Danilo Sánchez Lihón
1. El pan
del libro
Manuel Scorza encarna la dimensión humana valerosa y
consecuente de haber asumido, defendido y entonado el himno de la lucha de lo
andino por mantener en pie y en alto su ser y su estar en el mundo, por demás
enhiesto y señero como es dicho paradigma para el Perú eterno.
Siempre tuvo por base y fundamento de su vida y de su
obra el enaltecimiento de lo popular, razón por la cual nada más pedagógico y
educativo en el Perú de hoy que volver a comulgar con ese mensaje, felizmente
inquebrantable, en la vida y el canto que exaltó Manuel Scorza.
Pero, él también nutrió a varias generaciones de
jóvenes y adultos latinoamericanos con un pan invalorable: el del libro.
Y lo hizo con las ediciones populares que publicó y
difundió con el nombre de Festivales del
Libro y Populibros Peruanos, poniendo en las manos del maestro, del hombre
común y corriente, y hasta en la carpeta y en la mochila de los niños y
jóvenes, libros y más libros.
2. Éxito
inusitado
Con estas colecciones, nuestros autores literarios,
narradores, poetas y ensayistas fueron leídos ya no por decenas o centenas de
personas sino por miles y centenares de miles.
El suceso, pues tuvo la capacidad de generar una
movilización ciudadana, haciendo que en razón del libro las personas en el Perú
y en otros países de América Latina congestionaran plazas e hicieran colas
interminables para adquirir aquellos libros en los establecimientos comerciales
y librerías, en donde se expendían a precio mínimo, casi de regalo.
Proyectó una iniciativa nacional, peruana y andina, a
países no solamente cercanos y ligados por características étnicas, históricas
y geográficas, como Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, sino que los Festivales del Libro se realizaron con
éxito inusitado en toda Centroamérica y en varios países del Caribe.
3. Pasmo
y asombro
Entre nosotros, bajo la inspiración y dirección de
Manuel Scorza, se iniciaron con una primera serie que entró en circulación a
finales de 1956.
Para ello comprometió el concurso de un grupo de
empresarios presidido por Manuel Mujica Gallo, quienes tuvieron la actitud
ejemplar de prestar un servicio y optar por la cultura del país, gesto y acción
que debería ser más frecuentemente imitada y seguida.
Se editaron en esa primera serie diez títulos, entre
los cuales figuran: Narraciones y
Leyendas Incas, de Luis E. Valcárcel; Historia
de la Florida, del Inca Garcilaso de la Vega; Tradiciones Peruanas, de Ricardo Palma; Ensayos Escogidos, de Manuel González Prada; Poemas Humanos, de César Vallejo; Ensayos Escogidos, de José Carlos Mariátegui; entre otros títulos.
De esa primera entrega se imprimieron 100,000
ejemplares que tuvieron una acogida inmediata y multitudinaria; como también
fue de pasmo y asombro la actitud, el gesto y el talante de muchos
intelectuales, personajes del mundo académico y de los medios de comunicación,
que no creían lo que sus ojos veían.
4. Nunca
antes
Se contravenía así, y desmentía fehacientemente, uno
de los mitos más arraigados en nuestro medio, cual es de que el ciudadano no
lee ni le gusta leer; que nuestro pueblo es ajeno e indiferente a la cultura
acrisolada que se plasma en las obras señeras de los escritores de aquí o de
allá, sea del ámbito nacional o internacional.
Con esta acción se demostraba entonces que la falta no
es del ciudadano, sino de aquellos que dirigen la cultura del país, cohorte que
al final fue quien guillotinó este proyecto, a todas luces revelador a favor
del pueblo que veía así cumplirse una de sus más legítimas aspiraciones cual
es: leer.
En pocos días se agotó la primera serie de dicho
festival. Manuel Mujica Gallo, refiriéndose a este hecho, expresó:
La multitud desfilaba ordenadamente por el espacio
cívico de la Plaza San Martín adquiriendo por tres soles cada libro, en actitud
de quien emite tácitamente un voto en favor de la cultura.
