Danilo Sánchez Lihón
1. Prez
de virtudes
El
caso de Villacoca ha sido hasta ahora el proceso más grande y sonado de
narcotráfico juzgado en el Poder Judicial del Perú. Salir de él con
las manos limpias, la frente en alto y el título que propios y extraños
le otorgaron, de honestidad y rectitud es digno de admiración y elogio.
Por eso, es un orgullo como paisanos de él saber que tenemos, en la
memoria de lo que somos, a un magistrado sin
mácula y a un varón insigne, prez de virtudes y a un hombre de ley
intachable, el Dr. Gerardo Sánchez Porturas.
Como
abogado fue el primer profesional de Santiago de Chuco, mi tierra,
quien asumió la fiscalía de su provincia, desde donde fue promovido
para cumplir la alta función de Vocal de la Corte Superior de Justicia
de La Libertad, en Trujillo. Allí, luego le cupo el augusto desempeño
como Presidente del máximo organismo de justicia del Departamento, de
donde pronto fue solicitado desde Lima para
hacerse cargo de una Fiscalía Penal.
Entre
muchos otros, los dos casos más arduos y peligrosos en el campo del
narcotráfico estuvieron en sus manos. El de Carlos Langberg donde
las papas quemaban por su vinculación con la política y el poder, y el
denominado "Villacoca", ocurridos en los años 1984 y 1985.
A
Gerardo Sánchez Porturas le correspondió denunciar, formular cargos y
solicitar sentencia a nombre de la nación, casos en los cuales la
corrupción
era tan vasta y la misión suya tan severa que consagró 50 días con sus
noches actuando con un equipo de diez fiscales adjuntos, consagrados al
estudió del expediente y a la reunión de pruebas, pero sobre todo a la
formulación jurídica y científica infalible
de la denuncia correspondiente, la misma que fue implacable y
contundente.
2. Amor
al Perú
La
prensa lo calificó entonces, unánimemente, con este título: "El
Magistrado Incorruptible". Que se diga esto de un juez, cuando se duda
de
todos, es excepcional e inusitado.
Que
sea inflexible, preciso y sin tapujos en procesos vinculados a
estupefacientes y narcotráfico, es fuera de lo común, insólito y hasta
un
milagro.
Que
se resista el embate y acoso de los turbios intereses de todo tipo, que
se ciernen sobre estos casos, es a toda luz motivo de encomio, de
entusiasmo y admiración sin reservas.
Y
es que en Gerardo Sánchez Porturas prevalecía en esos momentos –es
fácil suponerlo habiéndose formado en Santiago de Chuco– la legítima
defensa
del Perú, de la juventud y la salud de la nación. Y digo así, por ser
hijo de esa tierra, porque el sentido de Patria, de compromiso social,
de adhesión a los humildes, son ejes de la educación en esa tierra
esclarecida.
Una
de las inspiraciones para ser un hombre íntegro, de parte de don
Gerardo Sánchez Porturas, era su profundo amor al Perú, el mismo que se
transparenta en sus escritos y en sus alocuciones cívicas.
3. Emoción
raigal
En
general, los chucos tenemos una emoción muy honda y un concepto muy
aquilatado de lo que es Patria. ¿Cómo y cuándo se nos lo inculcó? Además
de las lecciones de nuestros maestros lo hemos sorbido en la leche
materna, recogido al empaparnos con la lluvia y en el hundir de nuestros
pies en la tierra, aspirando el olor de los huertos, los caminos y
hasta el rezumar de las piedras. Lo hemos aprendido
del testimonio vivo que nos dan nuestros mayores.
Él
mismo como profesor de civismo indudablemente ha coadyuvado a
inculcarlo, conjugando la adhesión a la justicia con la pasión por la
historia
y el acto sublime de enseñar, como profesor de historia y geografía que
fue, graduado en la Universidad Nacional de Trujillo ejerciendo la
docencia desde 1950 en el colegio Instituto Moderno; en el Instituto
Nacional de Comercio Nº 18, y en el Colegio Nacional
San Juan, donde enseñó historia para actuar con grandeza y para ser
hombre de bien; e historia como expresión de alta política y de civismo
acrisolado entre los pueblos.
Su
emoción raigal por la historia es la misma por todo aquello que es
noble, constructivo e insigne. Y allí radica otra de las fuentes que lo
inspiran y que es asunto gravitante en su vida: el culto a los héroes, a
los fastos épicos, a los momentos culminantes y supremos en que se
decide el bien como destino superior de los pueblos.
4. Raíz
telúrica
Gerardo
Sánchez Porturas además de abogado y profesor cumplió una amplia labor
cívica impulsando diversas obras públicas en su tierra natal,
Santiago de Chuco, como la ampliación y ornato de la avenida que ahora
se abre airosa y fresca desde el Obelisco, erigido en honor a los
fundadores políticos de la provincia de Santiago de Chuco, monumento al
cual puso la reja que ahora luce, y que llega hasta
las puertas del campo santo, vía que amplió, cimentó las veredas y a la
cual dio ornato, siendo ahora una de las más hermosas de la ciudad.
