lunes, 5 de mayo de 2014

FORMA DE LA PALABRA Y EL PENSAMIENTO EN LA POÉTICA DE ÁNGEL GAVIDIA - POR BETHOVEN MEDINA SÁNCHEZ

 
FORMA DE LA PALABRA Y EL PENSAMIENTO EN LA POÉTICA DE ÁNGEL GAVIDIA 

Por: Bethoven Medina Sánchez 

I.- FORMA DE LA PALABRA 

La poesía de Ángel Gavidia desde sus inicios deviene en lírica y sintética. Y con estas características, escapando a toda clase de patrones métricos y estróficos, muestra una extraordinaria fecundidad de imágenes y sugerencias con ideas, hasta cierto punto, desconcertantes. 

Gavidia, como Joan Brossa, desarrolla su poética sin poner límite a la ejemplificación poética que consiste en mostrar también el habla cotidiana. Existe concentración de pensamiento que se expresa en cada verso, como manifestación completamente renovada, mediante la cual evita posibles reiteraciones, siendo su estilo literario, a la vez, su fórmula. 

En TODA SU POESÍA (1) existe una proyección natural de la forma de la palabra/ lenguaje uniendo los contenidos temáticos de sus distintos poemarios escritos a lo largo de su ejercicio, entre el signo escrito, la aparente sencillez y el significado “profundo” del texto. 

Se identifica, también, el uso del concretismo uniendo polos lingüísticos. En clara alusión a que lo concreto se opone a lo abstracto; pues si la abstracción extrae el objeto de las palabras, lo concreto es concepto indivisible de las cualidades que lo definen. Así, encontramos que utiliza la aliteración, repetición y uso mínimo de palabras que conforman versos en encabalgamiento rítmico. 

Otra marcada característica de la poesía de Ángel Gavidia, es notoria cuando recurre a la brevedad formal y estilística, como otrora Tablada expandió por medio de sus haikus. 

Esta forma de vínculo unitario y espacial, permite que lo aldeano se difunda a lo universal. Partiendo de la aldea, el autor, por medio de su poesía sintética, concreta y sugerente nos expresa sus emociones y sentimientos ante la vida, la naturaleza, el paisaje, la ecología, el amor y otras temáticas de la existencia. 

Estos contenidos/pensamientos provienen de un substrato metafórico, integrado a la naturaleza, al mundo andino, a los animales, a las piedras, a los ríos; matizando colores y abundantes imágenes. Esta caracterización reafirma que Gavidia tiene compromiso y persevera con poesía de identidad y calidad. 

El lenguaje literario es un lenguaje estético, y alejado de la comunicación común en la vida cotidiana. Esto lo sabe Gavidia, por eso es su defensor y destacado ejecutor: usando figuras literarias, que sirven para llamar la atención mediante el enunciado, alcanza la belleza por medio de la sugerencia, la misma que enriquece el significado de los textos. 

El poeta hace que las figuras funcionen en los diferentes niveles del lenguaje: recursos del nivel fónico (aliteración, onomatopeya…), del nivel morfosintáctico (anáfora, paralelismo, hipérbaton, epíteto…) y del nivel semántico (símil, metáfora, metonimia, hipérbole, ironía…). 

Identificamos que su lírica implica una visión subjetiva de la temática tratada; desde su experiencia íntima y personal el poeta revela sus sentimientos y su estado de ánimo, por lo que, en el acto comunicativo predomina la función emotiva. Junto a ella, el objetivo estético del lenguaje, distante del lenguaje coloquial, hace que predomine la función poética. Sin embargo, es oportuno aclarar que el temple subjetivo de la lírica no equivale solemnemente a individualismo e introversión, pues el poeta, ser vivo y pensante, como miembro de la comunidad humana, refleja permanentemente sentimientos o emociones colectivas. 

En relación a la poética de Ángel Gavidia, su formas de las palabras son líricas se distingue por la brevedad, mayor libertad expresiva y la gran variedad de estructuras de pensamiento. 

II.- EL PENSAMIENTO EN LA POÉTICA 

SOLEDAD Y SU INFLUENCIA 

Para quienes leemos a Ángel Gavidia, nos resulta accesible identificar el tema “de la soledad”, este posiblemente viene con él desde sus primeros años, desde cuando aprendió que Vivir, significa separarnos del lar, de la infancia, porque conforme pasan los años nos internamos en el camino de la búsqueda de la finalidad social y de la existencia, es decir cómo vamos a ser en el futuro, extraño siempre. La soledad es el fondo máximo de la condición humana. 

