Danilo
Sánchez Lihón
1.
Visión
infinita
En el Perú somos
privilegiados de pertenecer a una cultura de tanta raigambre, magnanimidad y
virtud. Tenemos la gracia y la honra de ser herederos de una civilización
asombrosa, que hizo de la solidaridad una política de estado, y decantó tanto
la experiencia humana al punto de haberse hecho candorosa instituyendo el
espíritu de fiesta para celebrar la presencia del agua, la luz, la tierra, la
fecundidad y el trabajo.
Cultura andina que es
valerosa, infinita y total, con actos de coraje cotidianos y una actitud llena
de fervor, donde el Perú es el país diamante y cascada, mineral y retama,
realidad que ante el horror de los abismos ha creado una mujer dulce y amorosa
como es la mujer andina; siempre con el gesto de proteger, como una paloma
primorosa, fuerte y tierna que afronta toda adversidad.
Con un país así ¿Cómo no
comprometerse? ¿Cómo no tener razones para luchar, ser heroicos aquí y ahora?
Ante una cultura tan honda y tan conmovedora, que ha injertado en su tronco a
la cultura foránea, que la ha subsumido y sincretizado, que ha hecho una
simbiosis, una amalgama pero en donde el centro es la cultura aborigen y ancestral,
¿cómo no defenderla?
2.
Fiesta
verdadera
Donde frente al balcón moro
sobresale el picacho arisco. Donde frente al caballo árabe retoza la vicuña
grácil. Y frente al arcabuz explosivo opusimos la chaquitaklla que se hunde
para fecundar la tierra. Y frente al toro europeo se erige el cóndor de vuelo
majestuoso y visión infinita.
Pero sobre todo resaltar que
en el mundo andino no había hambruna, pestes ni desocupación. No había
desorganización. Eran sociedades en comunión con la naturaleza y consigo
mismas. Y era el trabajo que compartían la verdadera alegría y la fiesta verdadera.
Las crónicas indican que
después de 70 años los españoles seguían consumiendo el maíz almacenado en los
tambos y en las chulpas de los Incas. Por dicha razón, cabe reafirmarnos que
somos brillo, arco iris, fuego intacto, marinera, huaino y tondero con arpa,
violín y cajón, con guitarra, mandolina y acordeón.
Somos el centro de la
diversidad, lo diferente que armoniza, lo distinto dentro de la unidad. Aquí,
para hablar de diversidad se cultivaban 2000 variedades de papa en los terrenos
de altura; brotan 500 variedades de flores en los peñascos y sobre los abismos.
3.
Único
en
el mundo
Pero, en versión propia
sostener esto podría parecer unilateral, entusiasta y parcial. Cualquier
apreciación sobre el prodigio y la maravilla de nuestra cultura podría parecer
alabanza propia y pretensión.
Por eso, he aquí un pasaje
de los muchos y abundantes que apunta Jim Plunkett en el Boletín de la
Asociación Norteamericano-Canadiense acerca del Perú en su número de noviembre
del año 2003:
Perú tiene la más grande
variedad de platos de comida en el mundo: 468 según el libro de Récord Guinness.
Es peruano el olluco, hay
más de 30 variedades, la quinua, el grano rico en proteínas con 25 variedades,
el maíz con los grandes más grandes y suaves del mundo, hay más de 32
variedades conocidas.
Es peruano el pisco,
cebiche, chirimoya, guanábana, lúcuma, granadilla, alpaca, vicuña, caballo de
paso...
Con más de 1,701 variedades
diversas de aves, Perú es el país con la mayor variedad de aves en el mundo.
Perú es el segundo país en el mundo en variedad de primates con 34 especies.
4.
Tierra
que
fructifica
Pero, continúa Jim Plunkett
en pasajes más extensos:
Perú es el tercero en
mamíferos con 361 especies. En reptiles con 297 especies.
Es el quinto en anfibios,
con 251 especies... 84 de las 103 zonas ecológicas que existen en el mundo
están en Perú... En sólo un árbol en Madre de Dios, el shihuahuaco, los
científicos –específicamente entomólogos- encontraron 5,000 especies de
insectos, 80% de los cuales eran nuevos para la ciencia...
El primer catálogo genético
de la flora peruana contiene más de 3,000 variedades, de las cuales 524 han
sido clasificadas como comestibles; 401 como productoras de madera; 304 como
tóxicos para la producción de insecticidas; 213 para fines medicinales; 110 para
la preparación de colorantes y tintes; 100 para la elaboración de herramientas;
90 para fines ornamentales; 36 para la preparación de aceites y ceras y 35 para
la preparación de bebidas...
