FORMA DE LA PALABRA Y EL PENSAMIENTO EN LA POÉTICA DE ÁNGEL GAVIDIA
Por: Bethoven Medina Sánchez
I.- FORMA DE LA PALABRA
La
poesía de Ángel Gavidia desde sus inicios deviene en lírica y
sintética. Y con estas características, escapando a toda clase de
patrones métricos y estróficos, muestra una extraordinaria fecundidad
de imágenes y sugerencias con ideas, hasta cierto punto,
desconcertantes.
Gavidia, como Joan Brossa, desarrolla su
poética sin poner límite a la ejemplificación poética que consiste en
mostrar también el habla cotidiana. Existe concentración de pensamiento
que se expresa en cada verso, como manifestación completamente
renovada, mediante la cual evita posibles reiteraciones, siendo su
estilo literario, a la vez, su fórmula.
En TODA SU POESÍA (1)
existe una proyección natural de la forma de la palabra/ lenguaje
uniendo los contenidos temáticos de sus distintos poemarios escritos a
lo largo de su ejercicio, entre el signo escrito, la aparente sencillez
y el significado “profundo” del texto.
Se identifica, también,
el uso del concretismo uniendo polos lingüísticos. En clara alusión a
que lo concreto se opone a lo abstracto; pues si la abstracción extrae
el objeto de las palabras, lo concreto es concepto indivisible de las
cualidades que lo definen. Así, encontramos que utiliza la aliteración,
repetición y uso mínimo de palabras que conforman versos en
encabalgamiento rítmico.
Otra marcada característica de la poesía
de Ángel Gavidia, es notoria cuando recurre a la brevedad formal y
estilística, como otrora Tablada expandió por medio de sus haikus.
Esta
forma de vínculo unitario y espacial, permite que lo aldeano se difunda
a lo universal. Partiendo de la aldea, el autor, por medio de su
poesía sintética, concreta y sugerente nos expresa sus emociones y
sentimientos ante la vida, la naturaleza, el paisaje, la ecología, el
amor y otras temáticas de la existencia.
Estos
contenidos/pensamientos provienen de un substrato metafórico, integrado a
la naturaleza, al mundo andino, a los animales, a las piedras, a los
ríos; matizando colores y abundantes imágenes. Esta caracterización
reafirma que Gavidia tiene compromiso y persevera con poesía de
identidad y calidad.
El lenguaje literario es un lenguaje
estético, y alejado de la comunicación común en la vida cotidiana. Esto
lo sabe Gavidia, por eso es su defensor y destacado ejecutor: usando
figuras literarias, que sirven para llamar la atención mediante el
enunciado, alcanza la belleza por medio de la sugerencia, la misma que
enriquece el significado de los textos.
El poeta hace que las
figuras funcionen en los diferentes niveles del lenguaje: recursos del
nivel fónico (aliteración, onomatopeya…), del nivel morfosintáctico
(anáfora, paralelismo, hipérbaton, epíteto…) y del nivel semántico
(símil, metáfora, metonimia, hipérbole, ironía…).
Identificamos
que su lírica implica una visión subjetiva de la temática tratada; desde
su experiencia íntima y personal el poeta revela sus sentimientos y su
estado de ánimo, por lo que, en el acto comunicativo predomina la
función emotiva. Junto a ella, el objetivo estético del lenguaje,
distante del lenguaje coloquial, hace que predomine la función poética.
Sin embargo, es oportuno aclarar que el temple subjetivo de la lírica no
equivale solemnemente a individualismo e introversión, pues el poeta,
ser vivo y pensante, como miembro de la comunidad humana, refleja permanentemente sentimientos o emociones colectivas.
En
relación a la poética de Ángel Gavidia, su formas de las palabras son
líricas se distingue por la brevedad, mayor libertad expresiva y la
gran variedad de estructuras de pensamiento.
II.- EL PENSAMIENTO EN LA POÉTICA
SOLEDAD Y SU INFLUENCIA
Para
quienes leemos a Ángel Gavidia, nos resulta accesible identificar el
tema “de la soledad”, este posiblemente viene con él desde sus
primeros años, desde cuando aprendió que Vivir, significa separarnos
del lar, de la infancia, porque conforme pasan los años nos internamos
en el camino de la búsqueda de la finalidad social y de la existencia,
es decir cómo vamos a ser en el futuro, extraño siempre. La soledad es
el fondo máximo de la condición humana.
