Danilo Sánchez Lihón
1. Cantando
y dando vivas
Aquí está. En estos momentos César Vallejo sale de la
cárcel y, prácticamente, cae y es recibido en brazos de sus amigos con quienes
se ha hecho un nudo de cuerpos enlazados con el suyo.
Después del largo abrazo inicial, en donde al parecer
han cabido todos, al reconocer a cada uno de sus amigos uno a uno César Vallejo
los está abrazando.
Y pasa de uno a otro abrazo que cada hermano le
tiende. Nos hemos acercado lo más posible para testimoniar estos hechos. Tiene
los ojos llorosos y está visiblemente conmovido.
Ahora, los que hemos podido subir y caber en uno de
los varios vehículos que se han puesto en marcha, estamos recorriendo la
ciudad, cantando y haciendo proclamas, algunos saliendo por las ventanas de los
autos, agitando los brazos y eufóricos al punto de parecer cómicos o agresivos.
Este acto tiene especial sentido y relevancia que se
produzca en esta ciudad tradicional donde estos jóvenes, la mayoría pertenecen
al Grupo Norte, o Grupo de Trujillo, como lo denomina Antenor Orrego, realizan
un intenso activismo cultural.
Son ellos quienes han irrumpido hace algunos años,
desde 1914, con la fuerza de su talento e irreverencia, causando también celos,
maledicencias y cambios radicales en el temperamento de esta ciudad.
2. En este oscuro
período de dicterio
Ha escrito Antenor Orrego:
Aquella hermandad de muchachos que parecía cosa
frívola y epidérmica a los ojos de los fenicios se irguió prepotente y bizarra
contra la insidia, contra la calumnia y la difamación, contra el engranaje
gastado y cuchillante de la justicia.
Esta vez el acontecimiento juvenil venció la modorra del código, ante el pasmo y a
pesar de los oficiantes mismos de la ley. Este hecho blasonó a Trujillo por
sobre todos los pseudoblasones que suele ostentar.
El poeta, durante el tiempo que duró su prisión,
mantúvose en tal dignidad y varonía que impuso respeto a todos. No imploró
justicia reptando por los estrados judiciales, sí la pidió y exigió
verticalmente, como un hombre. Y al fin, la rehabilitación se produjo,
plenaria, íntegra, absoluta.
En este oscuro período de dicterio, el espíritu del
Poeta recióse superando su potencialidad creadora. Ahí se estilaron con sangre
de su sangre, los mejores versos de “TRILCE”.
Donaba ritmos y marcaba agravios. Que América y la
posteridad tengan en cuenta las ciliadas lonjas cordiales que vale Trilce”.
3. La efusión
es máxima
Horas después la celebración continúa en la playa del
balneario de Huamán, en donde ahora permanecemos.
César Vallejo ha recitado un poema que se inicia así:
“Esta noche desciendo del caballo...”. Igualmente,
otro que empieza: “Oh las cuatro paredes de la celda...” Y un tercero que dice
“Madre, me voy mañana a Santiago...”, que lo ha declamado casi llorando.
Los aplausos son a gritos. La efusión es máxima.
Sobre este momento y esta noche Juan Espejo escribe:
César recitaba poniendo profunda emoción en cada
palabra, con voz marcadamente grave. En un tono energético, cálido vibrante;
como una imprecación en algunos poemas en que el dolor, la angustia lo cercaban
con sus lacerantes tentáculos.
En otros poemas, la ternura en que los decía, sin
abandonar la enérgica dicción del vocablo, lo llevaba a un llanto silencioso en
que la voz no perdía nunca su tonalidad viril.
Toda su vida interior se volcaba en lo que iba
diciendo, siempre enérgico, siempre altivo, mientras el cabello se le
desordenaba y sus facciones cobraban una profunda y misteriosa demacración como
algo que viniera de un más allá inmutable.
4. Somos
hermanos
Ni este día, ni antes, César Vallejo ha tenido una
sola palabra de reproche contra sus acusadores, ni contra sus detractores ni
carceleros.
En este aspecto se lo siente inmensamente noble y
grande. Ni en su mente ni en su boca caben ningún reclamo ni acusación.
A todo hombre se le puede medir por lo que elige,
adopta y acoge, pero más por aquello que rehúsa. Y él ha eliminado de su
espíritu la mezquindad, la revancha y la ignominia.
