A LA MEMORIA DE VALLEJO
LUZ SAMANEZ PAZ, Presidenta de ASOLAPO Internacional
CÉSAR VALLEJO, luminoso poeta
que viniste a este mundo,
entre la gran tormenta
que fue tu vida inquieta.
El mundo de los hombres,
no supo comprenderte.
El destino te puso piedras muy duras,
que lastimaron tu vida
i te coronó de espinas,
el dolor i la tristeza.
Fue tuya la consigna
de navegar sin puerto,
sobre un mar agitado.
Fuiste un triste
con el costado abierto,
que pensaba en su Patria
con nostalgia i amor.
Mil voces extranjeras
te cantan elegías
i hoy cubren tu MEMORIA,
con flores i homenajes.
PARÍS, la Ciudad Luz
a quien tú conquistaste,
con tu verbo encendido,
rendida ante el embrujo
de tu audaz POESÍA.
CÉSAR VALLEJO,
no morirá tu nombre
i con tu "estro" fulgurante,
inundaste de luces
el mundo entero.
Siempre pregonarán
los fieros huracanes
i con humo de incienso
de sus grandes volcanes.
Te rendirán la América
i el Mundo,
su mejor HOMENAJE.
I tú, CÉSAR VALLEJO,
de tu gloria i armonía
llena de dimensión humana
i triunfante del dolor,
seguirás prodigando
cual una Eucaristía,
tu sublime Evangelio
de belleza i amor.
CÉSAR VALLEJO,
mar azul es tu alma visionaria,
arrobada en visiones.
Relámpagos son tus frases,
cuando llegan a mi playa
de ensueño i lejanía.
Todo el hechizo de tu POESÍA,
el DOLOR vibra en ti,
como un latido.
Poeta Universal,
nunca tu nombre
borrará el olvido,
siempre estarás
en la MEMORIA
i en nuestro CORAZÓN.
DÍA NACIONAL DEL POETA, EN HOMENAJE AL INMORTAL CÉSAR VALLEJO
LUZ SAMANEZ PAZ, Presidenta de ASOLAPO Internacional
Como Presidenta de la Asociación Latinoamericana de
Poetas, Escritores i Artistas (ASOLAPO INTERNACIONAL), quiero decirles
que fue justamente por mi gestión que el Congreso de la República del
Perú, aprobó un Proyecto de Ley del entonces Presidente de la Cámara de
Diputados, Dr. LUIS ALVARADO CONTRERAS, para crear nuestro DÍA, el "DÍA
NACIONAL DEL POETA", en homenaje al inmortal CÉSAR VALLEJO, el 15 de
abril. Motivo por el cual el Instituto VALLEJIANO en París-Francia, me
CONDECORÓ.
Quiero ser portadora del mensaje de integración entre los vates, ya que ellos son necesarios, son la inteligencia i la unión. Porque sabemos, que fraternidad i progreso son sinónimos de CULTURA i con la convicción de que cuanto más trabajemos por la superación de esos anhelos, más grande haremos nuestras acciones en todo el MUNDO.
ASOLAPO
INTERNACIONAL, le rinde un Homenaje Especial, al Gran CÉSAR VALLEJO
MENDOZA, a la MEMORIA de este insigne POETA, cuya voz de roca, cortada a
trozos por el grave perfil del pensamiento, es la voz rítmica más
profunda, más plena de la emoción, más henchida de protestas i más
grávida de universo. CÉSAR VALLEJO, salió de las hondas quebradas
peruanas, hacia los caminos del mundo, cruzando nuestros ríos caudalosos
i cielos azules, hundiendo sus plantas en los arenales, alucinándose en
la luz sideral de nuestras cumbres borrascosas, como un peregrino de
siglos, para otorgar a los hombres con acento de Biblia, el dictado de
nuestro pueblo.
El aire
caliente de su poesía, teñida a veces de sangre, balbuceando otras por
quemarle los labios, fue dejándonos entre afirmaciones i negaciones,
entre luces i sombras. Tenía ese hombre prodigioso la piel de sepia i la
mirada arriba, tan negra i cruzada de brillos que siempre,
donde quiera i estuviese, ponía en las verticales del espacio los
pavorosos traslúcidos de nuestras imponentes cordilleras. Era un ser
arrancado de la piedra, endurecido en la carne i en el hueso, macerado a
golpes de infortunio, dentro de cuyo cráneo las ideas se precipitaban
llenas de furia i con frecuencia lanzábance en una vorágine de
relámpagos i truenos.
