MENSAJE DE AGRADECIMIENTO
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
La
Región Lima es un vasto territorio para la creación literaria, pues
además del talento natural de sus hijos, cuenta con los ingredientes
para su desarrollo: historia, paisaje, clima, identidad, usos,
costumbres, tradiciones y un cúmulo de valores, cultivados de generación
en generación.
En este noble cometido la escuela juega un papel de primer orden, sobre todo a través de las manifestaciones artísticas que promueve e impulsa, entre ellas la narración y la poesía: tanto en el salón de clases como en los los talleres de aprendizaje, de la mano del vecindario y las asociaciones culturales. Esta última es sabedora que solamente unidos podemos descubrir los valores literarios en nuestros niños y jóvenes, porque hasta los cerros de la puna y las dunas del desierto se adosan para protegerse del vendaval que carcome y la soledad que aísla.
Durante mi última visita a Chancay fui testigo de la extraordinaria expresión del cuento y la poesía regional. Belleza escrita que florece gracias al maestro de escuela y al padre de familia que promueven la lectura y la escritura en el aula y el hogar, conocedores que el libro, el lápiz y el cuaderno, son los medios más ricos para trasmitir la herencia cultural; máxime si se hace de la lectura un deleite y no un sacrificio para el niño; es decir, primero la lectura por placer, luego como experiencia de vida y finalmente como tarea creadora.
Un gran impulso se siente en el ambiente literario de la Región Lima; y con seguridad, cobrará mayor vigor la creación literaria, por ser uno de los elementos más dinámicos del pensamiento, de ahí el enorme valor que tiene la correcta aplicación de las fuerzas, del entusiasmo motivador, del conocimientos y la fe.
“El cuento y la poesía nacen de la vida”, reza un dicho milenario. “Vivir en el seno del pueblo, contemplar su belleza, estudiar su historia, meditar sobre ella y escribir hasta que duela el hueso, es una fórmula infalible”, señala otra expresión popular. Por eso sentir el latido de la naturaleza, el tibio aliento de las costumbres y las manifestaciones nativas, la nobleza de los chacareros, el espíritu indómito de los artesanos, las enseñanzas de los maestros, abuelitos, padres, amigos y hermanos, y considerarse parte de ellos, es pintar nuestra biografía en un poema o una narración.
Un mérito indiscutible de los forjadores de literatura en suelo limeño, desde Huaricanga en el Norte, hasta Lunahuaná en el Sur; desde el Mar de Grau en el Oeste, hasta Casapalca en el Este. Nobles empeños que se yerguen indómitos como ejes propulsores de la nueva hornada de narradores y poetas que vienen destilando el verbo fresco en la Región. Niños y jóvenes que tienen el don de escribir con la suavidad de la tierna pluma, y al mismo tiempo telúricos como el viento que ruge impetuoso en las cimas nevadas de la cordillera Huayhuash que compartimos con Áncash y Huánuco; de la cordillera Raura, con Huánuco y Pasco; de la cordillera Yauyos, con Junín; y de la cordillera La Viuda, con Junín y Pasco; decantando sus estrofas hasta dotarlas de pureza inmaculada en la realidad visible de la hoja blanca: prosa y versos empapados de la Madre Naturaleza que arrullan los afectos, el pan familiar, los paisajes, el amor y los recuerdos; cada día separando la paja del trigo con el cedazo de la paciencia.
Los cuentos y poemas de nuestros niños y jóvenes son dulces, íntimos, cordiales y llevan implícita la verdad de un sentimiento sublime y luminoso, sin abundar en retórica, aquella fragua mental forjadora de fulgor artificial que mata la poesía y el cuento popular.
Como ciudadano de a pie, sé que los niños y jóvenes escriben para el pueblo, y ya empiezan a sonar nuevos nombres que nos hacen ver que no se requiere llegar a viejo para agradecer a la PACHAMAMA por el fruto cosechado. Un hijo agradecido es la mejor carta de presentación de un pueblo solidario. Los niños y jóvenes le cantan al mar, a los ríos y a los apus tutelares, y lo expresan a viva voz, porque saben que compartir es fragmentarse y dejar pedazos de vida en el corazón de los demás. Sus obras son himnos de amor y respeto a los sagrados nombres de los hombres y mujeres que forjaron nuestra identidad, aportando en cada renglón la lozanía de su ingenio y el esplendor de sus creaciones que alegran el espíritu, y nos llenan de fe y esperanza por un presente y futuro mejor para todos.
