Danilo Sánchez Lihón
1. Salto
de mata
El
escritor puneño José Luis Ayala es un autor prolífico quien ha
publicado numerosas obras literarias. Sin embargo, le escuché decir que
el libro de su autoría que más ama es Cocolín, conjunto de poemas que
dedica y ofrece a los niños del Perú y el mundo. Y yo me he preguntado,
¿por qué?
Porque
ésta es una obra feliz, dedicada a los niños; pero escrita por un poeta
que no ha sido un niño feliz, ni alegre, ni dichoso. Y no ha sido un
niño a quien la suerte le sonriera, porque:
Nació
y vivió su infancia en Puno, en una época, como es también ahora,
atravesada de violencia y pobreza, que se traducía hacia él en
maltratos, acosos y vejaciones.
Es
una obra feliz de un niño que fue infeliz, porque prácticamente no tuvo
ni la protección ni el abrigo paterno. Porque su padre fue un
perseguido político, porque él era hijo de un hombre que anhelaba y
luchaba por la justicia social, buscado por la policía.
Era
hijo de un hombre que figuraba en las listas negras de todas las
comisarías de la región. Era el hijo de un fantasma que andaba a salto
de mata. Y por eso tuvo que vérselas solo.
2. Es
decir
No
fue feliz porque de niño no tuvo jamás un libro entre las manos, y en
realidad no ha tenido acceso a ellos sino a partir de los trece años de
edad. Y para conocer y ver un libro infantil ha tenido que ser un hombre
ya adulto o maduro.
La
suya no fue una infancia feliz, porque fue sistemáticamente marginado,
por así decirlo. Primero, por los mismos niños de la comunidad.
Porque
para ellos era un mestizo venido a menos, que estudiaba en la escuela
de los pobres y desarrapados. Y a quien odiaban porque era el único que
tenía zapatos.
Y
por eso, para jugar fútbol, lo confinaban a ser únicamente el arquero, a
fin de que no pise los dedos descalzos de los demás chiquitos que
jugaban a pie desnudo y que ya sangraban de por sí con el frío que hacía
en el altiplano.
Y
segundo, porque para los niños mestizos él era uno de la comunidad, es
decir un indio, y como tal despreciable pese a que era blanco. Un
“guanaco”, un “pata rajada”, un “chuño”, como le gritaban en las calles.
3. Es
más bien
Es
un libro feliz de alguien que creció en la desdicha, porque en el mundo
en que vivió –hosco, tirante, despiadado– ser niño era falta grave, un
error mayúsculo, y una provocación difícil de tolerar. Entonces había
que hacerse lo más pronto “hombre” y negar lo tierno que tenemos dentro
para poder defenderse y seguir estando vivos.
No
conoció ni lo grato, ni lo fácil ni lo suave, porque tuvo que arriesgar
mucho en la vida; como acompañar a su padre, por ejemplo, a esconderse y
pasar la noche en las cuevas gélidas, a servirse con él los alimentos
crudos –muchos de ellos plantas silvestres–, a dormir agarrado el lazo
del caballo o de la balsa, para escapar huyendo a medianoche o de
madrugada.
Pese
a todo ello, el libro que él dedica, ofrece y destina a los niños del
Perú y del mundo, es un libro lozano y fresco como un gorrión galano y
vivaz del altiplano, donde se canta a la vida, donde resplandece el
amor, donde tiembla, palpita y florece la ternura.
Es
un libro en el cual no aparece la queja porque es más bien una
respuesta que se opone a la queja, que queriendo superarla está más allá
de ella, de vuelta o de regreso de la tristeza, el resentimiento o del
rencor.
4. Ciudades
descorazonadas
Yo
comprendo, además, por qué es el libro que más atesora José Luis:
porque es un libro escrito conscientemente, con una reflexión previa,
meditado con rigurosidad, y en el cual se plasman ideas alumbradas con
toda la fuerza de la razón y de la pasión. Y tanto es así, que Cocolín
es el trabajo que más ha rehecho su autor, escribiéndolo y volviéndolo a
reescribir una media docena de veces.
Que
le ha costado mucho darle la forma definitiva que ahora tiene, tanto
que él piensa que es lo más difícil que ha escrito hasta ahora. Y esto
es cierto, porque escribir algo simple y sencillo es el máximo esfuerzo,
desvelo y sacrificio al que puede llegar un artista, tan tentado de
adornarlo y hermosearlo todo.
Es
el libro que más quiere José Luis, porque es un libro humano, generoso,
universal; escrito no solo sobre la base de la propia infancia, o la
infancia de un hijo que uno ve crecer, su propio hijo, sino concretado
después de haber vivido, gozado y sufrido mucho. Después de haber mirado
largamente a los ojos a los niños africanos, asiáticos, chinos,
coreanos por cuyos países él ha viajado. Los niños que duermen en el
atrio de las iglesias y catedrales, como en los umbrales de los bancos o
financieras, o en los túneles de los Metros de las ciudades
descorazonadas.
5. Tornarse
eternidad
¡Ah!
Pero, además, es la madeja y la textura que más aprecia José Luis,
porque es un libro secreto. En verdad la vida de este artista siempre ha
sido una red muy fina y sutil de secretos, pero de secretos luminosos,
como lo es la región altiplánica de nuestro país y el lago Titicaca que
en su planicie extiende su espejo de esmeralda.
Porque
el aire, sobre esa estepa de montes suaves como pechos de doncellas
extasiadas, es límpido, lúcido, elemental; pero a la vez es el más
intrincado de los secretos, es la absoluta transparencia que lo abarca y
lo contiene todo.
Tanto
que de ese aire, de esa luminosidad y sosiego nacieron nuestros
civilizadores e Hijos del Sol: Manco Cápac y Mama Ocllo. Y muchos otros
fantasmas y metáforas que hoy pueblan nuestros sueños y mundo onírico.
¡Qué
extraña magia y extraña coincidencia ve uno desde el avión cuando
divisa la Isla del Sol y la otra, de la Luna!, apenas rozadas por las
aguas verdes fantasmales del lago sagrado, en donde el tiempo deja de
serlo para tornarse eternidad.
6. Valor
supremo
Es
el libro que más estima y enaltece José Luis porque es la urdimbre
donde el poeta teje su concepción de la literatura infantil, que para él
tiene que tener tres niveles de realización:
a)
Ser un prodigio del lenguaje directo, sencillo, cabal; hasta alcanzar
la belleza con autenticidad, con inocencia, con juego limpio, cosa que
abunda muy poco en la literatura en general.
b)
Ser un universo en donde se plasme una visión del mundo y de las cosas,
con plenas y desarrolladas categorías ontológicas, hondas, raigales y
totales; como el niño en realidad quiere y exige. Porque es
completamente falso que él prefiera lo soso, lo banal o lo superfluo. Ni
mucho menos lo concreto, inmediato y terrenal.
c)
Ha de tener un libro para niños una dimensión axiológica, de valores
expresados y puestos a flor de piel, como son en este libro: la
identificación con lo nativo, el aprecio por las cosas buenas y
sencillas, pero sobre todo el rescate de ese valor supremo que es lo
único que podrá salvarnos en la hora tremenda del presente y del futuro,
y cuál es: la solidaridad.
7. En ningún
otro reino
Finalmente,
es el libro que más quiere y valora José Luis Ayala porque redondea su
destino de escritor, le completa una travesía y un transcurso poético y
vital.
Porque,
no hay que olvidar que José Luis se inició en la carrera de las letras
escribiendo para los niños con el poemario La canción de junio, que
enseñaba cómo aprender a escribir, a leer y dibujar, recitando
precisamente los poemas de aquel libro y que en ciernes conformarían
también las páginas de Cocolín.
Pero
no sólo eso, sino porque su tesis para graduarse de profesor fue sobre
el rol de la literatura infantil en la educación. Por eso, Cocolín
cierra un círculo, entona la “pirhuala, pirhuala” de la brillante
carrera literaria del poeta, narrador, ensayista y periodista cultural
que tiene y es José Luis Ayala.
Porque
con este libro José Luis nos corrobora lo que hemos hecho doctrina y
prédica de nuestra vida, cuál es que si en la infancia no habita la
eternidad entonces no la encontraremos en ningún otro reino del
universo.
*****
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
CONVOCATORIA