Danilo Sánchez Lihón
No es sabio el que sabe
muchas cosas,
sino el que
sabe cosas útiles.
Esquilo
1. Así,
de esta forma
El gran problema de la educación anotado tantas veces
pero hasta ahora no resuelto, es educar para resolver problemas, a partir y en
función de nuestra circunstancia vital y basada en ella dar respuesta concreta
y objetiva a dicha realidad, asumiéndola con todas sus deficiencias, pero
también con toda su diversidad, riqueza y potencialidades.
Conversaba hace unos días con un amigo que es maestro
y dirigente magisterial sobre temas de educación, también acerca del contenido
de las asignaturas y sobre el rol del magisterio. Este trejo profesor me decía:
Yo recuerdo todos los días de mi vida a un maestro que
en el patio de la escuela tuvo el tino y la paciencia de enseñarnos a ponernos
bien las medias y los zapatos, para eso se sentó en una piedra, se sacó esas
prendas y se las volvió a poner enseñándonos a cómo hacerlo.
Luego nos mostró cómo calzarnos y cómo amarrarnos los
zapatos haciéndonos que nos sentáramos y nos saquemos los pasadores y volvamos
a colocarlos paso por paso. Nos enseñó a cómo ajustarlos, a cómo lustrar el
calzado para lo cual trajo pasta, escobilla y trapo. Y también, finalmente, nos
enseñó a cómo caminar; así, de esta forma, y moviendo los brazos, que es la
manera correcta que yo tengo de andar.
2.
Claro
y
simple
Y continúa diciéndome:
Yo de eso no me he olvidado jamás. Y todos los días de
mi vida aplico la técnica, paso por paso, que él me enseñó. Fíjese, me dice Delfo
Minaya, que así se llama el profesor natural de Huánuco, algo muy práctico,
importante para la vida y para mí esencial, aunque no lo parezca, frente a
tantas otras cosas y teorías.
Creo que me he olvidado de todas las otras lecciones,
y hasta de mis otros profesores, y de
todo aquello que trataron que yo grabara, pero de cómo colocarme las medias,
calzarme los zapatos, cruzar y ajustar los pasadores, lustrarme el calzado, y
de ¡cómo caminar bien!, no me he olvidado nunca. ¡Eso se me ha quedado
indeleble y hasta por ese hecho me acuerdo de mi escuela todos los días de mi
vida!
Este testimonio con todo lo simple e ingenuo que es
propicia a la reflexión acerca de cuáles son los fines de la educación,
respecto a lo cual dicen los textos pedagógicos que educar es un saber
complejo. Es posible que así lo sea, pero a la vez debe ser un saber de sentido
común, de relaciones humanas cordiales, amigables y eficaces. Porque todo lo
verdadero es claro, simple y sencillo.
3. Los desafíos
que vivimos
Quizás lo más arduo y elevado para un profesor sea formular
síntesis de vida y dar una orientación certera y clara de lo que es importante:
una visión humana, social y cívica en su acción docente, tanto en el aula de
clases, en el centro educativo como en el seno de la comunidad, porque todo
aprendizaje óptimo ha de darse dentro de una situación de realidad.
Lo primero que tenemos que hacer es pues que la
educación funcione para un tiempo y un espacio reales encarando los asuntos ineludibles
y vitales, mucho más en situaciones de riesgo como es aquella en que vivimos cada
día.
Siendo así y de tal modo el educando ha de sentir que
está preparándose para la vida, para encarar problemas concretos, cotidianos y
de la vida complicada y peligrosa que afrontamos cada día.
Educarse ha de ser entonces para solucionar los
desafíos que vivimos, para afrontar la escasez de recursos materiales, financieros
y de empleo; y para corregir y superar el hambre y enfermedades y las trabas al
desarrollo que agobian a nuestros pueblos.
4. Rueda
de molino
Por no hacerlo la educación resulta, en muchos casos ajena,
distante y desprestigiada.
Y de resultas de ello es que muchos padres, en muchas
zonas y regiones del país no le dan a la escuela todo el valor que ella merece.
Y eso ocurre mucho más en los niños y jóvenes, que mediante
su rechazo deben estar considerando que ella más bien es un subterfugio, un
extrañamiento y hasta un escapismo de la realidad.
Porque si no ¿cuál es la razón por la cual tenemos que
estar obligados a reconocer que el joven que avanza en dicho proceso si vive en
el campo tiene que dejarlo para emigrar a la ciudad?
¿Y si vive en la ciudad se siente impelido a abandonar
el país por buscar aparentemente un mejor destino en el exterior?
Sin embargo, el sistema educativo a la vez que ser faja
de una maquina centrífuga, o la rueda de molino que expulsa a nuestros jóvenes
hacia fuera de su realidad, puede tener un mejor y más favorable signo.
5. Saber
caminar
Todo ello si se adoptaran las medidas de política educativa,
diseño curricular y formación integral, donde la escuela resulta ser el canal
más eficaz, fundamental y decisivo para adoptar una actitud valiosa frente a la
vida y afrontar la realidad mejorándola sustantivamente.
Y no como lo es ahora, un mero espacio para la
trasmisión de informaciones y conocimientos que el niño no aplica, no encuentra
significativo, no le sirven ni son útiles en realidad para casi nada.
Por eso, uno de los grandes asuntos pendientes en
nuestro sistema educativo actual es como introducir en él al verdadero país que
somos y tenemos. No únicamente el de los símbolos nacionales sino el real, dramático
y también prometedor.
Lo haremos en la medida en que trabajemos en forjar
una conciencia a favor de hacernos cargo de nuestros reales y verdaderos
problemas por resolver. Como objetiva y simbólicamente a la vez lo puede decir
la expresión: "educación para amarrarnos bien los zapatos y saber
caminar".
6. Leer
y escribir
Se ha predicado mucho sobre este particular, pero para
referir algo muy simple y evidente esclarecer que aquello no se hace ni se
cumple.
Así, refiriéndonos al área del lenguaje que es la base
de toda la educación, tenemos aproximadamente 7 millones de habitantes que
hablan quechua y aymara, que tienen como lengua materna, o primera lengua, dichos
idiomas nativos del Perú. Y hay una proporción mayor con quienes hablan otras
lenguas originarias de nuestro país.
Sin embargo, los programas de educación bilingüe entre
esa población ni siquiera alcanzan al 3% de todo de universo que tiene como
lengua madre a los idiomas que son originarios de nuestro país.
A esas poblaciones no se le enseña en su lengua
materna sino en castellano, lo cual no solo es una inconsecuencia y una
desgracia pedagógica, sino que es una aberración y hasta una crueldad humana,
porque es como si a nosotros nos alfabetizaran o enseñaran a leer y a escribir
en japonés.
7. El firmamento
estelar
¿De qué manera el sector educación está asumiendo esta
responsabilidad para remediar de manera adecuada y pertinente en las acciones
de enseñanza-aprendizaje que se desarrollan en las aulas del sistema educativo
nacional?
¿De qué manera los maestros alcanzamos elementos que
permiten que tantos problemas que nos agobian sean juiciosamente encarados,
como la falta de agua, la inseguridad ciudadana, las rupturas y el
resquebrajamiento familiar?
Y, al lado de ello, la formación en valores, tan
esenciales de cultivar ahora, como son el civismo y la solidaridad que nos permitan afrontar con
éxito los tremendos retos que nos presenta nuestra situación actual.
“Amarrarnos bien los zapatos y saber caminar” es la
condición para poder escalar las montañas y hasta llegar a las estrellas y, si
lo queremos, para coger astros y luceros del firmamento estelar.
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