jueves, 4 de junio de 2015

ASOLAPO INTERNACIONAL, RINDE HOMENAJE AL CUSCO INMORTAL - POR LUZ SAMANEZ PAZ

 
ASOLAPO INTERNACIONAL, RINDE HOMENAJE AL CUSCO INMORTAL

LUZ SAMANEZ PAZ, Presidenta de ASOLAPO Internacional


CUSCO, ciudad de piedra, pueblo de la ternura. Tu nombre lo escribe un vuelo tendido de cóndores andinos. La historia de tus INCAS, está hecha de sol i de gloria. Tus chachacomos envejecidos, lejanos se mecen en mi cariño i toda mi pena callada se va alegre a volar en las alas de tus cheq´ollos o picaflores andinos. Indefinida mezcla de mis sueños, cielos de mi infancia. Al recordarte tus paisajes acuden a mis ojos i el agua de tu dulce Willkamayu, se hace música divina. 


Siento galopar mi corazón, en las torres de las iglesias de tus pueblos. Siento repicar mi alegría en tus callecitas, arterias que salen de tu corazón, en donde la Mama Killa desdobla matices de versos caídos del alma, donde el dibujo de tus balcones tallados, sueñan con la guitarra devota o las notas dolientes de una quena.


Calles del CUSCO, hechas de piedra, donde tus indios corren desembolviendo tus danzas de colores. Ciudad tallada de ternura, tu alma vuela i despierta tus mágicas leyendas, tu mirada tiembla de luz i de sombra. 


CUSCO, bajo tu dios Wiraqocha, tu vida se ha hecho canto i en el seno de la Pachamama tu dulce alegría aprendió a volar. 
 
 
CUSCO, te llevo edificada en mi palabra, tierra andina, tierra india como eres, de trenzas i chaquitaqllas. Te veo siempre bajo el atado de tu pobreza, tus campesinos pijchan su coca, como si fuera una oración . Sus rostros se arrugaron, por el arado del tiempo.


Alegran tus paq´chas saltarinas, tus calles llorosas... 
 

CUSCO, te recuerdo callada i triste, en tus tardes dormidas i así, me quedo con la mirada abrazada a tus crepúsculos de seda i agarrando una rama de tu cielo azul i contemplando la claridad de tus nevados. Te recuerdo en tu cielo estrellado i a lo largo de tus andenes i tus campiñas de esmeralda. 


Te sigo en el vuelo rojo de tus tejas, te recuerdo en el canto multicolor de tus pájaros, en tus casonas sembradas de ausencias, en las danzas azules de tus madrugadas. Veo tus calles que nacen, desde las cuestas del cielo. Callecitas pintadas con el pincel de mis sueños. Tus muros de piedra guardan toda la magia, el encanto i el misterio de tu grandeza i de tu gloria.


CANTO AL CUSCO

LUZ SAMANEZ PAZ
 
Las tristes quenas traen despacio,
los recuerdos del Incario
mi corazón es un misterio,
que se diluye en el espacio.
 
El agua recorre
por sus perfectos canales,
mientras que los bellos ñujch´us
se deshojan como pétalos,
en las manos del viento.
 
I los ch´eqollos, pequeños
arco iris relucientes,
revolotean ligeros,
sobre las aromática tik´as.
 
CUSCO, este canto va prendido
en un cielo estrellado,
mientras la campiña duerme,
bajo el manto de la noche.
 
En tus templos del Inti,
de la Killa i de las Chask´as,
guardan las reliquias Imperiales
i el Templo del Q´oriKancha engalanado,
con la danza ritual de las Vestales.
 
Fiesta del Corpus Cristy,
que levantas tus míticos altares
de oro, plata i diamante
i la procesión avanza,
llena de luz i colores.
 
Inquietan al pueblo
todos los santos i vírgenes,
que desfilan haciendo derroche
i que lanzan mensajes divinos.
 
I son los bellos ñujch´us,
los que tiñen las fiestas
de oro, rojo i añil,
es donde el alma cusqueña
vive su ancestral tradición.
 
