JOSÉ BELTRÁN PEÑA: ENTRE LA POESÍA Y EL LIBRO
“Abre con ternura un libro,
y sentirás la respiración del Creador”.
Aralba
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Todos conocemos la profunda crisis de lectores del LIBRO IMPRESO, sobre todo entre
los niños, adolescentes y jóvenes. Me refiero a los libros que se leen
fuera de las aulas, no a los cuadernos en forma de libros que han copado
los “nidos”, las escuelas primarias, los colegios secundarios y
las academias pre universitarias; tampoco aludo a los libros con lomos
dorados que nadie consulta, y que se exhiben por metros para impresionar
a las visitas, tanto en oficinas, casas museos, recintos diplomáticos,
mansiones lujosas, etc.
Son
muchas las causas que originan esta crisis, por lo que enumerarlas
sería muy prolijo, razón de más para citar sólo una de ellas: INTERNET,
“red de redes” con una capacidad de convocatoria que desborda cualquier
cálculo a escala mundial. Los lectores acuden por millones, segundo a
segundo, para experimentar una serie de vivencias enriquecedoras a
través de obras digitales, que están al alcance de todos, las 8,760
horas del año. Pero esta situación en vez de desalentar a los autores y
empresas editoras, los ha impulsado a trabajar duro y parejo, para que
el libro impreso siga cumpliendo su noble misión en la formación del
Hombre y del conocimiento universal. En este afán, doble trabajo están
desarrollando las editoras de revistas, periódicos y suplementos para
mantenerse vigentes en el mercado, produciendo al mismo tiempo ediciones
impresas y digitales, con creciente participación de escritores y
especialistas en diversos temas. Lástima que en esta hazaña sin
precedentes, en extremo onerosa y sacrificada, el Ministerio de
Educación esté tardando demasiado en apostar por el diálogo franco con
los autores, para oxigenar los libros de consulta escolar y superar las
carencias mediante tendencias de avanzada, siguiendo el ejemplo de la
Naturaleza que se renueva permanentemente.
Uno
de los antólogos que está luchando a pulso y cerebro para mantener
indemne el acervo impreso, es el poeta, investigador literario, gestor
cultural e historiador JOSÉ BELTRÁN PEÑA. Sus antologías son manantiales de agua
fresca que fluyen sin cesar, donde versos de diferentes tonos y
registros se funden en uno, no como muestra representativa del momento,
sino como canto de vida que busca el alba en un coro de confraternidad
literaria. Sus antologías no aparecen de vez en cuando como los cometas,
sino de manera sostenida, marcando una franja divisora entre el
aislamiento que diseca y la difusión colectiva que multiplica, gracias a
su amplia nómina de creadores que acoge con los brazos abiertos y el
corazón henchido de gozo. Sin lugar a dudas una muestra latente de la
importancia de su trabajo en la forja diaria de la literatura, que la
cultura y la educación de los pueblos, reclaman. Se suman sus libros de
investigación literaria y revistas, entre las que predominan: “EVANGELIO
DE LA POESÍA”, “MARIO VARGAS LLOSA EN LA HISTORIA DEL PERÚ”,
“LITERATURA PERUANA DEL FIN DEL MUNDO”, “ESTACIÓN COM-PARTIDA”, “HAIKUS
PERUANOS”, “POESÍA CONCRETA DEL PERÚ / VANGUARDIA PLENA. ESTUDIO Y
ANTOLOGÍA”, “ESTAS 13 DEL 90”, “LA POETA PERUANA Y EL EROTISMO. ESTUDIO Y
ANTOLOGÍA”, “POESIA PERUANA INFANTIL”, “ESCRITORES DEL COLEGIO NUESTRA
SEÑORA DE GUADALUPE”, “POETAS PERUANAS”, “LUIS HERNÁN RAMÍREZ: POETA Y
ACADÉMICO PERUANO. ESTUDIO Y SELECCIÓN”, “POESÍA PERUANA A
LA MADRE. POEMAS SELECTOS”, “POESÍA PERUANA AL PADRE. ANTOLOGÍA”,
“POESÍA PERUANA PARA NIÑAS Y NIÑOS / POEMAS SELECTOS PARA EL COLEGIO Y
LA CASA”, “SERPIENTE DE EVA” y “PALABRAS EN LIBERTAD”, en
esta última se siente el palpitar de la palabra LIBERTAD en cada
edición, no de aquella libertad que levanta su voz sólo en días de
feria. Esa bendita libertad, cuyo crisol purificador anida en este
pensamiento del poeta cubano José martí, escrito en Nueva York durante
su destierro: “Hay hombres que son peores
que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para ser
dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso: la llama
del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con
rudeza, o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe
ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama. En
América se vivía antes de la libertad como la llama que tiene mucha
carga encima. Era necesario quitarse la carga, o morir”. José
Julián Martí Pérez, murió luchando “de cara al sol” por la libertad de
su patria amada, como fue su deseo supremo, el 19 de mayo de 1895 en la
zona de Dos Ríos (Cuba).
Del
mismo modo, José Beltrán, presenta libros de diferentes autores y
editoras, y realiza recitales poéticos, haciendo escuela de solidaridad
en cada jornada, atizando permanentemente el fuego cultural al ritmo de
las palabras, tonificando la vida y endulzando los latidos cardiacos de
sus compañeros de peregrinaje. Un digno ejemplo de enseñanza viva,
siempre con el motor en marcha. Luz perenne en el camino literario.