Era un
cuerpo transido por el dolor i las hambres, al que la tragedia esencial
de nuestra estirpe le había saturado las entrañas, abrazándole,
ardiéndole en la sangre, le envolvía en un hálito de llama de alcohol,
que fungían vuelos de gasas azules, mientras le corroía los tuétanos.
Era el hombre que este nuestro pueblo escogió, para cantar sus tristezas
i su esperanza i sonreírle a la muerte. Solo él, supo dar entre
nosotros esos gritos llenos de dignidad, superstición i metafísica, que
promueve el dolor impaciente de las diversas multitudes que hablan
espacios.
Era tan nuestro, que
tan apretada congruencia con nuestro ser, que su voz nos bastará
todavía en todo el tiempo que avance, para que el mundo sepa quiénes
somos, qué dolor nos hiere i qué ideal sostiene nuestras ansias. Era
nuestro i no podía ser de nadie más. ¿Qué otro pueblo sino el nuestro,
podía haber creado una mente tan llena de pavores, de anticipaciones, de
iras i de gracias?. Todo él, la sustancia de su genio, los grandes
vuelos de su espíritu, cuando perfila su magnífica figura intelectual,
proviene i solo debe provenir de una raza como la nuestra , forjada por
los rayos, endurecida por los truenos, bañada por las lluvias, amasada
por la Pachamama, que eslabona una sucesión de vértebras nacionales
sobre la curva dorsal del planeta.
Somos
una raza geológica, de agro i tierra, templada en los fuegos del Ande i
ese amor a nuestro suelo, a sus montañas, a sus nevados, a su árboles, a
sus ríos, a su pasado tan persistente, tan ardoroso que no se mitiga
sino, cuando nos sentimos por fin abrazados en el corazón profundo de la
Pachamama, porque estamos formados de nuestra Madre Universal, de
nuestra Madre Tierra, por lo tanto somos tan eternos como ella, no
tenemos otra razón de eternidad. Pero nos basta para resistir como
VALLEJO, todos los embates de la vida.
Recordemos la poesía escencialmente humanista de CÉSAR VALLEJO, quien con su alma dolorida, desgarra la conciencia de los hombres, para ponerse de pie en un grito altivo de lucha i reto, para volver los ojos al drama del hombre mismo. Poeta que remeció las conciencias del pensamiento continental i mundial. La honestidad i la hondura con que buscó solucionar los problemas espirituales i sociales, en pos de un mundo mejor, de un hombre nuevo. La fecundidad de su espíritu libre, no sujeto a normas, ni ortodoxias, ya sea religión o política. La profundidad con que abordó las cuestiones metafísicas: Dios, la muerte, el más allá, el dolor, el mal, etc. La intensidad i la desnudez con que expresó la experiencia común i cotidiana i la capacidad de asumir las raíces nacionales i transfigurarlas en mensaje universal.
Apreciamos en su poema la rebeldía, en su obra "Los Dados Eternos":
"Dios mío, ¡si tú hubieras sido hombre!
hoy supieras ser Dios,
pero tú, que estuviste siempre bien
no sientes nada de tu creación
i el hombre sí, te sufre,
el Dios, es él..."
hoy supieras ser Dios,
pero tú, que estuviste siempre bien
no sientes nada de tu creación
i el hombre sí, te sufre,
el Dios, es él..."
A CÉSAR VALLEJO
LUZ SAMANEZ PAZ
CÉSAR VALLEJO, hermano,
Noble Inca de piedra tallado
con cincel de cobre nativo,
alma gris de huesos, de quenas
a las cuales hiciste vibrar,
hermosas i sublimes notas...
nacidas del fondo de tu corazón.
VALLEJO, poeta peruano,
de los altos Andes nevados
del ichu tenaz i aislado...
Mándame esa tu lira
encendida de oro i plata,
para cantar a tu alma
con los KIPUS UNIVERSALES,
que tu genio pudo crear.