de diferentes y variados matices flameaban como tules al viento en torno
de mi. Eran las luces que emanaban de los cuerpos de todos los asistentes en el
recinto aquel”
VIAJE SIDERAL Y LA
EVOLUCIÓN EN MARCHA
“Una vez también desaparecida el alma,
evaporada, desintegrada, finalmente va quedando únicamente un punto de luz. El
espíritu solo. Un brillante punto de luz. La chispa de la vida que somos todos
los que existimos en el universo. La
chispa del hombre. La pequeña pero grandiosa parte del hombre universal”
“(…) Esta corrección tiene lugar en la
siguiente y próxima encarnación. …el cuerpo que reúne las condiciones más
convenientes para tan divino propósito, y que permitan buscar la compensación
que equilibre el movimiento que genera la evolución”
“La expansión ostentaba una luz morado-lila,
que de momentos se tornasolaba a un matiz morado-violeta. Unos cambios de
tonalidad dentro de un solo color, el morado. Las tonalidades cada vez más
nítidas, que iban irradiando progresiva y lentamente desde el centro para sus
cantos, llegó a invadir por completo a la esfera azul y roja, donde mantenía mi
atención, la tierra.”
BELLÍSIMA PLEGARIA A
LA PACHAMAMA
Frente al desaliento y
depresión que le causa la desidia, indiferencia y desdén de los seres humanos
empujados por la codicia, que aún no toman consciencia de la trascendencia,
responsabilidad y comprensión que significa cuidar a nuestro planeta.
El calentamiento
global continúa, sigue la contaminación industrial y ¿quién detiene la ambición
desmedida, la mezquindad y el egoísmo del hombre?
Frente a todo esto
surge esta bellísima plegaria:
“Allí donde la quietud del infinito comienza a
manifestarse. A poca distancia de nosotros un inmenso globo azul purpura,
jaspeado de blanco, verde y marrón; brillando como una gema sobre el manto infinito del firmamento, ¡Oh
grandiosa Madre Tierra! Pachamama, casa mía. Oh anciana moribunda en tu
esplendor, fue mi pensamiento cargado de fervor”.
Fuente:
Blogspot ENTRAÑABLE PERÚ, del escritor Luis Albitres Mendo