José Beltrán Peña
ama los libros, al libro: amigo, hermano, padre, abuelito… sobre todo
cuando contienen diversas formas expresivas como testimonios de vida.
Poeta inmune al brillo ajeno, presenta libros individuales o antologías,
con la misma alegría e intensidad comunicativa con la que presenta sus
propias creaciones, porque sabe como todo poeta benefactor, que es mejor
dar a raudales que hacerlo a cuenta gotas, superando su propia marca
mes a mes. Él
convoca a todos los aedas sin distinción alguna: grandes, medianos y en
vías de desarrollo creador, buscando en todo momento la hermandad, como
avizora la profecía de Isaías en el siguiente texto bíblico: “El
lobo convivirá con el cordero; el leopardo se acostará junto al
cabrito; el becerro, el león y el animal engordado andarán juntos, y un
chiquillo los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán
juntas…”.
Seres
humanos como José Beltrán, son bellos ejemplos de desprendimiento y
amor por los semejantes. Seres que prefieren contar con batallones
poéticos en vez de batallones que destruyen vidas y
contaminan conciencias. Única herramienta de afecto, perseverancia y
talento, capaz de acabar con la ignorancia y la indiferencia. Son seres
humanos de espíritu precursor, dispuestos a dar la vida por sus ideales.
Seres humanos que dejan a un lado el individualismo en aras de la
dimensión colectiva. Seres que ceden el paso a propios y extraños para
ensanchar el camino del verso, en aras de un mundo más humano, unido y
pacífico.
José Beltrán Peña, “voz templada en la fragua ardiente de la sensibilidad creadora”,
como diría el cicerone chiquiano Manuel Ñato Allauca, es un poeta nato,
de reconocido prestigio en el país y en el extranjero, con muchos
premios y galardones bien merecidos que acepta con humildad franciscana,
pero con el alma plena de gratitud. Poeta de corazón generoso y
reciedumbre mayúscula para el verbo, e inteligencia luminosa que abre
sendas en torrencial abundancia, buscando que la poesía alcance carácter
universal, escribe así:
REQUIEM
I
¿SI UN NIÑO NAVEGA EN SU BARCO DE PAPEL, ENTONCES,
POR QUÉ, UN POETA NO PUEDE CAMBIAR EL MUNDO CON SU POEMA?
II
LA VIDA DEL POETA
ES UNA OBRA DE ARTE
QUE SE ESCULPE
CON PUÑALADAS QUE DA EL TIEMPO.
III
10:12:00 p.m. MORDIÉNDOME EL OÍDO IZQUIERDO, ME PREGUNTÓ:
¿la poesía o yo?
10:13:08 p.m. LE RESPONDÍ CON VOZ LATINA:
la poesía
10:13:56 p.m. SACUDIÉNDOSE LA ARENA Y MIS CARICIAS
SE VISTIÓ EN SILENCIO
10:18:00 p.m. ME DEJÓ SOLO
10:20:00 p.m. ME SENTÍ SOLO
10:32:02 p.m. ME CREÍ INCAPAZ PARA MONTAR EL LOMO DEL MAR
10:34:34 p.m. AL GUIAR MIS OJOS AL CORAZÓN DE LA LUNA
VOLVÍ A SER EL MISMO DE LAS 10:19:59 p.m.
AL CONTARME ENTRE LAS ESTRELLAS
MIENTRAS LA BRISA ME PEINABA
La
trascendencia internacional de su obra viene siendo abordada desde
diversas perspectivas por eminentes intelectuales peruanos y
extranjeros. Por motivos históricos
cuya nutrida exposición rebosan estas sucintas líneas, cito solamente
los nombres de 40: Ricardo González Vigil, Juan Benavente Díaz, Danilo
Sánchez Lihón, Luis Hernán Ramírez, César Toro Montalvo, Marco Martos
Carrera, Jorge Cornejo Polar, Manuel Velásquez Rojas,
Yolanda Westphalen Rodríguez, Manuel Pantigoso Pecero, Martha Crosby
Crosby, Norma Maquilón Vera, Benjamín Blass Rivarola, Max Silva Tuesta,
Ronald Haladyna, Norka Bríos Ramos, Juan Rodríguez Jara, Rosella Di
Paolo, Rosario Valdivia Paz Soldán, Rene Carhuanhuanca Buller, Ana María
García, Marcial Moro, Ismael Pinto, George Cromwell, Teodoro Hampe
Martínez, Vicente Azar, Maynor Freyre, Salomón Lerner
Febres, Ana Varela Tafur, Winston Orrillo, Enrique Verástegui, Carlos
Zúñiga Segura, Heriberto Tejo, Luis Antonio Meza, Raúl Jurado Párraga,
Jorge Coaguila, Desiderio Blanco, Rafael Lara Rivas, Giovanna Minardi y
Carlos Parra Morzán.
En
su onomástico renuevo mi tributo de fe y esperanza, al laudable trabajo
literario y la ejemplar calidad humana de uno de los más prolíficos
hacedores y pensadores peruanos: poeta JOSÉ BELTRÁN PEÑA,
augurándole éxitos personales y realizaciones colectivas en su empeño
de forjar comunidades de lectura y de promoción poética, como buen
apóstol de las letras peruanas y universales.