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INELUCTABLEMENTE CARLOS…
La primera vez que se acercó a mí, me abordó de una manera originalmente simpática, típica de esos hombres que con su personalidad arrollan, que pueden decirle cualquier galantería a una mujer sin el menor atisbo de ofensa o prepotencia. En mi subjetividad intuitiva, inmediatamente lo capté grandioso y maravilloso…
La segunda vez, demostró lo que realmente era: un escritor de amplio calibre con una amplia concepción de la existencia humana que combina lo esencialmente espiritual con lo prestamente necesario y pragmático del tiempo que nos toca vivir.
Y la tercera vez… he tenido que confesarle que mi cariño por su ser es inevitable, tal cual esos trazos ineluctables, infalibles e indelebles que se arrojan sobre un lienzo, pero verdaderamente se marcan en el corazón.
¿A quién me refiero?... a Carlos Garrido Chalén, poeta, periodista y abogado, nativo de Perú, pero que realmente emergió a la luz, con un apostolado de amor para servirle a Latinoamérica y al mundo. Solo basta leer unas cuantas líneas de su amplia producción literaria para convertirse en presa de su encanto lírico e inevitablemente seguir leyendo, para continuar cayendo en la profundidad de los secretos de su esencia. Como en los versos que me permito citar:
“Con mi arpón de pescador, disfrazado de viento,
libro diarias batallas contra mi hambre
insaciable;
y aunque sé que sólo soy un caminante
que se sube a la higuera del silencio,
le temo al rey enamorado
en el que suelo convertirme
cuando te amo”
libro diarias batallas contra mi hambre
insaciable;
y aunque sé que sólo soy un caminante
que se sube a la higuera del silencio,
le temo al rey enamorado
en el que suelo convertirme
cuando te amo”
Sus imágenes de lenguaje depurado, con la elegancia de la sencillez, forman sinécdoques de una existencia que ha cultivado un pensamiento telúrico, sociológico, filosófico e intensamente humano:
"Era un árbol firme.
Y nada me importaba más que ver mis frutos
venciendo el hambre de los niños;
No recogía uvas de los espinos
ni higos de los abrojos.
Tenía un alma vegetal inmensamente sensitiva.
Y eso lo sabían los grillos que orquestaban
mis fiestas coloquiales"
ODA AL POETA VICTORIOSO
Signo de las raíces
de árboles que sueñan
sumarse a la pensante
muchedumbre.
Icono de metáforas pujantes
que hacen surcos
cual rizomas que crecen
debajo de la tierra,
dejando crecer tallos
de luces ancestrales
con ramas convertidas en abrazos,
con hojas de secretos,
con flores de sonrisas cantarinas
y frutos de arrojada intrepidez.
Podría yo, como tú,
conversarle a los sueños
del planeta,
si las piedras
expresaran su sollozo
y el silencio de las armas
anunciara el grito de la paz.
Pero, tú eres más hábil
y declamas sin descanso
para que un día,
las básculas mestizas
de cielo y telurismo,
te escuchen claramente
sin oídos,
sin tiempo
y sin distancia.
En la vetusta entraña
pueblerina
ha nacido tu estirpe
y tu talante. Y de allí viene
tu voz de sensualismo
que emociona
y tu acertado gesto
de hermandad.
Tienes categoría
del silente trofeo
guardado en una gruta
que de repente surge
y ovaciona,
para galardonar
con endechas de amor
y alegrías de indómita pasión,
la sencillez de los auténticos
valores: Caricia, Tierra, Agua
y Paz.
SAGAZ NAVEGANTE
Conspicuo donaire de impertérrita sublimidad
en la metáfora,
sagaz navegante que después de asaltar las estrellas
y el espacio exterior,
asalta su propio espacio interno
para encontrar luceros,
derramarlos en los terrenos predios,
hacer con su lirismo otro firmamento
y prodigarlo al prisma
de los aedas y cantores dulces.
Podrías dormir taciturno
sobre el musgo de Cronos,
disfrutando de tus estupendos sueños…
No obstante, abres tus ojos, tus letras y tu voz,
para que tus pensamientos, iconografías y discursos
liricos sensoriales,
escapen a revolucionar el mundo,
convirtiéndolo en dignidad,
paz y esperanza.
Eres: el tapiz que resalta el pálido rincón
de la luna,
la nota que hace reverdecer el bosque
en el estío,
la mano que acaricia y levanta el mentón
del poeta cautivo
y el genio de la palabra terapeuta
de fe, pasión y vigor
que resurge y hace resurgir.