El ser humano de la Región Lima nunca olvida en cada página que escribe a los pequeños pregones de la infancia, aquellos gorriones y gaviotas, andinos o costeños, que con sus dulces trinos echan a los latidos el aire fresco de la mañana en tierras provincianas de Cajatambo, Barranca, Oyón, Huaura, Huaral, Canta, Yauyos, Huarochirí y Cañete. Por eso los niños y los jóvenes procuran conocer cada día un poco más de su suelo, porque saben, que de no hacerlo, serán en cada despertar más forasteros en su propia tierra.
Muchos entendidos dicen que los mejores homenajes son los que se brindan en forma oportuna, y contribuyen a dignificar la obra escrita. Obra que en el Perú recorre caminos marginales, pese a ser tierra de grandes poetas y narradores. En este sentido gran mérito de la ASOCIACIÓN DE POETAS Y NARRADORES DE LA REGIÓN LIMA, por rendir permanente tributo con sus aplausos y aliento a los niños y jóvenes que contribuyen a fijar la memoria emotiva de nuestro pueblo y a forjar su palabra.
También dicen los entendidos que los poetas y narradores se inmortalizan por la calidad de sus obras. Pienso que además valen por los esfuerzos que hacen para unir a sus coterráneos y proyectar sus creaciones. Y en estos dos sentidos los niños y jóvenes nos brindan más de una enseñanza a los viejos, sobre todo en tiempos donde la literatura parece estar sentenciada a languidecer; y sin embargo, siempre victoriosa a través de los siglos, fuertemente ligado al ser humano, a su historia vigorosa y sus valores más supremos.
Niños y jóvenes de la Región Lima:
Continúen dibujando con su tierna pluma la imagen viva del Perú, cuna de los INCAS, de su identidad cultural, de su potencial turístico y su fortaleza espiritual. Allí encontrarán en abundancia: el recreo, la risa, el agua fresca y el fruto de nuestros campos, del mar y de los ríos que nacen de los deshielos y los manantiales. El rigor del talento creador radica en ella, póngale alas vigorosas a sus pensamientos, lean en voz alta cada uno de sus poemas y cuentos, repitan y vuelvan a repetir si es necesario, y si todavía notan que sus voces no son las suyas, que están forzando algo de su voz, vuelvan a intentar una y otra vez hasta sentir la melodía que les embargue el corazón. Tienen que cribar con brío hasta desprender la dura cáscara del trigo literario, aun cuando les broten lágrimas por el esfuerzo. Nunca olviden que solamente una bicicleta con la cadena bien puesta sobre un piñón engrasado es capaz de funcionar bien. Orienten la pieza corva del arado creador hacia delante, dirijan la reja al centro y húndanla en tierra fértil abriendo surcos profundos donde germinen pletóricas de vida sus semillas.
Capten los matices más sutiles en cada línea hasta trocarlos en párrafos que germinan del alma. No basta con que los llamen poetas o narradores, tienen que ser mujeres y hombres que manejan bien la palabra, y eso se logra sacrificando muchas horas de solaz esparcimiento: escribir, borrar, escribir, borrar, escribir y volverlo a intentar, es el reto cotidiano sin desmayar en el intento. Sean exigentes con ustedes mismos y no se apresuren en editar su primera obra personal, que todo sea a su debido tiempo. Sigan las enseñanzas de la naturaleza y no corten sus manzanas antes que maduren. Están ingresando con pie firme a la poesía y la narrativa de pueblo, lean a todos los escritores del mundo, sin comparar, menos desmerecer a nadie, porque cada quién tiene un mensaje qué ofrecer (acentuados), y si tienen la oportunidad de charlar con ellos, mejor, es una escuela insustituible para las tiernas voces y para las adultas también.
