Danilo Sánchez Lihón
1. Ultimar
algo sagrado
¿Para qué existe poesía? Para salvar lo que se tiene que salvar.
Para recuperar lo valioso y esencial con lo cual construir un orden nuevo, rindiendo homenaje a lo mejor que somos.
Donde la palabra es lámpara votiva que alumbra el camino. Porque ella denota y connota. Es brújula, eje y balance.
Para no dejar cabos sueltos, poniendo en limpio y en claro lo que somos.
Y lo que tiene que decirse y quedar de nuevo todo virginal e intocado.
Donde queda diáfana y expuesta toda la verdad que se quiera hacer constar.
Es perfilar y ultimar algo sagrado.
2. Obra
de todos
Pero,
hay otra dimensión trascendental como la anterior; cuál es la comunidad
significativa que se forma y se organiza en base a los lectores de
poesía, como de una obra y de un autor.
De aquellos que forman un colectivo idealmente unido porque comparten vivencias, gozos y tristezas.
Y que es el tejido que transfigura a otro plano la vida común y corriente.
Las composiciones así resultan poemas hechos por todos, porque es representativa del hombre.
A este respecto decía el apóstol cubano José Martí:
“La poesía es durable cuando es obra de todos. Tan autores de ella son los que la comprenden como los que la hacen”.
3. Del espacio
y del tiempo
De allí que se escribe o modula poesía para estremecernos y estremecer, para conmovernos y conmover.
Para exorcizar la vida fugaz, difusa y efímera, con la emoción de lo bello, lo cabal y trascendente.
Para conservar la hazaña de los pueblos y sus luchas.
Para que permanezca y perviva lo importante y significativo del espacio y del tiempo histórico.
Para
conservar el patrimonio y la memoria de los acontecimientos y de todo
aquello que estando replicado en la poesía se conservará para siempre.
Para engrandecer al hombre, haciéndolo superior, tornándolo en refulgente espíritu.
4. Es
sincerarse
Porque no es la poesía deliquio ni adorno ni adjetivación hueca.
No es la poesía subjetividad y lirismo de escape y evasión de lo que es urgente y necesario resolver.
No es la poesía lo poético.
Es guía en el camino, bitácora de viaje, rosa náutica en la aventura primordial de realizar nuestro destino en este mundo.
Son muescas en la piedra o en la roca que subraya la hazaña del hombre sobre la faz de la tierra.
Es desafío. Es sincerarse. Es no ocultar nada. Es dejar todo arreglado y nada pendiente.
Nos imbuye de algunos compromisos ineludibles. Y esto es también un rasgo de ser y hacer poesía auténtica.
5. Y
nos una
Por eso se alienta la poesía; para sentirnos junto a los otros, para formar comunidad y círculo en torno a la hoguera.
Para guardar silencio alrededor de las llamas votivas del fuego propicio que se eleve.
Y nos una como seres que pertenecen a una tribu, a una generación, a un colectivo humano.
Porque en ella nos sentimos todos representados.
Además, por su actitud llana, sencilla de decir las cosas como si cada uno de nosotros las dijera.
Y que es la sensación que cada lector sentirá ante sus versos o estrofas.
6. Una manera
de buscarnos
La poesía nos afianza en la comprensión de que la poesía es una toma de conciencia de la realidad.
Así y de ese modo la poesía se torna en una ética de la vida.
De allí que sintamos, además del efluvio de la belleza que emerge de los versos, el sentido ético de todo canto verdadero.
Y esa es otra prueba más de su autenticidad. Porque, como lo advertía Frederick Schiller, el arte verdadero es un arte moral.
Y
esto ocurre cuando se escribe o musita siguiendo los latidos del
corazón, como una manera de buscarnos y juntarnos en lo desolado de la
noche.
Y de gritar sin que sepamos qué es lo que nos angustia, exalta o arrebata.
7. Sin que sepamos
qué es
Se
escribe poesía, finalmente, –¡y hay que ser sinceros en decirlo!– sin
saber para qué, ni por qué, ni cómo, ni qué sentido tiene escribirla o
articularla en los labios.
Sin
explicación aparente, sin que haya razón de por medio, ni motivo en
relación al porqué de su aliento agitado y de su pulso que vibra.
Y ese mensaje, esa condición y ese delirio es quizá la razón más valedera y auténtica de la poesía en relación a la vida.
Que es cuando se escribe o murmura por pura gracia, antojo y capricho de pergeñar o suspirar frases.
Se la urde por el puro gusto y capricho de hacerlo: por impulso y desvarío, frente al más completo misterio.
*****
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
CONVOCATORIA