Danilo Sánchez Lihón
1. Cumbres
y hondonadas
–
¡Guau! –Es mi ladrido cada vez más débil y lastimero en la noche
tupida. Ya hace dos horas que lo busco en la noche cerrada y no lo
encuentro. Y corro.
¡Por Dios! ¡Que ya responda! ¡Que ya aparezca! ¿Dónde está? Quiero que ya esté aquí. Anhelo
verlo a mi lado, encontrarlo en este instante. Y nunca más olvidarme
que lo quiero, que lo amo en todos los instantes sucesivos de esta vida.
– ¡Guau, guau, guau!
O
quizás ha caminado hasta el otro extremo del valle, vadeando el río
cuya corriente amengua en el día y se acrecienta en las noches, pero que
yo sí sé cómo cruzar saltando entre las piedras.
Si
es así ha subido por el sendero de pencas y magueyes desde donde ambos
hemos contemplado las flores escarlatas y viendo trazar sus arabescos en
vuelo loco a las cantáridas de los buenos y malos tiempos.
Corro
hacia allá, conteniendo en la garganta ya reseca los últimos ladridos
que me quedan antes de caer fulminado, y para lograr que él pudiera oír y
responder esté en una cumbre o esté en la hondonada.
2. Veloz
como un rayo
O hundido en la hojarasca en donde seguramente Rodrigo yace atrapado.
O,
¿por qué no responde? Tal vez esté enredado en algunas lianas, sin
poder caminar por alguna herida en la pierna, en la cadera o en el
tobillo, producto de alguna caída.
Y agotado de tanto haber corrido, pero hinchando todo lo que puede sus pulmones ladra con un apuro supremo:
– ¡Guauuuuúúú! ¡Guauuuuúúú! ¡Guauuuuúúú!
Y su aullido se parece ya a un lamento:
– ¡Guauuuuuu! ¡Guauuuuuu! ¡Guauuuuuu!
Rodrigo, que ya está casi helado e inconsciente, lo escucha y grita con todas sus fuerzas:
– ¡Valienteeee! ¡Valienteeee!
El perro lo ha oído. Salta de gozo. Se acerca a un árbol. Y ladra esta vez hacia arriba.
– Valiente. –Le susurran con voz ya inaudible.
Ahí
está Rodrigo. Eso basta. Valiente sale corriendo en estampida, pero
esta vez en dirección a la casa, ya de regreso, veloz como un rayo.
10. Tira
con más fuerza
El
padre, con la mamá y el otro hijo, están sollozando en la puerta,
agotados de buscar a Rodrigo y ya impotentes, junto a otros familiares y
amigos.
Valiente
frena su carrera, pero aun así rueda por el suelo hasta quedar detenido
pero hecho un ovillo por una mata de flores y espinas.
Se recupera y tira del pantalón del papá de Rodrigo queriendo arrastrarlo.
Jala con tanta fuerza que lo hace tambalear.
– ¡Guau, guau, guau! –Vuelve a ladrar.
– ¡Zafa, perro! –Le grita el papá, impaciente.
Pero Valiente salta, lo vuelve a coger y tira con más fuerza.
– ¡Este perro me va a romper el pantalón! –Se irrita.
A punto está de darle un fuerte zapatazo, alterado cómo se siente. Pero su hermano Guillermo le advierte:
– El perro está tratando de decirte algo.
4. ¡Espera!
¡Tranquilo!
– Papá, de repente Valiente te está diciendo que ya encontró a Rodrigo. –Añade Emilio.
– ¡Guau! ¡Guau! ¡Guau! –Aúlla el perro, como si entendiera lo que acaba de decirse. Y se echa a correr por el campo humedecido.
– ¡Tratemos de seguirlo!
El
papá, la mamá, la hermana, el tío y otras personas lo siguen a toda
carrera por el bosque, perdiendo a veces los ladridos de Valiente, que
avanza adelante y a toda velocidad.
– ¡Guau, guau, guau! –Se escucha a lo lejos, como un ladrido ya enronquecido.
Hasta
que llegan a la base de un árbol muy alto. Allí el perro ladra con
todas sus fuerzas hacia arriba. Desde lo alto Rodrigo responde:
– ¡Valiente!
– ¡Rodrigo!, –grita el papá–. ¡Espera hijo! ¡Espera tranquilo! Ya te escuchamos. ¡Vamos a subir a bajarte! ¡Espera!
– ¡Papá! –Y alumbran con varios reflectores la copa del árbol.
12. Cogido
fuertemente
– Subiremos a bajarte. ¡Pero tranquilo! ¡Ni te muevas! –Grita otra vez.