La Región Lima es cuento y poesía sembrada de sueños que pueden durar un instante o una eternidad, pueden nacer hoy o en el eclipse de la vida; porque así como el paso del tiempo va develando los misterios que guardan las ciudades sagradas de Bandurria y Caral, que a ustedes el viento de la madrugada los descubra creando cuentos y poemas. Que el hielo de la medianoche, el aguacero y el Sol los encuentre produciendo belleza en los fieros caminos de la vida; sólo así la naturaleza penetrará con fuerza en sus venas creadoras. Después prendan las luces de bengala de la imaginación hasta que sus poemas muevan el telar y la rueca. Hagan que sus cuadernos donde duermen sus sentimientos y anhelos, se aferren con vigor a la tierra para detener el tiempo que vuela en espiral, como el sueño inocente de su juguetona niñez. Sólo así, en cada despertar, el legado de los INCAS rubricará sus letras con nubes nacaradas en el cielo azul.
Estamos finalizando el año 16 del Tercer Milenio, donde la ciencia y la tecnología asombran al mundo, pero no por ello debemos olvidar que las obras artísticas perduran más que muchos inventos materiales. Los primeros barcos, locomotoras, televisores, radios, automóviles, computadoras, teléfonos y celulares ya están en el museo; sin embargo, las obras literarias de centurias pasadas, siguen dando poderosos impulsos a la mente y a los sentimientos del hombre, pues como dice Kugeltinov: “El hombre mueve la ciencia...”
Que nunca dejen de brillar sus racuanas creadoras bajo la lluvia de oro que derrama el sol matinal. Sean como nuestros ríos que laten saludables fecundando valles, quebradas y desiertos. Utilicen si es necesario los fríos hilos de la vigilia para tejer resistentes ponchos poéticos y narrativos; porque no hay aflicción más grande para el espíritu, que ver cómo el céfiro vespertino de la adversidad humilla a su antojo al raído poncho que intenta retarlo; solamente así volarán hasta el confín, templando sus blancas alas, incólumes a la tormenta. Les dedico con cariño este breve poema de los primeros pasos literarios en mi natal Barranca, recordando el Ande ancashino, cuna de mis mayores:
En este noble cometido la escuela juega un papel de primer orden, sobre todo a través de las manifestaciones artísticas que promueve e impulsa, entre ellas la narración y la poesía: tanto en el salón de clases como en los los talleres de aprendizaje, de la mano del vecindario y las asociaciones culturales. Esta última es sabedora que solamente unidos podemos descubrir los valores literarios en nuestros niños y jóvenes, porque hasta los cerros de la puna y las dunas del desierto se adosan para protegerse del vendaval que carcome y la soledad que aísla.
Durante mi última visita a Chancay fui testigo de la extraordinaria expresión del cuento y la poesía regional. Belleza escrita que florece gracias al maestro de escuela y al padre de familia que promueven la lectura y la escritura en el aula y el hogar, conocedores que el libro, el lápiz y el cuaderno, son los medios más ricos para trasmitir la herencia cultural; máxime si se hace de la lectura un deleite y no un sacrificio para el niño; es decir, primero la lectura por placer, luego como experiencia de vida y finalmente como tarea creadora.
Un gran impulso se siente en el ambiente literario de la Región Lima; y con seguridad, cobrará mayor vigor la creación literaria, por ser uno de los elementos más dinámicos del pensamiento, de ahí el enorme valor que tiene la correcta aplicación de las fuerzas, del entusiasmo motivador, del conocimientos y la fe.
“El cuento y la poesía nacen de la vida”, reza un dicho milenario. “Vivir en el seno del pueblo, contemplar su belleza, estudiar su historia, meditar sobre ella y escribir hasta que duela el hueso, es una fórmula infalible”, señala otra expresión popular. Por eso sentir el latido de la naturaleza, el tibio aliento de las costumbres y las manifestaciones nativas, la nobleza de los chacareros, el espíritu indómito de los artesanos, las enseñanzas de los maestros, abuelitos, padres, amigos y hermanos, y considerarse parte de ellos, es pintar nuestra biografía en un poema o una narración.
