SIGNIFICADO
DEL DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD
Por
Rodolfo Ascencio Barillas.
El 14 de febrero
de cada año, los enamorados: hombres y mujeres, expresan su amor con flores,
chocolates, regalos, cenas y promesas de amor eterno. Dos corazones palpitan al
unísono.
Historia de amor
Mi esposa Teresita
Marina Gómez de Ascencio, es de Ilobasco, pueblo salvadoreño ubicado en el
Departamento de Cabañas. Ilobasco
es
conocido por la belleza natural de sus mujeres y es famoso por sus
muñequitos de barro, un arte autóctono de su gente alfarera. Ella vivía
en
las afueras del pueblo, en el campo, un lugar paradisíaco, llamado
“Cerro
Colorado”.
Aquel día llegué
como un forastero más para hablar con su padre, un agricultor de caña, maíz y café. Una persona
de aspecto noble y muy gentil, llamado don Lino Gómez. Todo lo que yo decía le
causaba gracia y simpatía. Don Lino me llevó a su casa, una hermosa planicie,
que convivía con el canto de los pájaros, la brisa, los árboles, y el sol del
verano. Me invitó a comer junto a su amada familia, tenía tres hermosas
doncellas y dos caballeros. En circunstancias que hablábamos y reíamos, repentinamente la
tierna risa de la señorita Teresita me cautivo. Sus ojos eran dos luceros
encendidos, su humildad, su educación, y la obediencia para con sus padres era
increíble. Yo, un joven recién llegado de la urbe. Ella tan fresca como el agua
más pura. Aunque no habíamos hablado, nos enamoramos a primera vista. Desde
aquel día la comparo con las estrellas del cielo, con las flores silvestres de
los valles, su voz es melodía para mis oídos, su mirada cual saeta atraviesa mi
pecho, y su respiración esparce el aroma de los cañales y la miel de la
molienda.
Fue un 14 de febrero,
Día del Amor y la Amistad, que nos juramos amor eterno. Han pasado más de 31 años y sigo prendado de ella como aquel
bello día. Estamos casados por la ley
y por la iglesia, y tenemos dos hermosos hijos, que amamos. Agradecemos a
Nuestro Dios por las bendiciones concedidas, y por todo lo que nos ha dado, y
esperamos vivir muchos 14 febreros más conmemorando nuestro amor.
EL AMOR
Carlos
Rodolfo Ascencio Barillas
Mi
bello amor
mi esplendido
candor
mi
canto, mi consuelo
mi
luna, mi riachuelo
mi
solitario encanto
mi
lejano llanto
mi
triste lamento
mi
grito de libertad
la inmensa felicidad
mi
Deleite primero
que
nace en febrero
renace
en abril
tesoro
febril
hermosa
mujer
vuelvo
a querer
las
horas de ayer
te
quise mirar
te
quiero soñar
te
vuelvo añorar.
mi
eterna morada
amada exótica
mi
perla preciosa
mi exuberante rosa
mi flor
primorosa
el amarte
quisiera
con el
alma fiera
mi beso te diera
el
hurís de tus ojos
me
causan hinojos
morir
antes prefiero
pero
antes pudieras
ser mi
luz, mi sendero
mi
estrella, mi pandero
por verte me muero
soñarte
ligero
con las
aves del cielo
tu
belleza, y tu anhelo
por eso
te quiero
tus
labios lanceros
Tus
gestos adoro
bella
mujer de mi alma
deleitas
mi calma
la
dicha de mi existir
la
lucha de mi vivir
sentir
la inmensa ternura
tu
aroma en las llanuras
el
fuego, el pundonor
los
sueños trajanos
de
bosques lejanos
en un arcoíris te veo
fantasmas
no creo
ilusiones
de mi vida
dentellas
heridas
mi
eterno amor
mi
primavera, mi candor
mi mar,
mi brisa
y mi
infinita sonrisa…
AMOR Y
AMISTAD
Carlos
Rodolfo Ascencio Barillas
Niños
que juegan
océanos
de sueños
dibujan
centellas
llorando
estrellas
fantasías
que viajan
universos
que pasan
ríos de
amores
pardos
rubores
llantos
sinceros
cantos
primeros
tristezas
felices
ríen
matices
acarician
hinojos
ven con
sus ojos
acuarelas
del cielo
noches
de anhelo
potros
salvajes
esbeltos
celajes
bellas
ilusiones
torrentes
emociones
aguas
cristalinas
auroras
matutinas
renacen
el alba
llevan
la calma
cristales
de luna
llorando
laguna
hermosos
luceros
bailando
danceros
niños
que aman
sus
voces exclaman
suspiros
al viento
alegres
lamentos
aves
que vuelan
noches
desvelan
despertando
albores
soñando
amores
sueños
de paz
brisa
sagaz
amando
con risa
corriendo
aprisa
bañando
ilusiones
recordando
canciones
despertando
amaneceres
viviendo
atardeceres
abrazando
ternura
con la
fruta madura…
FEBRERO
Carlos
Rodolfo Ascencio Barillas
Son
bellos febreros
vientos
someros
que exhalan
olores
respingan
pudores
entre
el cielo y la tierra,
en la
piedra, en el llano
en el
dorado verano
y en mi viejo camino
con mi
lejano destino
llorar
siempre me aterra
en el
mes de las flores
con
tristes amores
de
cometas, y luceros
y
oscuros voceros
que
llevan fervores
me
aferro al cielo
a mi
profundo anhelo
del
convincente desvelo
que
arrulla la sierra
morir lejos destierra
áptero
y longevo
con sus
luces encierra
cantando
en la sierra
buscando
azares
llorando
dolores
espejos
del alma
convierte la calma
solitarios
senderos
relumbra
Antares
de
montes señeros
bellos
luceros
que
besan la luna
del
mar, cual laguna
que
pintan la puna
en el
largo trayecto
de mi
leve lamento
siempre
converso
con la
adusta suerte
que nos
manda inerte
el
fuerte aguacero
que
atraviesa el acero
y baña
linderos
diestros
lanceros
y que
iluminan mis sueños
tenebrosos
pequeños
que
brotan empeños
y que
nos hacen sureños…
VINO DE
AMOR
Carlos
Rodolfo Ascencio Barillas
Cuando
la espuma del mar bese
tus labios ardientes
que
ahogan el aliento de mi voz
y las olas
irrumpen el ecode tu silente pecho.
