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TIEMPO NUEVO
Internacional
por Addhemar Sierralta
Año 10 Nº 324
Miami, 19 de febrero de 2018
OJO CON LA INFILTRACIÓN COMUNISTA EN U.S.A.
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
Estados
Unidos de América está siendo presionado desde adentro –por la
tolerancia del partido demócrata con los izquierdistas- para causar el
caos en el gobierno del presidente Trump.
Mientras
que Hussein Obama tuvo ocho años de gobierno para hacer algo por los
inmigrantes ilegales, nada hizo. Tampoco legisló para el control de
armas, dejó en el campo internacional que los rusos se infiltraran para
manipular candidatos internos y permitió –con su dejar hacer- que Irán y
Corea del Norte crecieran en sus desarrollos nucleares, mientras en sus
narices los gobiernos de Cuba y Venezuela desarrollaban estrategias
para el dominio de México, Colombia y Perú.
Realmente,
por otro lado, hay que tener cara dura para decir –hoy ante la opinión
pública- que los demócratas defienden a los “dreamers”.
Tampoco
es secreto que los demócratas han sido permisivos con la infiltración
comunista en las universidades. Muchos profesores de esos centros de
estudios han estudiado en China, U.R.S.S. y Cuba. Y conozco a varios que
además son activistas e incitan a estudiantes –incluso de colegios-
para desarrollar marchas y protestas. Obvio que parte de la prensa
inmoral les da el espaldarazo, no se si dentro de un complot, intereses
económicos o por estúpidos o tontos útiles.
Recientemente
se ataca a Trump por todo. El presidente propuso que los sellos de
alimentos, que se entregan a los más necesitados, se desdoblen
manteniendo una parte (la menor) con los sellos y el resto con una
canasta de víveres básicos elaborados en U.S.A. Esta decisión generaría
potenciar a agricultores e industriales norteamericanos, ahorros
apreciables en los gastos y eliminar en parte el mal uso que hacen
algunos de los que reciben estos sellos, quienes los cambian por licores
y hasta drogas. Por supuesto empiezan los ataques sin sentido.
Creo
que la población de U.S.A. no se deja engañar y aprecia la lucha y
posición de su presidente buscando hacer grande de nuevo a esta nación.
Su esfuerzo por el desarrollo económico ya se está viendo, igual que su
deseo de proteger las fronteras y lograr una inmigración legal y que
contribuya más con el desarrollo y necesidades de los Estados Unidos.
Quiera Dios que los demócratas piensen y no se dejen influenciar por los activistas de izquierda infiltrados en su partido.
LA UNIÓN PARA QUE EL PERÚ SALGA DE LA CRISIS POLÍTICA.
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
Alguien
se preguntaba, hace algunos días en el Facebook (red social), “por qué
los peruanos están llenos de odios. Eso no los deja crecer
adecuadamente”. Y realmente estimo que esa persona tiene razón. Por
ejemplo existe el odio a los fujimoristas, a los apristas, a los
partidarios de Castañeda, a los empresarios, a PPK (presidente del
Perú),
a
las religiones, a los limeños y ahora quieren generar uno adicional a
los inmigrantes venezolanos. Si uno se detiene a mirar con objetividad a
ver quién gana al activarse estos odios solo queda una respuesta: los
neo izquierdistas que minimizan los actos terroristas del pasado, alaban
a los gobiernos de Cuba, Corea del Norte, Venezuela y otros, y
realmente buscan sembrar el divisionismo y el caos.
Un
aforismo muy antiguo dice: divide y reinarás. Y es cierto. En la medida
que la estrategia comunista –digitada desde el exterior- es aplicada en
el Perú solo quedarían como los buenos de la película los grupos de izquierda.
Jamás
se debe caer en estos odios, generados inteligentemente desde el
exterior, aunque algunos políticos puedan haber sido tentados por la
corrupción también digitada, por ejemplo, por Lula desde Brasil haciendo
uso de empresas como Odebrecht, OAS, Petrobras y otras para financiar
campañas cercanas con los izquierdistas u obtener jugosos contratos de
obras para contar con más dinero para la infiltración en latinoamérica.
El
Perú sufre de un mal manejo político desde hace mucho gracias a las
malas elecciones de su pueblo. Por ello “a llorar a la playa” como dice
el aforismo. Se ha venido votando por los menos malos o cerrarle el paso
a Keiko Fujimori. Y en verdad esto último es razonable porque la hija
del “chino” solo demuestra que no tiene muñeca para dirigir a Fuerza
Popular. Y menos al país si fuera elegida.
La
actual situación política de buscar un nuevo pedido de vacancia
presidencial por Fuerza Popular y los partidos de izquierda a los que se
sumó –inexplicablemente- Acción Popular, solo aumentarían el caos y
podría suscitarse una crisis de altas proporciones donde el Perú
perdería.
Lo
sensato, y en ello debe rectificar Keiko, es llegar a acuerdos
multipartidarios para un gobierno con políticas de estado que beneficien
a todos los peruanos. En el Perú estamos cansados de la mediocridad
política y se debe mostrar la inteligencia, el desprendimiento, y un
riesgo calculado positivo para emprender de una vez la unión de todos.