Un mérito indiscutible de los forjadores de literatura en suelo limeño, desde Huaricanga en el Norte, hasta Lunahuaná en el Sur; desde el Mar de Grau en el Oeste, hasta Casapalca en el Este. Nobles empeños que se yerguen indómitos como ejes propulsores de la nueva hornada de narradores y poetas que vienen destilando el verbo fresco en la Región. Niños y jóvenes que tienen el don de escribir con la suavidad de la tierna pluma, y al mismo tiempo telúricos como el viento que ruge impetuoso en las cimas nevadas de la cordillera Huayhuash que compartimos con Áncash y Huánuco; de la cordillera Raura, con Huánuco y Pasco; de la cordillera Yauyos, con Junín; y de la cordillera La Viuda, con Junín y Pasco; decantando sus estrofas hasta dotarlas de pureza inmaculada en la realidad visible de la hoja blanca: prosa y versos empapados de la Madre Naturaleza que arrullan los afectos, el pan familiar, los paisajes, el amor y los recuerdos; cada día separando la paja del trigo con el cedazo de la paciencia.
Los cuentos y poemas de nuestros niños y jóvenes son dulces, íntimos, cordiales y llevan implícita la verdad de un sentimiento sublime y luminoso, sin abundar en retórica, aquella fragua mental forjadora de fulgor artificial que mata la poesía y el cuento popular.
Como ciudadano de a pie, sé que los niños y jóvenes escriben para el pueblo, y ya empiezan a sonar nuevos nombres que nos hacen ver que no se requiere llegar a viejo para agradecer a la PACHAMAMA por el fruto cosechado. Un hijo agradecido es la mejor carta de presentación de un pueblo solidario. Los niños y jóvenes le cantan al mar, a los ríos y a los apus tutelares, y lo expresan a viva voz, porque saben que compartir es fragmentarse y dejar pedazos de vida en el corazón de los demás. Sus obras son himnos de amor y respeto a los sagrados nombres de los hombres y mujeres que forjaron nuestra identidad, aportando en cada renglón la lozanía de su ingenio y el esplendor de sus creaciones que alegran el espíritu, y nos llenan de fe y esperanza por un presente y futuro mejor para todos.
El ser humano de la Región Lima nunca olvida en cada página que escribe a los pequeños pregones de la infancia, aquellos gorriones y gaviotas, andinos o costeños, que con sus dulces trinos echan a los latidos el aire fresco de la mañana en tierras provincianas de Cajatambo, Barranca, Oyón, Huaura, Huaral, Canta, Yauyos, Huarochirí y Cañete. Por eso los niños y los jóvenes procuran conocer cada día un poco más de su suelo, porque saben, que de no hacerlo, serán en cada despertar más forasteros en su propia tierra.
Muchos entendidos dicen que los mejores homenajes son los que se brindan en forma oportuna, y contribuyen a dignificar la obra escrita. Obra que en el Perú recorre caminos marginales, pese a ser tierra de grandes poetas y narradores. En este sentido gran mérito de la ASOCIACIÓN DE POETAS Y NARRADORES DE LA REGIÓN LIMA, por rendir permanente tributo con sus aplausos y aliento a los niños y jóvenes que contribuyen a fijar la memoria emotiva de nuestro pueblo y a forjar su palabra.
También dicen los entendidos que los poetas y narradores se inmortalizan por la calidad de sus obras. Pienso que además valen por los esfuerzos que hacen para unir a sus coterráneos y proyectar sus creaciones. Y en estos dos sentidos los niños y jóvenes nos brindan más de una enseñanza a los viejos, sobre todo en tiempos donde la literatura parece estar sentenciada a languidecer; y sin embargo, siempre victoriosa a través de los siglos, fuertemente ligado al ser humano, a su historia vigorosa y sus valores más supremos.