Cuando
el rostro de la primavera asome
sus
pétalos de oro
por las ventanas de tus cielos
y las
gaviotas retornen
con olivos a tus veranos.
Cuando
las altas montañas
nevadas se deslicen
con las
nieves de tus manos
para
desahogar los torrentes
suspiros de tus pasiones
y los
muelles que aumenten
el cansancio de tu voz.
Cuando
la tierra se esponje
con
el amaranto de los bosques
y los
amaneceres que despierten
con
el brillo de tus ojos.
Cuando
aparece el moribundo
Fulgor
de las mañanas, y que desaten
alaridos en pos de la noche fría.
Cuando
las hojas de los árboles
destilen el rocío de tu boca
y los
lirios de los campos que expelen
la
fragancia de tus cabellos.
Cuando
el halito de los bosques
ciernen tus desbordantes emociones
con el
férvido galopar de los vientos,
cual estampida a tropel
de
tus frágiles pesares,
y
reposen tus rubores en el oasis
de tus claras
sensaciones,
entonces,
tus promesas las hago mías
con la
luz que se filtra en mi larga travesía
y hace
saltar el agua del vientre espumoso
bajando
con el tenue murmullo del sordo río
y las
lisas peñas que desbordan la sed
que
gime en la soledad de tus convicciones
y la
llovizna de los cielos que respinga
en
los pastos de tus praderas,
y
el céfiro suave de la tarde que expele
el aroma de tus petulantes vanidades
en el
sórdido eco de las cañadas
contemplando tus impávidas soledades.
Y yo me
quede triste en los prados
de
tus rebeldes correntadas
cual
desvarío de su lecho que manan
abundantes
emociones.
Cuando
el horizonte dibuje
tus entristecidos candores
y las
luces que encienden
tus
fulgidas pasiones
y las
estrellas que acompañen en
tus
trémulas canciones
el
grito de la tarde llore
en tus manantiales de ilusiones.
Entonces;
cuando
vuelvas a mis brazos
con tus exultados atardeceres.
estaré
esperando las delicias de tus besos.
Cuando
al fin tu rostro refleje tu sonrisa
en las gramíneas de mi pecho
Y
vaguen en la antípoda austral
de
tus exacerbadas pretensiones.
Entonces;
yo
habré suspirado en la sagacidad
de
tu inhóspita indiferencia
Y en el
llanto inmanente de tus isócronas virtudes
Y en la
agonía de tu incipiente existencia,
Y en
la fatídica fantasía
de tus hipócritas caricias
Que se
desvanece con efímero ocaso
de tus pálidas emociones.
Cuando
el universo exista
en
tus infinitas emulaciones
y las
galaxias de tus infinitos ojos
con el
sabor del exquisito néctar
que yacen en los días placenteros
de tus
enmudecidas atracciones.
Cuando
despierten tus enloquecidas ilusiones
Y se
desvanezcan en la mugre
de tus
henchidas tentaciones.
Entonces;
yo
volveré a reconstruir los cimientos
de tus pavesas estremecidas
Y a
colmar las alboradas
de tus imperecederos equinoccios
y a
poblar de estrellas tus oscurecidos cielos
para esperar
el amanecer de tus anhelos.
Cuando
la tarde caiga sobre el mundo
de
tus indolentes conmociones,
Y
cuando se hayan ido las golondrinas
de tus impetuosas
trepidaciones.
Cuando
aún la primavera se aleje
en tus atrapadas vanidades.
Entonces;
renacerán en el prístino
recuerdo
de mis liberadas sensaciones…