Yo busco en mí el triunfo
libre,
universal, de la vida.
César
Vallejo
1. Mayor
plenitud
El mundo andino que ha sido construido, cultivado y
decantado pacientemente desde las culturas pre incas y también en la época
incaica, hasta lograr su aparente naturalidad y hasta su sabio primitivismo,
como por ejemplo de ser candorosa y matinal, que así lo fuimos al principio y
lo conservaremos hasta el final, es la única alternativa que queda al mundo contemporáneo
para salir del atolladero de la globalización y seguir las verdaderas rutas que
nos hagan una humanidad digna de sobrevivir sobre la faz de la tierra.
Sin embargo, el despojo y la coerción con que se ha
tratado al mundo andino, y se lo sigue tratando aún; la horrenda miseria que se
ha impuesto sobre él, y de que es víctima, no han mellado su esencia. Tampoco
la inmisericorde explotación con que se lo castiga, y de la cual somos
cómplices, no han podido hasta ahora destruir esa insigne cultura ni quitarle
un adarme de su bondad y ternura.
Si ha ocurrido así, como dice un yaraví ayacuchano,
“entonces ya ni la muerte podrá matarnos”. Porque el genocidio más infame de
toda la historia de la humanidad se descargó sobre este mundo. Así como es
legendaria y de gesta su resistencia heroica, que ha logrado conservar aún las
lenguas primigenias. Y en esa dimensión será su florecimiento futuro, como la
más grande victoria que podremos conseguir para el Perú y el mundo; y que es la
utopía que anima y alienta al movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra.
2. Capacidad
de pervivir
Se alcanzó en la mayoría de las expresiones un
refinamiento vasto y profundo, y en lo esencial; como ocurrió en el habla y en
la oralidad, que se la cuidó conscientemente, con serenidad y armonía supremas.
Como también, por ejemplo, en cómo era el trato y el significado, el señorío y
la distinción de los nombres comunes y corrientes, no solo de los dignatarios,
y la ternura de los apelativos como Quispe, el iluminado y brillante, o Huamán,
el elevado y excelso.
Quiero decir con esto que en este plano, como en
muchos otros, nuestra cultura es el resultado de un proceso muy arduo de
síntesis, de perfeccionamiento y depuración. Es decir, no surgió por generación
espontánea ni casualmente, sino que es un producto cultural que abarca procesos
de elaboración en lo educativo y social, en lo artístico y científico, en lo
religioso y moral, así como también y lógicamente en lo cotidiano, casero y
familiar.
Es un modelo prolijo y sutil el de esta cultura que
evidencia y revela una visión muy profunda, original y refinada de las cosas,
plena de sabiduría y acendrada virtud. Cuyo
estamento y estatuto es el de una expresión ingenua ni silvestre aunque lo
parezca, residiendo en ello su capacidad de pervivir, no siendo ni endeble ni
bárbara. El mundo andino es una acumulación quintaesenciada de experiencia y
pensamiento, que por el hecho de no haber quedado registrada en escritura
pareciera carecer de valor, y ni siquiera existir.
3. Revalorización
de la oralidad
Ello se debe a que tenemos el defecto, muy europeo por
cierto, de que si no se muestra algo tangible, como puede ser en último caso el
registro en código de escritura de algo, entonces concluimos que aquello no es
serio ni es confiable ni verdadero. Tratamos de convencernos de que de ese modo
no es funcional, y que al contrario: es vacuo, nulo e inconsistente. Y lo que
se proponga siendo así no existe.
Pero observemos en cambio lo siguiente: en la ciencia
incaica no hay escritura, situación que ha motivado una injusta apreciación,
cuál es que no hay tradición científica en nuestra cultura ancestral. Sin
embargo las evidencias son innegables. Allí tenemos los portentos en todo tipo
de ingenierías que demandan y suponen investigaciones previas, incluso en el
ámbito de la astronomía. Por esta razón es muy importante, en dicha
perspectiva, la revalorización de la oralidad.
Porque a falta de esa apreciación se encasilla en el
prejuicio de creer que los antiguos peruanos no tuvieron ciencia; siendo dicho
conocimiento, en manos de los incas, el más avanzado del mundo en todo orden de
cosas. Si no, ¿cómo entonces se puede explicar, por ejemplo, la construcción de
Machu Picchu enterrado por más de 500 años y no se registró siquiera un atoro,
ni una inundación, ni un derrumbe, ni un deterioro en sus cañerías internas y
externas?
4. Este
fruto
Y si no, ¿cómo explicar los portentos que se
alcanzaron a realizar aquí en las industrias alimentarias, por ejemplo? ¿Cómo
considerar las evidencias que aún ahora nos asombran hasta en sus mínimos
detalles, como en la topografía a través de los andenes?
