Danilo
Sánchez Lihón
La semilla es
pequeña
pero rompe
cualquier piedra,
cualquier roca y la hace florecer.
José María Arguedas
1.
Un grito
de
batalla
Somos Quispe es una
reflexión y un programa de acción que formula Ramón Noriega Torero desde el
movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra en el cual él es un legionario, un
adalid y un personaje notable.
Ramón es un hombre noble,
ecuánime y dulce; organizador, liberador y hombre luz, como las divinidades que
él descubre, recrea y vivifica en esta obra, con la cual se abraza a su
cultura, a su pueblo y al perfume de la sangre de su gente, como a las cumbres
y abismos de sus montañas tutelares.
Somos Quispe es un grito de
batalla, una proclama, una exclamación de desafío y hasta de guerra. Es
aseveración y principio de identidad. Es resarcir lo maltratado y menospreciado
hasta ahora, negado por quienes defienden prebendas y privilegios.
He allí el carácter
reivindicador de este anuncio y de este edicto que iza una bandera que expresa
que la recuperación ha llegado y la hace flamear defendiendo lo nuestro. Porque
hay todavía una expresión de desprecio entre nosotros, cuando insultamos y
queremos ofender diciendo:
– ¡Oye, no seas Quispe,
pues! –O sino: – ¡Oye, no seas Huamán!
2.
Creer
en
la victoria final
Y también alguien se
preguntaba en qué momento se fracturó o se quiebra el Perú, del imperio que
hemos sido en la época del Tahuantinsuyo para ser del tercer o cuarto mundo de
la civilización humana.
O en comparación al período
del Virreinato, en que fuimos él único existente en la América del Sur hasta el
año 1717 en que se funda el Virreinato de Nueva Granada y años después el del
Río de la Plata recién en el año 1776
Podría responderse que esa
quiebra fue cuando empezamos a insultarnos con lo mejor que éramos y somos sólo
porque tenía el estigma de lo indígena; porque Quispe significa luz, brillo y
fulgor, como Huamán significa vuelo de águila y con ello excelsitud y
divinidad.
Pero en Capulí Vallejo y su
Tierra no es la interrogante anterior la que nos hacemos sino otra
completamente distinta y hasta opuesta, cual es: "¿Qué hace al Perú
indestructible y eterno?".
Y que pese a todas las
adversidades, iniquidades impuestas y maltratos que siempre han venido de
afuera, de países y entidades codiciosas, mantengamos incólume lo mejor de
nosotros mismos, incluyendo lo diáfano, el candor y hasta ser buenos y
generosos.
3.
La victoria
final
Incluso con quienes nos han
hecho mucho daño, con quienes nos han saqueado, y es más: con quienes han
querido destruirnos a sangre y fuego, deparándoles siempre amistad, respeto y
solidaridad, no guardándoles rencor y ayudándolos en cuanto podamos,
frecuentemente incluso a costa de grandes sacrificios.
Como también ser tan
resistentes a la dominación, al avasallamiento y a la devastación e
indestructibles pese al expolio, la extorsión y al saqueo. De allí que somos
Quispe es levantar por fin el rostro lleno de orgullo y sentirnos poderosos de
lo que somos. Es autoafirmación y votar por nosotros mismos.
Es igual a decir: "Yo
mismo soy", expresión frecuente ahora en los labios de los jóvenes y
muchachos, con lo cual señalan una identificación, una garantía y una prueba a
cumplir.
Es arrojar el cuerpo y el
alma hacia adelante y decir "¡cuál es el problema!". Es por fin
hacernos cargo de nuestros asuntos, ponernos al frente de todo y creer en la victoria
final.
4.
Testimonio
heroico
Somos Quispe es filiación y
compromiso con una cultura, es expresión de una pasión, es un acto de profundo
amor por lo nuestro; alarido de combatientes y guerreros, sea de los montados a
caballo o sea de los otros a pie, armados de identidad.
Es grito de victoria de
quienes marchan de frente hacia el futuro, haciendo que la tierra tiemble bajo
sus pasos en esta toma de posesión, tan contundente, de lo que es nuestra
identidad, de lo que es la patria real y también la patria del alma. La patria
soñada y amada fervorosamente.
Somos Quispe es lema para
entrar al fragor de una contienda, de una guerra moral necesaria de librar por
lo legítimo y verdadero de nuestra defensa, de un país como es el Perú que es
verdad y desafío, que es realidad y promesa; país, como ningún otro, que es
testimonio heroico, documento vivo y juramento de los valores más supremos por
cumplir ahora pero que ya hemos sido.