DE LAURELES Y FIESTAS
Hoy es un día especial en nuestro huerto
porque el vetusto árbol se viste de hojas nuevas,
mientras sus férreas raíces se arraigan de infinito
y sus ramas son brazos
que con amor se entregan
con la admirable fortaleza del sol crudo
y la dulzura del pastor que sueña.
La constancia, dedicación y liderazgo
dejan bordadas huellas,
y la gloria ambiental se crece y ovaciona
honrando el caudal de la cosecha,
en cada ciclo de sacrificio, amor y pasión
que aviva notas tiernas...
Amado árbol:
espera muchas otras abundantes cosechas...
Después del trabajo constante,
sudor y esfuerzo transfórmanse en estrellas.
A tu lado estaremos por siempre
para seguir compartiendo maravillosas muestras
o grandes momentos inolvidables,
de laureles y fiestas.
CON DIGNIDAD Y DONAIRE,
Y nada me importaba más que ver mis frutos
venciendo el hambre de los niños;
No recogía uvas de los espinos
ni higos de los abrojos.
Tenía un alma vegetal inmensamente sensitiva.
Y eso lo sabían los grillos que orquestaban
mis fiestas coloquiales"
ODA AL POETA VICTORIOSO
Signo de las raíces
de árboles que sueñan
sumarse a la pensante
muchedumbre.
Icono de metáforas pujantes
que hacen surcos
cual rizomas que crecen
debajo de la tierra,
dejando crecer tallos
de luces ancestrales
con ramas convertidas en abrazos,
con hojas de secretos,
con flores de sonrisas cantarinas
y frutos de arrojada intrepidez.
Podría yo, como tú,
conversarle a los sueños
del planeta,
si las piedras
expresaran su sollozo
y el silencio de las armas
anunciara el grito de la paz.
Pero, tú eres más hábil
y declamas sin descanso
para que un día,
las básculas mestizas
de cielo y telurismo,
te escuchen claramente
sin oídos,
sin tiempo
y sin distancia.
En la vetusta entraña
pueblerina
ha nacido tu estirpe
y tu talante. Y de allí viene
tu voz de sensualismo
que emociona
y tu acertado gesto
de hermandad.
Tienes categoría
del silente trofeo
guardado en una gruta
que de repente surge
y ovaciona,
para galardonar
con endechas de amor
y alegrías de indómita pasión,
la sencillez de los auténticos
valores: Caricia, Tierra, Agua
y Paz.
SAGAZ NAVEGANTE
Conspicuo donaire de impertérrita sublimidad
en la metáfora,
sagaz navegante que después de asaltar las estrellas
y el espacio exterior,
asalta su propio espacio interno
para encontrar luceros,
derramarlos en los terrenos predios,
hacer con su lirismo otro firmamento
y prodigarlo al prisma
de los aedas y cantores dulces.
Podrías dormir taciturno
sobre el musgo de Cronos,
disfrutando de tus estupendos sueños…
No obstante, abres tus ojos, tus letras y tu voz,
para que tus pensamientos, iconografías y discursos
liricos sensoriales,
escapen a revolucionar el mundo,
convirtiéndolo en dignidad,
paz y esperanza.
Eres: el tapiz que resalta el pálido rincón
de la luna,
la nota que hace reverdecer el bosque
en el estío,
la mano que acaricia y levanta el mentón
del poeta cautivo
y el genio de la palabra terapeuta
de fe, pasión y vigor
que resurge y hace resurgir.
DE LAURELES Y FIESTAS
Hoy es un día especial en nuestro huerto
porque el vetusto árbol se viste de hojas nuevas,
mientras sus férreas raíces se arraigan de infinito
y sus ramas son brazos
que con amor se entregan
con la admirable fortaleza del sol crudo
y la dulzura del pastor que sueña.
La constancia, dedicación y liderazgo
dejan bordadas huellas,
y la gloria ambiental se crece y ovaciona
honrando el caudal de la cosecha,
en cada ciclo de sacrificio, amor y pasión
que aviva notas tiernas...
Amado árbol:
espera muchas otras abundantes cosechas...
Después del trabajo constante,
sudor y esfuerzo transfórmanse en estrellas.
A tu lado estaremos por siempre
para seguir compartiendo maravillosas muestras
o grandes momentos inolvidables,
de laureles y fiestas.
CON DIGNIDAD Y DONAIRE,
CARLOS GARRIDO CHALÉN
"Si fuera de la tierra está la noche profunda,
por qué no asaltar en los cruces de camino
a los fantasmas.
