FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL BIEN
DE
SER NIÑO
Danilo Sánchez Lihón
1. Hondos
misterios
No
hay edad en el ser humano tan honda, densa y dramática, llena de
abismos e inmersiones en el ser de las cosas y en las incógnitas de la
vida.
Ninguna época más cósmica, enfrentada a los enigmas y a los absolutos, confrontada con los arcanos y lo indescifrable.
Como
también, es cierto, que no hay edad más imbuida de encanto, de magia e
ilusión; como más arropada de transparencia y de candor.
Y esto por la capacidad que tiene el niño de crear mundos nuevos y recuperar universos antiquísimos.
Como animar presencias inertes, vivificar lo yerto, suelto, abandonado o disperso, dándole vida con frecuencia fulgurante.
Pero,
de igual forma es el período en donde tras unas figuras inadvertidas el
niño se da de bruces con espantos y horrores que estremecen el alma.
En ellos se anuncian y previenen los hondos misterios de que está compuesto el mundo.
2. Ámbito
o morada
Ninguna
edad cuestiona tanto al destino inescrutable como la infancia, que es
la edad también del mundo y de la vida, siempre nuevos y florecidos.
En donde cabe todo lo esencial y valioso, lo más fuerte y delicado que seamos capaces de soportar e imaginar el ser humano.
Tanto lo más consistente e integral, como lo más volátil, evanescente e inconsútil. En verdad, ¡sorprendente!
De
allí que la posibilidad de encontrar algo mayor o supremo en la vida
cada vez es menos y se aleja irreparablemente si es que no lo
alcanzamos, vivimos y tenemos en la infancia, como es la felicidad.
Dimensión,
ámbito o morada que debemos convertirla a la misma en un estado de
alma, en un espíritu y en una manera de vivir. En una morada permanente y
hasta en un refugio, si se quiere, para llorar a nuestras anchas.
Con las cualidades y características que la definen y la hacen permanentemente fresca, lozana y renovada.
3. Les hizo
una seña
El
genio y la creatividad tienen que ver mucho con la infancia, siendo que
las más supremas facultades en gran medida se dan en quienes tienen el
don de volver la mirada y el ser a ese contenido esencial y raíz de la
existencia.
Así,
se cuenta que, en la nochebuena de 1933, primer año en que Albert
Einstein llegó para realizar sus investigaciones en el Instituto de
Estudios Superiores de Princeton, en Nueva Jersey, ocurrió lo siguiente:
Pese
a que era día invernal y nevaba insistentemente varios niños salieron a
la calle siguiendo la costumbre de cantar villancicos frente a las
puertas de las casas, primero como saludo y reconocimiento, pero también
como un acto de solidaridad a fin de recaudar fondos.
Lo
hicieron frente a la casa del nuevo vecino. Al finalizar tocaron al
timbre y le explicaron al morador recién instalado que estaban reuniendo
fondos para comprar regalos de Navidad para quienes no podían
adquirirlos.
Einstein los escuchó, les entregó su aporte y les hizo una seña de que se detuvieran, que iba a salir junto con ellos.
– Espérenme un momento. –Oyeron que les dijo.
4. Raíz
de lo que es ser
Fue,
se puso su abrigo, enrolló su bufanda al cuello, sacó su violín que
tenía a la mano, y uniéndose a ellos los acompañó tocando su instrumento
y acompañándolos con su vozarrón, a cantar Noche de Paz y Noche de
Amor.
Lo
hizo enrolado con ellos por las calles y delante de las casas, de la
manera más natural, ingenua y candorosa; como si fuera uno de ellos y
con la nieve en el abrigo. Y los niños lo trataban como si él fuera un
niño más.
Algunos
viejos habitantes que conocían ya la gloria mundial que era el nuevo
residente se sorprendían y asombraban; y no atinaban a qué pensar de esa
actitud, de si tenía que agradecer, quizá imitar, o tal vez echarse a
reír o llorar.
Y
es que ser niño no es solo conservar y cultivar el asombro como
cualidades que hacen de un ser como Einstein un descubridor de
absolutos.
Sino
que serlo es algo que está mucho más atrás y en la base o cimiento de
lo que es ser, como absoluto, niño; cuál es la capacidad de asumir la
vida con total y plena identificación.
5. Latido
tras latido
Y
porque ser niño no se reduce ni limita a una edad o a unos años en el
desarrollo del hombre, ni queda confinado en una etapa de la vida.
La
infancia incluso es un mundo por construir de modo sincero y continuo e
indesmayable; sin cobardías ni cansancios. Ser niños es un universo por
conquistar y una utopía por aproximar de manera fervorosa a nuestras
vidas.
