LA DEBACLE DEL PRESUPUESTO MILITAR Y POLICIAL
Por Juan Mendoza
La provisión de defensa nacional y seguridad interna es escasa e
ineficiente. Somos incapaces de controlar nuestro territorio. El
ciudadano de a pie vive asediado por los delincuentes que actúan con
impunidad y atrevimiento. ¿Qué explica esta lamentable situación?
La razón central es la insuficiente asignación de recursos. Según el
Stockholm International Peace Research Institute, entre el 2010 y el
2014 el gasto militar ha sido 1.3% del PBI en
el Perú, en comparación a 2.1% en Chile, 3.3% en Colombia y 2.9% en
Ecuador. Asimismo, entre el 2006 y el 2014, el gasto militar, como
porcentaje del presupuesto del gobierno general, ha sido 6.5% en el
Perú, 10.1% en Chile, y 8.4% en Ecuador. La participación del Ministerio
del Interior en el presupuesto total ha caído desde 8% en el 2000 a
menos de 6% como promedio de los últimos años. Chile, con cerca de la
mitad de nuestra población, asigna 4 veces más presupuesto a las
cárceles que el Perú.
Y no solo asignamos poco a defensa y seguridad, sino que lo hacemos
con una estructura de gasto anacrónica, reminiscente de los ejércitos de
siglos atrás. El gasto corriente ha representado cerca del 90% de los
presupuestos de Defensa y del Interior como promedio entre el 2000 y el
2013. Por ello, el grueso de nuestro armamento tiene décadas de
antigüedad, y 2 de cada 3 comisarías no tiene acceso al sistema de
denuncias policiales.
Pese a que este gobierno, en un indudable acierto, ha incrementado
las remuneraciones militares y policiales, aún hay mucho camino por
recorrer. Los militares y policías colombianos y ecuatorianos perciben
entre el doble y el triple que sus pares peruanos. Y las pensiones
militares y policiales son las más bajas de la región, luego de la
equivocada reforma previsional del 2012.
¿Adónde queremos llegar con militares y policías mal equipados y remunerados? ¿Queremos poner en juego la viabilidad misma del Estado-Nación renunciando a la provisión de sus funciones esenciales?
Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional son instituciones
arquetípicas que debemos fortalecer. Aquellos que las han mancillado con
actos de corrupción deben ser castigados ejemplarmente. Pamela Acosta ha escrito un excelente artículo
sobre el daño que Montesinos y sus secuaces le causaron a la
institucionalidad militar. Nunca más debemos dejar que episodios
similares ocurran en nuestro querido Perú.
Pero justos no pueden pagar por pecadores. Urge asignar más recursos
a la defensa nacional y a la seguridad pública. ¿Qué dicen los
candidatos?
Fuente:
DIARIO Perú21