Imagen: Miguel Amaro
EL CORPUS CRISTY CUSQUEÑO
LUZ SAMANEZ PAZ,
Presidenta de la Organización de Periodistas Latinoamericanos (OPL)
Señalaremos que los orígenes del CORPUS CRISTY, se remontan a España.
Fue instituido en Lieja, por el Obispo Roberto de Thorote, en 1246. El
Papa Urbano IV, lo oficializó en 1249. Se realizaba una Procesión del
Santísimo, precedida por autos sacramentales i continuaba por festejos
populares. Siglos después, en los primeros años de la dominación peruana
por los españoles, éstos advirtieron que había cierta similitud, aunque
solo en la forma, entre la referida Celebración Católica i el Paseo de
las Momias, durante el Inti Raymi, que se celebraba durante el solsticio
de invierno, o sea cuando el Sol está más lejos de esta parte de la
Tierra. Sin embargo los peninsulares, que se autodenominaron los
Destructores de la Idolatría, consideraron que la exhibición de las
Momias era irreverente i recordando la cierta semejanza de costumbres,
decidieron substituir a los Malkis Quechuas por representaciones
religiosas. En esa forma, no rompían totalmente con las Tradiciones
Incaicas. Lograron así, que los nativos toleraran esa substitución. Pero
esa indulgencia fue solo aparente, porque en cada figura católica
adoraban en realidad a sus antepasados. Por ello, continuaron con
igual entusiasmo con sus danzas, sus cánticos, sus rogativos i sus
libaciones.
Actualmente el CORPUS CRISTY, conserva sus faustosas i singulares características, convirtiéndose, además, en una gran atracción turística. Las imágenes que han pernoctado en la Basílica Catedral, salen en estricto orden de categorías, encabezadas por las provenientes de las parroquias denominadas de Indios, como San Antonio Abad, San Cristóbal i San Jerónimo; siguiendo la de los Indios Nobles, como San Sebastián, para dar paso a la de los "mistis" o españoles, o sea el Patrón Santiago, la Virgen de Belén i la Linda o Inmaculada Concepción, entre otros.
Es por eso, que en esta Fiesta Multicolor se puede advertir, dentro de un solo espectáculo de gran colorido, las expresiones melancólicas i pensativas de los quechuas, así como la bizarra bohemia de los hidalgos, que se combina con la prudente alegría de los mestizos. Todo ello, unido en un gran espectáculo, que al conjugarse con una común expresión de alegría, se desborda en escenas formadas por waynos, danzas i rezos, canciones, cruces, recogimiento, enamoramiento, actos de contrición i bebidas de todo tipo, especialmente la tradicional CHICHA i el CAÑAZO. No extraña en consecuencia, que mientras un devoto está pidiendo piadosamente dones al Altísimo, esté estrechando al mismo tiempo con su mano derecha el quebrado talle de una joven o de un campesino que luego de postrarse de rodillas, pidiendo perdón por sus pecados, se entregue poco después, al mismo pie de los Altares Católicos, levantados en la Plaza i con la complicidad de la noche, a las más libidinosas formas de amor carnal.
En realidad se trata de una Festividad Católica, aunque después del recogimiento que sigue al paso de las Sagradas Andas, se convierte en una reunión pagana, donde el cusqueño de hoy, da rienda suelta a su alegría, suspirando, pero no para pedir perdón a DIOS, sino para buscar momentos de expansión i alegría, donde, luego de los cánticos religiosos, el ambiente es saturado por la música de todos los coloridos, desde el romántico waynito hasta los más sensuales ritmos, interpretados por Bandas de indígenas i de mestizos, que ingresan a una singular competencia, donde el grupo ganador es el que más horas ha aguantado el trajín de la música i más éxito ha logrado en que las parejas de toda condición social se entreguen a la embriaguez placentera del alborozo.
Lo que estamos relatando confirma que en el CORPUS de hoy, como el primero que organizaron los conquistadores, a pocos meses de su ingreso a la Capital Tawantinsuyana, constituye una prueba de que los nativos de hoy, siguen como lo hicieron sus antepasados, venerando a sus Apus i a sus Emperadores Incas, en las figuras de las efigies Católicas. Es cierto que con el correr de los años, los curas, frecuentemente con el apoyo del alcohol, han logrado que la Religión crezca en los corazones aborígenes, pero ellos, no olvidan a sus ancestros.