El hombre es el único ser
que más sentidamente se siente solo y el único que durante su
existencia es búsqueda de otro. Su ser natural, si cabe la expresión en
cuanto hablamos de naturalidad al referirnos al hombre, precisamente, se
ha extraviado de sí mismo, por cuanto ha sido indiferente y hasta
victimario con la naturaleza por la contaminación no solo del ambiente
sino del ser humano en sí.
El hombre es búsqueda permanente en la
comunión de lo social y de lo infinito. Será por ello que cada vez que
se enfrenta a sí mismo se siente con la carencia de otro, como
soledad.
Al nacer rompemos el cordón umbilical y con él, nuestro
cómodo habitat en el vientre materno. Entonces, mientras los padres
celebran nuestro nacimiento, la sensación y destino de vivir se expresa
como ruptura, distanciamiento, desamparo, y el arribo a un mundo
extraño que luego se vuelve hostil. Asimismo, a medida que crecemos y desarrollamos conciencia, esa primitiva sensación, se transforma en sentimiento de soledad.
Es,
entonces, cuando somos conscientes que conformamos una sociedad y
tenemos que integrarla; sin embargo, las culturas, las procedencias y
los entornos de la convivencia nos deparan acercamientos o distancias
para con los congéneres. De resultas, por los ideales o posiciones, a
veces, unos se adecúan a vivir solos, y otros, con estoicismo traspasan
la soledad.
De la soledad a la tristeza hay un paso, por lo que,
creo, nadie optaría por la pena injustificada, de manera que la vida se
convierte en un esfuerzo y lucha permanente por abolir la soledad. No
obstante, y de acuerdo al sentido de la vida que cada quien otorgue a la
suya, el sentirse solos tiene un doble significado: por una parte
consiste en tener conciencia de sí; y por la otra, en un deseo de salir
de sí o llegar “al otro”.
De La Soledad y otros paisajes (1987).
Quizás Dios no creó la soledad,
quizás la soledad y Dios nacieron juntos
y juntos se amamantaron del seno de una pena que venía de lejos…
Quizás…quizás por eso
la soledad fue triste
y Dios se hizo distante.
En
definitiva, la soledad es una de las condiciones más altas o
estremecedoras de nuestras vidas. Se presenta como un reto para
enfrentarlo con tolerancia, optimismo y fe en la realización socio-espiritual, de manera que las categorías de angustia e inestabilidad desaparezcan.
La
concertación nos orienta a la plenitud, y ésta nos dará reposo y dicha,
en adaptabilidad al mundo, como único fin del Iaberinto de Ia soledad.
ECOLOGÍA A NIVEL DEL HOMBRE
Desde
sus orígenes, el hombre siempre ha intentado no solo conocer la
Naturaleza, sino también, dominarla, estimando que de esta acción
dependía su supervivencia y éxito de vida. Por ello, nadie duda que el
conocimiento de la naturaleza, y posterior transformación para la
sobrevivencia nos deparó el conocimiento científico y la técnica.
Este
reconocimiento a la naturaleza, también es elevada en la creación
poética de los aedos. Este es el caso de Ángel Gavidia, por la temática
que aborda y por la concepción ecologista que asume. Nuestro autor sabe
que el hombre gracias a su inteligencia, ha sabido adaptar la realidad a
sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza y
perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas. Desde
el campo agronómico, el hombre no se ha conformado con recolectar los
frutos que la naturaleza le ofrece, sino que aprendió a sembrar y
cosechar; y, desde el área de la construcción, orientó para que los
sistemas de embalse y canalización permitan tener agua corriente en
lugares en los que las lluvias son prácticamente inexistentes.
De Arando en el mar (1996)
Para qué,
si ya no habrá mañana
ni ayer
porque habrán roto el origen de raíz.
Las piedras,
los manantiales,
los peces,
las cucardas,
los más ocultos árboles,
pagarán por nosotros,
por dejarnos crecer,
por ayudarnos,
por no impedir a tiempo la malvada neurona procreando.
En
estos tiempos ya tomamos conciencia que el hombre "usa" la naturaleza
para satisfacer sus necesidades, pero también es cierto que,
lamentablemente, muchas veces "abusa" de ella y acaba destruyéndola.
