DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Por Carlos Rodolfo Ascencio Barillas
EL SIGNIFICADO DEL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
El Día Internacional del Trabajo es celebrado en todos los países del mundo, por ser
un día muy especial para
las personas que trabajan empleando sus facultades físicas y mentales, o ambas
a la vez, para el progreso de los pueblos. Es obligación de los gobiernos proporcionar las condiciones
optimas para el desarrollo de sus actividades, con salarios que les permita
vivir con dignidad. Muchas personas se preguntan acerca de la diferencia entre
el trabajo y el empleo. El trabajo es una tarea que no necesariamente brinda al trabajador una retribución económica. El
empleo es una posición o cargo de un individuo en una empresa o institución,
donde su trabajo (físico o mental) es debidamente remunerado.
EL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Por Carlos Rodolfo Ascencio Barillas
Hombres
que galopan en la acucia del tiempo,
y luchan contra tempestades funestas,
y gimen sus noches el canto desierto
y lloran en silencio que exhorta su rostro.
¡OH! mares de hombres que desfilan por las calles
unos buscando expurgar sus propias derrotas
y otros, agrestes sollozos en el viento,
hombres que levantan el alto honor de la patria,
unos anónimos laboran en la incansable fatiga
y otros lucen adustos senderos de llanto;
y cuando veo mares de gente que exultan sus voces,
son los que aman la lluvia nefasta;
pero otros se lanzan feroces en soles de canto
y ellos trabajan para los hijos que esperan,
y se explayen mujeres en el día del triunfo
y aquellos que lloran por atroces salarios
que exime la leche que mana del pecho
y al fenecer la jornada que agobia el hambre.
Son miles de almas cual desbandada de pájaros
y en arcoíris de sombras pasan en paz.
¡Loor! a los sueños del hombre que cumple el mundo,
donde falta todo lo que desea el vientre;
mira que no hay carne, ni leche,
ni alegría en los niños del llanto;
ni justas razones que acompañen mi aliento
y dolores que fluyen del pecho,
ahora reciban el homenaje del siglo,
valientes guerreros del beso,
y de las ciudades maternas,
y de los hombres que aman sus nieblas.
¡Loor a los hombres que bendicen el pan!
Y la paz en las discordias absueltas,
y allá en los crepúsculos de infinitos azules
bajará en la bendita mañana de su despertar,
cantando sus voces, sus sueños y sus lamentos,
hablo de aquellos que a diario caminan,
y entonan en un trueno de lenguas
la esperanza que enciende en un grito de gloria,
y luchan contra tempestades funestas,
y gimen sus noches el canto desierto
y lloran en silencio que exhorta su rostro.
¡OH! mares de hombres que desfilan por las calles
unos buscando expurgar sus propias derrotas
y otros, agrestes sollozos en el viento,
hombres que levantan el alto honor de la patria,
unos anónimos laboran en la incansable fatiga
y otros lucen adustos senderos de llanto;
y cuando veo mares de gente que exultan sus voces,
son los que aman la lluvia nefasta;
pero otros se lanzan feroces en soles de canto
y ellos trabajan para los hijos que esperan,
y se explayen mujeres en el día del triunfo
y aquellos que lloran por atroces salarios
que exime la leche que mana del pecho
y al fenecer la jornada que agobia el hambre.
Son miles de almas cual desbandada de pájaros
y en arcoíris de sombras pasan en paz.
¡Loor! a los sueños del hombre que cumple el mundo,
donde falta todo lo que desea el vientre;
mira que no hay carne, ni leche,
ni alegría en los niños del llanto;
ni justas razones que acompañen mi aliento
y dolores que fluyen del pecho,
ahora reciban el homenaje del siglo,
valientes guerreros del beso,
y de las ciudades maternas,
y de los hombres que aman sus nieblas.
¡Loor a los hombres que bendicen el pan!
Y la paz en las discordias absueltas,
y allá en los crepúsculos de infinitos azules
bajará en la bendita mañana de su despertar,
cantando sus voces, sus sueños y sus lamentos,
hablo de aquellos que a diario caminan,
y entonan en un trueno de lenguas
la esperanza que enciende en un grito de gloria,
y se
escuchan los huracanes del canto,
y sus sueños
marchitos florecen en otros,
la augusta soberbia de los paladines,
que lloran esperando un mañana,
en el silencio de la noche eterna…
la augusta soberbia de los paladines,
que lloran esperando un mañana,
en el silencio de la noche eterna…
EL DÍA
INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Carlos
Rodolfo Ascencio Barillas
Dedicado a
todos los trabajadores del mundo
Son aquellos
que sueñan hasta el cansancio
y realizan
sus faenas de muy buena gana
y despiertan
con suspiros en el pecho
y anhelan
otro sol en el nuevo día.
