POEMA ENCONTRADO JUNTO A LA HUELLA DE UN PIE QUE,
SUPONEN, ERA DE UN VENDEDOR DE DIARIOS
Ese grito
tan urgente,
tan ágil,
tan ocupado,
inunda la ciudad
como coro de guerra en boca de los niños,
como río que sangra bandadas de pájaros desesperados,
como honda que dispara pichones de gorrión.
Así,
cumpliendo su misión de vida o muerte
recorre mil veces la ciudad,
no se detiene,
clama y muerde,
otea la ventana y la esperanza.
Febril,
intransigente,
a trote limpio
crece y decrece
como quien llama a lo lejos
en la bruma,
se prende y se apaga
como espejismo de un pan repleto de crueldad.
Y no muere
ni duerme
ni sosiega.
Ese grito,
ese grito,
tan desolado,
tan real,
en esta ciudad
tan sorda.
Ese grito
tan urgente,
tan ágil,
tan ocupado,
inunda la ciudad
como coro de guerra en boca de los niños,
como río que sangra bandadas de pájaros desesperados,
como honda que dispara pichones de gorrión.
Así,
cumpliendo su misión de vida o muerte
recorre mil veces la ciudad,
no se detiene,
clama y muerde,
otea la ventana y la esperanza.
Febril,
intransigente,
a trote limpio
crece y decrece
como quien llama a lo lejos
en la bruma,
se prende y se apaga
como espejismo de un pan repleto de crueldad.
Y no muere
ni duerme
ni sosiega.
Ese grito,
ese grito,
tan desolado,
tan real,
en esta ciudad
tan sorda.
VENDEDOR AMBULANTE
No
No
No
En plena cara
En la sonrisa
En el estómago
No
No
No
En la madre
En el hijo
Entre las piernas
No
No
No
En el plexo
En la mandíbula
En el alma
Y así, hasta el infinito
Cae
Se levanta
Cae
Sigue tercamente ofreciendo
Llega al crepúsculo
Alguien divisa a un hombre
Malherido/incompleto/caminando.