Fiesta del Inti Raymi, majestuosa
que irradias del Imperio los fulgores,
leyenda de los siglos fabulosa,
maravilla deslumbrante de colores.
 
CUSCO, tu Valle sagrado renace
i en apariencia nace,
su conceptuosa belleza
i como símbolo de pureza,
discurre el Sagrado Willkamayu.
 
Los campesinos pijchan su coca
como si fuera una oración,
me sabe a dulce la aurora,
mientras la brisa pasa cantando
su cantar de los harawis.
 
Se ve el verde terciopelo
de su inmensos campos,
es la Mamapacha en aparición
incansable, pródiga i generosa.
 
CUSCO, mi corazón está escribiendo
estos versos,
en las verdes hojas
de tus árboles.
 
OLLANTAYTAMBO,
fortaleza de orgullo,
de amor hablan tus piedras,
tus tiernos eucaliptos i quebradas,
donde el alma de Cusi Qoyllur,
florece perfumando su azul al huracán.
 
MACHUPICCHU,
poema de piedra
lanzado hacia las estrellas,
luz refulgente en piedra edificada,
alarido del Imperio
petrificado en el infinito.
 
Tus orquídeas,
son un beso de colores
i tus begonias,
sangrantes farallones.
 
Mora el Apu Kuntur,
altivo, alucinante
i el culto del indio,
lo lleva el viento fuerte
i lo esparce...
 
Mientras las nubes descansan
en tus alturas insondables,
revive en mis venas
tu pasado glorioso,
mi origen i mi linaje.
 
Bebe mi sangre de poetisa
i reza la Ciudad del Sol,
la canción de tu dulce Willkamayu,
i el resplandor níveo
de tus cumbres nevadas.
 
Por tus piedras sagradas,
miro la gloria de mi raza
i quiero impregnarme toda
con la ardiente sangre de tus ritos,
mientras duermen por siempre
un sueño místico tus piedras.
 
 

MAMAPACHA

LUZ SAMANEZ PAZ

Hierve la sangre
en el pecho de los cheq´ollos
i es el tiempo que suelta a navegar
su manantial de vicuñas doradas.
Es la Mamapacha alborotada
por el aguacero de wifalas,
es el aire que trae a los chaskis
en sus alas...
Los niños campesinos cantan
desde las montañas
i el viento se lleva sus cometas
de ilusiones...
El trigo está escribiendo en las sombras
con sus banderas de rastrojo,
al ritmo de las trillas
sobre el oro del dios Inti,
tendido en la Mamapacha.

 

MACHUPICCHU ES MI TESTAMENTO

LUZ SAMANEZ PAZ


Del CUSCO traigo mi canto
como una estrella de siglos,
MACHUPICCHU ha sido mi casa,
tradición e historia sin tiempo.
Con el corazón de la Mamapacha,
me moldearon...
los APUS del sentimiento.
TAWANTINSUYO se llama,
la tierra de mis ancestros.
Del fondo de sus entrañas,
brota el canto de mi raza,
de mi estirpe i mi linaje andinos.
Soy latinoamericana,
peruana de nacimiento.
Vivo pegada a tu suelo,
como MACHUPICCHU a tu tiempo.
APURÍMAC, me dio la vida,
AMÉRICA, me dio la glori,.
dejo mi riqueza al Mundo,
MACHUPICCHU es mi testamento.
 
 

SAQSAYWAMAN
 
LUZ SAMANEZ PAZ
 
El fabuloso templo
de los espejos de oro,
que bañan las cumbres
con vivo resplandor,
i desde la hontananza
era una hoguera de oro,
que a veces opacaba
los fulgores del sol.
 
Era tal la insolencia
de las piedras perfectas,
tan grandiosa grandeza
la de Saqsaywaman,
que aún suena en la Historia,
esa frase perfecta:
esto es obra del diablo
o portento de Dios.
 
Imágenes del Cusco: Nalo Alvarado Balarezo

       

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