Obviamente si los de izquierda quieren sumarse serán bienvenidos a un
proyecto de todos.
Se
argumentará que PPK tiene acusaciones de corrupción. Pero recordemos
que en aras del beneficio del país en Brasil está gobernando Temer (con
acusaciones más graves) pero eso ha sido preferible que quedar en manos
de Dilma Rouseff del partido de Lula que buscaba el dominio comunista en
América del Sur. En Perú también la estrategia izquierdista busca
quebrar la democracia y no se debe permitir ello y menos con la
complicidad de Keiko.
SOLOS EN LA MADRUGADA.
Por Enrique Guillermo Avogadro (Argentina).
"El gobierno tiene los resortes para encauzar la acción
privada en el sentido más favorable al bienestar general".
Arturo Frondizi
El
próximo miércoles veremos, en la Avda. 9 de Julio, que Hugo Moyano (más
sus hijos, su tercera mujer y los vástagos anteriores de ésta) se
encuentran absolutamente solos, como nunca lo han estado, en el amanecer
del momento en que irán presos. Aún así, sin duda estarán rodeados por
lo más granado del kirchnerismo (la CTA, los docentes y bancarios), el
trotskismo, y los movimientos sociales, incluida la CTEP, la
organización encabezada por Juan Gabrois, funcionario vaticano por
designación de SS Francisco, todos aunados solamente por su actitud
opositora al Gobierno.
Es
bueno recordar que el Papa cumple dos roles: Sumo Pontífice de la
Iglesia Católica Apostólica y Romana, y Jefe del Estado Vaticano. Cuando
habla de dogma su palabra es infalible para nosotros, los fieles de su
Iglesia; en cambio, como estadista, no es más que un ser humano común,
susceptible de incurrir en errores y, sobre todo, con derecho a tener
opinión propia en temas terrenales. Si le envía rosarios a los imputados
por corrupción o una carta personal a Hebe de Bonafini, donde la
bendice y la compara con Jesús como objeto de calumnias en procesos
amañados, está ejerciendo su derecho, pero no por ello sus pareceres
tienen que ser aceptados por la grey; y lo mismo sucede con el resto de
sus expresiones estrictamente políticas o económicas.
La
soledad en que han dejado al Negro Moyano sus pares se debe a que éstos
han comprendido, con sagacidad y experiencia, que hoy el poder real
está en manos de Mauricio Macri quien, a diferencia de sus predecesores
no peronistas, sorteó con facilidad las elecciones de medio término.
Percibieron que no se trata de un personaje débil o manejable sino que
están frente a alguien con decisión y firmeza; además, puede abrir o
cerrar la bolsa de recursos de las obras sociales gremiales, principal
fuente financiera de los sindicatos, y activar las acciones de la
Oficina Anticorrupción, que tanto preocupa a varios de los congéneres
del líder camionero, autores de similares delitos.
La
concentración del 22 para la defensa política frente a las acciones
penales que lo tienen contra las cuerdas puede derivar en violencia
urbana, pero no dudo que la Ministro de Seguridad está preparada para
reprimirla; a Patricia Bullrich tampoco le temblará la mano para
hacerlo.
Pero
hay otro ángulo en el que la mayoría de la sociedad está de acuerdo. Me
refiero a la imperiosa necesidad de despedir al millón de empleados
públicos que se agregaron en la década anterior; en ello coinciden todos
los ciudadanos, asfixiados por una presión impositiva que no para de
crecer. Si por unos pocos cientos de empleados, a los cuales no fueron
renovados sus contratos temporarios, la ciudad de Buenos Aires y sus
accesos se ha transformado en un caos, ¿qué sucedería si estuviéramos
hablando de miles? ¿Estamos dispuestos a pagar el precio, aunque sólo
sea en materia de libre circulación?
Moyano
y sus socios son verdaderamente capaces de convertir nuestra vida en un
infierno por la falta de alimentos, de dinero, de combustibles, de
exportación de granos, de clases, etc., y no tengo dudas que activarán
paros crecientes a medida en que avancen las causas penales; ¿lo
soportaremos todos los que hoy despotricamos contra el inmenso poder que
han sabido construir extorsionando a mandatarios y ministros?
Esto
nos lleva a las dificultades económicas que jaquean al Gobierno, en
especial la indomable inflación. En materia de mercados, los factores
psicológicos tienen una enorme importancia; cuando un rumor -favorable o
negativo, cierto o falso- trasciende, el precio de los activos sube o
baja sin ninguna razón aparente que lo justifique y, cuando la multitud
actúa como masa, la fortuna o la ruina están a la vuelta de la esquina;
muchos pánicos y burbujas generalizados que se han producido en el mundo
en épocas recientes dan acaba prueba de esta afirmación. Y en este
aspecto el accionar de los gremios y el desorden generalizado está
produciendo un grave deterioro en la imagen que Macri está intentando
construir de cara a los inversores; en especial cuando, como sucedió
esta semana, se reflejan en el diario más influyente en la materia, The
Wall Street Journal.
