ABERRACIONES QUE SE DAN
Por: Dr. Ángel Edgardo Chirinos
Lavander
Hace ya un buen tiempo, escribí algo que se
relacionaba con este asunto que ahora quiero dejar bien establecido, como es
aquella aberración de defender por una parte la majestad del género femenino
pero que a la vez, la denigran. Decía en la nota ut supra mencionada, que la
lucha feminista por el reconocimiento valioso de la mujer y su igualdad en sus
derechos, ellas mismas la echaban por tierra.
Ahora, quiero ahondar y completar esa visión que
tengo, sobre esos llamados ‘derechos de igualdad’, indicando que en el fondo
ellas mismas los desfasan. Verbigracia, no sé con qué criterio, existen
gobiernos y organismos gubernamentales o privados, que ‘segregan’ a la mujer
del ámbito general y humano, creando un Ministerio de la Mujer o en
organizaciones diversas, una Dirección o Comisión de la Mujer; como dando a
entender tácitamente, que el resto de ministerios o de direcciones, son de
exclusividad de los hombres o varones.
Pues, para que así no se piense, entonces también
se debería crear un Ministerio del Hombre o una Dirección del Hombre, para que
así se encuentren los dos géneros, expresados en igualdad de derechos.
El día de ayer recibí el Reglamento del Estatuto
que rige el accionar de una entidad cuyos objetivos son maravillosos y
prístinos de buscar la defensa de la Naturaleza bajo la visión de la paz y el
amor encarnados en las letras; al revisarlo prolijamente encontré, que en su
organización existía una Dirección y una Comisión de la Mujer -siendo las del
bello género las fundadoras y las que predominan en ese organismo-
inmediatamente me pregunté: ¿no están seguras de su importancia y hegemonía
dentro de la misma? ¿A caso las demás dependencias que conforman esa
organización es para los varones?
No sé, pero siempre actúo con la lógica y la
razón analizando profunda y filosóficamente cada concepto -tal si fuera el
abogado del diablo- que me induce a buscar el porqué y el cómo de todo
concepto; que desde luego puedo estar equivocado, quizás sea muy cierto, porque
no soy dueño de la verdad ni menos perfecto pero por lo menos, dejo algo que
sirva de reflexión a los que se consideran ‘muy entendidos en la materia’, para
que den una explicación justa y razonable al respecto.
Quiero aclarar si, que reconozco en el género
femenino, gran valía y condiciones innatas para dirigir y sobresalir en la
conducción de un país o una organización de cualquier tipo. No se puede olvidar
ni menos soslayar, aquellas virtudes femeninas que nacen con todas ellas, entre
las cuales, sobresale la maternidad -en este aspecto admiro la fe bahá‘i’- que
le da primacía al género femenino, porque por la condición indicada, son las
maestras natas de sus hijos y de la comunidad en general.
Por eso rotulo este comentario, si así se puede
considerar, como: “Aberraciones que se dan”; las que fatalmente se dan, sin
analizar previa y profundamente su porqué, salvo que deseen enfatizar sobre el
asunto, aunque de todas maneras, caen en lo que acabo de verter. Y mejor, lo
dejo ahí para no crear polémicas.
¡Vale!