PANEL
DE EXPOSITORES:
CARLOS CASTILLO MENDOZA
EMILIO SÁNCHEZ LIHÓN
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
ACTUACIÓN
ARTÍSTICA:
YAMANDÚ ALTAMIRANO
MILAGROS FLORES*
FREDERIK SOTOMAYOR
MIÉRCOLES 16 DE MARZO
6.30 PM.
LOCAL
CENTRO CULTURAL
UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
Av. Cuba 301. Jesús María
*****
13 DE
MARZO
EL
BIEN
DE SER
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL CORAZÓN
EN
LA MANO
Danilo Sánchez Lihón
1. El milagro
que habitamos
En un mundo es que es tan fácil condenar, qué
importante es que alguien –que puedes ser tú–, defienda algo, no importa que
sea mínimo, pequeño o exiguo, pero bueno, y lo haga grande e importante.
En un mundo en que es tan fácil el desaliento y el
sentirnos solos, pensando en que algún mal nos aqueja, o que un signo adverso nos
persigue, o que una cábala enreda nuestros pasos, qué importante es que alguien
afirme una buena nueva, siembre algo que fortalezca y erija una esperanza. Y en
base a ello se construya un camino dándole amparo y sustento.
En un mundo en que es tan fácil desorientarse y perder
el sentido, ¡qué importante es que alguien lo mantenga incólume!, nos señale el
rumbo a seguir y encamine alentando lo que protege la vida, es valioso,
permanente y nos redime.
Porque esta vida puede írsenos de las manos de un
momento a otro, sin haber reconocido nosotros mismos el milagro que habitamos
por breve instante, en el cual cabe defender lo natural, lo sincero y trascendental.
2. Como
hermanos
En una situación en la que hace falta todo, ¡qué
importante es que alguien transforme lo escaso y lo haga abundante; que en vez
de frustración ostente una flor lozana en el pecho!
¡Qué importante es que alguien defienda lo poco, pero
tierno, y consagre su vida hacia ello! Y se deje de propagandizar tanto
nuestras miserias y desgracias hacia la pared de enfrente.
¡Y qué importante que no nos perdamos de alentar lo
bueno! Qué importante que brindemos atención a lo que es verdaderamente
valioso, reconociendo que la vida no se agota en un tema ni en un problema, ni
en una circunstancia siquiera.
En una realidad en la cual estamos tan tentados para
maldecir, qué sabio es sostener algo noble, aunque incipiente, con el corazón
en la mano.
Cuando se piensa que nadie arriesga nada por alguien,
que importante es reconocernos a todos como hermanos y poner por todos nosotros
las manos en el fuego.
3. Ser
mejores
Asumamos nuestra realidad, aceptemos lo que somos y
seamos felices para descubrir lo potencial que tenemos. Porque no hay abundancia
externa sin que antes no la hayamos cultivado al interior de nosotros mismos
erigiéndola juiciosa y sensatamente.
Porque cada quien es hacia el fondo de sí mismo un
tesoro escondido, una perla y un diamante de extraordinaria hermosura y por
descubrir.
Por eso, seamos en primer lugar aquellos que
reivindican lo que les es propio y suyo.
Aspirando a desarrollar, porque ¡ése es el imperativo
moral! Y mucho más en esta hora decisiva, reconociendo que la riqueza es
fundamentalmente riqueza afectiva, de seres que se quieren, valoran y respetan.
Porque la felicidad, como el arco iris, no se ve nunca
sobre la casa propia sino siempre sobre la casa ajena.
Entonces conscientes de ello aprendamos a saber que la
tenemos o podemos conquistarla, aceptándonos, queriéndonos e impulsándonos cada
día a ser mejores.
4. Una
cadena
Si cada uno de nosotros encara su deber con acierto;
si cada uno cumple con lo que le incumbe hacer y que todos esperan que cumpla,
se habrá forjado el eslabón de oro que el otro necesita para responder con
temple y coraje engarzando anillos de valor, temple y de ternura.
Porque, somos una cadena de brazos, palabras, miradas,
corazones que se enlazan y proyectan; que, aunque autónomos, vamos
inexorablemente conexos y, ojalá, asidos fuertemente. Lo importante es el ánimo
y el coraje con que esto lo asumamos.
Si vamos disgregados somos débiles, y presas del vacío
y desaliento; en quienes se cierne la amenaza del precipicio que hay afuera y
adentro de nosotros mismos, alrededor y al interior nuestro.
Cogidos de las manos hoy, y ojala que siempre, hacemos
tuerza para alcanzar la tierra prometida, adonde algún día arribaremos si
tiramos todos y al mismo tiempo en el mismo sentido y hacia la dirección correcta.
5. Nosotros
mismos
Porque la historia no se gana o pierde únicamente en
los campos de batalla, o en los escenarios en donde acontece un hecho
extraordinario que concite la atención de la multitudes y de los medios de prensa.
La historia verdadera, importante y decisiva es la de
nuestras vidas comunes y corrientes, la de naturaleza cotidiana y del día a
día, pero ojalá hechas portento y maravilla.
Porque es en el fragor de lo simple y sencillo, y en
el espacio e intervalo que hacen cada paso que damos, así sea cansino, en donde
se endereza o se tuerce un camino y con ello nuestro destino.
La historia se gana o se pierde en cada hecho casero, recoleto
y escondido.
Es más la suma de estos actos es lo que hace que algo
permanezca o algo termine, o sencillamente cambie; que el mundo se vuelque a un
lado o a otro.
O se endereza por el peso y gravedad de los hechos
auténticos.
Y no solamente por los que ocurren al interior de
nuestras casas sino por los que acontecen al interior de nosotros mismos.
6. De valor
amplio
Porque un país se hace grande en la medida que tiene
grandes hombres y estos echan sobre sus hombros todo aquello que nos integra y
conglomera. Es aquí, en estos aspectos que se triunfa o se pierde.
En este aspecto es importante también tomar en
consideración que es a través de las instituciones y de las organizaciones
sociales cómo plasmamos nuestra contribución a la sociedad.
Entidades que no debemos mirar como algo ajeno o
extrañas a nosotros mismos.
Sino como el espacio en donde concretamos nuestros
ideales y por medio de las cuales mejoramos nuestro contexto y medio social.
Son también las instituciones las que debemos mejorar.
En primer lugar quienes están dentro de ellas y pertenecen a sus filas y a la
lista de sus miembros.
Quienes las representan, las conforman e integran;
desde el trabajador más humilde hasta el funcionario más alto y encumbrado,
pero también quienes están fuera.
Para ello dejar los intereses mezquinos y ocasionales,
las bajas pasiones, y guiarse por lo que es de valor amplio, abierto y
comunitario.
7. Una
victoria
Y para triunfar una clave es que todo lo hagamos con
el corazón en la mano, incluso si nos equivocamos en todo o en nada.
Pero siempre íntegros, totales, expuestos, arriesgando
todo, en vilo y a pulso, sin máscaras ni ropajes, puntuales en toda cita de
honor.
Significa presentarnos sinceros, sin dobleces, sin
malas intenciones o intenciones torcidas. Sin reticencias ni medias tintas, sin
peros ni disculpas.
De pie, incólumes, enterizos, francos y confiados ante
los asuntos supremos y de vida y muerte.
Corazón en la mano es a pulso, firmes, con la mirada
de frente.
Es apostando todo, aferrados al triunfo, con toda fe,
absolutamente seguros de que se van a abrir los mares, sin titubeos ni
reticencias.
Dando todo por el hermano y si es posible hasta
muriendo por él hecho que siempre será una victoria.
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El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
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