El hombre es el único ser que más sentidamente se siente solo y el único que durante su existencia es búsqueda de otro. Su ser natural, si cabe la expresión en cuanto hablamos de naturalidad al referirnos al hombre, precisamente, se ha extraviado de sí mismo, por cuanto ha sido indiferente y hasta victimario con la naturaleza por la contaminación no solo del ambiente sino del ser humano en sí. 

El hombre es búsqueda permanente en la comunión de lo social y de lo infinito. Será por ello que cada vez que se enfrenta a sí mismo se siente con la carencia de otro, como soledad. 

Al nacer rompemos el cordón umbilical y con él, nuestro cómodo habitat en el vientre materno. Entonces, mientras los padres celebran nuestro nacimiento, la sensación y destino de vivir se expresa como ruptura, distanciamiento, desamparo, y el arribo a un mundo extraño que luego se vuelve hostil. Asimismo, a medida que crecemos y desarrollamos conciencia, esa primitiva sensación, se transforma en sentimiento de soledad. 

Es, entonces, cuando somos conscientes que conformamos una sociedad y tenemos que integrarla; sin embargo, las culturas, las procedencias y los entornos de la convivencia nos deparan acercamientos o distancias para con los congéneres. De resultas, por los ideales o posiciones, a veces, unos se adecúan a vivir solos, y otros, con estoicismo traspasan la soledad. 

De la soledad a la tristeza hay un paso, por lo que, creo, nadie optaría por la pena injustificada, de manera que la vida se convierte en un esfuerzo y lucha permanente por abolir la soledad. No obstante, y de acuerdo al sentido de la vida que cada quien otorgue a la suya, el sentirse solos tiene un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de sí; y por la otra, en un deseo de salir de sí o llegar “al otro”. 

De La Soledad y otros paisajes (1987). 

Quizás Dios no creó la soledad,
quizás la soledad y Dios nacieron juntos
y juntos se amamantaron del seno de una pena que venía de lejos… 

Quizás…quizás por eso
la soledad fue triste
y Dios se hizo distante. 

En definitiva, la soledad es una de las condiciones más altas o estremecedoras de nuestras vidas. Se presenta como un reto para enfrentarlo con tolerancia, optimismo y fe en la realización socio-espiritual, de manera que las categorías de angustia e inestabilidad desaparezcan. 

La concertación nos orienta a la plenitud, y ésta nos dará reposo y dicha, en adaptabilidad al mundo, como único fin del Iaberinto de Ia soledad. 

ECOLOGÍA A NIVEL DEL HOMBRE 

Desde sus orígenes, el hombre siempre ha intentado no solo conocer la Naturaleza, sino también, dominarla, estimando que de esta acción dependía su supervivencia y éxito de vida. Por ello, nadie duda que el conocimiento de la naturaleza, y posterior transformación para la sobrevivencia nos deparó el conocimiento científico y la técnica. 

Este reconocimiento a la naturaleza, también es elevada en la creación poética de los aedos. Este es el caso de Ángel Gavidia, por la temática que aborda y por la concepción ecologista que asume. Nuestro autor sabe que el hombre gracias a su inteligencia, ha sabido adaptar la realidad a sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza y perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas. Desde el campo agronómico, el hombre no se ha conformado con recolectar los frutos que la naturaleza le ofrece, sino que aprendió a sembrar y cosechar; y, desde el área de la construcción, orientó para que los sistemas de embalse y canalización permitan tener agua corriente en lugares en los que las lluvias son prácticamente inexistentes. 

De Arando en el mar (1996) 

Para qué,
si ya no habrá mañana
ni ayer
porque habrán roto el origen de raíz.
Las piedras,
los manantiales,
los peces,
las cucardas,
los más ocultos árboles,
pagarán por nosotros,
por dejarnos crecer,
por ayudarnos,
por no impedir a tiempo la malvada neurona procreando. 

En estos tiempos ya tomamos conciencia que el hombre "usa" la naturaleza para satisfacer sus necesidades, pero también es cierto que, lamentablemente, muchas veces "abusa" de ella y acaba destruyéndola. Somos conscientes de la extinción de especies animales y vegetales, deforestación, contaminación del agua y de la atmósfera. Y es en esta circunstancia en la cual aparece la voz del poeta Ángel Gavidia, quien fiel a su sensibilidad y sentida poesía, nos trasmite el mensaje de que el hombre, quien es un ser natural más, no debe considerarse "dueño de la naturaleza" o que la utilice de modo arbitrario y muchas veces hasta agotar sus recursos indiscriminadamente. Entiéndase que el hombre no posee derechos absolutos sobre la naturaleza, sino que debe administrar sus recursos en un marco de respeto hacia la realidad natural y en salvaguarda de las generaciones futuras. 