Hay
virus enormemente peligrosos que se han instalado en nuestro cuerpo
social desde hace tiempo y, como terribles drogas adictivas, costará
mucho tiempo erradicarlos. Por estar enfermos de populismo, pretendemos
que se nos "regalen" los servicios públicos, sin pensar que los
pagaremos con nuestros ya insoportables impuestos; y al apostar
permanentemente al alza futura de los precios internos y de los
salarios, convertimos a la inflación, la peor gabela, en una profecía
autocumplida.
Sabemos
que el precio del dólar en la Argentina está atrasado, y que esa
situación perjudica enormemente a nuestras exportaciones industriales y a
las economías regionales; sin embargo, tan pronto comienza una
sensación alcista, salimos a remarcar los precios a su ritmo, aunque no
estén vinculados a las importaciones. Nos quejamos del sideral déficit
de nuestra balanza de pagos, pero batimos records absolutos en materia
de turismo y compras en el exterior, aprovechando precisamente el dólar
barato.
Criticamos
el nivel de endeudamiento del país en el exterior, pero no ahorramos en
el país el dinero suficiente para solventar el sideral gasto público
heredado; tampoco nos conforma el gradualismo del Gobierno, pero no
proponemos recetas alternativas políticamente viables para reducirlo.
Los
industriales protestan por la baja en el consumo, pero rechazan
frontalmente la apertura de la economía, que les permitiría buscar
clientes en el mundo entero. Los dirigentes sindicales aúllan contra
cualquier medida que pretenda mejorar la competitividad y reclaman por
la caída del poder adquisitivo, mientras se asocian a los pedidos de las
entidades patronales, pero sus pretensiones en materia salarial aportan
nuevo combustible al incendio inflacionario.
Nos
sentimos por completo inseguros, pero calladamente permitimos que se
procese a un policía que mata a un asesino frustrado que huye y a un
padre que golpea a un individuo mayor por intentar seducir por Internet a
su hija de once años. Hace cuarenta, rogabamos que las Fuerzas Armadas
reprimieran a los terroristas que ponían bombas, asesinaban y
secuestraban a mansalva, pero hoy miramos para otro lado cuando se nos
enfrenta a la realidad de dos mil ancianos militares presos, muchos sin
condena, por ganar la guerra a la guerrilla.
En
resumen, todos tenemos que dejar la hipocresía de lado y tomar
conciencia de cuánto depende de nosotros mismos que la Argentina se
reconvierta en el país viable y envidiable que alguna vez fuimos y deje
atrás esta espiral de decadencia en que nos hemos sumergido desde hace
décadas. Es cierto que costará grandes sacrificios presentes lograrlo,
pero así dejaríamos a nuestra descendencia un legado de paz y
prosperidad del cual hoy carece. ¿Seremos, realmente, capaces de
hacerlo?
Bs.As., 17 Feb 18
CUATRO RAZONES QUE EXPLICAN CAÍDA DE LA DELINCUENCIA EN NUEVA YORK.
Compartimos esta información de la BBC
que explican la drástica caída de la delincuencia en Nueva York, la
ciudad que pasó de "pesadilla violenta" a modelo de seguridad.
Los tiroteos en Manhattan
o los asaltos en Central Park son cada vez más cosa del pasado o de la
ficción: Nueva York está en su mejor momento en décadas en cuanto a
seguridad.
El
fenómeno está corroborado por cifras: la ciudad más poblada de Estados
Unidos tuvo 290 homicidios en 2017 según datos oficiales, la cifra más
baja desde 1951, cuando comenzó a llevar registros comparables. Si se
miden con 2016, los asesinatos en Nueva York cayeron 13,5%, y si se
equiparan con el nivel de población, la tasa de homicidios de 2017 fue de 3,4 cada 100.000 residentes, bien lejos de los 30,7 que hubo en 1990.
"Esa
caída no la experimentó ninguna otra gran ciudad", dice a BBC Mundo
Franklin Zimring, experto de la Universidad de California en Berkeley y
autor del libro "La ciudad que se hizo segura: lecciones de Nueva York
para el crimen urbano y su control".
Más aún, en esta metrópoli de 8,5 millones de habitantes también bajaron los tiroteos, los asaltos, los robos y los arrestos.
Una excepción en este panorama fueron los reportes de violaciones, que aumentaron en 2017 respecto al año anterior, algo que la policía asocia con la oleada de denuncias de acoso sexual que envuelve a famosos en todo Estados Unidos.
Las
autoridades neoyorquinas se muestran satisfechas con lo logrado."Nadie
creía que fuera posible tener menos de 300 asesinatos", dijo el alcalde
Bill de Blasio este mes, mientras el comisionado de policía James
O'Neill afirmaba a su lado: "Nueva York no es la pesadilla violenta que una vez leímos en la prensa, miramos en TV o vimos en películas".
A
la hora de interpretar este fenómeno, los especialistas esgrimen
diferentes datos y teorías que a menudo discrepan entre sí. Sin embargo,
algunas explicaciones pueden ayudar a entender mejor esta drástica
caída del crimen en Nueva York. Te mostramos cuatro:
1. Más policías
Uno
de los cambios que acompañó la mejora de la seguridad en Nueva York fue
el incremento de al menos 35% en la cantidad de policías en la ciudad
entre 1990 y 2000, cuando superó los 53.000 funcionarios según datos
oficiales.
Se
trató del mayor aumento numérico de policías que hubo en esa década en
cualquier metrópoli de EE.UU. con más de 250.000 habitantes.
La diferencia fue más significativa en algunas áreas: el número de de policías de narcóticos creció más del doble en Nueva York esa década.
Tras
los ataques del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center,
subió la cantidad de policías asignados a tareas de contraterrorismo en
la ciudad y bajó el número de funcionarios dedicados a prevenir delitos
callejeros.
Lo
interesante, señala Zimring, es que incluso así Nueva York logró
mantener en los años siguientes el valor agregado en su seguridad que
ganó durante la década de 1990.
2. Nueva tecnología
Claro
que una mayor cantidad de policías en las calles está lejos de
garantizar una baja del crimen. Pero en el caso de Nueva York, eso fue
acompañado por un cambio clave a nivel tecnológico.
"Entraron sistemas computarizados para
que el jefe de policía supiera dónde se desplegaban los policías, dónde
se cometían los crímenes y qué impacto tenía el despliegue policial en
las tasas de criminalidad", dice Zimring.
"Antes
de tener esas computadoras, no se sabía dónde estaban los policías.
¡Podían estar comiendo rosquillas todo el tiempo!", agrega.
El
sistema computarizado se denominó CompStat y fue implementado por la
policía de Nueva York a partir de 1994 con tanto éxito que otras
ciudades de EE.UU. siguieron el ejemplo, aunque con resultados
disímiles.
¿Es
posible predecir un delito?: el controvertido algoritmo usado por la
policía de Chicago, la ciudad con más criminalidad de EE.UU.
A esto se sumaron otros cambios como la llegada de los teléfonos celulares primero e inteligentes después. "La gente puede llamar a la policía de inmediato, puede grabar en video y hay más vigilancia en marcha",
dice a BBC Mundo Eugene O'Donnell, un expolicía y exfiscal de Nueva
York que actualmente es profesor en el John Jay College de justicia
penal.
Recientemente
la ciudad ha incorporado más tecnología para modernizar su fuerza
policial, incluido un sistema denominado ShotSpotter para detectar
disparos mediante sensores especiales.
3. Cambio de estrategia
Este
es uno de los puntos que genera más controversia, incluso entre
expertos: ¿cuál fue el cambio de estrategia policial que contribuyó a
incrementar la seguridad de Nueva York? Hay quienes asocian el fenómeno a
la "tolerancia cero" o la "teoría de las ventanas rotas" que
autoridades de la ciudad reivindicaron en el pasado, vigilando
agresivamente violaciones menores de la ley para evitar crímenes más
graves.
Sin
embargo, otros niegan que éste sea el secreto detrás del declive de los
delitos en Nueva York. "No puedes reducir 83% la tasa de homicidios
yendo a barrios marginales en declive; tienes que ir adonde están ocurriendo los homicidios. Y eso es exactamente lo que hicieron", asegura Zimring..
Añade que una de las estrategias policiales fue acabar con los mercados públicos de venta de drogas que
había en diferentes puntos de la ciudad, donde la disputa violenta por
controlar los mejores rincones contribuía al aumento de homicidios.
La venta de drogas al menudeo continuó, pero de forma más discreta y menos sangrienta.
Asimismo,
la policía de Nueva York redujo considerablemente su política de "stop
and frisk", es decir, registrar a transeúntes, después que la justicia
determinara en 2013 que viola garantías constitucionales y discrimina
contra latinos y negros, porque suelen ser más detenidos que los
blancos.
Aunque
esa táctica policial agresiva ha sido defendida por el presidente
Donald Trump, sus críticos señalan que el crimen en Nueva York continuó a
la baja tras aquel fallo judicial.
El alcalde de Blasio, un demócrata enfrentado al presidente, Donald Trump, ha puesto el énfasis en mejorar la confianza entre ciudadanía y policía,
atribuyendo la caída en los delitos en Nueva York a la estrategia de
perseguir a los grupos responsables por buena parte de los crímenes que
se cometen.
4. La gente y el dinero
Otra
clave detrás de la mejora de la seguridad en Nueva York son los cambios
que la ciudad ha tenido desde el punto de vista económico y social.
"La ciudad solía ser un lugar a evitar, la gente estaba huyendo, y ahora es uno de los bienes inmuebles más valiosos del mundo", dice el expolicía y exfiscal O'Donnell. "Vivir en Nueva York se ha vuelto un bien preciado".
La
caída del crimen está muy relacionada a "factores de nivel macro",
advierte a BBC Mundo James Austin, presidente del Instituto JFA, una
organización que evalúa prácticas de justicia penal.
A su juicio, esos factores incluyen tasas de interés, inflación, desempleo o incluso de fertilidad femenina.
