Danilo Sánchez Lihón
1. Pan
del día
Este es un país
entre las muchas naciones que se extienden sobre la faz de la tierra.
En él el bien
ha sido anhelado año tras año, década tras década y siglo tras siglo, pero
todas las esperanzas hasta ahora se han visto frustradas.
Hasta ahora
se ha impuesto en aquel señorío, ¡y nadie sabe ni recuerda cómo!, un personaje que
domina en este período aciago de la historia.
Es un hombre ruin
y malvado que ingresó con malas artes al palacio, buscó el trono y se sentó en
él.
Y allí
permanece hasta ahora, continuando sobre la tierra una época de inmensa miseria,
mientras en el palacio las fiestas y el derroche campean y los escándalos son
pan del día.
2. La única
que sabe
Pero esta
mañana el tirano al mirarse el rostro en el espejo advierte con horror y
espanto que le han salido dos bultitos a ambos lados de la frente y muy cerca
de la naciente del cabello.
Poco tiempo después
comprueba la evidencia de que son cachos bien perfilados y puntiagudos, como
los tiene el toro, el buey y el búfalo.
De ambos
lados son cuernos perfectamente anillados. Y los más recientes eslabones que
surgen son aceitosos y transparentes. Para luego tornarse ásperos, oscuros y
rugosos.
Relumbran
delante de su pelo negro e hirsuto y pudo arreglárselo para disimularlo, pero
fue difícil ocultárselo a su mujer que salió espantada de la cama al notárselo.
– Nadie lo
sabe y morirás si no guardas como se debe este secreto. Recuerda, es la única
que sabe. –La amenazó.
– Pero, ¿cómo
harás para ocultarlo? –Y ella se estremeció de miedo.
3. Arbustos
del camino
Pasan los
días y los cachos se ven cada vez más grandes y gruesos. Crecen inatajables y
su aspecto ya es patético.
Esto aumenta el
temor de su mujer, ya que el hecho es tan evidente que aunque el rey ande
oculto, en cualquier momento cualquiera puede verlo descubriendo el horror, el
cual creerá que es ella quien lo ha difundido. Y esto hará que resulte culpable.
Pero también de
parte de ella es intenso e inatajable su deseo de contarle a alguien.
Llora, grita
y se desespera, ahogándose de alaridos y cubriéndose apenas con la almohada, la
manta o algún pañuelo.
No pudiendo
resistir más corre un día por el campo, arrancándose las polleras con las púas,
aguijones y espinas de los arbustos del camino.
4. Clamores
y quejidos
Sangrando sus
pies en las piedras afiladas llega hasta un lugar solitario y desierto
Ha esperado
hasta ver que nadie la haya seguido, y que no hubiera ninguna persona por el
contorno que pudiera escucharla.
Cava entonces
un hueco profundo, lo más hondo que puede y allí grita con todas sus fuerzas,
su angustia, su espanto y su dolor:
– ¡El rey
tiene cachos! ¡El rey tiene cachos! Y aúlla con desesperación.
Los cielos
retumban con el eco pero no hay nadie que pueda escucharlos.
Y allí largo
rato se desahoga gritando de llanto y emitiendo clamores y quejidos.
Después de
haberse desembarazado de su secreto coge muchas piedras y tapa el hueco hasta
sentirse liberada de la angustia que la oprime.
5. Reclaman
con
insistencia.
Pasan los
días, y el rey sigue ocultando los cachos que le crecen más y más cada día, y
cada vez estos son más rugosos, lustrosos y afilados.
Pero en el
hueco donde la mujer gritara su secreto se ha formado un humedal.
Y han crecido
allí unas cañas que los pastores y labriegos cortan para hacerse quenas,
antaras y pincullos.
Y cuando han entrado
al pueblo soplando sus instrumentos, las notas y la voz que sale dice:
– ¡El rey
tiene cachos! ¡El rey tiene cachos!
– ¡Qué
extrañas voces! –Se alarma la gente.
– ¿Por qué
dice eso? –Se preguntan.
– ¡Que salga
el rey! –Reclaman ahora y cada vez con más insistencia.
– ¡El rey
tiene cachos! –Dicen unos.
6. La ventana
más alta
Y otros
insisten:
– ¡Que salga
el rey! ¡Queremos ver al rey!
Hombres y
mujeres se han ido reuniendo. Y de ver y escuchar el prodigio de las quenas han
pasado a movilizarse pidiendo compulsivamente la presencia del rey.
Ya tanta es
la aglomeración y el bullicio que el Rey en el palacio espía por una ventana
hasta escuchar las notas que dicen:
– ¡El rey
tiene cachos! ¡El rey tiene cachos!
Quiso
reprimir con su guardia de asalto la invasión de la multitud. Pero el pueblo
exigió ver al rey y que este se descubra la cabeza.
No pudiendo
resistir más la afrenta se ha arrojado desde la ventana más alta de la torre.
7.
Experiencia
ganada
Y ha caído a
los pies de la multitud, la misma que se ha quedado mirando asombrada los dos
cachos relucientes que le sobresalen entre la cabellera negra e hirsuta de este
rey malvado que así termina sus días.
Porque el poder
por el poder mismo corrompe. El poder envicia, destruye y aniquila. Y mucho más
si no lo acompaña la virtud, la verdad, el ser honestos y la capacidad de
servir.
Y que hace
que a todos quienes persiguen el poder y lo ostenten, y se llenen de riqueza y
pierdan todo decoro y toda vergüenza, ineludiblemente les surjan y crezcan los
cachos del rey.
Felizmente
con la experiencia ganada el reino tuvo después un rey honesto, para
tranquilidad y bienestar de su gente.
*****
El texto
anterior puede ser
reproducido,
publicado y difundido
citando autor y
fuente
Teléfonos: 420-3343 y 602-3988
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
CONVOCATORIA