Danilo Sánchez Lihón
1. Dieron
gracias a Dios
El
día 12 de octubre del año 1492, rayando las dos de la madrugada, a la
luz de la luna, Rodrigo de Triana desde su puesto de vigía, en la cofa
de la carabela la “Pinta”, avizoró “una cabeza blanca de arena”. Demoró
unos minutos en dar aviso, considerando la significación del asunto, y a
fin de no crear una falsa alarma ni expectativa.
¡Habían
esperado tanto esa evidencia y ese momento, que la vida de todos
dependía de ese hilo o hebra de esperanza! Cuando tuvo la plena
evidencia, después de aguzar la vista varias veces y todo el tiempo que
consideró necesario y prudente, dio un grito que estremeció hasta la
última bodega de la nave. Fue el grito de:
– ¡Tierra! ¡Tierra!
Este
hecho fue seguido por disparos de cañón de las naves “Santa María”,
comandada por el Almirante Cristóbal Colón y la “Niña”, bajo el mando de
Vicente Yáñez Pinzón
La
expedición de tres carabelas, que había partido del Puerto de Palos, en
España, 75 días antes, llegaban así a lo que hoy es América, tocando la
isla de Guanahaní, del archipiélago de las Bahamas, territorio que
Colón denominó El Salvador en honor a Jesús, el hijo de Dios y a que la
vida de toda la tripulación ese día se había salvado.
2. El oleaje
incierto
El
día anterior se había avistado sobre las aguas del océano una caña, un
palo labrado y, después, una rama de espino cargado de frutos; vestigios
que a la tripulación les hizo abrigar la esperanza de que estuvieran
próximos a alguna costa.
Incluso,
en la medianoche el Almirante pareció divisar una luz en el horizonte.
Llamó a sus tripulantes, rezaron una Salve y dieron gracias a Dios.
Por
eso, el grito de Rodrigo de Triana fue agudo y urgente. Además, porque
le correspondía un pago de por vida por haber sido el primero en avistar
suelo firme, después de pasar días, semanas y meses contemplando solo
el oleaje monótono e incierto del mar.
Debía
recibir por su anuncio una pensión vitalicia de 10,000 maravedíes,
fijada por los Reyes Católicos para el primero que avizorase Tierra,
estipendio que nunca pudo cobrar porque Colón adujo haberla divisado
primero, y después porque nunca estuvo inscrito en los padrones de
tripulantes que se embarcaron en la nave.
3. Piel
cobriza
Este
hecho simbólico, el primero que se registra en el Nuevo Mundo, recién
descubierto, adquiere especial significación porque grafica aquellos
aspectos que se trajeron y no son propios de nuestra cultura: la
ilegalidad y el abuso de poder.
Las
naves arriaron las velas y se quedaron al pairo esperando que
amaneciera. Dentro de ellas hubo fiesta y regocijo. Al alborear el día
se acercaron en dos lanchas a tierra a tomar posesión.
Colón y algunos tripulantes iban en una ellas, y los hermanos Pinzón en la otra, portando banderas españolas desplegadas.
Saltaron a tierra y cayeron de rodillas, besándola y llorando de alegría.
Mientras,
una multitud de nativos de rostro bondadoso, completamente desnudos, de
piel cobriza, “del color de los canarios”, anota Colón en su Diario los
contemplaban con asombro.
4. Diversas
denominaciones
Eran
los naturales de esta tierra altos de estatura, de cabellos lacios
recortados a la altura de las orejas, con los ojos extasiados por lo que
veían, de facciones muy agraciadas, según insiste en anotar Cristóbal
Colón.
De
este modo la aventura humana más extraordinaria y portentosa de todos
los tiempos, sólo superada en su hondura y trascendencia, por el
tránsito terrenal de Jesús de Nazaret, alcanzaba su punto culminante
sobre la faz de este mundo.
Diversas
denominaciones ha tenido la conmemoración de este suceso. Desde la
visión eurocentrista, de “Descubrimiento de América” o “Día de la
Hispanidad”.
Hasta
la denominación conciliadora adoptada a partir del quinto centenario de
esta efeméride, cuál es el de “Encuentro de Dos Mundos y Dos Culturas”.
5. Dominio
del orbe
En
Capulí, Vallejo y su Tierra hemos convenido en llamarlo “Resistencia
Cultural y vigencia de la Utopía Andina”, porque lo que importa de todo
esto es la vigencia de nuestra cultura y el mundo que con ella podemos
construir aquí y ahora y hacia el porvenir.
Porque
después de aquella experiencia de expolio y dominación, el mundo andino
existe nítido y vigoroso, no solo como presencia admirable en lo
geográfico y natural, sino como una epopeya sobrecogedora en lo vital,
cultural y ético.
Mundo
que la cultura occidental dominante no ha podido destruir, ni abolir ni
exterminar, pese a que ello ha sido y sigue siendo el propósito e
intención, representada en aquel tiempo por la corona española.
Poderosísima
en la época de la colonia, instituyó como doctrina de estado lo que se
denominó “destrucción de idolatrías” y después, con los modelos
hegemónicos de los sucesivos imperios que han continuado en el dominio
del orbe.
6. Su inmensa
identidad
Pero
tanto o más que ello es que ha sobrevivido a la actitud de la sociedad
criolla en la época republicana que la ha tratado con desprecio y
despiadada crueldad; y sin embargo sobrevive incluso a las actuales
políticas de dominación y enajenación de identidad, que ejercen las
metrópolis de poder del mundo entero.
Todo
esto con medios e instrumentos subliminales ya sea a través de la
estrategia económica neoliberal, que agarrota y expolia a las
poblaciones principalmente rurales, ya sea a través de los medios de
comunicación. O ya sea con la globalización asfixiante en todo orden de
cosas. Medios de comunicación de los cuales si no estamos prevenidos nos
harán amar al opresor y odiar al oprimido.
La
supervivencia del mundo andino ante estos acosos solo puede ser
explicada por la fortaleza de su inmensa identidad, su consustanciación
profunda con la naturaleza y por su consistente escala de valores, tan
enraizados y profundos. Por más que se ha intentado aniquilarlo dicho
mundo pervive y seguirá existiendo, incluso mucho más allá de los
modelos actualmente imperantes.
7. Campana
que convoca
Mundo andino que aporta vida floreciente arriba y más allá de los cuatro mil metros de altitud sobre el nivel del mar.
Cultura
en la cual hay unión de espacios y de tiempos, que por ahora se
sintetiza en las tradiciones y en la relación armoniosa del hombre con
la naturaleza.
Donde
el trabajo no es castigo, ni condena como los es en la sociedad
occidental, donde el trabajo es fiesta y solidaridad en la siembra, el
aporque y la cosecha.
Por
algo aquí nacieron hombres que representan la dimensión trascendental
más importante de la especie humana, como es José Carlos Mariátegui,
César Vallejo y José María Arguedas.
Mundo andino que se identifica con lo íntimo, entrañable, pero a la vez con lo telúrico y cósmico.
Mundo andino que es esencia y trascendencia, y ahora campana que convoca y anuncia un nuevo día.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
PARTICIPACIÓN
FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO
DE COCHABAMBA, EN BOLIVIA
CONFERENCIA MAGISTRAL:
“ANDENES DE LECTURA.
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
EN EL AULA DE CLASES”
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN