ANIVERSARIO
DE LOS JUEGOS
OLÍMPICOS
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
LENTOS
CASTILLOS
DE LUZ
Danilo Sánchez Lihón
Las chispas al flotar lindas, graciosas,
son trigos de oro audaz que el chacarero
siembra en
los cielos y en las nebulosas.
César
Vallejo
1. Cuáles eran
los desafíos
Las cuatro escuelas principales de Educación Primaria
de Santiago de Chuco, en la concentración magisterial del mes de marzo
acordaron hacer un homenaje significativo en el Día del Campesino que se
celebra el 24 de junio.
¿Qué hacer de original que no se hubiera hecho antes?
Y se les ocurrió entonces una idea brillante: realizar el concurso de levantar
fogatas en los tres cerros que rodean Santiago de Chuco.
Ellos son: El Quillahirca, al norte y a cuyas faldas
el pueblo se hamaca. Conra, que es una peña abrupta en cuya cima se siembran
maíces y trigales. Y Mashcán, hacia el este verdecido de cultivos de pan llevar
como ocas, habas y alverjas. Y otra fogata más se alzaría en el altozano de
Chaychugo.
Dos eran los desafíos por los que se tenía que
competir:
1. De qué fogata se levantaban las llamas más altas, y
2. Cuál de ellas duraba más tiempo con luz viva.
El maestro Danilo Sánchez Gamboa fue encomendado por
su escuela para ser quien dirija esta actividad en lo que corresponde a la
participación del Centro Viejo 271, al que en el sorteo le salió alzar la
fogata en el cerro de Mashcán.
2. La arquitectura
del castillo
Tan pronto se acordó hacer esta actividad el Centro
Viejo 271 empezó con esmero a organizar su participación. Para ello cada alumno
tenía que aportar una raja de leña cada semana, considerando los meses por
venir, que eran abril, mayo y junio.
Cada lunes se veía desfilando a los alumnos por las
calles con su raja de leña al hombro,
que se iba acumulando bajo el techo del taller de carpintería, bien protegida
de la lluvia y de las goteras que podían humedecerla.
Los profesores donaban una o dos cargas de leña seca,
por cada mes.
Ninguna organización había sido tan precisa,
disciplinada y acuciosa como la desplegada por el Centro Viejo 271; empezando
por el orden en traer y resguardar los materiales, o los planos elaborados en base
a los cuales se erigiría la estructura del castillo, dibujado en diferentes
perspectivas y a escala, minuciosos además en consignar otros detalles.
La arquitectura del castillo tenía que ser vistosa
desde diferentes ángulos y visto desde el pueblo. Las tareas de las comisiones
que estaban actuando en este evento se las repasaban cada semana.
3. Como
ejemplo
Ya cercano el día el Inspector de Educación le dijo a
don Danilo:
– Ya enciéndala no más la fogata del Centro Viejo que ya
ganó por el empeño que ha puesto
usted y su escuela,
que ya la considero vencedora en el concurso.
– ¡De ninguna manera señor Inspector! Es un homenaje a
nuestra raza y a nuestra identidad. ¿Cómo podría participar de esta actividad
si no hay una verdadera competencia? –Replicó.
Entonces el Inspector de Educación dio una orden
terminante: que las cuatro escuelas tenían que cumplir con realizar del modo
más destacado lo que se habían comprometido a realizar en la efeméride
establecida.
Acicateados de este modo los otros centros educativos empezaron
a reunir también buena cantidad de leña y se organizaron para armar los
castillos respectivos.
– Además –les había dicho el Inspector–, hay que
cumplir con encender a la hora exacta y en las mejores condiciones para cada
uno. Y esto como ejemplo que debe dar el pueblo de Santiago de chuco a otras
provincias, ya que las fogatas serán vistas desde Tauca, Pallasca, Cabana y
otros pueblos que están en la banda de enfrente, pasando el río Tablachaca.
4. Trozos
parejos
El esquema de cómo irían armando el castillo por parte
de la Escuela 271 fue hecho en un plano que consideraba un diámetro de seis
metros en la base.
El castillo, poco a poco, se iría cerrando en el
centro hasta dejar una abertura de un metro y medio de diámetro en la parte más
alta de la estructura.
La manera de trenzar la leña se ensayó en el patio de
la escuela varias veces en diversas operaciones simuladas con la participación
de varias columnas de estudiantes que actuaban con sagacidad y precisión, ¡Toda
una maravilla de composición!