Por otro lado, se sirve el CHIRI-UCHU, plato principal de esta Festividad. Su origen se remonta a la época en que los arrieros convergían en las Ferias Regionales, portando en sus recuas de mulas diversas mercaderías. Traían sus comidas frías o fiambres, que luego intercambiaban entre ellos, surgió esa vianda que tiene como ingredientes el cuy o conejo asado o "qewi", el "kututo" o cuy macho i grande, los rojos rocotos, la gallina hervida, los chorizos i otras carnes doradas, la "cancha" o tostado de maíz, el queso fresco, el cau cau o "huevera", el cochayuyo i la "chalona" o carne asada. Así, se reunían en un solo plato manjares provenientes de la Costa, la Puna i la Quebrada, rociados con abundante licor i chicha.
Actualmente el CORPUS CRISTY, conserva sus faustosas i singulares características, convirtiéndose, además, en una gran atracción turística. Las imágenes que han pernoctado en la Basílica Catedral, salen en estricto orden de categorías, encabezadas por las provenientes de las parroquias denominadas de Indios, como San Antonio Abad, San Cristóbal i San Jerónimo; siguiendo la de los Indios Nobles, como San Sebastián, para dar paso a la de los "mistis" o españoles, o sea el Patrón Santiago, la Virgen de Belén i la Linda o Inmaculada Concepción, entre otros.
Es por eso, que en esta Fiesta Multicolor se puede advertir, dentro de un solo espectáculo de gran colorido, las expresiones melancólicas i pensativas de los quechuas, así como la bizarra bohemia de los hidalgos, que se combina con la prudente alegría de los mestizos. Todo ello, unido en un gran espectáculo, que al conjugarse con una común expresión de alegría, se desborda en escenas formadas por waynos, danzas i rezos, canciones, cruces, recogimiento, enamoramiento, actos de contrición i bebidas de todo tipo, especialmente la tradicional CHICHA i el CAÑAZO. No extraña en consecuencia, que mientras un devoto está pidiendo piadosamente dones al Altísimo, esté estrechando al mismo tiempo con su mano derecha el quebrado talle de una joven o de un campesino que luego de postrarse de rodillas, pidiendo perdón por sus pecados, se entregue poco después, al mismo pie de los Altares Católicos, levantados en la Plaza i con la complicidad de la noche, a las más libidinosas formas de amor carnal.
En realidad se trata de una Festividad Católica, aunque después del recogimiento que sigue al paso de las Sagradas Andas, se convierte en una reunión pagana, donde el cusqueño de hoy, da rienda suelta a su alegría, suspirando, pero no para pedir perdón a DIOS, sino para buscar momentos de expansión i alegría, donde, luego de los cánticos religiosos, el ambiente es saturado por la música de todos los coloridos, desde el romántico waynito hasta los más sensuales ritmos, interpretados por Bandas de indígenas i de mestizos, que ingresan a una singular competencia, donde el grupo ganador es el que más horas ha aguantado el trajín de la música i más éxito ha logrado en que las parejas de toda condición social se entreguen a la embriaguez placentera del alborozo.
Lo que estamos relatando confirma que en el CORPUS de hoy, como el primero que organizaron los conquistadores, a pocos meses de su ingreso a la Capital Tawantinsuyana, constituye una prueba de que los nativos de hoy, siguen como lo hicieron sus antepasados, venerando a sus Apus i a sus Emperadores Incas, en las figuras de las efigies Católicas. Es cierto que con el correr de los años, los curas, frecuentemente con el apoyo del alcohol, han logrado que la Religión crezca en los corazones aborígenes, pero ellos, no olvidan a sus ancestros.
Por otro lado, se sirve el CHIRI-UCHU, plato principal de esta Festividad. Su origen se remonta a la época en que los arrieros convergían en las Ferias Regionales, portando en sus recuas de mulas diversas mercaderías. Traían sus comidas frías o fiambres, que luego intercambiaban entre ellos, surgió esa vianda que tiene como ingredientes el cuy o conejo asado o "qewi", el "kututo" o cuy macho i grande, los rojos rocotos, la gallina hervida, los chorizos i otras carnes doradas, la "cancha" o tostado de maíz, el queso fresco, el cau cau o "huevera", el cochayuyo i la "chalona" o carne asada. Así, se reunían en un solo plato manjares provenientes de la Costa, la Puna i la Quebrada, rociados con abundante licor i chicha.
Imagen: Felipe Tapia