"Las
mujeres están teniendo hijos más tarde, y están teniendo menos", señala
Austin. Agrega que eso aumenta el control en el hogar y contribuye a un
descenso significativo en los arrestos juveniles.
"Todos esos factores de nivel macro muestran tener un efecto supresor muy fuerte sobre la tasa de criminalidad", dice.
LAS PESADILLAS DE PERÚ.
Por Alfonsina Barrionuevo (Perú).
De Perú Mundo de Leyendas.
El
lente de la cámara se aproximó lo más cerca que pudo y captó la mirada
malévola de sus ojuelos inyectados de rojo en primer plano. Retrocedió
milímetros y lo capturó entero, justo cuando abría la feroz boca para
lanzar un rabioso chillido. A toda pantalla se sentía su furia. Además,
volteó la diminuta cabeza y mordió el dedo del médico que lo sostenía.
No hubo cuidado. El guante que tenía era especial.
Aquel
fue mi primer encuentro con un vampiro vivo cuando Manchay, Lima, era
un lugar agreste. Me dijeron que mordían a niños en la omagua. Más tarde
vi un documental en Parakas muy bueno de ”National Geographic”. Estaba
casi oscuro cuando se desplazó como un minúsculo duende saltando con
suma cautela de una piedra a otra, donde descansaban los lobos marinos.
Quiso
morder a uno en la oreja pero éste lo lanzó a muchos metros de un
manotazo. Se levantó y esperó. Cuando dormía volvió y logró su intento.
Hincó los colmillos y se apartó. Fue suficiente. Después se puso a lamer
su sangre en la herida abierta. Volvería cientos de veces y el lobo
nunca lo sabría.
Yo
no sabía que en nuestra Amazonía había una diversidad de murciélagos.
Necesariamente no son vampiros. En una tarde tormentosa fui con Kukuli
(hija de la autora) al zoológico del Bronx, en Nueva York. Nos
refugiamos en el pabellón de los murciélagos vivos porque arreciaba la
lluvia, aunque sin esperar nada sensacional. Por el contrario tuvimos
una sorpresa inesperada. En una galería en penumbra nos introdujimos a
un sector de selva viva, con árboles y riachuelos, donde aquellos
volaban de un lado a otro tras una gruesa mampara de vidrio.
Fue
fascinante. Había murciélagos fruteros, murciélagos picaflores que
absorbían la miel con su sorbete natural, murciélagos pescadores,
murciélagos de un tamaño increíble, un poco más grandes que un kuye que
se pasaban raudos de una rama a otra, con una piel finísima que me hizo
recordar a Atawallpa, el príncipe cusqueño que almorzando con Pedro
Pizarro se derramó la comida en el traje y salió a cambiarse. Cuando
volvió llevaba otro que parecía de puro terciopelo y ¡cómo no! si estaba
armado con unos cueritos finísimos, ¡de murciélagos!
En
un recuadro presioné un botón y salió una reseña que me llenó de
orgullo. Los extrañísimos murciélagos que estaba viendo eran en su
mayoría del Perú, donde decían que había más de 500 variedades. ¡Una
locura! Los científicos que se dedican a estudiar lo que tenemos
aseguran algo muy cierto. Hay especies de flora y fauna que están
desapareciendo sin que hayan sido jamás registradas.
Cada
árbol, además de formar parte de ese pulmón que oxigena el planeta es
como un gigantesco rascacielos con pisos que albergan una infinidad de
poblaciones. Cuando se talan los inquilinos son desalojados y deben huir
aceleradamente. La tierra y el agua son el habitat de otras tantas
asombrosas criaturas en formas, tamaños y colores. Ni la imaginación más
fértil podría hacer lo que es obra de la naturaleza. En sapos he visto
unos que parecen pintados como si fueran flores y flores donde el arco
iris ha derramado su pintura graciosamente.
En
el Año Internacional de la Biodiversidad se insistió sin resultados. A
los Estados no les importa. Hasta se quiso favorecer a Brasil con un
paquete de represas hidroeléctricas en nuestro territorio afectando a
Puno, Cusco y Madre de Dios, donde está Bawaja Sonene, una de nuestras
importantes reservas.
En
el Año Internacional de la Papa “se reconoció” que el Perú tenía hasta
3,600 variedades de papa nativa y 400 de papa silvestre, e ¡increíble!
estamos importando papa blanca cuando tenemos cosechas de sobra.
Pero desperdiciamos nuestras primicias. En plantas medicinales es igual su feracidad.
En
una feria se presentó un fruto, “teta de vaca” por su forma, con
capacidad para limpiar uñas de los hongos más rebeldes. Hace un tiempo
en Yarinaqocha, Pucallpa, una investigadora americana me mostró un
pequeño arbusto que, según dijo, podía acabar con la calvicie de los
varones. Me mostró su libro, un “best seller”, y se fue rezongando por
nuestra ignorancia sin añadir nada más. No tuve a la mano una cámara
para capturar la maravilla vegetal ni tampoco a ella. Los pajuros, papas
que crecen en los árboles, son una delicia para cajamarquinos y
amazonenses, pero no llegan a nuestros mercados. Las "papas" o "habas"
de árbol se mecen en una vaina grande como el pakae que
parece una cuna. Y como ellos hay mucho para mencionar. Dicen que para
muestra basta un botón y en este momento tenemos la pitahaya. Hay mucho
por conocer. En este reglón Perú, nuestro país, ¡es un gigante! Las
pesadillas las dan los políticos que no defienden sus riquezas
naturales.