Son los que
caminan por senderos matutinos
y ven de
frente las uvas con tristeza
y esperan
con alegría la voz de los atardeceres.
Son los que
saben la hora de la trilla
y reciben la
lluvia cual saeta hasta las grietas
buscando el
sudor de la noche soñolienta.
Así veo las
grandes multitudes de tus ilusiones
y la sed que
apasiona tus encantos
y el hogar que
enciende la luz de tu aliento
y el fulgor
que resplandece en tus ojos;
miles de
trabajadores, pájaros carpinteros
cantan
indomables, mil pesares
y en los
bosques de tus alas quejumbrosas
encuentran
las esmeraldas de tus manos.
Son hombres
de la paz con infinitas emociones,
constructores
de poblados sentimientos
que pintan
con denuedo el destino
y los
grandes océanos que arrastra el viento.
Son
labradores de fervientes campiñas
y artesanos
que viven con el llanto.
Son
sembradores del mismo labrador
y semilla
que siembra el buen Señor,
Son
centinelas que brillan en el cielo
y
caminan esparcidos por la vida.
Son los que
merecen ser amados
y son dignos
adversarios de los ocios
y merecen el
reconocimiento del esfuerzo
y la dicha
de vivir con dignidad.
Yo digo,
afirmo y aseguro
que su noble
recompensa son sus hijos
y el sosiego
de oasis extraviados.
¡Loor a las
delicias de sus manos!
y a la bella
faena de sus días.
Benditos son
los que duro trabajan
y los que
alimentan el silencio con esperanza
y los cimientos
que enaltecen sus cañales.
Vivan
orgullosos de sus nobles ideales
y lloren con
voces de alegría por el mundo.
Que Dios
ilumine el esfuerzo de sus pasos
y el
universo de sus repentinos pensamientos
y que
multiplique los frutos de sus años
y
fructifique la danza de sus manos
en todos los
días de su eterna faena
desde el
comienzo hasta el final…
EL DIA
INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Carlos
Rodolfo Ascencio Barillas
Felicidades
en el día del trabajo
Ellos que
aman llorosos la patria
Y recuerdan
en silencio sus voces,
Ellos que
acompañan los ojos de lluvia
Y alegres
saludan el día del mundo,
Ellos
caminan orgullosos del viento
Y preservan
sus frutos del llanto,
Ellos que
contemplan el sol trepidante
Y sustentan
dichosos la tierra,
Ellos
bendicen el alba ferviente
Y el honor
que sus suelos escuchan,
Ellos que
fraternos se abrazan
Y quejosos
esperan ardientes,
Ellos son
millones de almas
Y se
encuentran siempre soñando
Y cumplen
valientes senderos del mundo
Y con su
boca suspiran relucientes,
Los ojos que
relumbran atentos
Y sus nobles
ideales que la sociedad demanda
Ellos que
cantan unísonos sus penas
Y lloran
surcos de empeños,
Llevando la
siembra y el arado
Y con
generoso gesto manan sueños de aliento
Y callan
sigilosas tristezas nocturnas,
Ellos son
héroes que danzan los días funestos
Y son los
macilentos temerarios de siempre
Y luchadores
que desafían los tiempos modernos,
Ellos son
los que viven soñando
Y duermen
tranquilos reposando,
Ellos son la
siembra del trigo en tierra de ciegos,
Ellos son
mares de fuerzas en los inciertos caminos
Ellos son
éxtasis de anhelos
Ellos son
los que exaltan los nobles valores
Y desfilan
honrosos por las sendas del mundo
Ellos que
gritan sus voces al viento
Y en un arco
iris de nubes alientan sollozos alegres,
La siembra y
el fruto de espíritus vivientes
Ellos que
son mis hermanos en llanto,
Ellos y yo
somos el soplo divino de Dios
Y la
esperanza que la humanidad siempre espera
Ellos y yo somos trabajadores…
EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES
1º. De Mayo de 2017
Carlos Rodolfo Ascencio Barillas
Primero de mayo, mes de la esperanza
de presto veo los claros horizontes
y los brazos fuertes, la mirada opaca,
el cielo azul de sus agotados ojos,
caminan ineluctablemente por los mares
y los surcos que han hecho sus afanes
son la luz de las futuras generaciones
y se solidarizan con las imperecederas tristezas
y debajo de un árbol lloran sus recuerdos,
en su juventud ríen en el silencio caliginoso
y se sosiegan con la mujer que deleita sus sentidos
en sus alegres mañanas renuevan sus voces
