PARA NO OLVIDARLAS JAMÁS EN LONTANANZA
POR CARLOS GARRIDO CHALÉN
Soy la máxima autoridad de mi embarcación
en la que yo soy el único navegante:
el Capitán y el contramaestre,
el que manda las maniobras
y también las faenas de la nave.
Con el intercambio ideas y preguntas,
que a veces se niega sin explicación
a contestarme.
el que manda las maniobras
y también las faenas de la nave.
Con el intercambio ideas y preguntas,
que a veces se niega sin explicación
a contestarme.
En la línea hundida que transcurro, se maciza el agua
y columpia mi bandera en las malaguas.
Pero nunca bogo al revés
ni invierto las hélices de mi nave
para detener lo que he llevado avante.
Pesco con frecuencia a sotavento en los estanques
y conozco la especie del pez que estoy pescando
por su forma de ser y comportarse.
Congrios, anchoas y mojarras
se acercan a mi sedal
y en mi almadraba, rastrillando la arena en bajamar
las almejas embisten mi chalana
y mi barquichuelo, al garete va a la Pascua
y el golpe de la lona contra la jarcia
me anonada el alma.
Y como el único navegante,
el Capitán y contramaestre,
y el grumete que limpia la borda
y se tutea con el aura,
el bucanero desaforado que habla
y el grumete que limpia la borda
y se tutea con el aura,
el bucanero desaforado que habla
con las gardenias y las dalias,
el corsario que ha aprendido
a convivir sin discutir con las palabras;
que juega con el agua y los moluscos
y se micciona entre las julias y las jaibas,
el encapotado y senil, el centinela
que le echa pajaritos a las ketas
y a las ortigas de mar les toca el arpa;
el panza de tamboril, el peje sapo,
que se traga en las bajuras los cangrejos;
el salmón que nada ésta vez a favor de la corriente,
el antiguo velero de cabotaje
que transportaba augurios y presagios,
el hijo de la tierra que busca en las aguas remansadas
dónde se acurrucan las morrallas;
el que duerme con un ojo abierto
y con el otro buscando en los trigales,
me pregunto por qué me excito afuera
si me emociona estar en mar cerrado,
por qué navego, si anhelo ser remero,
por qué marino, si quiero ser Contralmirante
y en mi paquebote me abruman las japutas
y en pleno frío se achina mi crepúsculo
y contagia de azul la mala rabia.
el corsario que ha aprendido
a convivir sin discutir con las palabras;
que juega con el agua y los moluscos
y se micciona entre las julias y las jaibas,
el encapotado y senil, el centinela
que le echa pajaritos a las ketas
y a las ortigas de mar les toca el arpa;
el panza de tamboril, el peje sapo,
que se traga en las bajuras los cangrejos;
el salmón que nada ésta vez a favor de la corriente,
el antiguo velero de cabotaje
que transportaba augurios y presagios,
el hijo de la tierra que busca en las aguas remansadas
dónde se acurrucan las morrallas;
el que duerme con un ojo abierto
y con el otro buscando en los trigales,
me pregunto por qué me excito afuera
si me emociona estar en mar cerrado,
por qué navego, si anhelo ser remero,
por qué marino, si quiero ser Contralmirante
y en mi paquebote me abruman las japutas
y en pleno frío se achina mi crepúsculo
y contagia de azul la mala rabia.
Y me conmueve recordar en alta mar,
cuánto he amado.
Y a todas las recuerdo
con sus nombres, apodos y señales.
Amante fiel
me veo entonces trepado en sus laderas
en la cima añil boreal de sus pináculos.
Por ellas siento que me volví marino
De tanto navegar sus afluentes tormentosos,
siento necesidad de transitar océanos y mares
para no olvidarlas jamás en lontananza.
Carlos Garrido Chalén
Premio Mundial de Literatura "Andrés Bello"
Version Poesía 2009, de Venezuela
Presidente Ejecutivo Fundador de la
Unión Hispanomundial de Escritores. UHE
Premio Mundial de Literatura "Andrés Bello"
Version Poesía 2009, de Venezuela
Presidente Ejecutivo Fundador de la
Unión Hispanomundial de Escritores. UHE