ESCRITORES CAJACHOS:
PUKA YAKU, CUENTOS SOBRE LOS AÑOS DEL TERROR
España
Fransiles Gallardo no ha abandonado ni ingeniería ni la poesía. El considera que hay cosas que solo se pueden decir narrándolas, es decir en cuentos.
A través de su
experiencia como ingeniero civil, a Fransiles le tocó viajar durante los años
del terrorismo (léase senderista y de Estado) por diversas regiones del Perú.
Vio, vivió y escribió lo que pasó por sus ojos y oídos.
Puka Yaku, Río de
Sangre retrata el trágico Perú desde dentro con el aditivo del narcotráfico y
está llamado a convertirse en un referente de la narrativa peruana.
Es justamente esta narrativa con olor testimonial de nuestro reconocido escritor de Magdalena, Cajamarca.
Al decir de Cronwel
Jara: "atrapa la curiosidad. Refieren hechos sociales de suma violencia.
Situaciones que sobrecogen, aterran, asquean. Las bombas y la sangre, las
desapariciones humanas y las muertes encarnizadas, misteriosas, amañadas,
aparecen también en la vida real, en las primeras planas de los diarios
capitalinos y tocan alarma.
Esto no es ficción.
La historia peruana siempre fue cruenta. Y, dadas estas nuevas formas de
violencia y crisis social, la narrativa breve la retratan.
Son los cuentos que
describen la violencia armada en muchos ámbitos, sobre todo en las zonas centro
y sur del país, y en Lima, la ciudad capital, por supuesto.
La violencia que
atañe, en especial, a los espacios (provincias, pueblos y caseríos) más
alejados y pobres, donde hay carencia indispensable para vivir: oportunidades
de trabajo, medicinas, escuelas, alimentos, seguridad ciudadana, industrias,
universidades; lugares, a veces, de pase de droga y 'protegidos' solapadamente
por el narcotráfico y, aunque parezca increíble, por las mismas fuerzas armadas
o las policiales. "
Hay dolor, pero también ese humor irónico y sarcástico muy típico de los cajamarquinos. Aquel humor que nos ayuda a saber lo que pasó y a levantarnos con más fuerza para conocer a través de la ficción el imaginario de los hechos que enlutaron al Perú, hechos que claman aun por justicia.
A los cajamarquinos habitantes
en Lima, esta es una cita que no deberían perderse. Felicitaciones, maestro
Fransiles!