Niños y jóvenes de la Región Lima:
Continúen dibujando con su tierna pluma la imagen viva del Perú, cuna de los INCAS, de su identidad cultural, de su potencial turístico y su fortaleza espiritual. Allí encontrarán en abundancia: el recreo, la risa, el agua fresca y el fruto de nuestros campos, del mar y de los ríos que nacen de los deshielos y los manantiales. El rigor del talento creador radica en ella, póngale alas vigorosas a sus pensamientos, lean en voz alta cada uno de sus poemas y cuentos, repitan y vuelvan a repetir si es necesario, y si todavía notan que sus voces no son las suyas, que están forzando algo de su voz, vuelvan a intentar una y otra vez hasta sentir la melodía que les embargue el corazón. Tienen que cribar con brío hasta desprender la dura cáscara del trigo literario, aun cuando les broten lágrimas por el esfuerzo. Nunca olviden que solamente una bicicleta con la cadena bien puesta sobre un piñón engrasado es capaz de funcionar bien. Orienten la pieza corva del arado creador hacia delante, dirijan la reja al centro y húndanla en tierra fértil abriendo surcos profundos donde germinen pletóricas de vida sus semillas.
Capten los matices más sutiles en cada línea hasta trocarlos en párrafos que germinan del alma. No basta con que los llamen poetas o narradores, tienen que ser mujeres y hombres que manejan bien la palabra, y eso se logra sacrificando muchas horas de solaz esparcimiento: escribir, borrar, escribir, borrar, escribir y volverlo a intentar, es el reto cotidiano sin desmayar en el intento. Sean exigentes con ustedes mismos y no se apresuren en editar su primera obra personal, que todo sea a su debido tiempo. Sigan las enseñanzas de la naturaleza y no corten sus manzanas antes que maduren. Están ingresando con pie firme a la poesía y la narrativa de pueblo, lean a todos los escritores del mundo, sin comparar, menos desmerecer a nadie, porque cada quién tiene un mensaje qué ofrecer (acentuados), y si tienen la oportunidad de charlar con ellos, mejor, es una escuela insustituible para las tiernas voces y para las adultas también.
La Región Lima es cuento y poesía sembrada de sueños que pueden durar un instante o una eternidad, pueden nacer hoy o en el eclipse de la vida; porque así como el paso del tiempo va develando los misterios que guardan las ciudades sagradas de Bandurria y Caral, que a ustedes el viento de la madrugada los descubra creando cuentos y poemas. Que el hielo de la medianoche, el aguacero y el Sol los encuentre produciendo belleza en los fieros caminos de la vida; sólo así la naturaleza penetrará con fuerza en sus venas creadoras. Después prendan las luces de bengala de la imaginación hasta que sus poemas muevan el telar y la rueca. Hagan que sus cuadernos donde duermen sus sentimientos y anhelos, se aferren con vigor a la tierra para detener el tiempo que vuela en espiral, como el sueño inocente de su juguetona niñez. Sólo así, en cada despertar, el legado de los INCAS rubricará sus letras con nubes nacaradas en el cielo azul.
Estamos finalizando el año 16 del Tercer Milenio, donde la ciencia y la tecnología asombran al mundo, pero no por ello debemos olvidar que las obras artísticas perduran más que muchos inventos materiales. Los primeros barcos, locomotoras, televisores, radios, automóviles, computadoras, teléfonos y celulares ya están en el museo; sin embargo, las obras literarias de centurias pasadas, siguen dando poderosos impulsos a la mente y a los sentimientos del hombre, pues como dice Kugeltinov: “El hombre mueve la ciencia...”
Que nunca dejen de brillar sus racuanas creadoras bajo la lluvia de oro que derrama el sol matinal. Sean como nuestros ríos que laten saludables fecundando valles, quebradas y desiertos. Utilicen si es necesario los fríos hilos de la vigilia para tejer resistentes ponchos poéticos y narrativos; porque no hay aflicción más grande para el espíritu, que ver cómo el céfiro vespertino de la adversidad humilla a su antojo al raído poncho que intenta retarlo; solamente así volarán hasta el confín, templando sus blancas alas, incólumes a la tormenta. Les dedico con cariño este breve poema de los primeros pasos literarios en mi natal Barranca, recordando el Ande ancashino, cuna de mis mayores:
PLUMA Y PALABRA DEL PERÚ PROFUNDO
Escribir es crear con cantutas y cardos
páginas telúricas a fuego lento.
