NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Por
Carlos Rodolfo Ascencio Barillas
El
Salvador.
Desde
tiempos muy remotos la mujer ha sido víctima de
innumerables abusos y violencia física, social, conyugal, y psicológica, de
parte del sexo masculino, en todos los sentidos, y hasta de las mismas mujeres
que tienen y ostentan posiciones altas, la verdad es que la mujer ha sido
sometida casi en todos los tiempos, por las dictaduras
patriarcales, llámese, democracias,
socialismos u otros. Pero según las
estadísticas, la peor violencia viene de los hogares, con grandes creencias religiosas, y de convicciones profundas de fe en Dios,
y en los matrimonios por conveniencia, la unión
libre de las parejas, el casorio religioso, y hasta los grandes amores. La verdad es que todo el
mundo justifica que dentro de la relación de parejas, hombre y mujer, siempre existen
discrepancias, donde se genera la violencia, ¿y
a quiénes culpan? Son a los vicios, como
el alcohol, la droga, y otros que atacan a las indefensas mujeres; sin embargo, es otra gran falacia, creer que dichos
motivos y razones justifican la violencia contra
el sexo débil, y por ello sufren las consecuencias de dichos actos. No
obstante, analicemos otros aspectos preponderantes de
los que se vive, por ejemplo en El
Salvador, y quizás en otros países similares, los escasos recursos económicos
de este país, “donde
se vive como se puede”, las parejas conyugales, a sabiendas que no cuentan con los medios necesarios
para la subsistencia familiar, aumentan la procreación de hijos y más hijos,
y después no pueden criarlos, ni educarlos, ni darles la formación y el
desarrollo que merecen; y la opción es que,
en vez de mandarlos a la escuela, los hacen trabajar, para también ellos
suplirse de las necesidades que los agobian. De otro lado las mamás solteras, que son las madres
con hijos y sin padres responsables para proteger y mantener la familia, tienen
que hacer algo para sobrevivir, y criar a sus pequeños hijos; mas hoy no lo
enfoquemos en la temática de dichos problemas solamente, sino en sus
efectos y consecuencias “mugre de
las oscuras sombras de la Ignorancia”. Entonces qué
hacer para ELIMINAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: leyes justas, pero sobre todo la educación integral de la mujer desde sus
años tempranos, orientación a sus progenitores, en el sentido de vigilar
constantemente todo lo que se relaciona a sus hijas, ver con quiénes se relaciona, quiénes son sus amigos y
amigas, qué información reciben de los medios de
comunicación, y no descuidarse de sus actividades personales, acciones y
pensamientos, para que tengan la orientación necesaria. En conclusión, nadie debe
abusar física ni psicológicamente de la mujer;
nadie tiene que abusar de ellas. Luchemos todos con convicción para eliminar este
mal que destruye los cimientos de la existencia.