Como por ejemplo, jamás ha salido de su boca quién lo
delató. Ni pierde el tiempo en destruir ni criticar. Estos contenidos son los
que más relucen este día y esta noche de celebración.
De otro lado, resulta inmensa su personalidad por el
cariño y la distinción que provoca.
Es tanto el afecto entre estos amigos que lo han
acogido emocionados que puedo decir que el día de hoy quedará grabado e
inscrito en mi alma como el día de lo que verdaderamente significa entre todos
los hombres: “Ser hermanos”.
5. Supo ser amigo
y muy solidario
Queremos recordar que con la publicación de su libro
de poemas “Los heraldos negros”, César Vallejo impactó de tal modo, que ha sido
elogiado, por los intelectuales más ilustres de las letras nacionales: Manuel
González Prada, Abraham Valdelomar, José María Eguren, como la voz más genuina
de la poesía peruana de todos los tiempos.
Y sale libre hoy gracias a las campañas de adhesión de
la juventud universitaria y de intelectuales que se han movilizado en todo el
país, exigiendo la libertad del poeta.
Por lo que se puede apreciar: él sabe ser muy amigo y
muy solidario con los demás, y siendo así estos son los resultados, actos como el
que estamos viviendo y relatando en este momento.
Pero también su libertad se debe a su propia defensa,
la que asumió con denuedo poniendo en acción sus conocimientos de
jurisprudencia.
No olvidemos que en esta especialidad él ha estudiado
hasta la fecha el tercer año de Derecho en la universidad de esta localidad,
elaborando y remitiendo para el caso: atestados, denuncias, oficios, y
precisando a sus jueces esencias y detalles del derecho procesal.
6. Por un deber
moral
Sale libre hoy también gracias al concurso generoso de
su abogado y profesor en las aulas universitarias, el Dr. Carlos Godoy, quien
sin cobro alguno de emolumentos ha asumido su defensa, como lo ha explicado y
hecho constar en el tribunal de justicia, diciendo:
“He asumido esta causa por un deber moral”.
Sin embargo, como lo veníamos diciendo, el factor más
decisivo a favor de su libertad ha sido, sin lugar a dudas, la presión que ha
ejercido la juventud nacional movilizada y en pie de lucha.
Estas manifestaciones han sido a lo largo y ancho del
país, a tal punto que podríamos decir que esta es una conquista de esta actitud
militante, habiendo sido su consigna:
“…aspirar y
realizar la utopía vital que debemos concretar aquí y ahora en el mundo…”
Como bien lo ha expresado en un discurso improvisado
uno de los obreros presentes en la vigilia que se estableciera desde el día de
ayer 25 de febrero frente al local de la penitenciaría donde él ha estado
recluido.
Al indagar por el nombre del personaje que lo
sintetizara de este modo nos ha respondido que las palabras valen por lo que
significan y no por quien las dice. Ese es el grado de conciencia que viene
alcanzando también la militancia obrera en las luchas sociales de la
actualidad.
7. Aprender a
ser hombres
Finalizamos este reporte desde el mismo escenario
donde ocurren los hechos, en vivo, directo y en acción, diciendo:
Que se hayan abierto las puertas de la libertad para
César Vallejo, y como obra de la juventud, es igual que pugnar para que se
abran los cauces de la justicia y la esperanza para nuestro país en general.
Por todo ello, César Vallejo ahora es un paradigma.
Por eso, con él combatamos el mal a fondo, sin
descanso, freno ni tapujos. Sin apelaciones. De frente, de perfil y a brazo
partido. Construyamos como él ha construido una obra auténtica, intensa y
valiosa.
César Vallejo es un hombre que exhala un atractivo y
un magnetismo muy grandes. Y sobre todo una impronta y un sello moral
irrevocable y fuerte. ¡Y es eso lo que necesitamos! ¡Consigna moral! Y él lo
tiene.
Otra característica muy definida en él, y que impacta
sobremanera, es su intensidad, su tensión y fulgor. Que encaja perfectamente en
un vocablo: ¡Pasión! Estado que se revela inflamado, y es como si fuera un arco
voltaico de luz, encendido y ardiendo siempre.
Por todo ello, hoy hemos venido aquí a aprender un
poco a cómo ser hombres cabales y de a verdad, y que nos enseñan tanto César
Vallejo como sus amigos y hermanos del alma. Por todo ello: ¡Loor a la poesía y
a la vida! ¡Salud!
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