CRISTO CRUCIFICADO
Por Juan Rodríguez Jara
Hoy que las heridas se abrieron
la sangre fluye en consagración
a la paz, a la confraternidad y la unión
a la eterna y masiva reflexión.
Acuérdate del dolor de tus hijos,
no dejes que la sangre tiña
las cruces de mis apus
clavados en mis números caminos.
Derrama tu bendición en los hombres
de bien que cuidarán de mis hermanos;
erradicando los males de los demonios
volviendo al camino de fe y oraciones.
Tú, Dios poderoso
ampáranos en este dolor.
para que el río vuelva ser santa
y riegue los terrenos de la paz.
Bendice al coloso Huascarán
y al hermoso Alpamayo,
para que brillen con amor
en mi tierra ancashina.
Suficiente es señor
tu sangre sagrada derramada
que recorrió por el Universo:
no nos abandones Dios mío.
Devuelve la paz a los hombres
a estas horas que te imploran
Viernes Santo de tu sacrificio
no sea en vano tu muerte.
Por Juan Rodríguez Jara
Hoy que las heridas se abrieron
la sangre fluye en consagración
a la paz, a la confraternidad y la unión
a la eterna y masiva reflexión.
Acuérdate del dolor de tus hijos,
no dejes que la sangre tiña
las cruces de mis apus
clavados en mis números caminos.
Derrama tu bendición en los hombres
de bien que cuidarán de mis hermanos;
erradicando los males de los demonios
volviendo al camino de fe y oraciones.
Tú, Dios poderoso
ampáranos en este dolor.
para que el río vuelva ser santa
y riegue los terrenos de la paz.
Bendice al coloso Huascarán
y al hermoso Alpamayo,
para que brillen con amor
en mi tierra ancashina.
Suficiente es señor
tu sangre sagrada derramada
que recorrió por el Universo:
no nos abandones Dios mío.
Devuelve la paz a los hombres
a estas horas que te imploran
Viernes Santo de tu sacrificio
no sea en vano tu muerte.