Somos conscientes de la extinción de especies animales y vegetales,
deforestación, contaminación del agua y de la atmósfera. Y es en esta
circunstancia en la cual aparece la voz del poeta Ángel Gavidia, quien
fiel a su sensibilidad y sentida poesía, nos trasmite el mensaje de que
el hombre, quien es un ser natural más, no debe considerarse "dueño de
la naturaleza" o que la utilice de modo arbitrario y muchas veces hasta
agotar sus recursos indiscriminadamente. Entiéndase que el hombre no
posee derechos absolutos sobre la naturaleza, sino que debe administrar
sus recursos en un marco de respeto hacia la realidad natural y en
salvaguarda de las generaciones futuras.
El cambio climático
mundial y sus repercusiones nacionales y regionales nos evidencia que se
está destruyendo la naturaleza. Las empresas industriales y mineras
no respetan sus leyes, lo cual equivale a no respetar al hombre que ha
de vivir de ésta y en ésta. Por intereses económicos inmediatistas no
estamos tratando racionalmente a la naturaleza, que es lo mismo a no
respetar nuestra naturaleza humana, dignidad y su angustiante futuro.
Esos Grillos
Esos grillos
sin patas,
sin antenas,
con sus tripas al aire
siguen atormentándome.
A
nuestro entender, la ecología si debe tener consideraciones éticas, no
obstante que ésta es la "ciencia que estudia las relaciones de todos
los organismos vivos entre sí y con el medio físico en lo que se refiere
a producción o intercambio de materia orgánica". Es por ello que,
justamente sus valoraciones sí deben tener un carácter normativo para
la conducta humana y ejercicio de la ética. Entonces, la naturaleza por
parte del hombre despertará resultados sostenibles con métodos con los
cuales la economía, la sociología y la política, tendrán rostros
humanos.
EROTISMO Y POESIA
El erotismo es el
encuentro de los cuerpos, como es la unión de las palabras en la poesía,
éste crea una comunicación bajo el deseo de los cuerpos y el
significado de las palabras. En consecuencia, la poesía erótica es alta
erotización del deseo carnal y la palabra deseada.
En este
contexto, el poeta Ángel Gavidia con humanidad y pulcritud ha logrado en
El Centro de la Tierra el buscado encantamiento del lenguaje frente a
los cuerpos desnudos. A través de su breve pero sugerente lenguaje,
erotiza el deseo de los cuerpos como transfiguración de la libido. Su
poesía, sincera y sin ambages, canta el deseo de los cuerpos amorosos
que se aman también en las palabras. Con seriedad acomete el difícil
oficio de la poesía erótica, es decir asume al uso de los cuerpos como
materia prima para su sobresaliente creación poética.
De El Centro de la tierra:
DOS
Estas manos
hechas para las frutas de la tierra
merodean tus senos
los acunan
los llevan a mi boca
lo estrujan
en un gesto animal que rememora
al mono del origen feliz entre naranjas,…
Desde
cualquier género literario podemos contribuir a un nuevo humanismo para
hacer de la sexualidad lo que siempre debe ser: un hecho transcendente.
Como ocurre en otras culturas que saben diferenciar el erotismo de la
pornografía. Felizmente, Gavidia lo recrea y lo eleva mediante el
lenguaje poético para convertirlo en lo más sublime y espiritual. El
encuentro sexual de los cuerpos y que se transforma en un encuentro
erótico de las palabras. En estos poemas la palabra recupera el cuerpo de los deseos como el cuerpo recobra a la palabra que la canta.
OCHO
Tu columna vertebral,
una palmera.
Tu cuerpo,
una palmera.
El huracán nace de ti
y me rompe como a un cristal,
como a una bandada de pájaros
piando.
TRECE
Así,
jineta de los vientos,
así,
sobre la silla afilada que te espera
que te sueña
que te afirma y empapa.
¡Vuela!
¡Vuela!
¡Vuela!
¡Qué cercano está el cielo!
Conceptuamos
que el erotismo y la poesía son dos expresiones de la sexualidad y, la
literatura, reivindica al cuerpo y la palabra. Es conveniente advertir
que en la actualidad y en una sociedad reprimida y de doble moral como
la nuestra, la reivindicación del cuerpo y la palabra es un reto, el
mismo que, a la vez, se convierte en arte erótica y arte poética. La
poesía, es en definitiva, un instrumento necesario para humanizar, lo
cual dignifica a la creación porque la poesía como el erotismo son arte,
y la función social y espiritual del arte, es la reivindicación de la
estética, la libertad, la ética y la realización humana.
Con el
libro TODA SU POESÍA, Ángel Gavidia, se ratifica como un poeta
imprescindible en el parnaso de la poesía del norte del Perú, por la
forma de sus palabras y el pensamiento poético que sostiene y proyecta.