–Hijito, espérate. Agárrate fuerte. No te vayas a caer. –Ruega la mamá. Y llora de felicidad en silencio, abrazada a Emilio.
– ¡Mamá! –Exclama Rodrigo desde arriba, también casi llorando.
– No te sueltes! ¡Espera!
El
papá empieza a trepar y resbala. Intenta otra vez y resbala. Se
desabrocha los zapatos, se los saca y las medias también. Ahora sí,
avanza hacia lo alto firme y seguro. Detrás lo sigue tío Guillermo.
Mientras la mamá se abraza a Emilio, temblando de miedo.
Sube
el papá hasta la copa del árbol y encuentra a Rodrigo helado de frío,
cogido fuertemente de una rama, apagada su voz y acalambradas las
piernas, que no las puede mover. Detrás está el tío Guillermo para
ayudar a sujetarlo.
Lo
han cogido fuertemente. El padre, arrimándole su espalda, le indica que
se coja de su cuello. Junto con su hermano lo sujetan bien con sus
correas a la espalda del papá que empieza a descender muy lentamente
mientras desde abajo alumbran con linternas.
13. La cabeza
erguida
Cuando
llegan al suelo, la mamá y demás familiares desatan a Rodrigo, lo
abrazan y envuelven en sus abrigos, porque le castañetean los dientes y
no puede estarse en pie.
– ¡Guau! ¡Guau! ¡Guau! –Salta de gozo Valiente.
Y
emprenden el camino de regreso a casa. Rodrigo turnándose en las
espaldas de su padre, del tío y algunos vecinos a quienes los padres no
dejan de agradecer.
La mamá le envuelve los pies. Y Emilio saltando de alegría carga sus zapatos humedecidos.
Delante va Valiente, como un capitán que avisa que el camino está libre y no hay peligro.
Ya
en la cocina de la casa, tomando la sopa caliente y sintiéndose bien
abrigados, Rodrigo dice, mirando a Valiente, que está sentado, pero con
la cabeza erguida:
– Si no hubiera sido por Valiente yo me hubiera muerto.
7, que lame contento. Lleno
de caricias
Todos voltean a mirar a Valiente, al que le brillan de orgullo los ojitos. Y asienten moviendo la cabeza.
– ¡Sí! –Recalcan todos–. Valiente se ha portado corno un verdadero valiente.
Entonces la hermana va y trae una bolsa de galletas, que abre y deposita en el plato del bravo perrito.
La mamá trae un rico chocolate hecho con maní y frambuesa, que ha guardado para una gran ocasión.
Le quita la envoltura y lo pone delante de él.
Valiente agradece a todos con sus ojitos y mueve la cola.
El papá va y trae su pipa, le enciende con un poco de tabaco y lo pone delante de él en su plato.
Valiente lo mira sorprendido. Y niega enfáticamente con la cabeza en señal de protesta. Tose varias veces, y todos se ríen.
De todos modos, nuestro héroe agradece sacando su mejor sonrisa y saltando a los brazos de Rodrigo, que lo llena de caricias.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
PARTICIPACIÓN
FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO
DE COCHABAMBA, EN BOLIVIA
CONFERENCIA MAGISTRAL:
“ANDENES DE LECTURA.
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
EN EL AULA DE CLASES”
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
“EL NIÑO Y SUS DERECHOS”
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
VIERNES 13 Y 14 DE OCTUBRE
FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO
DE COCHABAMBA, EN BOLIVIA
RECINTO FERIAL LAGUNA DE ALALAY
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PRESENTACIÓN DEL LIBRO
“EL NIÑO Y SUS DERECHOS”
DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL DE PRESENTADORES
PROFESORES:
MIGUEL INGA
ANA MARÍA VILCHEZ
ESTHER VELARDE
MARTES 24 DE OCTUBRE
6:30 PM.
AUDITORIO
FACULTAD DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD NACIONAL
MAYOR DE SAN MARCOS
CIUDAD UNIVERSITARIA
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X ENCUENTRO POR EL COMPROMISO
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
EN EL DÍA DE LA FUNDACIÓN
POLÍTICA DE LA PROVINCIA
DE SANTIAGO DE CHUCO
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO:
“LUCERO DEL ALBA,
MEMORIA Y ESPERANZA
DE SANTIAGO DE CHUCO
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
PANEL
DE PRESENTACIÓN:
CARLOS CABALLERO *
JAVIER DELGADO BENITES *
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
VIERNES 3 DE NOVIEMBRE,
5 PM. EN SANTIAGO DE CHUCO,
TIERRA DE CÉSAR VALLEJO
SEDE DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
EN SANTIAGO DE CHUCO
(* Por confirmar)
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