Danilo Sánchez Lihón
1. Una humanidad
sensata
En
la normatividad pedagógica vigente del sistema de la educación peruana,
cuatro son los ejes fundamentales del programa curricular en lo que se
refiere al área de la comunicación integral, y que tiene validez y
aplicación para todos los niveles y modalidades de la educación
nacional. Dichos fundamentos son:
1. Compresión y expresión verbal.
2. Comprensión lectora.
3. Medios audiovisuales.
4. Producción de textos.
En
otras oportunidades hemos dedicado atención al conjunto de estos
elementos, pero esta vez queremos detenernos en el punto 3, cual es:
Medios audiovisuales. ¿Los enseñamos con rigor? ¿Dedicamos en el aula
lecciones y prácticas para mejor relacionarnos con ellos: con la
televisión, el cine, los videos, la radio la publicidad, el internet?
Siendo estos campos básicos y raigales en el mundo actual para tener una humanidad sensata, ecuánime y proyectiva.
2. Nuestros
educandos
Es
esta tercera de las cuatro áreas fundamentales de la comunicación
integral, y que la normatividad pedagógica nos exige desarrollar, la que
menos atendemos.
¿Acaso
no lo hacemos porque consideramos que no es totalmente importante para
la formación de la personalidad del niño todo el bagaje que en ella se
encierra?
Sin
embargo, el mundo contemporáneo está ahora asediado por los medios
audiovisuales. Y el niño se expone y permanece varias horas del día
sumido en ellos.
¿No
debieran entonces estos asuntos desvelarnos más, y ser cada día más
intensos y cabales los abordamientos en nuestras prácticas docentes?
Puesto que cada vez son más arduos, integrales y eficaces en su dominio y aprovechamiento en la formación de nuestros educandos.
3. Ver
y mirar
La
relación de parte de los niños con los medios audiovisuales es
abundante, profusa y hasta incontrolable en el tiempo que a ello
dedican; pero a la vez es precaria en calidad en cuanto a nivel y
contenidos.
Sin
embargo, pese a que lo exige el programa de estudios la escuela no
desarrolla estos aspectos del currículo de manera suficiente, y no nos
valemos de ellos para mejor formarlos.
De
ninguna manera constituye una justificación decir que la razón es la
falta de equipamiento en las escuelas, puesto que dichas tecnologías son
de bajo costo y muy asequibles.
Parte
del problema en este planteamiento es lo que yo denomino y sintetizo en
una frase, o resumo en un enunciado, cual es: El arte de mirar.
No
de ver, que es lo sensorial, biológico y psicosomático; porque el arte
de mirar es mucho más que ver, porque involucra lo emocional, lo
ideológico, lo subjetivo y creador, en donde lo invisible no se puede
ver pero sí mirar.
4. Extraordinaria
riqueza
Proyección
en la cual tenemos que volver a aprender a dominar este arte, y a
enriquecer nuestra vida cultivando: ¡el arte de mirar!
Porque no se mira únicamente con los ojos sino principalmente con el corazón. ¡Porque al mirar estoy creando mundos!
Porque
en él hay que reconocer expresiones, perspectivas, equilibrios,
armonías, haciendo de quienes cultivan estos procesos, en seres
sensibles conscientes y visionarios.
Es
el arte de mirar la capacidad en gran medida de relacionar, porque el
lenguaje visual generalmente es fijo y plano cuando no está en
movimiento.
Como
lo es una lámina por ejemplo. Mientras otra faceta o dimensión del
lenguaje, como es el verbal tiene más bien una naturaleza cambiante y
articulada.
El
lenguaje de la imagen visual es raso, liso, donde cabe entonces
relacionar sus elementos, con otros ámbitos, con otros mundos, con otros
tiempos y se encontrará en ello una extraordinaria riqueza.
5. Ayúdame
a mirar
Arte en donde lo fundamental será mirar la vida con hermosura, encanto y prodigalidad.
Como en el siguiente mensaje de lo que es mirar, en un texto de Eduardo Galeano en su “El libro de los abrazos”:
LA FUNCIÓN DEL ARTE:
DIEGO no conocía la mar. El padre, Santiago, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos.
Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
– ¡Ayúdame a mirar!
6. Que
nos pertenece
En
donde saber mirar a través de los ojos de los otros es comprender,
sabiendo integrar y compartir un destino común y solidario.
Donde
el arte de mirar es volar, recrearse y estar. Donde el arte de mirar es
el arte de viajar; porque al saber mirar viajamos con nuestros ojos.
O,
sino, ¿por qué anhelamos tanto viajar? Más por mirar, y ver. Y cuando
hemos viajado mucho nos parece haber vivido lo suficiente como para
justificar el haber vivido.
Ya que gracias a ello nos hemos llenado de mundo, como si él se nos hubiera introducido en el alma y por los ojos.
Más
que el sonido por nuestros oídos; más que el aroma por nuestras fosas
nasales; o el sabor por nuestra lengua y boca; y el palpar por nuestra
piel. Es el mirar, el ver, el captar el mundo a través de los ojos.
Con
el mirar nos parece que todo lo hemos conocido, que nos hemos apropiado
del mundo y que él ya está dentro de nosotros y nos pertenece.
7. Cuna
y morada
Arte
de mirar que es una apropiación y un arte de creación por excelencia.
Donde se siente con el corazón y se piensa con la mente.
En
donde se plasma una relación directa, cercana e íntima con la realidad,
en cuanto a emociones, sensaciones y visiones; en donde visión es ver
lo invisible a los ojos.
Que
es ver con una mente amplia, abierta y absorbente. Que es mirar con
toda nuestra experiencia, y con nuestras expectativas, anhelos y
utopías.
En
donde podemos ver de manera creativa, sin poner en riesgo nuestra
correcta ubicación en la realidad. En donde el lenguaje es encanto y
creatividad. La interpretación a través de la memoria.
En
donde alcanzamos a realizarnos mediante una dimensión de nuestro ser en
esta circunstancia de habitar sobre la faz de la tierra que es nuestra
cuna y morada en esta circunstancia maravillosa que es la vida.
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