Realizaciones que suponen un dominio absoluto de los
procesos hasta de ciencias recientemente descubiertas, como la genética en
relación a la agricultura y a sus productos.
Si no, ¿cómo explicarse también los logros conseguidos
en ingeniería hidráulica, construcción de edificios, conservación de alimentos,
trepanación del cerebro, la amplia gama de medicinas, ingeniería de puentes y
caminos, a tal punto de haber procesado cromosómicamente creaciones como la
papa?
Este fruto, teniendo como base y punto de partida un
tubérculo venenoso, se lo trasformó científicamente en uno de los principales
alimentos de la humanidad actual.
Modelo, por lo demás, completamente distinto a la
ciencia occidental que con los productos transgénicos más bien daña y
pervierte, en este caso la papa, quitándole sus valores nutritivos.
5. Ejes
de gobierno
Además, los Incas no es que desconocieran la
codificación de la palabra en grafías. Ahí están para testimoniarlo los
“quilcas”. Sino que, analizando el peligro que la escritura acarreaba en la
deformación de las costumbres y actitudes humanas, ¡y hasta en el de las
cosas!, la descartaron de su proceso de desarrollo social y cultural.
No es entonces que ellos desconocieran la escritura
sino que la desestimaron y obviaron por desligar las ideas de la realidad y de
la vida natural, con el consecuente peligro de la enajenación del conocimiento
por un grupo de poder, de otro lado por la deformación de su uso, la
consecuencia de ello y la perversión de la vida, que ha sido y es el peligro
mayor.
Este rechazo a la escritura y su valorización de lo
oral es coincidente, además y paradójicamente, con la posición respecto a ello
de los dos grandes maestros de la cultura occidental y universal que
advirtieron del peligro de la escritura.
Ellos son Sócrates y Jesús, quienes se le opusieron,
advirtiendo acerca de las nefastas consecuencias de la letra y su aplicación,
solo que en el incario lo que era pensado como bueno no constituían ni quedaban
como advertencias y voces aisladas sino que se hacía de ello ejes de gobierno y
política de Estado.
6. Y
se lucra
Hay información acerca de esta toma de decisiones, acerca
de la aceptación o rechazo de la escritura, que ella ocurrió en la época del
reinado del Inca Túpac Cauri, que es cuando se descarta del uso en la vida
diaria de la palabra escrita, entre otras consideraciones para evitar que la
ciencia construya un mundo paralelo al de la realidad cotidiana.
Pero, más aún: a fin de que no se erija como un mundo
contradictorio al bien común; y tornándose oscura, críptica, y sobre todo
confrontada con la vida auténtica, deformándola y corrompiéndola al quedar en
manos de una élite. Y es más: que se volviera propiedad de unos cuantos, como
ha ocurrido con la ciencia occidental, hasta ahora.
Los Incas desestimaron la escritura en aras de la vida,
por su lealtad a la vida misma, para mantenerla incorruptible y evitar lo que nos
acontece ahora, en que el conocimiento contenido en ella, y la ciencia misma se
la ha distorsionado como privilegio y propiedad privada.
Y se lucra con ella, habiendo quedado atrapada en ese
esquema que antepone fines utilitarios como condición ineludible para afrontar
problemas básicos inherentes incluso a los Derechos Humanos, como es el de la
salud.
7. Herencia
gloriosa
Ahora bien, cabe señalar que al advertir estos hechos
no se trata de preconizar una vuelta o un retorno al pasado, sino ser
conscientes de estos asuntos y sus actuales condicionamientos para encontrarles
una debida orientación a los diversos elementos culturales, y a fin de
solucionar los desafíos del presente.
Panorama en el cual el mundo andino viene a ser una
acumulación de experiencias, una manera de conceptuar la vida que corrigió a
tiempo deformaciones con el objetivo de no perder espontaneidad y correspondencia
plena y justa con la vida.
Ese frescor, esa manera resuelta y coherente de
insertarse con el mundo natural, vendría a ser la decantación de un proceso
histórico arduo y complejo en donde primaron para su debida preponderancia
principios morales. De lo que se trata ahora es de cómo volver a conectar con
dicha tradición y modelo de desarrollo cultural.
Mundo andino que felizmente nos pertenece y tenemos en
dicha cultura una herencia gloriosa, y un destino acrisolado por cumplir, cuya
conformación y estructura se enraíza totalmente con la realidad natural,
geográfica y ambiental en donde dicha cultura alcanzó a desarrollarse.
Su aparente naturalidad es arte, su sencillez es
ciencia, su candor es sabiduría, producto de una elaborada decantación de la
experiencia sobre la faz de la tierra, y hasta cósmica.
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