FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
¿POR QUÉ
CAPULÍ ES
EN MAYO?
Danilo
Sánchez Lihón
1.
Asume,
venera
y cree
El peregrinaje a Santiago
de Chuco que organiza el movimiento cultural Capulí, Vallejo y su Tierra, ¿por
qué ha escogido ser siempre en el mes de mayo de cada año? ¿Hay una razón
valedera?
Es la pregunta que se
formulan las personas que recién se acercan, queriendo encontrar y saber el
motivo de la ubicación en el tiempo de este certamen que re lleva a cabo hace
16 años y que cada día se vuelve más multitudinario, y que ya tiene un lugar en
el calendario de efemérides culturales de nuestro país.
Y la respuesta es simple.
Es el mes en que nuestra serranía luce más hermosa. Y porque mayo es el mes que
más amó, admiró y evocó en sus poemas nuestro vate universal César Vallejo.
Pero, en general, no solo
él, ni solo quienes han nacido en esa tierra prodigiosa, sino que toda persona
que ha vivido en el mundo andino, lo venera y cree: que mayo es epifanía; mes
diáfano y de efluvio cósmico.
Sobre estas bases es que
este certamen ya alcanzó a perennizarse y ser un acontecimiento esperado,
compartido y eminente en nuestra agenda cultural.
2.
En su primer
verdor
Y es que en los días de
mayo en Santiago de Chuco se florece, que es cuando los campos se engalanan de
flores silvestres, donde todo es verdor y algarabía.
Donde es embriagante el
perfume que emana de cada presencia de la naturaleza, también en una fiesta de
colores estallantes.
Hay fragancia de lo que
germina y de lo que nace y crece, mientras bajo el cielo de añil intenso bogan
las nubes blancas.
En mayo en la serranía del
mundo andino todo es reciente, fresco y núbil.
El maíz que se sirve en la
mesa es el choclo. Y el choclo es el maíz tierno y virgen.
Las habas que se degustan
en la mesa a la hora de la comida son las habas verdes, suaves y lechosas por
ser prematuras, de un sabor dulce e infantil; y se comen apenas sancochadas.
Toda clase de verduras
frescas se prueban en este mes. Y las frutas de las huertas se saborean cuando
aún ellas están en su primer verdor y aún en agraz.
3. El mes
que más amó
Pese a que el poema
Enereida César Vallejo lo concibe como una épica de enero, no es este mes el
preferido ni aquel que él más amó.
Tampoco es el mes de julio,
de los poemas del “Terceto autóctono”, mes de fiestas y adoraciones.
Aún menos es septiembre con
cuyo nombre tituló uno de sus poemas, mes nostálgico en que la luna boga
peregrina y silenciosa.
Mayo en cambio es el mes
florido, de la fecundidad, de la inocencia y la vida nueva, como promesa e
ilusión, que él exalta.
Porque en Enereida no se
ocupa de enero sino de su padre y de la
vida como esperanza.
Porque el mes de julio más
lo tiene presente en relación a la fiesta del Apóstol Santiago el Mayor, y con
él la embriaguez y la imagen misma del santo reconocida como el Dios Sol de los
labriegos.
Y en el poema Setiembre, no
importa tanto el mundo externo sino el amor ausente, el amor hecho adiós y
rasgado en despedida. Es tristeza y es vacío; es pena, ausencia y desengaño de
ya no hallar a alguien nunca más.
4. Cañas de
mayo
del lugar
En cambio mayo sí es
directamente cantado como presencia y significado, como naturaleza retenida y
vuelta a vivir y que se plasma en el poema del mismo nombre.
Aunque, en diferentes otros
poemas, circunstancias y momentos César Vallejo evoca el mes de mayo siempre
con la emoción más honda, sentida y penetrante.
Así, en el poema
“Capitulación”, reivindicando mayo expresa:
Anoche, unos abriles granas
capitularon
ante mis mayos desarmados
de juventud.
Y en el poema “Idilio
muerto” diría con profundidad de imagen, refiriéndose a la andina y dulce Rita,
acerca:
de su sabor a cañas de mayo
del lugar.
Donde mayo es afirmativo. Y
es promesa acerca de su tierra, el mundo rural y la forja de la utopía andina
que es nuestro compromiso construir.
5.
Lo pródigo,
lo
bello y lo cierto
Y porque relaciona pues
mayo a todo aquello que representa la plenitud de vivir, como en el poema XXXV
de Trilce:
el tenedor absorto, su
doneo radiante
de pistilo en mayo, y su
verecundia
Relaciona mayo a
germinación y fecundidad, precisamente a lo que veremos ahora al ir y llegar en
esta romería denominada Capulí, Vallejo y su Tierra, en que arribaremos al lar
de origen y tierra natal del poeta.
Por eso y muchas otras
razones, el mejor mes para viajar a Santiago de Chuco y conocer el pueblo donde
nació el poeta de la fraternidad humana, es mayo a cuyo encuentro iremos con el
corazón en la mano, a saber más de buena fuente acerca de su procedencia y
trayectoria vital, y tal como él en esencia es.
Por eso, mayo es el mes en
que Santiago de Chuco aclama a los peregrinos, nos recibe en la casa de César
Vallejo, en su plaza y en todo el pueblo que lo vio nacer.
Porque es el mes que más
amó y celebró, relacionándolo a lo pródigo, a lo bello y a lo cierto.
6.
Su tierra
y
su gente
Por eso, Santiago de Chuco
con Capulí, Vallejo y su Tierra ha hecho de mayo el mes en que los chucos que
queremos ahondar en la vida y obra de César Vallejo lleguemos desde lejos.
Y que otros salgan desde el
fondo de sí mismos e igualmente se reconozcan llenándose de mundo.
Y quienes quieran conocer
Santiago de Chuco y compartir con César Vallejo encarnado en la gente sencilla
que lo ama y lo acunó de niño, lleguen por vez primera hasta su patio.
Y todo esto lo hagamos en
el mes de las flores, de la exuberancia, de la alegría de vivir, que es lo que
él en esencia representa.
Y que Santiago de Chuco
reconozca y afiance que es en mayo donde debe dedicar todos los fastos a su
gran vate universal, César Vallejo.
Porque a mayo dedica él
mismo no solo su evocación recóndita sino la estampa más rotunda acerca de su
tierra y de su gente.
7.
Seremos
invencibles
Y constatemos que toda su
sapiencia la recogió de Santiago de Chuco, un pueblo atravesado de un espíritu
de infancia, tal como se muestra en el poema Mayo, fresco e inocente.
Poema representativo junto
a Telúrica y Magnética de la utopía vallejiana.
Por eso vamos en mayo a
Santiago de Chuco, para empaparnos más de esa entelequia y para llenarnos de
César Vallejo quien ha inundado de gloria al Perú secreto y recóndito.
Es, además, para conocer el
lugar natal de un héroe, del paradigma de peruano cabal; muestra y ejemplo de
cómo ser universal, asumiendo lo auténticamente nuestro.
Cada pueblo y cada cultura
tienen su arquetipo. Ese súmmum en el caso nuestro es César Vallejo.
El día que el pueblo lo
asuma plenamente nuestra patria se encontrará consigo misma, ha de ser desde
entonces diferente y seremos invencibles.
César Vallejo es la bandera
nacional en el campo de la literatura. Por eso te invitamos a que conozcas su
tierra, su gente y lo que hemos de alentar de aquí al infinito.
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