gimen buscando respuestas en la impotencia
y soportan a sus insoportables transgresores
y se esfuerzan por producir más de su entusiasmo
y si les dicen insultos humillantes
callan en el consuelo de su futuro incierto
buscan soluciones en sus congojas
nadie les comprende, nadie les escucha
todos ignoran sus peticiones
y su mejor aliado es callando sus gritos
aunque su dolor es la espada en su costado
cuando han pasado los años, reflexionan
en la tarde de sus escasos atardeceres
las nieves plateadas han envejecido sus pupilas
y son acompañados con el tiempo inmisericorde,
y lo que nunca llego sin compasión insaciable
sin embargo aumento su sabiduría nostálgica
y la esencia espiritual de su silencio
a pesar de todos los años de su infame laberinto
y su único reconocimiento, su dignidad
y el sudor que broto con sus tuétanos incólumes
que no se vendieron, con lágrimas de lamento
ni prejuicio de abusos desmedidos
siempre lucha al lado de la justicia obrera
y da más de lo que pide,
aunque nunca ha recibido lo merecido
y son sus ideales la inclaudicable belleza
y ha coronado su alma unido a la noble naturaleza,
y mira hacia tras el humo de las sirenas
que adormecieron sus sentidos
y latieron en los ríos perdurables de sus horas
y la atávica sed de intolerancia
y la impúdica razón de su llanto
porque jamás llegó lo que él esperaba
la recompensa, la dignidad y la justicia
solamente, golpes que atropellaron su canto
y las viejas ilusiones que fenecieron
en sus manos, y sus lejanos senderos
y el infatigable cansancio de su voz…
a pesar de todos los años de su infame laberinto
y su único reconocimiento, su dignidad
y el sudor que broto con sus tuétanos incólumes
que no se vendieron, con lágrimas de lamento
ni prejuicio de abusos desmedidos
siempre lucha al lado de la justicia obrera
y da más de lo que pide,
aunque nunca ha recibido lo merecido
y son sus ideales la inclaudicable belleza
y ha coronado su alma unido a la noble naturaleza,
y mira hacia tras el humo de las sirenas
que adormecieron sus sentidos
y latieron en los ríos perdurables de sus horas
y la atávica sed de intolerancia
y la impúdica razón de su llanto
porque jamás llegó lo que él esperaba
la recompensa, la dignidad y la justicia
solamente, golpes que atropellaron su canto
y las viejas ilusiones que fenecieron
en sus manos, y sus lejanos senderos
y el infatigable cansancio de su voz…
EL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
Por Carlos Rodolfo Ascencio Barillas
Ellos que aman llorosos la patria
Y recuerdan en silencio sus voces,
Ellos que acompañan los ojos de lluvia
Y alegres saludan el día del mundo,
Ellos caminan orgullosos del viento
Y preservan sus frutos del llanto,
Ellos que contemplan el sol trepidante
Y sustentan dichosos la tierra,
Ellos bendicen el alba ferviente
Y el honor que sus suelos escuchan,
Ellos que fraternos se abrazan
Y quejosos esperan ardientes,
Ellos son millones de almas
Y se encuentran siempre soñando
Y cumplen valientes senderos del mundo
Y con su boca suspiran relucientes,
Los ojos que relumbran atentos
Y sus nobles ideales que la sociedad demanda
Ellos que cantan unísonos sus penas
Y lloran surcos de empeños,
Llevando la siembra y el arado
Y con generoso gesto manan sueños de aliento
Y callan sigilosas tristezas nocturnas,
Ellos son héroes que danzan los días funestos
Y son los macilentos temerarios de siempre
Y luchadores que desafían los tiempos modernos,
Ellos son los que viven soñando
Y duermen tranquilos reposando,
Ellos son la siembra del trigo en tierra de ciegos,
Ellos son mares de fuerzas en los inciertos caminos
Ellos son éxtasis de anhelos
Ellos son los que exaltan los nobles valores
Y desfilan honrosos por las sendas del mundo
Ellos que gritan sus voces al viento
Y en un arco iris de nubes alientan sollozos alegres,
La siembra y el fruto de espíritus vivientes
Ellos que son mis hermanos en llanto,
Ellos y yo somos el soplo divino de Dios
Y la esperanza que la humanidad siempre espera
Ellos y yo somos trabajadores…