Danilo Sánchez Lihón
1. El paisaje
andino
María
Reiche, quien consagró su vida al estudio de las Líneas de Nasca
durante más de 50 años y en las condiciones más adversas, sintió desde
niña la fascinación por el Perú un país lejano, exótico, de una cultura
milenaria, de fábula e inalcanzable desde su tierra natal que era Dresde
en Alemania donde ella nació el 15 de mayo del año 1903.
Pertenecía
a una familia rigurosa y tradicional, de padres cultos y severos que le
hicieron posible dominar cinco idiomas, además del alemán el inglés,
francés, español e italiano, así como poder interpretar en el piano
música clásica y estudiar en la Universidad Técnica de Dresde
matemáticas, geografía, física y astronomía.
Habiendo
desempeñado varios trabajos eventuales y cumplido los 29 años se
presentó la ocasión de venir al Perú al publicarse el año 1932 un aviso
en la prensa de su ciudad requiriendo una profesional para trabajar como
preceptora de los hijos del cónsul alemán en el Cusco.
Entre
80 postulantes ella salió elegida y se embarcó hacia el Callao y luego
hacia la ciudad imperial de los incas. Ante el espléndido paisaje andino
se sintió deslumbrada, donde todo le parecía hermoso, las piedras, los
seres humanos, la cultura.
2. Estudiar
la maravilla
Escuchemos sus propias palabras:
Ya
los Dioses de Nasca me robaron al nacer y me encerraron en su castillo
de arena para que jugara con sus inmensas figuras, hasta encontrar un
día la razón de mi existencia.
Todo
me preparó para esa vida. El rigor familiar cuando mis padres me
insolaban después del nacimiento de mi hermano, mi miopía que no fue
detectada, todo eso me convirtió en una persona de carácter
introvertido.
Me
hice reservada, aunque jamás fui del tipo popular. Ahora los turistas
me hicieron popular. ¡Pero yo jamás fui popular! Algunas veces quería
ser, pero no pude. Lo que fue mi obligación con este trabajo científico
fue mi curiosidad: ¡quería saber!
¡Y
todo ha sido por Nasca! Si cien vidas tuviera, las daría por Nasca. Y
si mil sacrificios tuviera que hacer, los haría, si por Nasca fuera.
Tengo
definida mi vida hasta el último minuto de mi existencia; será para
Nasca. El tiempo será poco para estudiar la maravilla que encierran las
Pampas, en donde allí moriré.
3. Formándome
y aprendiendo
En
un paseo por el Cusco se hincó el dedo medio de su mano izquierda. La
infección avanzó y tuvieron que amputarle. Le pareció inexplicable que
esto pudiera suceder a ella tan cuidadosa de su salud. ¿qué designio
había en ese hecho? En esa época jamás lo podría saber. Demoró en
encontrar cuál era su destino, que lo demuestra una carta que ella le
escribe a su madre:
Querida
madre, tú me escribes acerca de las grandes expectativas que has
cifrado en mí. Comparada con dichas expectativas soy un fracaso, y el
mundo tiene derecho a esperar de mí más de lo que efectivamente rindo.
Pero tienes razón, uno debe primero encontrarse a sí mismo antes de
pretender ser algo para el mundo.
Recién
empiezo a conocer lo que realmente quiero. Desconozco la manera en que
aquello que se cristaliza interiormente haya de adquirir una forma
exterior. Es posible que viva algunos años más en el completo anonimato,
hasta que el destino me considere digna de asignarme la tarea que ha
determinado para mí, aquella tarea para la cual he nacido (…) yo creo
que se trata de un trabajo específico para el cual me estoy preparando
inconscientemente, formándome y aprendiendo.
4. Salir
el sol
Ya
en Lima en el año 1941 trabaja como profesora de idiomas y traduciendo
textos científicos. Así conoció a los arqueólogos Julio C. Tello y al
profesor norteamericano Paul KosoK quien le habló de unas líneas y
dibujos misteriosos hechas en tiempos remotos que nadie conocía y la
invitó a que lo acompañara a conocerlas y a ayudarle en su trabajo de
campo.
Desde
que puso las plantas de los pies en ese lugar supo que ese era el lugar
de su destino, el mismo que había sentido desde lejos, siendo niña y
que había demorado tanto en definirse. Y allí se quedó para siempre.
En
1952, veinte años después de su accidente en el Cusco en que perdiera
el dedo medio de la mano izquierda al contarle los dedos de la figura
del mono en las Pampas de Nasca descubre con asombro que este como ella
solo tenía nueve dedos, que le faltaba uno, justo el que le faltaba a
ella. Y descubre una figura de manos solo de nueve dedos. ¿Estaba
llamada a no?
Residiendo
ya en Nasca salía hacia la pampa antes de las cinco de la mañana, aún a
oscuras para esperar los rayos del sol estando ella ya de pie en el
centro de cada una de las líneas, que son miles, trazadas en la tierra
endurecida, y a fin de conciliar su relación con la posición de las
estrellas y la salida del sol.