En la región oriental de
los Andes uno puede encontrar más de 3,000 variedades de diversas orquídeas de
las cuales 2,000 han sido clasificadas a la fecha... 4 de los diez cereales que
existen en el mundo son originarios del Perú.
5.
Somos grito
y
proclama
La quinua, el maíz, la
cañihua y la kiwicha. La última ha sido considerada por la NASA como un
importante elemento en la dieta de los astronautas...
A lo largo de la costa
peruana viven 20 de las 67 especies de cetáceos menores, o especies parientes
de las ballenas... El océano peruano ofrece 700 diferentes variedades de peces
y 400 variedades de mariscos...
Los lagos de Mejía en el
departamento de Arequipa son el hábitat de miles de aves migratorias. Más de
150 especies arriban aquí durante el año. Más del 50% son residentes
permanentes.
El resto son visitantes
regulares que emigran de los cuatro puntos cardinales del globo.
Por eso levantemos
fervorosos la bandera del Arco iris que es hermandad en medio de la diversidad,
que es decir: somos únicos y unidos. Somos tierra que fructifica, somos
alimentos colectivos, agua que ríe y canta. Somos montañas que se iluminan,
viento que mece las espigas, bajíos profundos y cumbres inhiestas. Somos estas
manos de barro, pero a la vez los puquios de agua transparente. Somos grito y
proclama. Y somos arrullo y somos suspiro.
6.
Luz
primigenia
Somos hermanos: somos hijos
de la tierra, de la Mama Pacha, que es sagrada, expresión de la reciprocidad:
no del te doy, y tú me das, sino del
todo lo mío es tuyo. Somos mandamiento de apoyo colectivo: el ayni, que es
mandato de solidaridad, de servicio y ayuda mutua. Es el dar que contiene en su
fondo el recibir, porque al dar recibo. Esta es la fórmula de amor hecha
práctica social; la fraternidad y el colectivismo como visión del mundo y la
vida que es lo que más caracteriza al mundo andino.
Y no hemos dejado que se
apague el resplandor de nuestras cumbres tutelares ni que dejen de espejear su
luz bienhechora ni ayer, ni hoy ni mañana, sino que han de brillar siempre y más
todavía. Sea al amanecer, al mediodía o al atardecer sigue viva, palpitante y
llena de pujanza.
Sintiendo y sabiendo que
detrás de cada zaguán se arropa nuestra cultura aparentemente pobre y mísera
pero que es el bien más preciado que ahora debemos defender para verdaderamente
ser ante al mundo. Porque pertenecemos a una cultura que es herencia y es
legado mártir. Porque ha costado mucho que hasta ahora lleguen aunque
mimetizados todos los valores que hicieron grande al Perú antiguo. Porque en el
hombre cotidiano, peón, asalariado, ambulante en las calles, habita aquella luz
primigenia.
7.
Acrisolada
sabiduría
Porque hemos hecho mientras
tanto que nuestros dioses se vuelvan mendigos deambulando por las calles de
nuestras ciudades estupefactas. Porque hemos escondido nuestros dioses en el
fondo de los íconos que se nos impusieron. Pero es más: los ocultamos en
nosotros mismos. Por eso, ¡que no se nos pierdan allí dentro! Porque allí están
habitándonos los pumas, las pacarinas, las huacas, las divinidades de la
tierra. Se han dormido un tanto, es cierto. Despertémoslos suavemente. No se
nos vayan a ir al fondo del pozo o se nos esfumen. Hemos escondido las huacas
dentro de nuestros propios corazones, al Dios dentro de nosotros mismos.
Hemos subsumido a nuestros
dioses, por eso andamos así, como si cargáramos un peso inmenso que nos colma
por adentro y nos dobla las espaldas. Pero, además, al estar dentro de nosotros
mismos nuestros dioses se han hecho cotidianos. Aquí están al frente o al lado
nuestro. Catequil, un viejo de 100 años. Catari, un maestro ya jubilado, Moshep
vigila atento la marcha de los niños, Checán, el amoroso, carga bultos en el
mercado. Porque el Perú es tierra sagrada. Cada una de sus montañas es un dios,
sus ríos y sus árboles son pacarinas. En cada brizna de hierba hay sentimiento,
delicada y fina sensibilidad como gigantesca y acrisolada sabiduría.
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