Danilo Sánchez Lihón
1. Grito que está
en la mirada
Poesía es imagen. Es el espejo, escindido el cuerpo. Es el reverso de lo que se muestra.
Es lo de atrás, y al fondo, fuera y lejos del marco. Es la luna en medio del desierto y la nieve.
Y lo que aquí se queda, sin capacidad de reflejo, de lo que no puede cruzar porque está debajo del puente.
Ni pasar la raya, ni saltar la valla, ni saltar al otro lado; ni recorrer una órbita, pero sí circular en la sangre.
Es contemplación, actitud absorta. Pálpito que traspasa muros de concreto armado.
Es la mirada en su capacidad de estupor y asombro. Porque en la mirada está el grito y el quedarse mudos.
Es callar. Es la atracción y la entrega. Poesía es estar en compañía y sentirse solos.
2. ¿O no
estás aquí?
Es una pupila detenida. Es frontera. Tierra límite. Confín, linde, abismo.
Es nervio. Luz entre el mundo de adentro y el umbral de afuera.
Es el filo del ojo que une el día que te olvida y la noche que te espera. Y que de ti se acuerda.
Es vidrio que escinde, pero también puente que tiembla. Es separación, pero también fusión.
Es el otro que ya no está, ni espera.
Es lo que pende al borde del balaustre bajo el cual, fluye el río insondable.
Es fruto y nada.
Es secreto que se guarda y clarín que resuena.
– ¡Pero habla! ¿Acaso, no eres tú? ¿Acaso, no soy yo? ¿Acaso, no sé quién eres? ¡Pero, habla! ¿O no estás aquí?
3. Es cuando
el sol se apaga
Es
mirar por la noche las ciudades dormidas y en la lejanía. Y el ómnibus
que corre en dirección al mar, o hacia otra galaxia, con las luces
apagadas.
Es aferrarme al amuleto que me diste y que encuentro en el bolsillo de mi pecho.
Es
sentir como nunca que la pista no tiene huecos ni un grumo de polvo que
haga que el vidrio de la ventana tiemble. Es pensar que de repente ya
hemos muerto.
Es
donde la oscuridad azota y la luz ni relumbra ni fulgura. Es colocar
piedra sobre piedra en su lugar exacto como lo están en una tumba.
Es la huella de tus pies mojados saliendo de la ducha. Son puntos de nuestra vida que ya jamás se olvidan.
Son brazas bajo la ceniza. Alaridos de quien cae en un abismo.
Es comprobar que todos están dormidos y tú despierto. Es palparte a ti, niña mía, muy dentro de mi pecho.
4. Mi corazón
que te clama
Poesía es mucho más que una ciudad y sus millones de pasos. Sucede cuando dos se vuelven uno solo.
Es la pieza maestra. Es el punto de apoyo. Es la muesca para no caer al vacío.
Es
el signo en el agua, la voz de la piedra, la señal que dejamos en el
muro. Es el adobe fundamental, la unión perfecta para que la estructura
de la casa encaje.
Es la estría del ala para que el ave vuele. Es la cuaderna precisa para que la nave resista y avance en su proa.
Es abrir las alas rumbo hacia la utopía que es el norte adonde se te ha dicho que conduzcas a los tuyos.
Es la ranura en la puerta, es donde se sostiene el trono. Es esta copa llena de lágrimas, y mi corazón que te clama.
Es sentir cada día que te quiero mucho más todavía.
5. Silencio
al otro lado de la puerta
Es el sentido inverso, la bajada y la cuesta.
Es el seno opuesto y convexo.
El filo de la espada que hiere al revés.
Es el señor de enfrente, el enemigo de mí y de ti que tenemos dentro.
Es palmada sobre el hombro. El mirar y no regresar.
El sentir profundamente el universo que termina y la incertidumbre que comienza.
Es sintonizar con un color, una nota, un sabor que fue y no fue.
Es conmoverse, mirar por la ventana.
Son voces que nacen del silencio y estallan cuando el sol se apaga.
6. Soplo
antiguo
Poesía es el sentido oculto, lo terso afuera y lo intrincado adentro.
Son preguntas sin respuestas.
El destello de algo profundo que perdemos en los pasillos de nuestras infidencias.
Es lo que vaga y lo que se queda inmóvil.
Y brota porque sí, a la deriva; es su destino.
Está en todo. Aquí, allá; afuera, adentro, arriba, al pie.
Es rito, celebración y fiesta.
La
poesía es camino al ser, es consustancial al hombre; es raro hacerla
evidente, es extraño encarnarla, asumirla y hacerla destino.
Es conciencia que vela y se crispa. Y es sangre que se derrama y en la tierra se acuesta.
5. Es voz
que calla
Poesía son las cosas como tú las dices y como yo las sueño.
Voz que calla.
SINCERAMENTE: creo que un poema no son meras palabras,
sino actos,
adoraciones, inclinaciones profundas ante algo o alguien.
Por ejemplo, yo ahora con estas frases me acerco a ti de puntillas, me arrodillo
y te beso
humildemente, calladamente, como se puede rendir culto a algo muy sagrado,
diciéndote sin pronunciar nada, que ¡te amo para siempre!
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CONVOCATORIA