Con residencia en el Palatino o en el Quirinal,
me voy con mi embriaguez salvaje,
a recibirme de asaltante
en las estrellas"
Carlos Garrido Chalén
Te imaginé navegando,
el gran río de insondable vorágine
el Janto de corriente vertiginosa,
y he sonreído al verte exhalar triunfante
con la barbilla al aire
y los peces pillados
aleteando en sus aplausos.
Te imaginé abordando
los montículos sagrados de un poblado
repleto de metáforas inquietas
y he sonreído al verte recitar glorioso
ante una distinguida audiencia
en la maravillosa Casa
de los Poetas que luchan por la Paz .
Mi sonrisa es de orgullo
porque eres
el vigía y el guardián
de la voces y letras, que marchan
con dignidad y donaire
siguiendo en rectitud
y siempre jubilosos
las rutas de unidad.
Por eso
-con decisión y sin dudarlo
embriagados de la hermandad,
veraz y dulce-
quijotes de la nueva era
te acompañamos
a "recibirnos de asaltantes
en las estrellas".
VINE DE TU AMARILLO VERTIDO EN FLUORESCENCIA
Yo no soy de esta tierra.
Vengo desde otra latitud
para probar el dulzor que tienen las cerezas.
Por eso mi amor es más sincero
que el que ofrecen al aire las palomas.
He venido desde el mundo del alhelí
para ver cómo los prados se llenan de rocío.
Vengo desde la eterna frecuencia del amor.
Carlos Garrido Chalén
Cuando mojé tus labios, con lluvia de la sierra…
la luna se ataviaba con luz de extravagancia,
también se divisaba la puerta de tu estancia…
Soy parte de tu sueño, yo no soy de esta tierra.
Tu alma con mi alma procreó de infinitud
crecieron las galaxias, licuándose en los mares
y el onírico himno derramó en los altares
del cielo, porque vengo desde otra latitud.
Vine a probar tus labios y atesorar riquezas
probando que en tus brazos, crecería un imperio.
Yo nací de tus sueños a erigir un misterio
y a probar el dulzor que tienen las cerezas.
Vine a injertar en ti: la vid con el uvero,
la malva con la rosa, la piel con la madera,
la prosa con el verso, el sol con la quimera…
y digo que por eso mi amor es más sincero.
Pero la luz sublime que en tus ojos asomas
ajusta con el dulce cariz de tu sonrisa,
dulzor de las cerezas que viene con la brisa,
más suave que el que ofrecen al aire las palomas.
He habitado en tu sueño cual flor de un colibrí
y guardé tus recuerdos callados en mi esencia.
Vine de tu amarillo vertido en fluorescencia
porque he venido desde el mundo de alhelí.
Por eso es que tus sueños, forman el predio mío,
cuando cierras tus ojos, yo bailo entre tus flores.
Sueña, vuelve a tus sueños a lograr tus amores
y ver cómo los prados se llenan de rocío.
Yo vengo de ese canto que ingenia el ruiseñor,
ese que en tus ensueños te murmura al oído,
vengo de tus delicias, divino recorrido,
vengo desde la eterna frecuencia del amor.
"Si fuera de la tierra está la noche profunda,
por qué no asaltar en los cruces de camino
a los fantasmas.
Con residencia en el Palatino o en el Quirinal,
me voy con mi embriaguez salvaje,
a recibirme de asaltante
en las estrellas"
Carlos Garrido Chalén
Te imaginé navegando,
el gran río de insondable vorágine
el Janto de corriente vertiginosa,
y he sonreído al verte exhalar triunfante
con la barbilla al aire
y los peces pillados
aleteando en sus aplausos.
Te imaginé abordando
los montículos sagrados de un poblado
repleto de metáforas inquietas
y he sonreído al verte recitar glorioso
ante una distinguida audiencia
en la maravillosa Casa
de los Poetas que luchan por la Paz .
Mi sonrisa es de orgullo
porque eres
el vigía y el guardián
de la voces y letras, que marchan
con dignidad y donaire
siguiendo en rectitud
y siempre jubilosos
las rutas de unidad.
Por eso
-con decisión y sin dudarlo
embriagados de la hermandad,
veraz y dulce-
quijotes de la nueva era
te acompañamos
a "recibirnos de asaltantes
en las estrellas".
VINE DE TU AMARILLO VERTIDO EN FLUORESCENCIA
Yo no soy de esta tierra.
Vengo desde otra latitud
para probar el dulzor que tienen las cerezas.
Por eso mi amor es más sincero
que el que ofrecen al aire las palomas.
