LIDIA IRENE VÁSQUEZ
RUIZ
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19 DE
MARZO
NACE
TÚPAC
AMARU
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
TÚPAC AMARU
Y LA UTOPÍA
ANDINA
Danilo
Sánchez Lihón
1. Herencia
incaica
José Gabriel Condorcanqui, o Túpac Amaru, nace el 19
de marzo del año 1738 en el barrio de Arco Punco en Surimana, poblado
perteneciente a la provincia de Canas al sur del departamento del Cuzco.
Descendía en línea directa de doña Juana Pilcohuaco,
hija del Inca Túpac Amaru I, quien a su vez fuera hijo de Manco Inca y nieto de
Huayna Cápac, quien fuera ajusticiado por el Virrey Toledo en 1572 en la Plaza
de Armas del Cuzco.
José Gabriel era el segundo hijo de don Miguel Condorcanqui,
gobernador de Surimana y de doña Rosa Noguera; quien desde los tres años fue
huérfano de madre, pues ella murió en 1741 a la edad de 30 años, y su padre
contrajo nuevas nupcias, criándose desde entonces bajo la tutela de algunos
tíos.
En 1750 muere su padre, cuando él tenía 12 años, como
también muere su hermano mayor, quedando él como el heredero del cacicazgo y cabeza
principal del linaje que le correspondía como patrimonio, en donde Túpac Amaru
es el apellido de su alcurnia o estirpe, y que significa: “serpiente que resplandece”.
2. Condición
del hombre
Reivindicaba Túpac Amaru en todo momento su
ascendencia de Inca, siendo respetuoso y devoto de su ancestro incaico, de allí
que cuidaba su prestancia y majestad; y se consideraba aludido en todo reclamo
y en toda situación que requiriera la defensa de derechos conculcados, para
después encarnar la representación de su pueblo y la razón de su lucha de
justicia social para sus hermanos de raza.
Y es esto lo que conmueve en el movimiento de reivindicación
que él lidera, como su total y plena raigambre e inspiración andina, la
legitimidad de que se inviste para entroncarse con el pasado milenario,
gestionando primero la solución a los problemas en que se cometen delitos de
lesa humanidad. Conmueve que todo el movimiento estuviera legitimado en la
autoridad de su conductor y que fuera gestado desde abajo y desde el fondo de
la realidad en la cual se expresa.
De allí que siga concitando tanta adhesión, hecho que
también se debe a su vínculo con lo popular, a su cohesión con lo indígena y a
su carácter rural, realidades que nunca dejarán de existir. Incluso el carácter
campesino permanecerá siempre sobre la faz de la tierra, porque no imaginamos
el trigo, la papa y el maíz cultivado en probetas ni por robots, ni en las
ciudades. Porque en todo ello la esencia en realidad no es la función misma
sino la condición inherente al hombre que demanda y compromete dicha actividad.
3. Hermanos
nuestros
De allí que la adhesión al movimiento de Túpac Amaru
sea a ciegas, con fe absoluta e inquebrantable. Porque siempre estará presente
en el alma humana y por órdenes vitales el anhelo de un mundo justo para todos.
Donde la salud no tenga precio, las mujeres no tengan que venderse y los niños
no tengan que delinquir para proveerse de su sustento; donde los ancianos no se
vean privados de un lugar donde dormir.
Y en todo ello tomando como referente el mundo andino
en donde existió protección para todos, donde no había ni una sola persona
abandonada a su suerte, donde se hizo una razón de estado los principios de la
solidaridad y la fraternidad humana, y que constituye nuestra herencia
inapreciable.
De allí que cada día nos convenzamos más del
privilegio y la responsabilidad de haber nacido en un país como el Perú, y nos emociona
que haya habido, sigan habiendo y se levanten indestructibles más hombres y
mujeres valerosos, consecuentes y auténticos, como lo fue y lo es Túpac Amaru y
Micaela Bastidas que nos inspiran a ti, a mí y a tantos hermanos nuestros.
4. Querer
y amar
Lo que explica la motivación de Túpac Amaru para
iniciar y emprender su gesta libertaria es la cultura andina de la cual él es
el depositario y trasmisor. Distinta a la europea u occidental trasplantada.
