Danilo Sánchez Lihón
...es bueno hurgar
en el tiempo. Así
sabremos
qué fuimos ayer,
qué somos hoy
qué seremos mañana.
Mañana,
en los ojos de los niños
no habrá lágrimas...
Julio Yovera
1. El aire
translúcido
Katac
Ccaos es el nombre correcto de la localidad cercana a la ciudad de
Piura, en la costa norte del Perú, lar que en tiempos inmemoriales fuera
capital de la cultura Tallán.
Cuando
se visita dicho lugar, pese a ir por la superficie de la tierra, se
tiene la sensación que se ingresa a una dimensión transparente y hacia
otro mundo.
O,
por lo menos, que estamos en otro plano o nivel, en la refracción de un
espejo, o en la lucidez de los sueños y consecuentemente de que
habitamos en una dimensión mágica.
También
sintiendo que existimos en un tiempo remoto y de prodigio, apreciando
la naturaleza exuberante bajo el aire translúcido, escuchando el hablar
de la gente, observando los rostros de las personas esculpidas como
efigies de un mundo fantástico, onírico y alucinado.
2. Mundos
insólitos
Katac
Ccaos es lugar de orfebres, de urdidores de filigranas en caña brava y
en madera, de joyeros estupefactos; de encandilados pesadores de oro,
plata y piedras preciosas en balanzas atónitas y embelesadas. Es lugar
de tejedores de sombreros, de urdidores de canastas que imitan formas de
animales imaginarios, de fantaseadores asombrados.
Cuna
de alfareros insignes, de peleteros abstraídos en el trote agitado de
los animales cuya pelambre tiemplan a la luz del sol y de la luna según
el fin que les quisieran asignar, de retratistas de iguanas, de
sazonadores legendarios de comidas inescrutables, de alquimistas de
inciensos, perfumes y fragancias.
Es
cuna de urdidores de pócimas que consuman su arte y sus ciencias
milagrosas en lograr bebidas espirituosas, como el concentrado de cañazo
y la chicha mellicera, milagreros de amores sublimes; en fin: de
contertulios de mundos insólitos.
3. Mundo de gozo
pero escondido
Y
he visto cómo pulen sus vasijas con laboriosidad infinita. Y luego
graban sobre lo liso y pulido signos en blanco en la superficie
oscurecida porque los misterios son lo que más tienen claro.
Porque
los enigmas son sus verdades más prístinas y aquellas con las cuales
tejen y destejen sus emociones. Como también leen designios que son sus
más caras conquistas cotidianas.
Y
así como dibujan con hendiduras claras sobre lo oscuro de las
superficies, así es como hicieron pirámides invertidas, y un mundo de
gozo, pero escondido en el fondo del alma.
Alumbran
el espíritu con inmensas botijas de chicha hacia lo que es el mundo del
subsuelo que les permitiera trasponer el mundo de sombras y alcanzar el
mundo de la superficie y proyectarse hacia lo etéreo.
4. Palmaria
entereza
Tallán
deriva del quechua “thalana” que significa: “lugar donde se yace de
pecho”. Esta imagen es un anagrama y una clave secreta; y resume mucho
de la visión del mundo contenida en esa cultura que yace encubierta y
que, sin lugar a dudas, maestros de las artes mágicas como son los
chamanes que ayudan a descubrirla, develarla y ojalá que a hacerla otra
vez vigente en sus aspectos y valores primordiales.
De
seres imbuidos de esos antecedentes y ancestros ensimismados en cuerpo y
alma, fijos y a la vez errantes, averiguadores insaciables de todo, que
los hacen peregrinos y exploradores andante del universo. Y a quien en
su forma corpórea se los contempla plenos de dignidad, ahítos de
fundamento y colmados de sutil terneza, como de evidente y palmaria
entereza.
Y
es que el dios fundador de los tallanes es Mec Non, divinidad versátil,
abierta como el horizonte y volátil como un relámpago. Ave o pájaro,
que “yace de pecho” con las alas desplegadas, no en dificultad sino
inquiriendo hacia otra dimensión. ¿Cuál es esa? Aquella de las esencias.
5. Leve
brisa
La
capital de esa cultura de hombres ave, aire y fuego fue la ciudadela de
Ñari Walak, lugar nube donde su dios vino al mundo. Y de los tallanes
se dice que nacieron de un huevo que abrió Mec Non y de donde surgieron
dos hermanos.
Ellos
descendieron de las estribaciones andinas y de ellos retuvieron su
visión vertical del mundo a la que agregaron su noción horizontal de la
vida, en función de la llanura y la lejanía; sumando su contemplación
vasta, transparente y eterna a su índole de altura, de profundidad y
abismo,
Trajo
Mec Non como elemento cultural su anhelo de libertad, amplitud e
infinito, porque es un Dios que explora, que se aventura y expande. Es
divinidad del horizonte.
Por
eso, en las noches en Katac Ccaos se encienden hogueras y se siente su
presencia en las arenas y en las olas que sopla y agita la leve brisa.
6. El amor
bajo tierra
Los
tallanes que fuera una cultura de asombro que floreció en lo que hoy es
Piura, adoraban al viento, a las aves y a todo lo que fuera
transparencia. Por eso, hasta ahora se complacen adivinando en la línea
del horizonte del mar las verdades supremas y dando forma al infinito.
Erigieron
mundos ensimismados en lo transparente del aire como si fueran sellos
en el agua. Por eso visten de trajes blancos o negros, para tener un
punto riguroso de apoyo y referencia entre tanto enigma y tanto
deslumbramiento.
Y
lucen hondas ojeras no solo por darle un pedestal a la mirada, sino
porque son vigilantes de los arcanos, adivinadores del gran sortilegio
que es el universo.
Son
los tallanes los hacedores de sus cerámicas golpeando con un ritmo
acompasado y frenético en las vasijas de barro como si tocaran tambores
de guerra o hicieran el amor, pero hundidos bajo la tierra.
7. Mundos
soñados
Por
eso, Kata Ccaos es égida, un promontorio invisible en una punta
anímica. Ubicado en lo que es la salida más provocativa de la tierra al
mar como es el departamento de Piura.
Donde
lo que aparenta ser llanura es más bien pináculo y arrecife más bien
edificado en el viento, con edificios y construcciones encima de los
vendavales, en las brisas y en el aliento de las madrugadas.
Erigidas
están sus moradas con la materia de los sueños, que entrelaza sus
caminos a partir de viajes astrales. Que ha armado sus calles y avenidas
en las transposiciones de lugares ordinarios en espacios
extraordinarios.
Que
ha construido sus templos en las iluminaciones y catalepsias de los
espíritus visionarios. Tanto es así que hay algunos réprobos que
aseguran que es una cultura que nunca existió ni existe.
Y es que son pórticos hacia el desierto y con ciudades, utopías y mundos soñados, construidos en el espejismo del horizonte.
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