Danilo Sánchez Lihón
1. Dialéctica
de la vida
El
poema “Enereida” de César Vallejo, que corresponde a su libro Los
heraldos negros, está dedicado a este mes que ahora vivimos, es un poema
que significa épica de enero y se ubica en el centro del espacio y
tiempo como es el mundo cotidiano.
Que
ocurre cuando vivimos de una manera natural en el misterio y el milagro
que nos rodea y sobre el cual habitamos, en la coyuntura y en el
vórtice de los opuestos y contrarios, y sin que muchas veces nos demos
cuenta.
Así: entre el pasado y futuro. En el año que fenece y el año que se inicia. En el puente de generaciones, viejo y niño.
En la articulación de mundos: lo terreno e imperecedero. En la juntura de lo instantáneo y duradero.
En el gozne de lo circunstancial e inextinguible. Entre lo que se va y lo que se queda.
Entre
lo definido y lo indefinido. Entre lo efímero e ilimitado. Entre lo
caduco e inmarcesible. Entre el invierno y el sol, como entre la vida y
la muerte.
2. Y ello,
¿qué es?
Donde
el personaje que protagoniza el poema es un ser entrañable. Pero que
esta vez no es la madre, quien ha muerto, y a la cual dedicó poemas y
versos estremecedores, como estos:
Hoy que hasta
tus puros huesos estarán harina
que no habrá en qué amasar
¡tierna dulcera de amor!
Sino
que en este caso es el padre de quien algo nos inquieta, quien se
prepara para una travesía, porque está viejo y él lo siente partir para
cruzar o saltar el torrente.
Es el padre que se va, y a quien se dice:
Es tu amor que resonando va a la Eternidad.
Pero en donde el mes de enero, que es tiempo inasible, y el padre inauguran así una vida nueva.
En
donde el hombre sumergido y empapado de tiempo, juntos crean vida
significativa. Engendran un nuevo período y una nueva progenie hacia el
infinito.
3. ¿No es
genial?
En donde enero y el padre son el inicio de algo trascendente.
Y ello, ¿qué es? Es el amor como esperanza. Es el amor que resonando va a la Eternidad.
Porque no puede perderse el significado con que esta vida se vive, el significado de ser padre o ser hijo.
He ahí un evangelio cotidiano, simple pero inmenso.
Y el futuro se puebla
de caravanas de inmortales rosas.
Pero
he aquí, a continuación, el poema que lleva este título diáfano, pero a
la vez turbador de Enereida, vocablo rehecho en la fragua vallejiana y
que significa: la heroica de enero.
¿No es genial? El título, pero aún más de lo que trata, y de los mensajes que de ello se desprende:
4. Con sus alas
blancas
ENEREIDA
Mi padre, apenas,
en la mañana pajarina, pone
sus setentiocho años, sus setentiocho
ramos de invierno a solear.
El cementerio de Santiago, untado
en alegre año nuevo, está a la vista.
Cuántas veces sus pasos cortaron hacia él,
y tornaron de algún entierro humilde.
Hoy hace mucho tiempo que mi padre no sale!
Una broma de niños se desbanda.
Otras veces le hablaba a mi madre
de impresiones urbanas, de política;
y hoy, apoyado en su bastón ilustre
que sonara mejor en los años de la Gobernación,
mi padre está desconocido, frágil,
mi padre es una víspera.
Lleva, trae, abstraído, reliquias, cosas,
recuerdos, sugerencias.
La mañana apacible le acompaña
con sus alas blancas de hermana de la caridad.
5. ¡Oh,
padre mío!
Es
¡Año0 Nuevo!, pero en donde es el cementerio el que está a la vista,
que es como decir: esperando. Pero, acaso, ¿es para el fin y el término
de todo? ¡No! Es para el comienzo de una vida nueva. Y el poema
continúa:
Día eterno es éste, día ingenuo, infante,
coral, oracional;
se corona el tiempo de palomas,
y el futuro se puebla
de caravanas de inmortales rosas.
Padre, aún sigue todo despertando;
es enero que canta, es tu amor
que resonando va en la Eternidad.
Aún reirás de tus pequeñuelos,
y habrá bulla triunfal en los Vacíos.
Aún será año nuevo. Habrá empanadas;
y yo tendré hambre, cuando toque a misa
en el beato campanario
el buen ciego mélico con quien
departieron mis sílabas escolares y frescas,
mi inocencia rotunda.
Y cuando la mañana llena de gracia,
desde sus senos de tiempo,
que son dos renuncias, dos avances de amor
que se tienden y ruegan infinito, eterna vida,
cante, y eche a volar Verbos plurales,
jirones de tu ser,
a la borda de sus alas blancas
de hermana de la caridad, ¡oh, padre mío!
6. El amor es
lo que abre la puerta
¿No
es sorprendente el acento y el aliento a epifanía? Donde esta vez sí la
fe y el ánimo están inhiestos, sin resquicio de dudas, donde todo es
pletórico y jubiloso.
Esta
vez sin quejas ni amarguras. En donde a quien se hace triunfar es a la
esperanza, que aquí se la ve radiante, pero que se la encuentra sembrada
en toda la poesía de César Vallejo.
Esperanza, partiendo dialécticamente de los opuestos, sin desconocer que la verdad se desliza entre dos o más orillas.
Esperanza que nos ilustra que es con el escudo del amor que se ingresa a lo Eterno, que es la unión de los contrarios.
Que
es el escudo y la lanza del cariño, que es cómo se traspasan barreras.
Que es la vibración imperceptible del afecto lo que abre la puerta
cerradas e inaccesibles del misterio.
Compuesto
de renuncias y de avances. Porque, por ejemplo, ¿qué es la veneración
de parejas sino dos renuncias y exactamente dos quillas enhiestas hacia
lo eterno?
7. Une la vida
y la muerte
Enereida
es por eso la aspiración a proyectar el sentido de la ternura de lo
cotidiano a la eternidad, con todo lo familiar de que la vida está
insuflada.
¿Y
cómo es ese amor y sentimiento? Es el amor bondadoso de la vida natural
y sencilla el que triunfa, es el amor esperanzado de lo inocente y
candoroso.
Amor de hogar ligado a la infancia y al terruño.
Porque
todo lo que se evoca se lo hace con un apego y una identificación
profunda ligada a la tierra que está a nuestros pies y a la vista:
Cuántas veces sus pasos cortaron hacia él
y tornaron de algún entierro humilde.
Además
del hogar es Santiago de Chuco desde su raíz, cogollo y flor quien le
inspira este poema, que ha sido escrito incluso mirando directa y
fijamente el camino al cementerio del pueblo.
Un
pueblo donde todo cobra significado, donde todo son líneas que se
entrecruzan en una mano extendida, donde el destino traza sus anagramas,
sus códigos secretos y escribe extasiado sus temblorosos y conmovedores
mensajes.
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