Este
es el sentido hondo y trascendente de una visión de la infancia para
estos tiempos aciagos en que hemos perdido lo mejor que se nos había
dado, de manera pródiga y a manos llenas: ser niños.
Y
nosotros creyendo que era una capa de nuestra envoltura, y no una
esencia de nuestra índole, lo desechamos. Creyendo que era una piel y no
un fundamento, lo descartamos para quedarnos con el residuo de nuestra
condición humana. Y cada día perdemos más aún, una relación auténtica y
natural con todo lo que es vital.
Hacerse
niños, como Albert Einstein, es el sentido que se trataría de obtener y
conquistar paso tras paso, latido tras latido, verso tras verso, para
alcanzar a escribir el poema que lograría en la vida forjar hombres con
ideales y sueños, que le den a la realidad el sostén imperecedero que
ella debe tener.
6. Hilos
de esa textura
Porque
eliminemos definitivamente de nuestras mentes la idea de que la
infancia se da de manera llana, espontánea y hasta inconsciente. Y que
se vive de modo inevitable. Por lo contrario: la infancia es una larga
travesía, una ardua tarea, y un punto de llegada.
Y
no se trata a la infancia de mirarla al frente, de sentirse
desprendidos de ella, de su gajo, rama o pámpano. Se trata de ser
constantemente niños y de tener el alma candorosa y transparente.
Y heroica, dispuestos a dar la batalla por todo lo bueno que hay que defender, restaurar sobre el mundo, como ellos lo son.
Esto
se comprueba en quienes luego de haber vivido mucho, llegan a esa edad
culminante, y que de modo incierto se lo llama vejez. ¿No se ve en ellos
al niño, acaso?
¿En aquellos fatigados por haber depurado todo lo vano y superfluo a fin de quedarse con lo ínsito, ingénito y prístino?
¿No
se lo encuentra evidente en aquellos que después de tramontar todo no
arriban a otro puerto que no sea la infancia? Proas, jarcias y vientos
propicios de esa larga travesía que son hilos de esa textura de la
sabiduría que es saber consagrar lo mejor a la vida, y no a la muerte.
7. Hasta
el infinito
Por
lo expuesto, postulemos entonces, como un valor supremo, no solo volver
a la infancia en lo personal sino en lo comunitario, colectivo y
social. Que forjemos sociedades niñas, o niños, como es la naturaleza,
el sol que amanece cada día.
O
como es la tierra, y como es el agua. Que como sociedad asumamos y
adquiramos los valores de la infancia. ¿Cómo cuáles, por ejemplo? Haber,
uno: ser generosos
Pero,
me corrijo en un concepto que dije: la infancia ni siquiera es un punto
de llegada sino una constante e inacabable aspiración; un mundo elevado
y una decantación acrisolada del alma y del espíritu.
A
la cual nunca se llega, sino que sólo se aspira y se anhela llegar,
como es difícil, sino imposible, arribar a la plena inocencia, candor y
total adoración.
Jesús
lo dejó esto definido en el Evangelio al explicarles a sus apóstoles
que “¡Quienes no se hagan como los niños no entrarán al reino de los
cielos!”
Con
lo cual deja dicho que la infancia es una ascensión, un ideal, una
estrella titilando en el horizonte; un mundo que nos costará trabajo
edificar porque es inagotable hasta el infinito.
*****
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Y
ASOCIACIÓN PERUANA DE LITERATURA
INFANTIL Y JUVENIL, APLIJ
DÍA DE LA DECLARACIÓN
DE LOS DERECHOS DEL NIÑO
PROGRAMA:
1. PALABRAS DE SALUDO Y BIENVENIDA:
ROBERTO ROSARIO VIDAL Y DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
2. HACIA LA CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO
DE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
ROBERTO ROSARIO VIDAL
3. PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“EL NIÑO Y SUS DERECHOS”
DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL
ALFONSO INCACARI, Lorena Jazmín
JURADO MANDUJANO, Vanessa
MARQUINA ARCOS, Gonzalo
ROSARIO VIDAL, Roberto
CONDUCCIÓN GENERAL:
GISELA TELLO LIMACO
LUNES 20 DE NOVIEMBRE 6. PM.
AUDITORIO PRINCIPAL
FACULTAD DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA
AV. BRASIL, CUADRA 10. JESÚS MARÍA
INGRESO LIBRE
SE AGRADECE SU GENTIL ASISTENCIA
*****
CONVOCATORIA