Es burilar estrofas en la escarcha
con pentagramas de albo trino.
Es tomar muchas hojas en blanco
y preñarlas con letras del alma.
Es ovillar la tinta en buena rueca
y destejerla miles de veces.
Es atar el verbo en una enredadera
y trepar en cada trazo al cielo.
Es dibujar el Perú con el corazón,
sujetando el pincel del pueblo.
Es despertar con palabras sencillas
los sentimientos que están dormidos,
y rasgar con amor el arpa creadora
hasta que broten notas de oro.
Es hacer burbujear la chicha en el cántaro,
es regar la flor silvestre con agua clara
y volar por un mundo de fantasía
con las alas de los sueños.
Es hacer que los puquiales,
manen arroyos cristalinos,
que dancen y canten felices
sin enturbiar sus tiernos lechos.
En fin, el niño ara con su pluma
en fértil tierra con aguacero:
Si siembra vida, tendrá buen fruto
si esparce vientos, sólo tempestades...
Escribir es crear con cantutas y cardos
páginas telúricas a fuego lento.
Es burilar estrofas en la escarcha
con pentagramas de albo trino.
Es tomar muchas hojas en blanco
y preñarlas con letras del alma.
Es ovillar la tinta en buena rueca
y destejerla miles de veces.
Es atar el verbo en una enredadera
y trepar en cada trazo al cielo.
Es dibujar el Perú con el corazón,
sujetando el pincel del pueblo.
Es despertar con palabras sencillas
los sentimientos que están dormidos,
y rasgar con amor el arpa creadora
hasta que broten notas de oro.
Es hacer burbujear la chicha en el cántaro,
es regar la flor silvestre con agua clara
y volar por un mundo de fantasía
con las alas de los sueños.
Es hacer que los puquiales,
manen arroyos cristalinos,
que dancen y canten felices
sin enturbiar sus tiernos lechos.
En fin, el niño ara con su pluma
en fértil tierra con aguacero:
Si siembra vida, tendrá buen fruto
si esparce vientos, sólo tempestades...
Hermanos de la SOCIEDAD DE POETAS Y NARRADORESDE LA REGIÓN LIMA, infinitas gracias por hacer que el “IV CONCURSO LITERARIO DE POESÍA Y CUENTO”,
lleve mi nombre. Tengo muchas esperanzas en todos ustedes. Que con su
invalorable aliento continuemos la grata misión de encontrar nuevos
talentos, descubrir sus venas creadoras y ayudarlos a desarrollarse como
poetas y narradores. A los padres y maestros les pido generar en sus
hijos y pupilos el hábito por la comprensión de la lectura desde la
infancia, como soporte de manejo informativo y creador, tan importante
en el mundo competitivo de hoy. Inagotables parabienes hermano JULIO SOLÓRZANO MURGA, por tu tesonera labor en bien de la palabra regional, del Perú y del mundo.
Amigos todos:
Quizá para los niños de la Región Lima, la Luna como inspiradora esté lejana todavía, pero ellos están muy próximos al cosmos del palpitar popular y a las galaxias del espíritu telúrico que resplandece con el SOL DE LOS INCAS, junto a DIOS. Elevo mis oraciones por el descanso eterno del alma buena de nuestro hermano OSCAR CASTILLO BANDA (15 de octubre de 1973 / 30 de julio de 2016), con renovada gratitud por haber propuesto en vida mi nombre.
Amigos todos:
Quizá para los niños de la Región Lima, la Luna como inspiradora esté lejana todavía, pero ellos están muy próximos al cosmos del palpitar popular y a las galaxias del espíritu telúrico que resplandece con el SOL DE LOS INCAS, junto a DIOS. Elevo mis oraciones por el descanso eterno del alma buena de nuestro hermano OSCAR CASTILLO BANDA (15 de octubre de 1973 / 30 de julio de 2016), con renovada gratitud por haber propuesto en vida mi nombre.
Nashville, 20 de diciembre de 2016
Nalo Alvarado Balarezo
Nalo Alvarado Balarezo
Fuente:
Poeta huachano JULIO SOLÓRZANO MURGA