FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
FLECHA
ARROJADA
AL AMANECER
Danilo Sánchez Lihón
1. El libro
interior
Ernesto Ráez Mendiola quien cumple años el 20 de mayo
y quien toda su vida ha sido maestro está en contra de que el maestro es para
recordar, sino que más bien es alguien para olvidar. Aunque él los recuerde a
todos sus profesores y año por año.
Porque cuando nos olvidamos de nuestros maestros,
dice, aparece nuestro maestro interior, aflora el maestro que somos, es cuando
liberamos nuestro propio camino y destino superior.
Claro que ser amigo de Ernesto es saber también que se
deleita y complace en cultivar herejías; las siembra, las aporca y las hace
florecer. Y ¡dar frutos por doquier!, que son otras tantas peras de su ser
maestro: ¡Y del olmo que es su ser artista!
Y sabemos que no hay rato en que este hereje
impenitente, no esté cortando cabezas, deshaciendo entuertos, cuestionando y
polemizando con frecuencia consigo mismo.
2. Venera
y cree
Sostiene por ejemplo que el libro no importa mucho y
que no es imprescindible para la cultura. En esto yo reacciono airado. Postula
que no pasa nada si no se practica y realiza la lectura. Yo me levanto de mi
asiento. Que ella puede ser incluso perjudicial y adversa.
Que, más bien, debemos sacar el libro interior que
tenemos guardado dentro. ¡Claro! Que debemos escuchar la voz íntima que somos,
hacia el fondo de nosotros mismos.
Y aguzar el oído para escucharnos palpitar, y hasta
para contemplarnos sentir y pensar. ¡Por supuesto! Apruebo todo esto y asiento
sin ambages ni reparos.
Ernesto, así como alguien venera su pueblo, su
selección de fútbol, un género de música, venera y cree, se ampara y se
protege, dice él, en la grandeza de los hombres de pensamiento del Perú
presente.
3. Mirar
con asombro
Se apoya en los hombres de pensamiento, en los
artistas, intelectuales y escritores peruanos y en los estudiosos de nuestra
realidad que son, dice él, sus amigos. Y que con sus aportes están dando un
paso gigantesco en la construcción de nuestro destino común, como pueblo y como
nación.
Pero cree que los grandes no son solo los de antes
sino los actuales, es decir ustedes que están aquí en esta red de contactos
electrónicos.
Esto que dice yo lo he comprobado que lo sostiene en
sus conferencias magistrales. Y, sobre todo, en sus cursos, donde oímos cómo
cita al amigo tal y al otro cuál.
¡Y cómo vuelve a mencionarlo para esta y la otra
argumentación!, citándolos, analizándolos, exaltándolos.
Funda su pensamiento en el colega de al lado y en el
de todos los días, en el hombre de carne y hueso que él abraza y admira. Que no
espera que muera o esté lejos para reconocerle un gran valor y mirarlo con
asombro.
4. Una mano
en la cual confiar
Y este hecho me parece no solo singular, sino de una
significación moral extraordinaria.
Tanto es así que él se considera y se reclama ser
hechura de sus amigos. Está convencido que la sinceridad con que hablan, que la
indignación con que a veces estallan, y la ternura que los embarga, es
magistral.
Por eso, entonces, saca del bolsillo de su saco unas
hojitas y anota palabras tras palabras, que luego cuando expone cita y hasta
proyecta en una pantalla gigante.
Cree Ernesto profundamente que en el Perú es posible
crecer, empinarse y alcanzar las estrellas. Y ser grandes al punto de realizar
nuestro destino trascendente, pleno y crucial.
Y todo ello basados y a partir de nuestros propios
talentos; del humus y de la brasa, de la hoguera y del estallido que aquí se ha
acumulado. Y de lo que somos auténticamente.
5. Ni
el amor
ni la muerte
Y éste es un mensaje de una calidad y de una fortaleza
excepcional, en un contexto en el cual se duda y se flaquea tanto, cuando nos
sentimos solos e impotentes sin la ayuda de una mano en la cual confiar, ¡qué
importante entonces es su actitud y su gesto!
Para él basta con lo que somos y tenemos. Por eso,
escribe:
"Desde cierto punto de vista soy hechura de mis
amigos que siempre han creído en mí. Y espero no haberlos nunca defraudado.
Como también no espero haber defraudado a mis hijos:
Seis hermosos y brillantes jóvenes cuya realidad gozo y de la cual me
enorgullezco:
Ernesto Francisco, Mario Alberto, Rafael Adolfo,
Rebeca Adriana, Ricardo Alfredo y Rodrigo Alonso.
A criterio de Ernesto, el hecho más esencial en el
Hombre no es ni el amor ni la muerte. Ni el vibrar impactado por el soplo de lo
mágico y maravilloso.
6. Intenso
y absoluto
Eso no lo hechiza tanto, como tampoco el que caiga
estremecido por el abrazo terrible del ángel.
Para él, el momento más supremo de la existencia de un
Hombre es cuando éste es lenguaje, cuando este decide dejar una huella de su
paso por la tierra en lenguaje; cuando anhela perennizar su ser, su sentir y su
actuar buscando una manera de testificar un mensaje. Y hasta de perpetuar un
hálito o de dar permanencia a un gesto.
Es decir, se consigue trascendencia cuando el Hombre
se hace expresión, cuando se convierte en lenguaje y eso alcanza a ser
libertad.
Y me parece bien que él escoja ese aspecto como el más
representativo del ser humano, corno el más intenso y absoluto.
"He escrito libros teóricos –me dice en su carta–
y tengo parcialmente publicados poesía, cuento y teatro para niños, jóvenes y
adultos. Pero no me siento escritor. Hablar es un ejercicio que me es cómodo.
Hablo espontáneamente, sin cálculos.
7. Tensión
de la flecha
Y continúa:
Sucede entonces, con lo que hablo, lo mismo que
Bachelard decía:
Mi palabra piensa mientras la voy diciendo. Es así
que, como buen hablador, he "escrito" muchas veces en la mente de los
que me escuchan, como otra forma más de ser profesor".
El reconoce que el principal canal de sabiduría y de
arte, de presencia y de ser en el mundo es el habla, la palabra o el lenguaje
hecho presencia sonora que alientan nuestras bocas y traspasan nuestros oídos.
Si tuviéramos que cerrar hasta lo mínimo el lente para
sintetizar lo que es un Hombre para él, diríamos que es lenguaje, que elige ser
expresión enlazada de manera natural y cotidiana con otros seres vivos mediante
la palabra oral.
Ahí él cuelga su lanza y su lira. Es ese el punto de
tensión de la flecha arrojada a un objetivo ideal en el horizonte y hacia el
amanecer.
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El texto anterior puede ser
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