En diciembre de 1958 ya se había alcanzado a lanzar el
Quinto Festival del Libro, habiéndose puesto en manos de los lectores un millón
doscientos mil ejemplares de obras que antes se consideraba exclusivas para
públicos selectos y de elite.
5. Festivales del Libro
Peruano
Se editaron en estas colecciones obras de autores
nacionales, pero también aquellos textos clásicos de la literatura de los
países hermanos de América Latina:
Las obras de Ricardo Güiraldes: Don Segundo Sombra; de Alejo Carpetier: El Reino de este Mundo; de Rómulo Gallegos: Cantaclaro; y muchas otras joyas de la literatura vieron la luz por
primera vez en Lima.
A continuación damos las cifras progresivas de los
tirajes alcanzados en los distintos Festivales del Libro dirigidos por Manuel
Scorza:
Primer Festival del Libro Peruano: 100,000 ejemplares,
(Diciembre de 1956).
Segundo Festival del Libro Peruano: 150,000 ejemplares,
(Julio de 1957).
Tercer Festival del Libro Peruano: 500,000 ejemplares,
(Diciembre de 1957).
Cuarto Festival del Libro Peruano: 250,000 ejemplares,
(Julio de 1958).
Quinto Festival del Libro Peruano: 250,000 ejemplares,
(Diciembre de 1958).
Con estos hechos el Perú fue escenario de una
verdadera explosión del libro en el ámbito de nuestro continente. Para
graficarlo de algún modo, con ocasión del lanzamiento y presentación del Quinto
Festival del Libro se contó con la presencia de Pablo Neruda y de su esposa
Matilde Urutia.
5. Festivales
del Libro continental
Pero pronto este fermento fue trasladado a algunos
otros países de nuestra América. Para ello Manuel Scorza creó la Organización
Continental de los Festivales del Libro, de la cual he aquí
el recuento del número de lanzamientos, la nómina de los intelectuales
involucrados como directores a nivel de sus respectivos países, así como de los
tirajes que se alcanzaron a realizar:
VENEZUELA
–Director: Juan Liscano
Primer Festival del Libro Venezolano: 300,000 ejemplares
Segundo
Festival del Libro Venezolano: 300,000 ejemplares
Tercer Festival del Libro Venezolano: 300, 000 ejemplares.
COLOMBIA
–Director: Alberto Zalamea
Primer Festival del Libro Colombiano: 250,000 ejemplares
Segundo Festival del Libro Colombiano: 250,000 ejemplares.
ECUADOR
–Director: Jorge Icaza
Primer Festival del Libro Ecuatoriano: 100,000 ejemplares.
CUBA
–Director: Alejo Carpentier
Primer Festival del Libro Cubano: 250,000 ejemplares
Segundo Festival del Libro Cubano: 250,000 ejemplares.
CENTROAMÉRICA
–Director: Miguel Ángel Asturias
Primer
Festival del Libro Centroamericano:
200,000 ejemplares.
7. ¿Quién?
digo yo
Todo ello dirigido a nivel continental por un poeta,
Manuel Scorza. Pero no se queda allí, sino que a partir de entonces inició un proyecto mucho más ambicioso
todavía: cuál es la edición de libros de bolsillo que incluyeran clásicos
universales, latinoamericanos y peruanos.
Como también de representantes de la literatura
moderna de Europa y Norteamérica, así como de autores actuales del Perú y de
otros países de América Latina y del mundo. Denominó a esta campaña, cruzada o
guerra de liberación: Populibros Peruanos.
En ese plan, plasmado y concretado, se ofrecieron
paquetes conteniendo cuatro libros al valor de diez soles, incluso abonados en
dos cuotas en plazos amplios de pago, distribuidos en tambos alzados en parques
y plazas.
Como en las calles céntricas de nuestras principales
ciudades, pero también al alcance de niños y jóvenes en escuelas y colegios,
público juvenil que al final fue el más entusiasta en adquirirlo y quien con
más pasión y fervor los leyera.
