PARA CREAR
MUNDOS
NUEVOS
Danilo Sánchez Lihón
1. El bien
común
Si partiéramos no desde los males que nos acosan sino
de la orilla opuesta, es decir desde el ámbito de la felicidad y si se nos
preguntara: ¿cómo quisiéramos que fuera el mundo y la vida? Y siguiendo esta
secuencia se nos formulara la siguiente interrogación:
– ¿Dinos con toda tu capacidad de ilusión, de
idealismo y de anhelo, ¿cómo quisieras que fuera el mundo?
Nosotros, arrobados, seguramente responderíamos:
– Quisiera que el mundo en todo fuera hermoso.
Y ojalá que alguna vez ello no solamente fuera una
pregunta y una respuesta sino que se volviera palpitante realidad.
– Y, ¿qué más? –Se insistiría.
– Que sea una aventura suprema. –Sería la respuesta.
– Y, ¿qué más? –Se seguiría preguntando.
– Que esté lleno de sentido; que sea rico en
significados y trascendente.
– Y, ¿qué más?
– Que valores como la solidaridad, la identidad, el
bien común sean elementos de intercambio cotidiano.
2. Nos lega
la vida
– ¿Algo qué agregar?
– Que se imponga la verdad y que se entone siempre el
canto prodigioso y a la vez piadoso, de la vida.
– ¿Queda algo por decir?
– Que haya creación, que haya júbilo y entusiasmo por
vivir...
Y podría seguir la lista de ansias, quimeras y
utopías.
Pues bien, todo eso es y ofrece o compone el universo
propio y genuino de la literatura infantil. Es esa capacidad de vivir con
encanto, con riesgo, con trascendencia y compartiendo el bien común.
Pero falta quizá algo qué decir, cual es: ¿qué
anhelaríamos, ya como ensoñación máxima?
– ¡Eliminar la muerte! –Respondería alguien.
Y claro que sí. ¡Por supuesto! ¡Esto está bien!
¡Conforme y de acuerdo! Todo eso se logra con la literatura infantil, pues ella
es la capacidad de compartir los dones primeros que nos lega la vida y el
destino, y que hacen la esencia del existir. Y con ello tocamos la eternidad.
3. Han desgajado
sus ramajes
La literatura infantil, la lectura, la creatividad son
los cauces, las anchas avenidas, las grandes sendas por donde podemos
enrumbarnos para adquirir sensibilidad, conciencia, dominio del lenguaje,
amplitud cultural; siendo todo ello fundamental para la formación del hombre.
Ella, por si acaso, no es un derivado o un subproducto
de la literatura adulta o de la literatura convencional. Es, al contrario la
matriz, el tronco desde el cual las otras literaturas han desgajado sus
ramajes. Y son ramas, porque primero fue la literatura infantil, representada
en mitos, leyendas, relatos orales, fábulas, cuentos folclóricos, rimas, poemas
y adivinanzas.
Y creo que los grandes autores de la literatura
universal lo han sido o lo son porque tuvieron en su infancia un gran sustrato
de literatura oral o infantil en su formación como creadores.
Hagamos por eso una literatura infantil pródiga como
es nuestro continente, una literatura de la libertad y del amor.
Y hagámosla y difundámosla por el ángel que hay en
todos los hombres que deambulamos sobre la superficie de la tierra.
4. Culturas
testimonio
Hagamos una literatura infantil de los valores
eternos, del asombro del niño ante el universo como una actitud perenne en
nuestras vidas, sin dejar de ser el niño que todos llevamos dentro.
Convirtamos el arte en una poderosa fuerza
unificadora.
Hagamos del caudal de los afectos y la solidaridad las
potencias decisivas en la batalla por alcanzar la dignidad definitiva del
hombre sobre la faz de la tierra.
Y, como en Scherezada, valiéndonos de las palabras
prolongar la vida y exorcizar la muerte creando mundos nuevos.
En este panorama, culturas testimonio como las del
Perú con su arte insólito y excepcional, como es la literatura infantil de
nuestros pueblos recónditos, resultan decisivas.
Compuesta ella de mitos, leyendas y todo el amplio
repertorio de contenidos y valores supremos de que está poblada.
5. Un bien
que se olvida
Donde ella forma parte de los recursos de la resistencia
moral llamada a defender lo humano, porque son ámbitos en los cuales pervive
una rica tradición cultural.
Es hacia aquellos ámbitos a los cuales debemos empezar
a tender los puentes, implementado programas de incorporación de aquel acervo a
fin de formar parte de nuestra cultura activa, comprometida y militante
Por eso, elemento de enorme significación en este
contexto es que mucho de esta literatura es el mundo alternativo de la
resistencia activa, contumaz y heroica de nuestros pueblos.
Y ello en oposición al fenómeno de la globalización
deshumanizante, que es lo mismo a decir a la homogenización mundial basada en
la utilización omnímoda de los medios de comunicación.
Sin embargo, por ahora la literatura infantil es un
bien que se olvida, es un tesoro escondido, es un gran amor que se lo pierde;
pero que siempre está allí y se lo encuentra latente, rozagante y confiado.
6. Valores
acrisolados
Mientras tanto, todavía no se la vive suficientemente,
cuando hay que vivirla con intensidad.
Mientras tanto está ausente cuando debería estar más
bien presente.
Mientras tanto en las escuelas está expulsada por la
rutina del cientificismo y de la insensibilidad.
Pero hemos de recuperarla en la tarea de salvar el
mundo que la humanidad reclama.
Porque ella es una madre a la cual podemos recurrir
siempre, cuando estamos alegres o desolados, para encontrar en ella protección,
consuelo y sabiduría.
Porque ella nunca ha de fallar en nuestras vidas,
porque debido a ella es que podemos dotarnos de visión en nuestros días.
Con ella hemos de exorcizar la pobreza y hacer calles
y casas hermosas, imbuir a nuestras generaciones de sensibilidad y valores
acrisolados.
7. Verdad
indestructible
Porque educar es asunto de destino, de identidad, de
construcción de una historia verdadera.
En este propósito la literatura infantil es una pieza
clave, una herramienta y un arma en nuestras manos.
¡Defendámosla!
De allí que debemos hacer de la nuestra una cultura
guerrera a favor de ganar para el ser humano más belleza, verdad y sentido de
lo que es bueno.
Y gracias a que pervive aquella literatura haciéndole
frente a los omnímodos y alienantes medios de comunicación es que tenemos la
columna y viga mayor en la cual podemos sostenernos.
Porque debido a ella es que podemos al fin educar para
la verdad, la belleza y el heroísmo. En comunión y compromiso profundo, de amor
entre los seres humanos.
Hagámosla como ella es y debe ser en nuestras vidas:
una verdad indestructible.
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El texto anterior puede ser
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CONVOCATORIA
XVII ENCUENTRO INTERNACIONAL
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