LA
TORTUGA ECUESTRE, GUSTAVO ARMIJOS
Y
EL DÍA DE LA POESÍA PERUANA
Escribe:
Fransiles Gallardo
Atravieso
la vieja puerta de madera del local de Arteidea para conversar con Jorge Luis
Roncal sobre la presentación de mi último libro “Puka Yaku, Río de Sangre”, que
el Colegio de Ingenieros del Perú ha propuesto para los próximos días.
Al
costado del antiguo zaguán y en cuclillas dos muchachones saborean un cebiche
de carretilla “los agachados” sonrío y me recuerda a mi época universitaria con
Marwin Burgos y Wálter Rivera y nuestro caldo verde de las tres mañana sobre la
vereda y a media cuadra de la plaza de Armas de Cajamarca.
En
la segunda puerta Gustavo Armijos conversa con Jorge Luis y se dirige a mí con
un libro en la mano.
Jorge
Luis me dice “Frank, un toque” y dando media vuelta se pierde puertas adentro,
haciendo rechinar el viejo entablado, rumbo a sus talleres.
Sé
lo que significa “un toque para Jorge Luis”. Pueden ser quince minutos o tres
horas. Nuestras eternas discrepancias horarias: Las de él como editor y las
mías como Ingeniero.
Total,
hoy es día de Vallejo y no estamos para discrepancias.
“Es
para ti”, me dice Gustavo con su sonrisa nerviosa.
Lo
miro y la carátula dice: “Revista de
Poesía Peruana, A TORTUGA ECUESTRE, 40 Aniversario, 1973-2013, Muestra
Poética”.
Sonrío.
“Gracias Gustavo, esto hay que celebrarlo. Justo la hora del abre apetito”.
Se
va arreglando el día del poeta.
Conocí
a Gustavo en la Asociación Guadalupana, una noche en que el Gremio de
Escritores desarrollaba una actividad cultural y yo acababa de publicar mi
Primer Libro “Ventisca tu (des) amor” y obviamente se lo obsequié y terminamos
a las dos de la mañana en un bar de Alfonso Ugarte, hablando de poesía,
contándome sobre los poetas de los setenta, ochenta y noventa y una ruma de
cervezas, de por medio.
Había
leído a Gustavo Armijos en mi época universitaria en Cajamarca; cuando con
Bethoven Medina y Angel Gavidia “mis patas de siempre” nos poníamos al tanto de
la movida poética limeña.
A
la semana me llama Gustavo para decirme: “Quiero publicarte en la Tortuga” y en
el N° 229 de Mayo del 2004, la Tortuga Ecuestre publica una plaqueta con 13
poesías de mi primer libro.
Siete
años después y luego de haber publicado mi tercer libro “Arco Iris de
Magdalena” en edición bilingüe, La Tortuga Ecuestre en el N° 310 de Febrero de
2011 publica 12 poesías de ese libro y de “Estremecido Gato Montés” publicado
posteriormente.
Ingresamos
al Rincón Cajamarquino del jirón Moquegua y pedimos dos cuzqueñas. “Las cosas
buenas como las buenas noticias, hay que celebrarlas, maestro” le digo.
Hojeo
el libro y leo la presentación que hace José Beltrán Peña: “Una hazaña
histórica, que el buen y controvertido poeta peruano Gustavo Armijos Morales (Piura),
perteneciente a la llamada Generación del 70 aparecida en el siglo XX, llegue a
cumplir y celebrar satisfactoriamente el 40 aniversario de la fundación de la
revista, La Tortuga Ecuestre”.
“Cuarenta
años ininterrumpidos y más de 400 números, Gustavo” le digo sorprendido, “más
como has hecho” y recuerdola canción de Massimo Ranieri.
“En
sus páginas han sido publicados poemas de diferentes y variopintos poetas,
pertenecientes a distintas generaciones con su diversidad semántica,
estilística y temática”, comenta José Beltrán.
“Tengo
que irme” me dice Gustavo luego de la cuarta cerveza, “Espero que disfrutes de
la revista”.
Nos
abrazamos, le agradezco y cogiendo un sobre de manila con otros ejemplares, se
va.
En
la página 54 está publicado un poema mío y me emociono “esto merece un cañazo
de mi tierra”, me digo.
Se
acerca el mozo “que le sirvo, paisita” me dice sonriente, “soy san miguelino
pisadiablo” afirma.
“Un caldito verde con su quesillo y sus huevos
batidos, paisita y un cuycito frito con sus papitas revueltas con su triguito
resbalado y media botella de cañazo magdalenino”, le pido.
Me
mira sorprendido: “ Tengo guashpaycito pisadiablo, ques buenotote y das das
luará cantar su carnaval”, me dice.
“Aunque
no será como el llonque de mi tierra; pero para la alegría y la nostalgia,
nuimporta”, le contesto.
Me
acuerdo de Víctor Hugo Alvitres Moncada “el pisadiablo” cuando en su casa de
Chimbote cantando carnavales y cantando:
“Cuando
te compres zapatos charol taco diaguja /
cual
bailarás, cual bailarássss/
de
tus zapatos chotanos/
cuatro
puntadas puntas al cielo/
desos
no tiacordarás”
Casi
nos terminamos un litro de su cañazo san miguelino:
“Cuando
te compres catre de fierro colchón de lana/
cual
dormirás cual dormirásss/
de
tus pellejos pulguientos garrapatientos/
desos
no tiacordadoras”.
Palmas
y cuetes ociosos.
Recién
se arregla el día de la poesía. “Salud señor don Césitar Abraham Vallejo
Mendoza, por este día.