8. La noche
en día
Manuel Scorza en esta operación alcanzó a editar más
de dos millones de libros. Esta triunfal jornada cultural nacional y
continental está aún más documentada en Homenaje
a la palabra, libro-tributo de la Señora Lily Hoyle Bardales de Scorza.
Siendo así: ¿quién ha realizado una proeza semejante,
considerando cualquier plano, espacio u orden de cosas que sea, abarcando
incluso el ámbito de la obra pública, o bien las movilizaciones hechas por el
ejército en los campos de batalla?
¿Quién, digo yo, ha conseguido realizar tal despliegue
y obtener tales logros a nivel cultural y cívico, no contando para ello con un
centavo en su bolsillo, sino más con su visión, ingenio, temperamento y amor
por el Perú?
¿No es acaso mucho más que vencer en una guerra? ¿No
es igual y mucho más que convertir la noche en día?
Y esto contra el peor flagelo que se abroga, vence y
liquida con la lectura, como es la insensibilidad, la ignorancia y la falta de
conciencia social de una población.
9. ¿Hasta
cuándo?
El alcalde Luis Bedoya Reyes confesó que a él le
ordenaron cerrar en Lima todo puesto en donde se vendieran los libros de la
colección Populibros Peruanos, por
esta afrenta. Pero, además, porque se dieron cuenta que ellos empezaban a hacer
pensar a la gente. Porque la literatura que en ellos se publicaba atentaba
contra la situación imperante que mantenía sus privilegios, mientras a la gran
mayoría dicho status los sumía en seguir siendo los parias y oprimidos de
siempre, estado de cosas que a ellos les interesa mantener porque a ello deben
sus pingües ganancias.
Pero lo curioso y lamentable es que este triunfo no
solo irritó a los poderosos sino a sus colegas de oficio, a sus compañeros de
ruta, a los intelectuales de los cenáculos que juraron hundirlo en el descrédito.
Porque todos suponían, además, que se había enriquecido. Cuando fue a la
inversa: por aquella proeza fueron rematados judicialmente los pocos enseres
que tenía, incluso su máquina de escribir, y hasta estuvo al borde de ir a la
cárcel por las deudas que tenía contraídas. Ahora bien: ¿hasta cuándo
satanizaremos el éxito en nuestro país? ¿Hasta cuándo el dinero nos mantendrá
humillados al pie de su poder o sumidos en su fascinación? ¿Hasta cuándo
pensaremos que todos nos deben? ¿Y que los otros, si han hecho riqueza, la han
hecho porque han delinquido?
10. A pleno
pulmón
Pero volvamos a los aciertos preguntándonos: ¿quién
dice entonces que no hemos tenido victorias supremas? ¡La de Manuel Scorza es
una de ellas! ¡Porque la suya fue una siembra, además, hacia el futuro! ¿No es
genial que alguien arriesgue el cuello, el pellejo y su vida para constatar, en
la realidad, que los sueños sí se realizan y que al pueblo sí le gusta y
encanta leer?
Esto hizo Manuel Scorza. ¿Hay algún general o
comandante que haya registrado una victoria semejante? Y sin embargo, fue por
esta misma razón y victoria contra el oscurantismo, que las fuerzas retrógradas
y la infamia enquistada le han declarado su inquina y le hacen pagar caro su
atrevimiento. Los amos y los envidiosos de siempre no le perdonar0n jamás esta
afrenta. ¿Cuál es ella? El haber triunfado, hazaña que viste de gloria al Perú.
Es por esa osadía que aún yace sumido en la marginalidad y el olvido.
El ostracismo en que permanece su obra y su vida en el
Perú, –¡no en el mundo, por si acaso, en donde él está traducido a cuarenta
lenguas!–, es porque él ganó esta batalla en contra de las tinieblas y los
esperpentos, razón por la cual hasta ahora no se levanta la censura contra él
como tampoco se ha querido excusarlo. Pero cuando se vence del lado y a favor
del pueblo es el pueblo el que lo reivindica. Pr eso decimos a pleno pulmón:
¡Manuel Scorza! ¡Presente!.
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