CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
MAYO: MES DE LOS TRABAJADORES,
DEL LEGADO DE LA PAPA DEL PERÚ
AL MUNDO, Y DEL MAESTRO ENCINAS
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
LUNES 17 DE JUNIO, 2013
9.30 A.M.
DÍA DE CÉSAR VALLEJO
EN EL CALLAO
CONMEMORACIÓN DEL VIAJE
DE CÉSAR VALLEJO A PARÍS
INSTITUCIONES ADHERENTES:
– MUNICIPALIDAD DE SAN MIGUEL
– MANMALIA, COMUNICACIÓN Y CULTURA
– ASOCIACIÓN DE CHALANEROS DEL CALLAO
– DIARIO CALLAO
MUELLE DÁRSENA
DE EL CALLAO
PLAZA GRAU
DE EL CALLAO
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CONVOCATORIA
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
TRUJILLO
JUEVES 22
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
PÁGINA WEB:
http://spanport.byu.edu/faculty/GarciaM/new/CapuliXV.htm
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Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
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CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
30 DE MAYO
NACE
EL MAESTRO
ENCINAS
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
ENCINAS,
BANDERA QUE
ENARBOLAR
Danilo Sánchez Lihón
1. Cuenta
El Churata
Hay muchos pasajes, ideas y hasta juegos que el maestro José Antonio Encinas protagonizó o alcanzó a idear, y que grafican nítidamente la perspectiva de lo que podría identificarse como su concepción de la educación: la "Escuela social".
De los muchos principios de este postulado hay uno, la educabilidad, que quisiera referir, por ser quizá el más espontáneo, incluso hasta aparentemente desaprensivo y humilde, pero en el fondo de una gran significación y que él lo formula con una vivencia.
Es una escena, cuadro o estampa de apenas un instante pero que gracias a Dios ha quedado registrado y salvado, porque lo cuenta un alumno suyo que lo vivió directamente.
Se enmarca en el período correspondiente a 1908 y 1911, en pleno funcionamiento de la Escuela 881 de Puno, que aquel legendario maestro dirigiera durante cuatro años y que constituye una experiencia de extraordinario valor, pero además hermosa en su forma y contenido.
La relata Alejandro Peralta, reconocido también con su apelativo literario de "El Churata", refiriendo que el grupo de estudiantes con su profesor regresaban casi ya al amanecer por la meseta altiplánica, maestro y alumnos.
2. A la luz
de los relámpagos
Porque como era ya costumbre salían no de paseo ni excursión sino a clases que el maestro Encinas las dictaba a campo abierto y al aire libre. ¿Dónde desarrollaba dichas lecciones? No en el aula sino en las faldas de las colinas, en las cumbres de los cerros o a la orilla de los ríos, o habiendo avanzado a lo más profundo de los valles y quebradas.
Esta vez, los alumnos más fuertes de la sección, que también eran los más altos, se habían adelantado a los demás en la noche lóbrega del altiplano. Pero en un momento se detuvieron en medio de la tempestad de nieve que se había desatado preguntándose:
– Y el maestro, ¿dónde está?
Cuando miraron hacia atrás, echando de menos a don José Antonio, lo divisaron inmenso al chispazo de un relámpago. Venía muy atrás, lejos, pero a quien notaron gigantesco, grandioso y colosal, en medio de las tinieblas.
Cuenta Churata en esta evocación –que hizo varias décadas después de que aconteciera y sin detenerse mucho en relación a su significado–, que al esperarlo y él haber avanzado y estar ya muy próximo, divisaron a la luz de otros relámpagos, que su maestro aparecía como descomunal.
3. Sintiéndose
todos grandes
¿Qué ocurría? Era así porque se había echado a los hombros al niño más desvalido, aquel al que todos repelían; y a quien él traía a horcajadas en su nuca, en donde el niño se cogía fuertemente con las manos de su frente.
Aquel pobrecito era el débil, el descalzo, el desarrapado a quien el frío de la meseta y lo agotador del camino le habían impedido caminar. El maestro Encinas, que no medía más de un metro sesenta de estatura, aparecía por eso como un gigante.
Pero algo más comprobaron, cual es que con su vozarrón, y viniendo desde lejos, entonaba hayllis, huaynos y taquiraris en quechua y aimara en plena meseta abierta y desalmada.
Cuenta que fue tal la fuerza, la verdad y la belleza de ese hecho, que de manera espontánea los mayores y fuertes que lo esperaban buscaron a los más débiles que tenían a su lado y los echaron igualmente a sus hombros.
Tal cual el maestro Encinas había pasado hacia adelante. Y uniendo sus voces al canto y a los himnos en las lenguas que entonaba el maestro, siguieron detrás de él.
4. Una escuela
de inspiración social
Y así avanzaron, sintiéndose todos grandes, tanto los que cargaban a otros niños, a quienes les renacía una fuerza nueva, como los que iban en los hombros de sus compañeros porque sentían bajo suyo la energía de la solidaridad como algo invencible.
¿Qué magia o significado tiene este pasaje suelto, entre los muchos otros que se desprenden del ser y el sentir de la personalidad de este maestro legendario?
Su mensaje es que es fortalecedor y significativo echarnos a los más débiles en nuestros hombros.
Porque si la educación no sirve para eso, ¿para qué entonces educar? ¿Para la competencia? ¿Para ganar y desplazar al otro hermano del camino? ¿Para tirar de codazos a los demás a que se aparten, a que yo triunfe deshumanizando todo?
He allí la diferencia de lo que puede ser una educación competitiva a una escuela de inspiración social y a la propuesta de la educabilidad que la encarna Encinas como razón y postulado de la educación entre nosotros.