He venido desde el mundo del alhelí
para ver cómo los prados se llenan de rocío.
Vengo desde la eterna frecuencia del amor.
Carlos Garrido Chalén
Cuando mojé tus labios, con lluvia de la sierra…
la luna se ataviaba con luz de extravagancia,
también se divisaba la puerta de tu estancia…
Soy parte de tu sueño, yo no soy de esta tierra.
Tu alma con mi alma procreó de infinitud
crecieron las galaxias, licuándose en los mares
y el onírico himno derramó en los altares
del cielo, porque vengo desde otra latitud.
Vine a probar tus labios y atesorar riquezas
probando que en tus brazos, crecería un imperio.
Yo nací de tus sueños a erigir un misterio
y a probar el dulzor que tienen las cerezas.
Vine a injertar en ti: la vid con el uvero,
la malva con la rosa, la piel con la madera,
la prosa con el verso, el sol con la quimera…
y digo que por eso mi amor es más sincero.
Pero la luz sublime que en tus ojos asomas
ajusta con el dulce cariz de tu sonrisa,
dulzor de las cerezas que viene con la brisa,
más suave que el que ofrecen al aire las palomas.
He habitado en tu sueño cual flor de un colibrí
y guardé tus recuerdos callados en mi esencia.
Vine de tu amarillo vertido en fluorescencia
porque he venido desde el mundo de alhelí.
Por eso es que tus sueños, forman el predio mío,
cuando cierras tus ojos, yo bailo entre tus flores.
Sueña, vuelve a tus sueños a lograr tus amores
y ver cómo los prados se llenan de rocío.
Yo vengo de ese canto que ingenia el ruiseñor,
ese que en tus ensueños te murmura al oído,
vengo de tus delicias, divino recorrido,
vengo desde la eterna frecuencia del amor.
UNA VEINTENA DE TROPOS VITALES
Una veintena
de tropos vitales
dan vigor a mis letras
y a mis pasos.
El sueño llegó y siguió
navegando en aguas cristalinas
de mar y cielo.
Hoy de nuevo pienso y vivo
como cada día que experimento amor,
como cada año que crezco
en comunicación constante,
con la creación de los vientres
y la recreación infinita.
Otra vez te levanto,
vida,
sobre los hombros del árbol de canela,
sobre los hombros del milagro sonriente,
sobre los hombros de la Paz.
Una veintena
de tropos vitales,
de pronto se llena
de esferas brillantes,
de burbujas excitadas de alegría
que vuelcan y caen
en el cáliz de los poetas unidos
por la alianza.
Una veintena
de tropos vitales
llena de transparencia
la copa de la vida.
Brindemos por el trabajo espacioso
que nos espera.
De un solo soplido nacieron las estrellas.
y se estableció la luz sobre la tierra;
con una sola metáfora de amor
el poeta
reconstruye los sueños
y al irrigarla
sobre la brisa viajera que viaja en la esperanza
unifica el planeta.
Una veintena
de tropos vitales,
provocan mi alborozo
con mis ojos posados sobre versos blancos
en páginas azules,
y escaleras de porcelana.
Por esa causa tan dulce y verdadera
les digo:
¡Feliz veintena de tropos
de esmalte y vida!
LOS DÍGITOS SON PLUMAS,
Una veintena
de tropos vitales
dan vigor a mis letras
y a mis pasos.
El sueño llegó y siguió
navegando en aguas cristalinas
de mar y cielo.
Hoy de nuevo pienso y vivo
como cada día que experimento amor,
como cada año que crezco
en comunicación constante,
con la creación de los vientres
y la recreación infinita.
Otra vez te levanto,
vida,
sobre los hombros del árbol de canela,
sobre los hombros del milagro sonriente,
sobre los hombros de la Paz.
Una veintena
de tropos vitales,
de pronto se llena
de esferas brillantes,
de burbujas excitadas de alegría
que vuelcan y caen
en el cáliz de los poetas unidos
por la alianza.
Una veintena
de tropos vitales
llena de transparencia
la copa de la vida.
Brindemos por el trabajo espacioso
que nos espera.
De un solo soplido nacieron las estrellas.
y se estableció la luz sobre la tierra;
con una sola metáfora de amor
el poeta
reconstruye los sueños
y al irrigarla
sobre la brisa viajera que viaja en la esperanza
unifica el planeta.
Una veintena
de tropos vitales,
provocan mi alborozo
con mis ojos posados sobre versos blancos
en páginas azules,
y escaleras de porcelana.
Por esa causa tan dulce y verdadera
les digo:
¡Feliz veintena de tropos
de esmalte y vida!