YANA ÑAHUI.
Por Armando Balarezo “Nalo” (Perú).
No
recuerdo con exactitud cuándo vi por primera vez aquellos bellos ojos
negros, tan negros como el silencio de una noche estrellada. Lo que sí
recuerdo es que la veía seguido al finalizar las clases del día, mas no
me acercaba a ella, solamente la contemplaba de lejos, sobre todo los
sábados en horas de la tarde cuando hacía compras en las tiendas del
pueblo. En cambio los domingos no aparecía por ningún lado; y ese día,
rojo en el calendario, se tornaba gris para mí.
Así,
poco a poco se fue convirtiendo en el aire que necesitaba para
respirar, al extremo que ni bien finalizaba las clases en mi escuelita
Primaria, salía corriendo como venado para verla salir del colegio donde
estudiaba. Yana Ñahui ni cuenta se daba de mi presencia, quizá porque
era mayor que yo, y los muñecos de trapo habían dejado de interesarle al
ingresar a la Secundaria.
La última vez que vi su rostro en el pueblo fue el domingo 31 de diciembre de 1910. Estaba observando a unos niños campesinos que ingresaban a la iglesia con sus padres, cuando algo me hizo voltear la mirada, hallándola parada a unos metros de distancia. Haciendo de tripas corazón caminé decidido a saludarla, y de paso despedirme de ella, pues el martes salía de viaje por tiempo indefinido. A medida que me acercaba mis latidos aumentaban, lástima que se escuchó un silbido, ella volvió la vista: era su papá, se le acercó y entraron al templo. Yo me quedé como un monolito en el centro de la plaza. Dos días después emprendí viajé con unos arrieros hasta Paramonga, luego a pie hasta Barranca, cuna de AILADI, y de allí por diferentes medios hasta Lima. No existía la Panamericana Norte en ese entonces.
En Lima, con el paso de los años y las preocupaciones por el porvenir, su imagen se desvaneció de mi mente y no pregunté más por ella; mis vacaciones las pasaba lejos del pueblo, y se perdieron en las olas del tiempo las oportunidades de volverla a ver.
La última vez que vi su rostro en el pueblo fue el domingo 31 de diciembre de 1910. Estaba observando a unos niños campesinos que ingresaban a la iglesia con sus padres, cuando algo me hizo voltear la mirada, hallándola parada a unos metros de distancia. Haciendo de tripas corazón caminé decidido a saludarla, y de paso despedirme de ella, pues el martes salía de viaje por tiempo indefinido. A medida que me acercaba mis latidos aumentaban, lástima que se escuchó un silbido, ella volvió la vista: era su papá, se le acercó y entraron al templo. Yo me quedé como un monolito en el centro de la plaza. Dos días después emprendí viajé con unos arrieros hasta Paramonga, luego a pie hasta Barranca, cuna de AILADI, y de allí por diferentes medios hasta Lima. No existía la Panamericana Norte en ese entonces.
En Lima, con el paso de los años y las preocupaciones por el porvenir, su imagen se desvaneció de mi mente y no pregunté más por ella; mis vacaciones las pasaba lejos del pueblo, y se perdieron en las olas del tiempo las oportunidades de volverla a ver.
* * *
Después
de varios quinquenios tuve que radicar en la Sierra. Llega a mi memoria
un fresco día de agosto. La tarde iba madurando más allá de mis sueños
que rozaban la Cordillera Blanca, y el sol se marchaba de puntillas del
Callejón de Huaylas, cuando apareció como un espejismo caminando por la
calle principal de Huaraz, empedrada en aquellos años. Para mi sorpresa
me saludó con una sonrisa, y detuvo su andar de gacela frente a mí, que
por poco me da un vahído. Estaba bellísima, luciendo sus hermosos ojos
negros. Había venido por unos trámites.
Lo poco que quedaba de la tarde y parte de la noche conversamos sobre mi infancia y su adolescencia, como si lo hubiéramos hecho toda la vida, a pesar de ser la primera vez que dialogábamos. Dijo que yo era un niño muy curioso, pues me veía observándola cerca de su colegio; inclusive recordó haberme visto mientras se tomaba fotografías en la plaza junto al tieso caballito de un fotógrafo de feria, y que en su próxima visita a Huaraz me regalaría la foto. A las 11 de la noche, cuando la tierra de Atusparia dormía mecida por el viento de Marián, nos despedimos en la puerta de su alojamiento. Ni siquiera un beso en la mejilla le di, demostrándole así mi respeto inmaculado.
Los meses fueron pasando uno a uno, y los paseos nocturnos se hicieron frecuentes cada vez que Yana Ñahui visitaba Huaraz. Me hice su confidente, pero siempre dominando mis impulsos como el primer día, en tanto Eros jugaba sus cartas a orillas del Quillcay.
Pasaron raudos tres calendarios, yo continuaba despidiéndome con extrema cortesía; y casi sin sentir llegó fin de año, acercándose inexorable la fecha de mi partida defintiva a Lima. El 27 de diciembre de 1933 vino a Huaraz. Sentados en una banca de la plaza le conté sobre mi viaje sin retorno. Sus bellos ojos negros se humedecieron. Para animarla la llevé a la esquina de los caliches telúricos; fue miércoles, lo recuerdo bien, víspera del Día de los Inocentes, y entre risa y llanto nos tomamos dos ruedas de la pócima milagrosa. Luego de unas horas llegó la medianoche y le ofrecí dejarla en su alojamiento. Me pidió quedarnos una hora más en la esquina del movimiento, que al final se duplicó, como se duplicaron las ruedas del virtuoso caliche de los poderes mágicos. Entrada la madrugada llegamos a la puerta de su alojamiento con las mejillas ardiendo y el corazón latiendo deprisa. Me despedí como de costumbre, pero esta vez sin fecha para volvernos a ver; se acercó, me susurró al oído, las palabras sobraron y Eros hizo el resto hasta los primeros rayos del sol filtrándose por la ventana.
Lo poco que quedaba de la tarde y parte de la noche conversamos sobre mi infancia y su adolescencia, como si lo hubiéramos hecho toda la vida, a pesar de ser la primera vez que dialogábamos. Dijo que yo era un niño muy curioso, pues me veía observándola cerca de su colegio; inclusive recordó haberme visto mientras se tomaba fotografías en la plaza junto al tieso caballito de un fotógrafo de feria, y que en su próxima visita a Huaraz me regalaría la foto. A las 11 de la noche, cuando la tierra de Atusparia dormía mecida por el viento de Marián, nos despedimos en la puerta de su alojamiento. Ni siquiera un beso en la mejilla le di, demostrándole así mi respeto inmaculado.
Los meses fueron pasando uno a uno, y los paseos nocturnos se hicieron frecuentes cada vez que Yana Ñahui visitaba Huaraz. Me hice su confidente, pero siempre dominando mis impulsos como el primer día, en tanto Eros jugaba sus cartas a orillas del Quillcay.
Pasaron raudos tres calendarios, yo continuaba despidiéndome con extrema cortesía; y casi sin sentir llegó fin de año, acercándose inexorable la fecha de mi partida defintiva a Lima. El 27 de diciembre de 1933 vino a Huaraz. Sentados en una banca de la plaza le conté sobre mi viaje sin retorno. Sus bellos ojos negros se humedecieron. Para animarla la llevé a la esquina de los caliches telúricos; fue miércoles, lo recuerdo bien, víspera del Día de los Inocentes, y entre risa y llanto nos tomamos dos ruedas de la pócima milagrosa. Luego de unas horas llegó la medianoche y le ofrecí dejarla en su alojamiento. Me pidió quedarnos una hora más en la esquina del movimiento, que al final se duplicó, como se duplicaron las ruedas del virtuoso caliche de los poderes mágicos. Entrada la madrugada llegamos a la puerta de su alojamiento con las mejillas ardiendo y el corazón latiendo deprisa. Me despedí como de costumbre, pero esta vez sin fecha para volvernos a ver; se acercó, me susurró al oído, las palabras sobraron y Eros hizo el resto hasta los primeros rayos del sol filtrándose por la ventana.
Fuente: CHIQUIÁN: Sentimientos, de NAB.
EL ABRAZO A LA ABUELA (Microrrelato).
Por Andrés Fornells (España).
Los
seres humanos no paramos de crear cosas y con estas creaciones, unas
veces acertamos y, otras veces, como que no tanto. Hubo un tiempo en que
los humanos nos comunicábamos por medio de tam-tams, señales de humo y hasta telepáticamente. Ahora tenemos infinidad de
cacharros que nos permiten comunicarnos y, sin embargo, cada vez lo
hacemos más desde la distancia.
Conozco
el caso de una abuela y una nieta que viven en distintos pisos, pero en
la misma calle y, la pequeña, en vez de ir a la vivienda de su abuela
darle dos cálidos besos e interesarse sobre qué tal está, le envía un
mensaje por WhatsApp que dice así: “Buenos días, abuela. Cuídate”. Y la
abuela, cansada de que este mismo mensaje se repita todos los días, a
menudo ni lo lee. Y se va a la panadería donde se queda un buen rato
hablando con la gente, sintiendo su simpatía, su cercanía, su interés
verdadero, y enlaza la mirada de sus ojos cansados y sabios con la
mirada de los ojos de las personas que tiene muy próxima.
Veo
a esta anciana de vez en cuando, pues no siempre puedo acercarme a la
panadería.
Cuando me encuentro con ella y con su mirada hambrienta de
afecto, se endulza mi corazón, me acuerdo de mi abuela Vicenta a la que
tanto quise y le digo:
—¿Cómo se encuentra usted hoy, señora Lucía?
—Aquí sigo, hijo. Porque Dios es muy bueno y me mantiene viva.
