Danilo Sánchez Lihón
1. Libro
conmovedor
La
primera anotación que quisiera hacer es que este es un libro conmovedor
y valeroso que trata del relato pormenorizado de siete problemas
verdaderamente dramáticos que la protagonista principal de la obra
padece, asume y vence:
1. Diagnóstico de un cáncer de mama a la protagonista de esta historia.
2. La muerte del padre
3. La muerte de la madre
4. La infidelidad del esposo.
5. La atención a los hijos apenas adolescentes.
6. El desmembramiento del hogar, en la persona del esposo para convivir con otra pareja.
7. Y después de 10 años de lucha constante, el rebrote del mal, la recaída y la muerte final.
2. Reencontrarse
consigo misma
¿Qué
peores problema y males puede enfrentar una persona que los enumerados
anteriormente? Sin embargo, la protagonista, Carmen Altuna Bardales, en
la obra los acoge, adopta y finalmente triunfa sobre ellos.
De
allí el título, impactante y provocativo de esta obra, cual es:
“Bendito mal”, Porque, ¿qué mal puede ser bendito? Título bueno,
editorialmente, pero a la vez cuestionable, por hereje y apóstata,
puesto que reivindicar el mal cualquiera fuera, no es aceptable ni
lógico. El dolor sí, que es hasta santo, pero el mal es siempre
rechazable por negativo, maligno y cruel.
Pero
justamente la obra es erigirse sobre lo adverso, marcar lo positivo en
todo, combatiendo el mal con altura, enfrentando y resolviendo problemas
con ecuanimidad y fortaleza, con la capacidad de arrojo y valor.
Bendito mal porque convoca lo mejor del bien, que de repente antes no lo conocíamos que era capaz nuestra existencia.
Porque
es frente a estos hechos luctuosos que uno de los primeros factores
esenciales de la protagonista es reencontrarse con lo mejor de sí misma.
3. Genes
estoicos
Consecuentemente,
es esta una obra de virtud y de nobleza, donde predomina siempre un
sentido superior, imponderable y trascendente de la vida. Lo grafica un
detalle: la protagonista, Carmen Altuna, ante la evidencia de perder a
su pareja, Carlos Alberto Meritas, por su engaño y su perfidia, el
factor compensatorio al cual se aferra no es remplazarla con otra pareja
sino aferrarse a sus hijos.
Como
una persona imbuida de integridad e incluso de sacrificio, ella misma
busca dar explicación a su temple y menciona esta frase: ser “heredera
de los genes estoicos”, de renuncia y abnegación que le legaron sus
ancestros. Y a este respecto, quisiera que me permitan una breve
digresión, para comentar que Cristina Alvarado Calderón es biznieta del
comandante Santiago Calderón, quien dirigiera el Batallón Libres de
Santiago de Chuco y que peleara bizarra y denodadamente en la batalla de
Huamachuco el 10 de julio del año 1883.
Creo
que están unidos por el mismo temple de afrontar situaciones adversas
con altruismo e inmolación, con aquel adalid de ese batallón legendario
que él organizara, condujera y finalmente dirigiera en la Batalla de
Huamachuco. ¡Honor también a este glorioso ancestro de la autora que hoy
presentamos! Creo que hoy, día en que evocamos el coraje para afrontar
situaciones difíciles, están unidos de la mano el bisabuelo con su
nieta, dado que es la misma sangre, como idéntica audacia y bravura ante
lo adverso, aunque en diferentes campos, entresacando siempre lo mejor
de sí mismos.
4. Ser
mujer
Ahora
bien, hay un carácter y rasgo peculiar de esta obra que quisiera
resaltar, cual es que el foco en todo momento es un núcleo de mujeres. Y
ese es el otro carácter significativo que yo encuentro en este libro:
Que está escrito desde la mujer, donde el centro es la mujer y la luz
proyectada en el horizonte es la mujer. Y qué importante que así sea. Lo
que ella puede hacer, dónde y cómo lo hace y cómo es un clan de
mujeres, constituyendo un buen documento sociológico a este respecto.
La
protagonista tiene tres hijos que la necesitan, un matrimonio deshecho,
una rival que quisiera verla, por egoísmo, sucumbir. Sin embargo,
emerge, sobresale y brilla Esta resistencia, esta capacidad para trenzar
lazos con lo constructivo, de convivir con el dolor es digno de
atención y reverencia. Esta obra es un buen testimonio de lo que es
capaz de hacer de edificante una mujer: arreglar las cosas a futuro,
ordenarse, salir adelante, triunfar desde un presente horrísono,
distinguiendo una verdad y aferrándose a una esperanza.