5. Leyenda
viva
Después
consiguió que le permitieran vivir en una cabaña que había sido de un
guardián y que estaba abandonada al borde del desierto, sin agua, sin
luz, sin la más mínima seguridad. Allí vivió sola en la pampa durante
catorce años, alimentándose frugalmente, pero trabajando intensa y
apasionadamente.
Haciendo
mapas, midiendo, recogiendo piedras, barriendo las líneas.
completamente sola como un fantasma deambulante, cuando nadie sabía lo
que allí había.
Al
verla la gente que pasaba en sus autos o camiones lógicamente la creían
loca, mucho más al verla recorrer solitaria el desierto de día bajo el
sol calcinante y de noche bajo el frío implacable.
Se
expandía la leyenda que había perdido a su marido y lo buscaba
enloquecida en esos arenales, porque nadie sabía que esa vasta extensión
desolada estaba inscrita y en lenguaje cifrado con líneas y figuras que
nadie sabe por qué están allí ni cómo se hicieron.
Para
luego suponer, al verla internarse con una escalera de tijera y una
escoba, que era una bruja que necesitaba la escalera para trepar y
lanzarse y la escoba para salir volando.
6. Yo
les digo
Pero ella expresa:
Fue
una especie de destino. Cuando llegué por primera vez a Perú por mar,
el barco pasó por el centro de un arco iris, con cuatro arcos, uno
dentro del otro. ¡Fue un espectáculo maravilloso! Debe de haber sido
algún tipo de predicción o algo así. Imagínese un barco navegando a
través del mar abierto y pasando por un arco iris cuyos arcos tocaban
las olas.
Sería
tener una opinión muy baja de los antepasados suponer que todo este
trabajo inmenso y minuciosamente exacto y detallado hecho con
concienzuda perfección, tenía como única finalidad el servicio de una
superstición primitiva o culto estéril a los antepasados. Al contrario,
tenemos aquí el testimonio en gran escala y único en el mundo del primer
despertar de las ciencias exactas en la evolución de la humanidad,
esfuerzo gigantesco de la mente primitiva que se refleja en la grandeza
de la ejecución bajo el cielo vasto de las pampas inmensas y solitarias,
barridas por el viento y quemadas por el sol.
Yo
quiero, con mi obra, ser un instrumento para eliminar las injusticias y
para que los peruanos –que son gente de cualidades culturales, morales y
físicas especiales– recuperen su propia estimación. y aprendan a no
depredar lo que es patrimonio de una nación y sobre todo herencia de una
cultura inigualable, Yo les digo: yo soy chola, porque me siento a
veces más unida con los cholitos, y sobre todo ahora que tengo la
nacionalidad peruana.
7. Su nombre
es Victoria
Su
tesis es que las líneas y las figuras de la Pampa de Nasca, que son
prolijas, precisas y algunas miden cientos de metros y que solo pueden
ser apreciadas desde el aire, y que aparentemente no parten de ningún
lado ni llevan a ningún otro, es un calendario y mapa astronómico hecho
por los antiguos peruanos, siendo el de mayor tamaño en la historia del
mundo.
Que
en la figura del mono tenemos una coincidencia con la constelación de
la Osa Mayor. Que a su vez la figura del mono contiene la clave de la
interpretación del agua como elemento simbólico de la antigua cultura
Nasca. Que el pico del Pájaro Gigante señala el lugar exacto por donde
sale el sol en el solsticio de inverno en el hemisferio sur.
En
vida a María Reiche se le hicieron muchos reconocimientos y se le
entregaron muchas distinciones, entre otras el Sol del Perú y el
reconocimiento de la Unesco acerca de las Pampas de Nasca como
Patrimonio de la Humanidad en el año 1994.
Pero
ninguno le satisfizo más que el otorgamiento de la cédula de ser
ciudadana peruana que ella gestionó muchos años antes, pero que recién
se hizo efectiva el año 1993, en donde a su nombre de María se le agrega
el de Victoria.
Epílogo
tenaz
Victoria
María Reiche escribió al final de su vida, que ocurrió el 8 de junio de
1998, este poema en donde se siente en el corazón de una científica
peruana el temblor de lo mágico y misterioso:
Amaneciendo, despierta el huerequeque
y con su canto, ilumina todo el este
anunciando el esplendor
del astro rey que alumbra
y que cubre de oro los cerros
y también a las planicies
se ve una vía luminosa
sobre las olas del mar.
Y cuando cae, la noche obscura y profunda
entre destellos, de luces multicolores
vuelve a cantar en la pampa el huerequeque
saludando a la estrella
que brilla entre nubes de oro
sobre un fondo azulado
donde termina el desierto.
Huerequeque, huerequeque
sigue cuidando mis pampas
huerequeque, huerequeque
sigue cantando a Renata
huerequeque, huerequeque
sigue cantándole a Pilhips
Huerequeque, huerequeque
sigue alegrando mis días.
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