LOS DÍGITOS SON PLUMAS,
SON TINTAS, SON ESTRELLAS
Habiendo extraviado aún, crisol de nebulosas
y esfumado su rastro la Estrella de David,
se nos perdió la luna, en huelga de luceros
y los cocuyos tristes sintieron desistir,
tan sólo la metáfora, brillaba en nuestro pecho.
La meta estaba allí.
Podíamos trazar caminos en un verso,
encendiendo pedazos de sol en nuestra piel,
más allá de la lira, el pliego y la libreta
el ritmo de los tiempos, exigía nuestra red;
los dígitos son plumas, son tintas, son estrellas.
El poeta es la mies.
Nadie nos vio esa noche amando una quimera
mientras la capa oscura caía sobre el mundo,
tecleando nuestra voces tejíamos frazadas,
usando las hilachas del vals y el Catatumbo,
para abrazar los niños que en Los Andes nos llaman
con alaridos mudos.
He visto colibríes bailando en mi café,
he tocado la luna que brilla tan lejana,
también he estado triste y mis versos me muerden,
cuando no sintonizo fustigando mi almohada,
mas, vuelvo a los amigos que a lo lejos me sienten
la distancia nos ata.
UN COLOSO DE PAZ
¡Y me sirvió esta Unión
para alegrar mi corazón!
Allí me convocó
el más noble precursor
con su mente de genio
que proyecta
y hace fundaciones
encima del abismo.
Allí estaban todos
los cultores de verbo,
al compás de la lira.
Allí estaba él,
con su palabra firme
y su alma de luces.
Su mano de humano
con meta de cometa
construyó una birlocha…
una nave brillante,
con greñas de mis sueños
con hilos de otros bardos
y el fuerte de su esencia…
¡Un coloso de Paz
cosmopolita, inmenso,
despertó de su siesta!
El hijo del poeta
ya estaba muy crecido,
alto, noble, elegante,
cual templo de rapsodas.
¡Y me sirvió esta Unión
para estrujar mi corazón,
para vencer el miedo,
detectar innoblezas,
pulverizar la infamia,
desconectar la envidia
y echar el egoísmo!
¡Y me sirvió esta Unión
para alegrar mi corazón,
reconocer amigos,
reconocer valores
y abrazarlos por siempre,
inextinguiblemente!
Habiendo extraviado aún, crisol de nebulosas
y esfumado su rastro la Estrella de David,
se nos perdió la luna, en huelga de luceros
y los cocuyos tristes sintieron desistir,
tan sólo la metáfora, brillaba en nuestro pecho.
La meta estaba allí.
Podíamos trazar caminos en un verso,
encendiendo pedazos de sol en nuestra piel,
más allá de la lira, el pliego y la libreta
el ritmo de los tiempos, exigía nuestra red;
los dígitos son plumas, son tintas, son estrellas.
El poeta es la mies.
Nadie nos vio esa noche amando una quimera
mientras la capa oscura caía sobre el mundo,
tecleando nuestra voces tejíamos frazadas,
usando las hilachas del vals y el Catatumbo,
para abrazar los niños que en Los Andes nos llaman
con alaridos mudos.
He visto colibríes bailando en mi café,
he tocado la luna que brilla tan lejana,
también he estado triste y mis versos me muerden,
cuando no sintonizo fustigando mi almohada,
mas, vuelvo a los amigos que a lo lejos me sienten
la distancia nos ata.
UN COLOSO DE PAZ
¡Y me sirvió esta Unión
para alegrar mi corazón!
Allí me convocó
el más noble precursor
con su mente de genio
que proyecta
y hace fundaciones
encima del abismo.
Allí estaban todos
los cultores de verbo,
al compás de la lira.
Allí estaba él,
con su palabra firme
y su alma de luces.
Su mano de humano
con meta de cometa
construyó una birlocha…
una nave brillante,
con greñas de mis sueños
con hilos de otros bardos
y el fuerte de su esencia…
¡Un coloso de Paz
cosmopolita, inmenso,
despertó de su siesta!
El hijo del poeta
ya estaba muy crecido,
alto, noble, elegante,
cual templo de rapsodas.
¡Y me sirvió esta Unión
para estrujar mi corazón,
para vencer el miedo,
detectar innoblezas,
pulverizar la infamia,
desconectar la envidia
y echar el egoísmo!
¡Y me sirvió esta Unión
para alegrar mi corazón,
reconocer amigos,
reconocer valores
y abrazarlos por siempre,
inextinguiblemente!
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