5. Que nadie
se pierda
Está en este gesto natural, espontáneo e inconsciente el sentido, la definición y el concepto profundo y genuino de lo que es educar socialmente.
No solo allí está la visión o la misión de lo que es educación, cual es hacernos responsables de los más débiles y del mundo en lo más dolido y desprotegido que hay en él, cargarlo en nuestros hombros lo que está pendiente de solucionar.
Pero no con agobio ni pesar, ni con queja; tampoco con marketing o cara al público, sino con profunda y auténtica alegría, sin que eso constituya un lastre sino, como lo dice El Churata, agigantados todos.
Pero hay otro rasgo en este pasaje, cual es que el maestro venía atrás, cerrando filas. Era el último porque vigilaba a quién más lo necesitaba y se retrasaba. Este ser último es para que nadie se pierda. ¡Qué distinto a la educación para la competitividad del liberalismo económico!
Otra faceta es la fortaleza, la imitación y el deseo de hacer lo mismo que brota en los alumnos mayores, de alinearse con la misma actitud, de no dejar que uno solo lo haga.
6. El hombre
nuevo
Este convencimiento llano, voluntario, esta disposición en donde se resume una experiencia, una trayectoria y una vida, es lo que hace a las enseñanzas de Encinas imperecederas.
Él escribió en un mensaje dirigido “A los maestros graduados en la Escuela Superior de Lima”, lo siguiente:
“… el maestro tanto como gestor social, cuanto como director de la conciencia infantil, debe poseer la máxima cultura sobre la materia, y demostrar un gran espíritu de sacrificio y de lealtad a los ideales que la escuela persigue”.
De su vida y de su pluma es de donde podemos extraer las verdades o las certezas que necesita el ciudadano de nuestro país para ser el hombre nuevo que todos vivimos bregando para que aparezca, se eche a caminar y, al reconocerlo nosotros, lo abracemos, como dice Vallejo, emocionados, porque todos hemos clamado: “Levántate, hermano”.
7. Junto
y al lado de todos
Preconizó Encinas que nuestra cultura es el bien más preciado que nos honra, nos da lustre y enaltece; que incluso compensa y le da un ribete de gloria a nuestro ser en el mundo.
La cultura se sobrepone a la pobreza que nos acosa, ornándonos con un laurel de victoria cual es ser muy modestos en recursos materiales y financieros pero excelsos en nuestras realizaciones culturales.
Y así como lo predicó él mismo es un símbolo de dicha promesa.
Porque así como hay artistas y científicos representativos de nuestra esencia, hay también educadores, como él, que cultivaron una educación con identidad y una escuela totalmente inserta en su medio y en el compromiso social.
Él es el portavoz de un nuevo derrotero de la educación para el Perú, la educación de la solidaridad.
Aquella que recogiendo el pensamiento de la cosmovisión del mundo andino es la única valedera entre nosotros.
Y es ella la vía o el atajo y el modo de ser o hacernos aquí y ahora universales.
8. Inspirados
en el ideario Encinas
Es importante, en este contexto, reconocer, asumir y enarbolar a manera de ideario, e inspirados en el maestro José Antonio Encinas, sus ideas rectoras.
Y junto y al lado de todos los maestros del Perú, blandir los siguientes principios que derivan de su iluminado y conmovedor magisterio:
1. Que el fulgor de la verdad y su búsqueda apasionada no la perderá el hombre, no lo perdió ni antes ni ahora ni lo perderá después en el confín de los tiempos, que siempre la anhelará. Y que ésa debe ser nuestra enseña y bandera.
2. Que el anhelo del bien y el peregrinar hacia las fuentes en donde el bien mora, ha de ser lo que marque nuestra ruta, y que esa fuente está en el corazón del hombre. Y si la hemos perdido, hacia ella debemos orientar las velas de nuestras naves.
9. Ver nacer
la vida
3. Que el temblor por la belleza que subyuga nuestro corazón no debe avergonzarnos, sino al contrario, descubrir el alma ante ella y declarar que amamos la poesía y las artes en general, como el resplandor de la luna arrebolada en el horizonte.
4. Que la aspiración al silencio del recogimiento tampoco debe atribularnos, sino al contrario, conmovernos porque ello nos reclama a comprender otras esencias aparentemente incognoscibles.
5. Que la tenencia del amor debe formar parte de nuestras prerrogativas más hondas, o por lo menos tener tendidos los brazos y la mirada a aspirarlo y encontrarlo en nuestras vidas.
6. Que el júbilo, la exaltación, la felicidad que nos produce ver nacer, brotar, surgir y desarrollar la vida, debe formar parte de las experiencias más acrisoladas para el niño, el joven y el adulto.
10. Vigente
la libertad
7. Que defender valores como la identidad, la solidaridad y la fraternidad humana son tareas de nuestra total y absoluta incumbencia porque definen al Perú, debiendo consagrar nuestras vidas a lograr su predominio y plena vigencia.
8. Que la vida debemos asumirla heroicamente, remplazando a las actitudes vanas o triviales, a fin de que esta yazga a nuestros pies junto a los caballetes que soportan máquinas y artefactos, a quienes hemos dado tantas prerrogativas para condicionar y hasta gobernar nuestras existencias que hemos terminado subordinados a ellos.
9. Que tenemos una patria hermosa como una espada en el aire y que es nuestra labor y misión defenderla, imbuyéndonos de la promesa total del Perú. Y que consagremos nuestra vida a defender nuestros ideales.
10. Que la razón moral debe ser nuestro norte, nuestro derrotero y la fuerza que nos guía y alienta. Y luchar por la justicia y equidad para que no haya miseria, para que superemos la pobreza y sea vigente en nuestro mundo la libertad.
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
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