Prudente
y atinado en todo orientó su vida en su desempeño cívico a la adopción
de la verdad y del bien, virtudes que marcaron su existencia.
Dueño de una memoria prodigiosa, al referirse a una persona siempre lo
hacía mencionando su nombre y luego sus dos apellidos, el paterno y el
materno. Y a continuación rememoraba su linaje y su procedencia,
diciendo: hijo de tal, nieto de cuál.
Este
detalle de los dos apellidos y la procedencia tiene un gran
significado. Dicen mucho, pues en primer lugar identifica que uno
proviene
de dos seres distintos pero unidos por un lazo indestructible cual es
un hijo; quienes se conocieron y al tener vínculo procrearon un nuevo
ser, llegando así hacia una alta y elevada función cuál es la de ser
padres.
Nos
habla también del ancestro y de la raíz telúrica que nos conforma e
integra, cualidades todas estas contenidas en un rasgo tan mínimo que
transparentan a un hombre juicioso y a un espíritu selecto.
5. Dignidad
de magistrado
Pero
él, además, es hijo de sus propios aciertos, quien accedió a desempeños
y posiciones expectantes de la vida nacional porque su conducta
y sus actos lo recomendaban ante los demás. Todo lo debe a su
laboriosidad, rectitud, tesón y dedicación al estudio y al trabajo,
cualidades que le dieron limpidez, transparencia y dignidad. ¡Y es por
eso que constituye modelo y ejemplo a seguir!
Cada
paso y escaño ascendente en la carrera de la magistratura que le tocó
desempeñar, lo alcanzó por sus cualidades y su intachable foja de
servicios, sometiéndose la mayoría de veces a evaluaciones, exámenes y a
concursos integrados por ternas de postulantes, procedimiento que
cumplió con modestia y paciencia y a cuyas normas se sometió atento y
prolijo.
Así,
era natural su promoción a una nueva responsabilidad, cargos a los
cuales accedía y donde sus servicios destacaban siempre. ¿En qué hecho
radicaba esta ascensión para que ello resulte y se cumpla de modo casi
seguro? En lo siguiente: daba confianza su seriedad, su actitud
ecuánime; y los resultados de su desempeño, que siempre fueron óptimos.
Fueron
siempre enseñas en su vida: majestad en el ejercicio de su función
pública; honradez en su visión de lo que a un hombre le corresponde
hacer y cumplir; el ejemplo que podemos ser para los demás como
altozano y escabel en cuanto a nuestra actuación en la vida.
6. Cribada
por la vida
Gerardo
Sánchez Porturas funda su conducta y su acción en una idea moral
siempre, en una doctrina de vida y en la visión de un ideal. Es él
la encarnación de la ética. Por eso, lo primero que en él destacan son
sus cualidades morales.
La
Fiscalía, el Juzgado y la Corte de Justicia en su concepción eran
templos, lugares sagrados, espacios en donde se reverencia y se ejecuta
la justicia como un valor supremo, que para administrarla había que
tener mirada escrutadora, ojos de águila y actitud reflexiva.
Todo
lo remitía a un juicio de conciencia, hacia adentro y al fondo; primero
cotejando los hechos y las condiciones en que se dieron y después
midiéndolos lejos del espacio y del tiempo, con entelequias de orden
trascendente.
Y,
luego del proceso de su pensamiento, el resultado lo sintetizaba en
unas palabras breves que constituían su veredicto y su sentencia,
plasmada
en una decisión inquebrantable, la misma que se formulaba después de
atravesar conceptos, paradigmas, doctrinas. Y venía cribada sobre todo
por la vida, en su rico y vasto caudal de experiencia. Y en los valores
que asumía con sencilla y clara urdimbre.
7. Todo
por el ideal
Gerardo
Sánchez Porturas a los 80 años de edad llegó al cenit de su profesión,
ocupando tres veces la Presidencia de la Corte Superior de Justicia
de La Libertad, aprobando todos los requisitos para ser nombrado Vocal
Titular de la Corte Suprema de la República, habiendo sido antes miembro
fundador de la Oficina General de Control Interno del Poder Judicial,
OCIJ, hoy Oficina de Control de la Magistratura,
OCMA.
Sin
embargo, habiendo recibido además las más altas condecoraciones y
reconocimientos, lejos de echarse a descansar en sus laureles después
de haber logrado estos justos lauros, se matriculó para culminar sus
estudios de doctorado en Derecho a esa avanzada edad, diciendo:
–
Todos creen que los abogados somos doctores. ¡No, señor! Solo tenemos
el título de abogados. Por eso, yo ahora que tengo tiempo he de
aprovecharlo
estudiando.
Por
eso, asistía a sus clases puntualmente y era un alumno destacado, con
altas calificaciones en el anhelo de aprenderlo todo de nuevo. Era
el primero en llegar al aula y el más destacado en cumplir con las
tareas asignadas. Ello: ¿con qué afán? ¿Con qué impulso? ¿Con qué
sentido práctico? Todo por el ideal y el interés excelso en la auto
superación. Y así se comportó hasta el final de sus días
en que la muerte lo sorprendió antes de sustentar su tesis que la tenía
elaborada y con fecha ya establecida de sustentación.
8. Entrañable
dulzura
Cuando
se constata una vida así, esforzada, inagotable, señera, en pos de un
ideal y de un fin elevado, y con un sentido tan alto de superación,
entonces impresiona estar ante lo eminente y superior.
Y
conmueve comprobar que ni la edad ni otras dificultades y limitaciones
son impedimento para que alguien a sus 80 años siga estudiando con
eficiencia, vigor e ilusión –y don Gerardo lo hizo hasta el día mismo
de su muerte ocurrida cuando frisaba los 83 años de edad.
E
impresionan todavía más hechos como este, cuando la persona ya ha
agotado todo el desenvolvimiento que su profesión prometía darle. Este
acontecimiento
demuestra no solamente carácter, sino que comprueba que en el hombre
hay un anhelo de infinito y la búsqueda de un paraíso perdido en donde
posiblemente fuimos felices, o por lo menos seres bendecidos, quienes
tienen el impulso de llegar o volver hasta ese
reino o mansión elísea.
Pero
hay otro rasgo que quisiera resaltar en quien se desenvolvía con una
rectitud muy grande, en el pensamiento y en la acción. Y es que en
el fondo era dueño de una entrañable dulzura y apego por lo popular, lo
pueblerino, por las costumbres y tradiciones, por los hechos de la
comunidad y de la tierra. Y es esto lo que más nos conmueve en quienes
nos sentimos enaltecidos con su amistad.
9. Poesía
inherente al hombre
La región de Santiago de Chuco ha sido calificada y reconocida como "Tierra de poetas".
Don
Gerardo Sánchez Porturas también lo era, y siendo de ese modo viene a
confirmar la regla, porque siendo un abogado pleno y cabal, y un maestro
de historia consagrado en extraer del devenir valores cívicos,
demuestra en los poemas que a continuación escarceo, por el sentimiento
que lo nutre y que lo envuelve, y por el lenguaje que decanta, que sabe
componer poemas de gran emoción y excelsitud.
Un
hombre de Código Civil y Penal que tenga tanto acierto y capacidad de
captar lo señero y profundo en el registro tan sutil de la forma
poética,
escribiendo versos auténticos y admirables, es un hecho que no deja de
ser inusitado y sorprendente, como cuando con honda emoción patriótica
escribe:
El himno vuela, el sable centellea,
con fulgor que ilumina la victoria
y ambas fuerzas, el arma y la idea
las tengo yo para afirmar la gloria.
Y si a silbar volvieran las metrallas
en torno a tus bravos defensores
que me conceda el Dios de las batallas,
morir bajo tus pliegues bicolores.
10. La tierra
amada
¡Poesía justa, necesaria e imprescindible de decirla, dedicada a la Patria y a la tierra, a la amada!
¿Qué
dones tan admirables posee Santiago de Chuco para hacer de cada hombre
que en esta tierra se levanta capaz de expresarse cabalmente en
poesía, como en estos versos?
Un día muy claro, feliz para mí,
yo creo que nunca jamás volverá,
con ansias de fuego, no sé qué será
cual virgen sublime, callada te vi.
Tus blancas miradas, claváronse en mí,
como los destellos de nívea luna,
que en noche serena alumbra la puna.
Por
los hechos que alcanzó a realizar, por el valor puesto en la lucha, por
su actuación tan relevante en momentos protagónicos de la justicia
nacional, el nombre de Gerardo Sánchez Porturas se agrega a la larga
lista de grandes hombres que orlan con una corona de laurel la frente de
la tierra amada que lo vio nacer y de la Patria adorable a la cual
pertenecemos todos.
11. Juntos
los dos
Él
hizo de la abogacía y del magisterio un sacerdocio, una acción cívica y
un apostolado, actuando siempre con pundonor y coraje, expidiendo
votos de conciencia, que encarnan decisiones llenas de una profunda
inspiración humanística; y de enseñar en cada acto o gesto a la
población, como cuando emitió su voto dirimente salvando de la pena de
muerte a Exequiel Urbina Abanto.
Y
para terminar con palabras de don Gerardo quisiera transcribir los
siguientes versos que escribiera en mayo del año 1973 en homenaje a su
madre, porque madre es también la Patria, como nuestra tierra bendita
allá, detrás de las montañas:
Si pudiera volar, volaría
al lejano, estrellado confín;
una estrella preciosa traería
que en tu pecho cual broche pondría
que brillara esplendente, sin fin.
Si pudiera bajar, bajaría
hasta el fondo profundo del mar;
muchas perlas ahí cogería,
y engarzando un collar formaría
para írtelo, madre a ofrendar.
Si pudiera subir subiría
hasta el trono sublime de Dios;
con inmenso fervor pediría
en la vida, poder madre mía,
caminar siempre juntos los dos.
*****
CONVOCATORIA