—¿Se siente usted hoy lo bastante fuerte para resistir un abrazo mío?
—Eso siempre, hijo.
Y le doy un abrazo que le hace a ella tanto bien como a mí.
CONDENADO A MUERTE (Narración).
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
Nada en esta vida hay tan trágico como el ser condenado a muerte. Se convierte la existencia en una pesadilla, para el afectado, desde el momento en que recibe la sentencia. Eso es en la generalidad de los casos. Lo extraño viene a ser cuando se toma el asunto con la tranquilidad pasmosa y la seguridad que algo va a ocurrir para salvarse.
Hace muchos años, en el norte de África, en territorios pertenecientes a la corona española, un soldado chapetón recibió la condena de muerte por ser prtícipe de una rebelión. La noticia llegó hasta su familia en España y todos quedaron muy apenados. Un hermano suyo llegó a visitarlo, como único representante familiar, portando los amorosos saludos y rogando a Dios porque fuera acogido en su seno.
Conversaciones van y abrazos vienen hasta que poco antes que concluyera la visita el condenado le dijo a su hermano :
-Quiero pedirte un favor.
-¿ Cuál hermano ?
-La ejecución será el sábado a las 12 de la noche.
-Si, y qué favor es ese.
-Pon
atención. Quiero que ese sábado esperes fuera del fuerte, donde seré
fusilado, con dos caballos debidamente ensillados y víveres suficientes
como para cabalgar varias horas hasta el amanecer.
-¿ Y eso para qué ? ¿ Piensas escapar ?
-De ninguna manera. Lo sabrás el sábado. Anda tranquilo.
Se
despidieron y el soldado regresó a su celda y el hermano partió hacia
el pueblo más cercano y se dedicó a buscar los caballos y reunir los
víveres. Tenía que apurarse porque era jueves.
En
el fuerte todo continuaba como todos los días. Y como lo hacía
diariamente, nuestro soldado, concurría a rezar a la capilla ubicada
cerca de la entrada. Al costado del altar mayor de la capilla había una
efigie, casi de tamaño natural, del Corazón de Jesús. Por seguridad
siempre le acompañaba un guardia quien se asombraba de la gran devoción
puesta por este condenado y de la tranquilidad con la que pasaba sus
últimos momentos.
Y
llegó el tan esperado sábado. En la noche se acercó un oficial a
conversar con el reo y a preguntarle acerca de su último deseo antes de
enfrentarse al pelotón de fusilamiento. La gran mayoría pensaba que el
pedido sería alguna comida o bebida especial. Para gran sorpresa de
todos dijo :
-Mi último deseo es orar ante el Corazón de Jesús los minutos anteriores a mi ejecución.
-De acuerdo-contestó el capitán.
Y de inmediato procedió a designar a cuatro guardias para que lo llevaran a la Capilla a las 11 y 45 de la noche.
Llegada
la hora prevista los cuatro guardias acompañaron al condenado a muerte
hacia la Capilla. Con la devoción acostumbrada se arrodilló ante la
imagen y cerrando los ojos rezó mentalmente. Los guardias se colocaron
cerca de el y aprovecharon también para orar.
No
había transcurrido ni cinco minutos de las oraciones cuando se escuchó
una sonora pero imperativa voz que resonó en toda la Capilla :
-Soldados, qué váis a hacer … la sangre de un justo caerá sobre ustedes y sus familias.
Todos
los guardias quedaron estupefactos y con los ojos casi desorbitados
miraban la efigie de Jesús, quien continuaba su perorata :
-Dios les ordena que lo soltéis de inmediato … abran la puerta y deejenlo ir y comuniquen a sus jefes lo que habéis escuchado.
Como
comprenderán los soldados cumplieron el mandato divino a pié juntillas y
liberaron al prisionero, quien se despidió dándoles la mano y
agradeciendo a Dios y a cada uno de ellos. Apenas hubieron cerrado la
puerta coorrieron soldados y liberado. Los guardias a dar cuenta y
nuestro amigo hacia su hermano. Allí afuera le esperaba con los caballos
y víveres. Galoparon toda la noche hasta que al amanecer cruzaron la
frontera.
Los
soldados fueron encerrados por estúpidos. Nadie creyó en el milagro y
despacharon una compañía en persecución del condenado a muerte. Como los
hermanos llevaban apreciable ventaja no fueron alcanzados.
Evidentemente
no se había producido ningún milagro. El soldado Sierralta era un
magnífico ventrílocuo que hizo hablar al Corazón de Jesús con tal
perfección que convenció a todos los guardias. En su cabalgata de fuga
los hermanos reían por tal ocurrencia.
Ya
con más tranquilidad los hermanos se pusieron a trabajar en el
extranjero hasta hacerse de una bolsa de viaje para cruzar los mares y
llegar a América. Esta es la historia de mi bisabuelo y de su hermano y
de cómo uno salvó de morir y emigraron al nuevo mundo. Los descendientes
moran actualmente en Venezuela, Perú y Chile.
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Addhemar Sierralta
Año 10 Nº 324 de 19 de febrero de 2018