En Somos Quispe se libra
una batalla decisiva, en lo anímico y moral, en el ámbito de la cultura, por
todo lo que es definitivo en la suerte de las personas y las sociedades y
frente a la historia que nos contempla actuar emocionada.
5.
Somos
luz
Porque Quispe es luz,
brillo y esplendor. Pero en realidad, es luz de luces. Y más que referida a la
inteligencia, es a la nobleza del espíritu y a la sabiduría del alma. Es decir,
es la concentración del prisma: "munay", corazón; "yachay",
razón; y "llancay", trabajo.
Todo ello producto del
esfuerzo compartido, del sacrificio de lo individual en bien de lo colectivo,
con lo cual alcanzó a construirse un imperio de fábula como fue el
Tahuantinsuyo, pródigo en bienes morales, ricos en tradiciones de solidaridad y
bien común que habitan en el fondo de nuestro ser.
Quispe entonces es tener
luz propia, talento y fuerza mental y moral. Referido a la juventud es cultivo
de la inteligencia, de la personalidad y la forja constante de un destino
luminoso.
Somos Quispe asumido así y
de este modo es un grito de júbilo y punto crucial al cual hemos llegado en la
forja de recuperar el rumbo de nuestro destino, el mismo que lleva el designio
de ser glorioso.
Es expresión de sublevación
desde el centro mismo de lo que somos. Es llegar a proclamar que nada es más
grandioso y valedero que aquello que portamos, que nos pertenece y nos ofrece
el presente y el futuro como ofrenda y posibilidad.
6.
Es varón
y
es mujer
El libro de Ramón Noriega
es crisol de divinidades y creencias reunidas y convocadas para hacer saber que
ha llegado la hora y ha empezado la lucha. Que la iniciativa la tenemos y la
victoria, puesta en la fe de lo que es nuestro pueblo, será nuestra y para
siempre.
Es “Somos Quispe” un libro
diáspora, es nuestra cultura que es plena y única como totalidad y como
particularidad. Y si de alguna manera hay que definirlo Somos Quispe es el
libro de Ramón Noriega referido a las identidades locales, individuales como
también universales puestos en pie de guerra. Es la diáspora andina resurrecta
que ahora se erige y expande.
Pero, a la vez, Quispe es
lo que libera la luz. Al liberar la luz se expanden los colores que hacen un
prisma, un halo y un arco de extraordinaria belleza. Quispe es el aleteo de la
gracia sobre el universo y nuestras frentes. De allí que el símbolo de Quispe
es el arco iris, porque allí se concentran todos los colores, arco que
representa el mundo andino.
Y no solo es bello el arco
iris sino bueno y verdadero, porque es varón y es mujer. ¿Y qué mejor símbolo
de amor a lo sagrado, a la naturaleza y a la vida se podría elegir? ¿Qué mejor
alusión a la fecundidad que el arco iris? Y esa es como la bandera roja y
blanca flameada en las batallas más heroicas de nuestra historia, la bandera
del arco iris es la identidad que se hunde en la infinitud de los tiempos.
7.
Somos
arco
iris
El arco iris surge desde la
"madre tierra" pero hacia lo sublime. Contiene lo de abajo y lo de
arriba: los colores de la tierra como, a su vez, al espíritu del agua en los
puquiales y el fuego del sol en los cielos. De allí que hay el arco iris macho
y al arco iris hembra, el connubio entre cielo y tierra, la tierra en su gesto
de fecundación, que es Quispe porque en su fondo hay brillo y hay luz.
El arco iris es la bandera
del Tahuantinsuyo que es síntesis de culturas, y que es en verdad síntesis de
síntesis. Organización la más acrisolada del planeta Tierra hasta nuestros
días.
Porque ¿cuál otra cultura
del universo, grande o pequeña, en cualquier otro tiempo y espacio que se
quiera rememorar, garantizó protección, alimento, trabajo solidario y aprecio
para todos?
¿Qué cultura cimentó
valores fundamentales y hasta la alegría sana e inocente por ser mancomunada o
colectiva? Por eso, con orgullo decimos: Somos Quispe. Y esto es: brillantes,
espléndidos, fúlgidos.
Pero a su vez, el arco iris
es símbolo de hermandad. Es arco que enlaza, que junta y unifica. Contiene el
mundo ¡y es hermoso! Es un retazo de acrisolada realidad, pero a la vez de
espléndida esperanza, de promesa y firme
convicción respecto a todo lo que tenemos qué hacer y qué cumplir.
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