El cambio climático mundial y sus repercusiones nacionales y regionales nos evidencia que se está destruyendo la naturaleza. Las empresas industriales y mineras no respetan sus leyes, lo cual equivale a no respetar al hombre que ha de vivir de ésta y en ésta. Por intereses económicos inmediatistas no estamos tratando racionalmente a la naturaleza, que es lo mismo a no respetar nuestra naturaleza humana, dignidad y su angustiante futuro. 

Esos Grillos 

Esos grillos
sin patas,
sin antenas,
con sus tripas al aire
siguen atormentándome. 

A nuestro entender, la ecología si debe tener consideraciones éticas, no obstante que ésta es la "ciencia que estudia las relaciones de todos los organismos vivos entre sí y con el medio físico en lo que se refiere a producción o intercambio de materia orgánica". Es por ello que, justamente sus valoraciones sí deben tener un carácter normativo para la conducta humana y ejercicio de la ética. Entonces, la naturaleza por parte del hombre despertará resultados sostenibles con métodos con los cuales la economía, la sociología y la política, tendrán rostros humanos. 

EROTISMO Y POESIA 

El erotismo es el encuentro de los cuerpos, como es la unión de las palabras en la poesía, éste crea una comunicación bajo el deseo de los cuerpos y el significado de las palabras. En consecuencia, la poesía erótica es alta erotización del deseo carnal y la palabra deseada. 

En este contexto, el poeta Ángel Gavidia con humanidad y pulcritud ha logrado en El Centro de la Tierra el buscado encantamiento del lenguaje frente a los cuerpos desnudos. A través de su breve pero sugerente lenguaje, erotiza el deseo de los cuerpos como transfiguración de la libido. Su poesía, sincera y sin ambages, canta el deseo de los cuerpos amorosos que se aman también en las palabras. Con seriedad acomete el difícil oficio de la poesía erótica, es decir asume al uso de los cuerpos como materia prima para su sobresaliente creación poética. 

De El Centro de la tierra

DOS 

Estas manos
hechas para las frutas de la tierra
merodean tus senos
los acunan
los llevan a mi boca
lo estrujan
en un gesto animal que rememora
al mono del origen feliz entre naranjas,…

Desde cualquier género literario podemos contribuir a un nuevo humanismo para hacer de la sexualidad lo que siempre debe ser: un hecho transcendente. Como ocurre en otras culturas que saben diferenciar el erotismo de la pornografía. Felizmente, Gavidia lo recrea y lo eleva mediante el lenguaje poético para convertirlo en lo más sublime y espiritual. El encuentro sexual de los cuerpos y que se transforma en un encuentro erótico de las palabras. En estos poemas la palabra recupera el cuerpo de los deseos como el cuerpo recobra a la palabra que la canta. 

OCHO 

Tu columna vertebral,
una palmera.
Tu cuerpo,
una palmera.
El huracán nace de ti
y me rompe como a un cristal,
como a una bandada de pájaros
piando. 

TRECE 

Así,
jineta de los vientos,
así,
sobre la silla afilada que te espera
que te sueña
que te afirma y empapa.
¡Vuela!
¡Vuela!
¡Vuela!
¡Qué cercano está el cielo! 

Conceptuamos que el erotismo y la poesía son dos expresiones de la sexualidad y, la literatura, reivindica al cuerpo y la palabra. Es conveniente advertir que en la actualidad y en una sociedad reprimida y de doble moral como la nuestra, la reivindicación del cuerpo y la palabra es un reto, el mismo que, a la vez, se convierte en arte erótica y arte poética. La poesía, es en definitiva, un instrumento necesario para humanizar, lo cual dignifica a la creación porque la poesía como el erotismo son arte, y la función social y espiritual del arte, es la reivindicación de la estética, la libertad, la ética y la realización humana. 

Con el libro TODA SU POESÍA, Ángel Gavidia, se ratifica como un poeta imprescindible en el parnaso de la poesía del norte del Perú, por la forma de sus palabras y el pensamiento poético que sostiene y proyecta.


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