EL MINISTRO DE CULTURA
Por Francisco Diez-Canseco Távara (*)
El
nombramiento de Salvador del Solar Labarthe como ministro de Cultura ha
generado un debate sobre su capacidad para ejercer el cargo en razón de
que sus antecedentes son los de un actor profesional.
Los
estereotipos son, sin duda, parte visceral de cualquier sociedad y el
Perú no es una excepción a la regla. Ya un congresista de oposición
-cuya capacitación desconozco- bramó que los actores deben quedarse en
el teatro, pero le perdonó la vida a Del Solar, pese a que, según dijo,
había atacado a su partido durante la campaña electoral, porque hay que
darle la posibilidad de demostrar su capacidad.
Recuerdo
muy bien cuando Melina Mercouri, famosa actriz y activista política,
fue nombrada ministra de Cultura de Grecia, cargo que ejerció
acertadamente entre 1981 y 1989 y luego entre 1993 y 1994 logrando
convertir a Atenas en la primera Ciudad Europea de la Cultura y librando
una dura e infructuosa batalla para recuperar obras de arte helénicas
tomadas por los ingleses cuando ocuparon la capital griega en el siglo
XIX.
Del
Solar no es Melina Mercouri pero sí es uno de los más reputados actores
y directores de cine peruanos, con grados en universidades peruanas y
del extranjero que revelan una sólida formación. Es también visible
y notorio ppkausista lo cual ni suma ni resta en su idoneidad para el
cargo pero explica su proximidad con el líder de PpK.
En
la decisión del jefe del Estado puede también haber pesado el hecho de
que su esposa es pariente cercana de la actriz Jessica Lange. No por su
notoriedad, sino porque lo debe haber ayudado a superar el estereotipo y
comprender, con visión más amplia, que no es indispensable y hasta
puede ser contraproducente el nombramiento de un intelectual para
manejar una cartera de esta naturaleza.
Lo
curioso es que los críticos suelen ver la paja en el ojo ajeno. No veo
que otorongo alguno cuestione la falta de preparación de muchos
integrantes del Congreso encargados nada menos que de legislar y
fiscalizar al Poder Ejecutivo. Y ahí sí que encontramos absolutamente de
todo.
No
sé si Del Solar hará una buena o mala gestión pero sí creo firmemente
que nadie tiene el derecho de cuestionarlo por ser un excelente actor,
de verdad, en ese proceloso mundo de la política lleno de “actores”
mediocres, frustrados y falsetes.
La
tarea es enorme porque la herencia que recibe es mínima y plagada de
politiquería. Pero es un reto que puede asumir en representación de una
nueva generación emergente en la política peruana que debe generar sus
propios liderazgos y que, precisamente, no tiene por qué caer en
estereotipo alguno.
Y de eso se trata. De traer cuadros nuevos y limpios a un escenario tan maleado y desgastado.
(*) Presidente de Perú Nación
Fuente:
http://www.expreso.com.pe/opinion/francisco-diez-canseco-tavara/el-ministro-de-cultura/