Además, era leña escogida. Se pedía principalmente
rajas de molle, eucalipto y huarango para que la lumbre sea viva, intensa y
dure.
Se había acumulado aproximadamente tres mil trozos
parejos de leña que se elevarían en un castillo de nueve metros de altura.
Se previó, además, armar cuatro escaleras muy
espigadas.
Una semana antes, en varias caminatas, se trasladó la
leña a un pajar techado que se alzó al lado del terreno, en el lugar más
visible de Mashcán desde la plaza del pueblo.
5. Arte
supremo
Pero también se consideró que las fogatas fueran
vistas desde las cimas del Callejón de Conchucos hacia donde se dio aviso.
¡Y hasta se pensó que sirviera de ánimo y aliciente a
los andinistas que en esos momentos escalaban o pernoctaban en sus campamentos
sobre las nieves eternas del Huandoy, el Huaylillas y el Huascarán!
Pero don Danilo Sánchez Gamboa había acumulado algo
más infalible o contundente, según él. ¿Qué era? Algo consagrado por un arte
supremo: un arma secreta, un recurso de altísimo poder. ¿Cuál? ¡La poesía!
Era una cita literaria –¡de suyo preciosa!– que eran
dos versos del célebre y querido gaucho argentino Martín Fierro, el recio y
conmovedor personaje de la épica pampeña. Me refiero al autodidacta y hombre de
espada y de pluma, José Hernández, de quien era mi padre admirador y le gustaba
repetir aquellos dichos que rezan:
Hagámosle
cara fiera
a los males, compañero...
Como también recitaba este otro estribillo de aquella
epopeya de la pampa –fiel o cambiado, yo no sé– pero que él decía del siguiente
modo:
6. Bordeando
el minuto
Vamos,
suerte, vamos juntos,
desde que
juntos nacimos;
y ya que
juntos vivimos
sin podernos
dividir,
yo abriré con
mi trabajo
el camino pa' seguir.
Pero la cita guardada para la ocasión del Concurso de
Fogatas era otra.
Ella, como la inspiración y el alma bullente de la
futura antorcha llameante en el cerro, decía así guardada con el máximo de
sigilo:
"Para
que el fuego arda
hay que empezar desde abajo".
Después del inmenso y entusiasta trabajo de traslado y
la construcción del castillo, y minutos antes de encenderla solo cabía estar
atentos al chequeo de la hora en que autoridades y pueblo habían convenido que
las fogatas se enciendan y que ya miraban multitudinariamente sea desde la
Plaza de Armas, sea desde las esquinas y los cerros aledaños.
O ya sea desde cualquier punta o flanco de cerros; o
desde cualesquiera otros sitios y distritos. Pero don Danilo guardaba el papel que
a cada momento echaba de menos. Y palpaba en qué bolsillo lo había puesto.
Hasta que por fin bordeando el minuto convenido repasó
por última vez la cita tan acuciosamente guardada a fin de no equivocarse en
una sola letra de su mensaje.
7. La enseñanza
de aquel día
Y obedeciendo exactamente este mandato de la sabiduría
de la pampa argentina, convertida en libro maravilloso como es el Martín
Fierro, dio la orden de encender el castillo diciendo esta frase también
extraída de la cita:
– ¡Que el fuego arda!
Un alumno previamente designado gracias al mérito de
sus estudios tenía que acercarse con una antorcha y encender una leña puesta al
modo de mecha empapada toda ella de kerosene.
Inmediatamente prendió fuego en el castillo desde el
cimiento, con lo que en pocos minutos ardieron los maderos de abajo al rojo
vivo, que pronto se hicieron ceniza, y se derrumbó la torre y con ella el largo
trabajo de días, semanas y meses. Las otras escuelas, menos influenciadas por
la literatura, hicieron arder largo tiempo sus fogatas improvisadas y
temblequeantes.
El fracaso del Centro Viejo 271 fue total. Y tres o
más meses le duró el silencio avergonzado a mi padre. Cada vez que
delicadamente se hablaba del asunto él se retiraba aduciendo algo, y creyendo
que nadie se daba cuenta que le dolía en el alma.
Pero pasó el tiempo en que posiblemente estuvo
procesando la enseñanza de aquel día. ¿Cuál fue? ¡Que no todos los proverbios
de los textos literarios hay que contextualizarlos y no aplicarlos literalmente
a las cosas simples de esta vida!
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El texto anterior puede ser
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