Mundo aquel en donde no había puertas en las edificaciones. ¡Había entradas y
salidas, eso sí! Lugares por donde entrar y salir, pero no había atajos,
trancas ni topes.
Porque si no: ¿dónde se ha encontrado algún vestigio
de alguna puerta que cerrara, tapara o impidiera el paso hacia algo? ¿O dónde
se puede observar huecos en las piedras de entrada en donde se dijera: estos
son los apoyos de los goznes donde se colocaron las puertas que se abrían y
cerraban? No hay puertas, porque esta un mundo franco, abierto y solidario.
Había entradas sí. Las mismas que eran trapezoidales,
en cuyo marco se ponían las mejores piedras por su textura, coloración, y por
el espíritu generoso que lo animaban. La entrada era lo más hermoso de toda la construcción.
Porque todo aquí antes de la llegada de los españoles era un mundo piadoso, porque
se reconocía y comprendía que la vida se había hecho para querernos y amarnos.
Y todo ello fue lo que inspiró a Túpac Amaru.
5.
Influyó
sabiamente
en él
No lo inspiró
nada que fuera ajeno ni externo, sino propio y genuino. Pero, ¿en dónde podemos
encontrar la fuente para sus propuestas visionarias tan coherentes con nuestra
realidad?
El ideólogo
inspirador de esta rebelión fue un hombre nacido doscientos años antes de él,
mestizo por ser hijo de una ñusta incaica y de un capitán español, quien
escuchó en sus “niñeces” el relato oral de boca de sus tíos maternos acerca la
grandeza del imperio incaico.
Él fue el
Inca Garcilaso de la Vega principalmente con su obra los Comentarios Reales de
los Incas. Este nexo es fundamental para situar y valorar en su justa dimensión
a las ideas como germen y a las emociones auténticas como claves, a fin de
cultivar un acercamiento pleno y total hacia ellas y para que se entienda que
ni son inocuas ni son gratuitas.
Así, el punto
de la mayor significación de aquel suceso es la estrecha ligazón que tuvo este
levantamiento con los Comentarios Reales de los Incas, obra de la cual Túpac
Amaru fue asiduo lector y que influyó sabiamente en él y en su movimiento
emancipador.
6.
Por villas,
aldeas
y bohíos
Vale recalcar
en esto que se olvida frecuentemente: cuál es que Túpac Amaru fue un hombre
cultivado en letras y ciencias y un gran lector asiduo y consumado.
Y todos sus
biógrafos destacan cómo él fue influenciado por aquel libro apasionado de los
“Comentarios reales” del Inca Garcilaso de la Vega, de quien fue constante y
aplicado lector.
Ejecutado el
caudillo la corona española prohibió la circulación y lectura de dicha obra,
porque en los fundamentos de tal medida se expresa de manera subrayada:
“excitaba la
conciencia de nacionalidad”
Y es que
Túpac Amaru era indio culto, instruido, quien siempre asistía a los debates de
ideas que se presentaban en los claustros académicos ya sea en Lima o en Buenos
Aires adonde arribaba en su tarea de arrieraje pasando por villas, aldeas y
bohíos.
Fue incluso
quien le enseñó a leer a su esposa, Micaela Bastidas, en una época en que
estaba prohibido y era penado que una mujer supiera leer.
7.
Unidos
en
esta gesta
La gesta de
Túpac Amaru inspirada por el Inca Garcilaso de la Vega es un arco de unión
entre la visión y la acción.
Es comprobar
y asumir que en la cultura hay vínculo y fusión de espacios y de tiempos.
Que hay
complementación de aportes, algunos pulsando la pluma y otros empuñando la
espada.
El Inca
Garcilaso de la Vega y Túpac Amaru se unen abarcando incluso los opuestos y
contrarios en un ejemplo de integración y continuidad.
Uno es visión
y el otro praxis. Uno es la poesía y los sueños, otro es el clarín, la brega y
el agitarse del pulso en la batalla.
Ambos
inspirados en función de los valores ineludibles que nunca debemos claudicar en
defender.
Ellos dos
unidos en esta gesta que al decir de don Jorge Basadre:
"hicieron
de la negación y el fracaso, la escuela del triunfo".