Hay
una línea de coherencia plena con el ideario de la revista “Somos
mujeres”, que la autora de esta obra dirigiera hace algún tiempo, lema
que bien pudo ser también el título de esta novela. Es un mérito
admirable en la autora de esta obra dicha coherencia, como su prédica y
militancia por la defensa de los derechos de la mujer como género o bien
sea como personas autónomas.
5. Ser
solidarios
Sin
embargo, la primera vez que se dice en la novela la frase emblemática
de “Bendito mal”, aludiendo al cáncer de mama que se le detecta,
diagnostica y padece la protagonista, es cuando una de las amigas, del
grupo de la promoción del centro de estudios del cual egresan, expresa
ese lema señalando que es bendición el mal si produce que vuelvan a
juntarse y a reunirse en un anillo de solidaridad.
Pareciera
desmesurada la frase, pero se justifica. Es decir, “Bendito mal” porque
es solo una enfermedad la que hace posible que vuelvan las amigas a
juntarse como familia y ser solidarios con una amiga de su promoción.
Volver
a ser solidarios, no importa un círculo pequeño y reducido, es de un
significado muy grande, porque sí pues, puede ser bendito un mal si nos
vuelve a juntar, si liga afectos, si es puerta y patio para la
solidaridad dichas amigas.
Y
recién creo que es justificada una frase como la de “bendito mal”, si
es que este da paso a la solidaridad. Solo por una razón así queda el
lector satisfecho y de acuerdo de que aquella realidad, el ser otra vez
fraternos y solidarios, es una bendición que está a la altura de una
aseveración tan grave como esta de “Bendito mal”, tremendamente
sugestiva y en el fondo de carácter reivindicador.
6. Obra
de arte
Pero
hay otro argumento y razón fundamental de por qué es “bendito” aquel
terrible “mal”, o la conjunción de varios males que se aglutinan en esta
obra. Esta razón es que dicho mal da motivo e incentiva a que la autora
escriba y publique historias.
Es
decir, escribir es la otra bendición. ¿No es asombroso? Y es que la
literatura cumple una labor catártica. Y se escribe para revivir. La
literatura es para salvarnos del diario morir. Y para trascender.
Con
la escritura la protagonista y quizá la autora se ha salvado. Ha
exorcizado la muerte. Vivirá a pesar de la muerte. Escribir nos libera
de las sombras, de la oquedad, del silencio que mata. Nos desaprisiona.
Con la escritura y la literatura exorcizamos los espectros que nos
acosan, turban y aniquilan.
Escribir,
editar y dar a conocer una obra, esto es: lo que estamos haciendo aquí
en este momento tiene un valor supremo, a la altura y al nivel de
hacerle frente a un cáncer, y enaltecerse como una bendición.
Es
bendito este y otros males que se juntan en la medida en que se haga
obra literaria, obra de arte. Eso nos quiere decir la autora.
Y
creo que es justo y acertado este razonamiento, porque es gracias al
dolor y a la desventura que a veces nos acosa, que el hombre responde de
manera generosa y espléndida haciendo arte.
7. Entelequia
y utopía
Se
escribe como una liberación, a fin de no sucumbir, como cogerse a una
cuerda, la última que pende hacia el abismo. La literatura redime,
incluso inmortaliza. Es para resarcirse incluso para resucitar y
proyectarse al infinito. La protagonista de la obra encima de todas las
adversidades escribe una novela. Y eso es épico. Mucho más si esa obra
es un canto jubiloso y transparente, un eslabón de oro con nuestros
antepasados, con nuestros ideales que debemos sostener, alentar y no
dejar morir jamás.
Mucho
más si es la adoración de lo humilde y pródigo y la exaltación de todo
aquello que afirma la vida que se debate junto al turbión de la muerte.
Recordándonos que siempre hay una primera vez, y una última. Y de esta
conjunción surge una siguiente. Lo que hace que la vida sea inagotable.
El tema de fondo, el tema de siempre, insoslayable e ineludible, y en
este caso mucho más todavía puesto que trata de una enfermedad, de una
familia y de una pareja, es la vida.
Es
este breve aliento, este pálpito tan sutil y a la vez tan grandioso y
gigantesco. La vida que es el tema eterno, pero en este caso la vida con
coraje, la vida en solidaridad, la vida con futuro y esperanza. Y más
al fondo de la vida el asunto palpitante y estremecido de este libro es
el tema del bien que debe alumbrar, guiar y sostener nuestras vidas.
Siendo así esta es una obra formativa y salvadora, importante de leerla y
difundirla para bien de la humanidad como promesa, destino, entelequia y
utopía.
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PRESENTACIÓN DEL LIBRO
“EL NIÑO Y SUS DERECHOS”
DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN