Danilo
Sánchez Lihón
La etimología
latina
de libro
es liber.
Idéntica raíz
palpita
en la palabra
libertad.
1.
Compromiso
con
la historia
Página memorable en
relación a la lectura es nada menos que la libertad de los esclavos en Estados
Unidos de Norteamérica,
Acuna este acontecimiento
en su centro y en su base, en su meollo y en su corona, hay un acto de lectura,
como un hecho eje en la vida de los pueblos y, en este caso particular, en la
vida clave de un niño lector. ¿Quién es él?
Frederick Douglass, el
consejero personal de Abraham Lincoln y que llegara a tal posición gracias a su
autoformación y teniendo como única escuela y como comedidos y solitarios
maestros a los libros.
Fue él quien insistiría
ante el presidente Lincoln acerca de ese compromiso con la historia y con el
género humano. Y él fue quien además redactaría el decreto abolicionista de la
esclavitud negra.
En su biografía él cuenta
que cuando era niño esclavo la esposa de su amo blanco tuvo hacia él un sentimiento
de ternura y una actitud de protección maternal. Esta predilección fue a tal
punto que fue ella quien lo inició en el conocimiento de las letras del
alfabeto y la lectura.
2.
Cómo
te
atreves
Sin embargo, un día entró
el amo blanco cuando ella lo enseñaba el silabeo valiéndose de una cartilla
elemental.
El grito del amo fue tal
que la esposa soltó lo que tenía en las manos y que no eran sino un lápiz y un
abecedario.
– ¿Qué estás haciendo, mujer?
–Le gritó enfadado.
Ella, después de
recuperarse del alarido y del susto, le respondió titubeante e inocente:
– ¿Por qué me gritas? Estoy
enseñándole a leer a este niño.
– ¡Cómo te atreves a hacer
eso!
– ¿Por qué? ¿Qué tiene de
malo?
– ¿No entiendes, mujer?
¡Que si este niño aprende a leer dejará de ser esclavo?
En su furor dijo estas
palabras. Y que el niño grabó y que constituyeron su lema, su clave y la única
esperanza a la cual se aferró en la vida, creyó en ella y que fue la que no
solo le diera la libertad sino que a través suyo consiguió la libertad para
todos los seres humanos de hoy y de siempre, hacia el porvenir.
– Si aprende a leer dejará
de ser esclavo. –Fue su norte, su consigna y hasta su amuleto
3.
Rompen
cadenas
Él nunca más importunó a su
ama. Y ella nunca más se atrevió a contravenir a su marido, enseñándole a leer.
Pero aquella frase resonaba
en su alma como un carbón ardiente o una espada de fuego. Ese grito y el
sentido de esas palabras feroces y lapidarias fueron para él el arma de su
liberación.
Empezó a mirar las letras
con arrobamiento, a querer desentrañarlas con tesón. Y luego con pasión.
Y aprendió a leer ya por sí
mismo.
Y llegó a ser lo que fue.
Y dicho y hecho: leer fue
incompatible con su condición de esclavo, obteniendo primero su libertad y
tiempo después la liberación de su raza.
Y eso mismo, Frederick
Douglas, se dedicó a enseñar después a su comunidad, es decir que con el
cultivo del saber y la lectura gozosa y
asidua el hombre rompía todas sus cadenas.
Sean estos los grilletes
que encarcelan, las marginaciones que ofenden, sean también los barrotes y
cárceles de la ignorancia que oprimen al hombre.
5.
Se prohibió
su
lectura
En el Perú, la acción
revolucionaria de liberación de la población indígena, pero también de otros
sectores sociales, como fue la población negra, tuvo de caudillo a Túpac Amaru,
de quien también se ha perennizado sólo sus hazañas y sus actos guerreros; y
hasta se exageraron y se cargaron las tintas en relación a los actos
vandálicos, de desorden, caos y pavor en que sumió a los pueblos de la colonia
del Perú.
Sin embargo, se olvida que
fue un gran lector, asiduo y consumado. Incluso, sus biógrafos destacan cómo él
fue sabiamente influenciado por un libro, los “Comentarios reales” del Inca Garcilaso
de la Vega, de quien fue constante y aplicado lector.
José Durand refiriéndose al
gran movimiento de reivindicación que encabezó Túpac Amaru II en Tungasuca,
anota: “hasta diríamos que en los Comentarios reales se halla la Biblia secreta
de esa revolución”. Ejecutado el caudillo la corona española prohibió la
circulación y lectura de dicha obra, porque “excitaba la conciencia de
nacionalidad”
6.
Esa
mochila
¿No es una rara
coincidencia que aquellos que nos dieron la libertad hayan sido grandes
lectores? ¿No hay allí un rastro que no debiéramos perder jamás?
Y en relación a una
historia más reciente, de otro de los líderes legendarios que anheló y luchó
por liberar a nuestros pueblos de las cadenas de la opresión de regímenes
obsecuentes y de un orden internacional ordenado sobre un sistema de
injusticias que margina a las grandes mayorías.
Que se inmolara por querer
liberarnos de dominios indignantes, como de seguir modelos espurios en
contradicción con la construcción de sociedades fraternas y solidarias como lo
fue la cultura incaica.
Y quien fue Ernesto Che
Guevara, respecto a él cuando se le tendiera el cerco en Bolivia, sus camaradas
de campaña le insistían:
– Ernesto, ¡deja ya esa
mochila! ¡No te deja avanzar! ¡Y cada vez se estrecha el cerco que nos han
tendido!
7.
Aún nublan
nuestros
ojos
Y por más que insistieron
no lo dejó ni vació esa prenda. Cargó con ella atravesando pantanos y cuestas
inclementes.
Al final, cuando cayó
abatido, aunque vivo para después ser fusilado, al abrir esa mochila no
encontraron armas de fuego. Tampoco bombas, ni granadas, ni cacerinas repletas
de balas, sino que estaba llena de libros.
También leía, como Túpac
Amaru, o Frederick Douglass, a la luz de la luna o del alba.
De allí que hay una
prerrogativa y misión histórica para los maestros que anhelan forjar una nueva
cultura y un nuevo destino para el Perú y América; y esto es: formar lectores.
Hacer del libro y la
lectura un arma y un camino de liberación, para redimir las desgracias y
miserias que nos hacen daño, para romper los atrasos que nos mantienen
empobrecidos y quitarnos las vendas que aún cubren y nublan nuestros ojos.
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