Danilo Sánchez Lihón
La lectura es el primero
y principal requisito
de toda ciudadanía
1. Dedicarse
a leer
La lectura: ¿Es una diversión? ¿Un pasatiempo? ¿Un
aliño de la persona humana? ¿Es, meramente, un adorno de la personalidad?
¿Acaso es una sutileza del espíritu? ¿Un
entretenimiento gratuito? No. No se reduce solo a eso.
La lectura tiene un valor económico excepcional y
extraordinario. Es un rubro importante de la economía nacional. No solo porque
orienta a las personas a una actividad de costo mínimo y resultados
sorprendentes y hasta portentosos sino porque en ella se ahorra mucho en
consumo de lo superfluo, como también por lo activa y dinamizadora que esta
actividad resulta para tener una comunidad eficaz y productiva.
Porque, muchos pensarán, equivocadamente, de este
modo: ¿Frente a tanta crisis, tanta carencia y limitación, es razonable
dedicarse a leer?
Ante tamaña pobreza y miseria ¿no es insensatez pensar
en la lectura como una actividad importante y significativa? ¿No se impone más
bien que todo lo miremos radicalmente, con criterio económico y práctico?
2. Es una buena
inversión
Ante situaciones de grandes carencias, ¿no es
comprensible más bien que se piense que nada más ajeno a la solución de dichos
problemas que dedicarse a leer?
Y se dirá entonces: Quizá esté bien la lectura, pero
para épocas de bienestar, de bonanza y de tranquilidad.
Está bien. Pero no para períodos en que todo tiene que
verse con ojos de financistas, de buscadores de oro y de hacedores de tesoros.
Seamos más bien concretos, directos y calculadores y
dejémonos de idealismos gratuitos y de complacencias del alma.
Al respecto, la respuesta es que no hay oposición y,
al contrario, no hay mejor dedicación, en tales casos, que la lectura, porque
es una buena inversión y hasta un buen negocio si es que queremos ser crudos
con la expresión.
Porque ella tiene una enorme rentabilidad. Y repercute
como una actividad de gran significación económica y una innegable influencia
positiva en el desarrollo social.
3. Más
identidad
Hay la idea
errónea de que con la lectura no vamos a solucionar nuestros problemas sobre
todo los de carácter económico, y por eso se la desecha, debido a que hemos
convenido en suponer que no nos ayuda a ser ricos, ni a tener éxito, ni a
triunfar en la vida, en el sentido de alcanzar poder real, razón por la cual
también se la desestima.
Esta apreciación existe, subsiste y hasta es dominante
en diversos sectores, pero es totalmente equivocada. Hay múltiples beneficios
económicos que nos provee la lectura, siendo más bien ella la vía y puerta de entrada
para el éxito en todo sentido.
Para mencionar algunos factores incluso de carácter
cotidiano: con ella hay menos consumismo, menos dependencia y más autonomía,
más identidad y menos fragilidad en relación a la confrontación con el mundo
exterior.
Con la lectura hay una mejor utilización del tiempo
libre y de manera más austera en cuanto a gastos de recursos; así como el
afianzamiento de una personalidad capaz de desenvolverse de manera óptima,
solucionando problemas de la manera más acertada en cualquier circunstancia que
se presente.
4. Pensamiento
e imaginación
La lectura obra el milagro de hacer que el hombre se
relacione de modo mejor, con mayor equilibrio y creatividad en la realidad en
la cual vive.
Produce un estado denominado psicogénesis mediante el
cual se da nacimiento a ideas, conceptos y valores en terrenos con frecuencia
áridos, estériles y baldíos.
Genera visión y despierta voluntades; visión para
mirar con amplitud y profundidad, y voluntad para asumir retos hasta imbuidos
de heroísmo, porque las historias contenidas y palpitantes en los textos, casi
siempre nos prodigan la vivencia y el paradigma de tales hechos.
Es el pan, para el ámbito de la mente, la conciencia y
el espíritu. Y así como el pan de harina, sal, agua y levadura es vital para el
organismo biológico, el libro es pan para lo que el hombre es en cuanto
pensamiento e imaginación.
Sólo que, a veces, prescindimos de este pan y entonces
nos volvemos desnutridos de ideas, tuberculosos de espíritu, famélicos de
conciencia social.
5. Vía
para el cambio
Y esta es la
carencia fundamental y el problema soterrado de las sociedades sumidas en la
crisis en la época actual.
Porque, un hombre que piensa bien, que decide y
resuelve bien los asuntos de la vida, consigue de modo mejor el otro pan hecho
de harina de trigo.
El pan de la lectura es lo que debemos preocuparnos en
conseguir que la gente consuma más, porque él mejora al ser humano integral y
más en su capacidad de afrontar el mundo y sus desafíos.
Porque es la lectura la que nos dota de la habilidad
para resolver los duros y arduos problemas que ahora es necesario solucionar,
porque el ejercita nuestra mente para tales fines.
Pero la lectura es, además, una aventura, un riesgo y
un asumir la vida a pulso y en vilo. Posibilita allí el desarrollo del ser
integral del hombre, es fundamental para el progreso científico y tecnológico y
es vía para el cambio y la transformación social.
6. Encarar
el desafío
En un país de hambrientos desperdiciar la lectura es
como estar echando comida al río. ¿¿El maestro sabe que con la lectura se está
jugando el destino del niño?
¿Que con su capacidad de usar el conocimiento
contenido en los libros prácticamente se está condicionando su desarrollo y
competitividad en el presente y futuro? Ninguna otra competencia es más
decisiva, importante y valiosa. Con la lectura entonces se está decidiendo el
destino de un país.
Porque ella nos hace más seres humanos, nos da la
riqueza de tener ideas claras, sensatas y precisas. Nos da una mayor y mejor
condición de vida. Promueve la autonomía, forma intelectualmente, despierta y
estimula la imaginación, fomenta y educa la sensibilidad, cultiva la inteligencia,
enriquece la expresión, estructura el pensamiento.
Nos ayuda a ser más verdaderos y más honestos. Porque
lectura es alcanzar sentido, orientación y norte en la vida. Nos ofrece alas para volar, fondo y esencia
donde sostenernos, conocimiento del hombre y del mundo para situarnos y
ubicarnos mejor.
7. Asidua
y constante
Se trata entonces de la lectura para triunfar, para
superar adversidades, la lectura para salir de la crisis, para corregir los
grandes problemas que nos acosan y para aliviar nuestro espíritu. Que es a lo
que debemos aferrarnos ahora con todas nuestras fuerzas. Y no solo porque es la
vía que aún no hemos recorrido, la única que está virgen, sino porque encierra
todo: política, historia, arte, economía, turismo, recreación. Porque es
inagotable, vasta y profunda.
Por todo ello es importante formar lectores en nuestra
sociedad es trascendental, y hemos de hacerlo en los hogares, en las escuelas y
en toda instancia que se presente propicia si queremos ser el país desarrollado
que pretendemos ser.
Porque la lectura nos dota de los recursos humanos más
calificados en las distintas áreas y campos del desempeño social y porque la
consulta asidua y constante de textos nos permite acceder a las fuentes del
conocimiento científico y humanístico en todas las áreas y los campos del
saber.
Porque la lectura cumple con todo lo que hemos venido
diciendo debe formar parte ineludible de todo plan de desarrollo personal, así
como es eje fundamental en todo Plan de Desarrollo Estratégico Nacional, en
toda sociedad que se propone encarar el desafío del presente y del futuro con
eficacia y esperanza.
*****
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 602-3988
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar
a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
CONVOCATORIA