CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN DESAMPARADOS
A UNA CUADRA DE LA PLAZA MAYOR
LIMA, PERÚ
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19 DE
MARZO
HOY
NACE
TÚPAC AMARU
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
QUIEN ES
LA
LIBERTAD
Danilo
Sánchez Lihón
Volveré
y seré millones.
Túpac Amaru
1.
Arriero
de
oficio
Túpac Amaru nació el 19 de
marzo del año 1738 en Surimana provincia de Tinta, en la jurisdicción del
Cuzco, al sur oriente del Perú, hace 276 años, cerca ya de cumplir 300 años y
sin embargo su presencia en nuestra historia es fulgurante, vigente y señalando
siempre caminos y horizontes.
Fue descendiente directo de
Juana Pilcowaco, hija del último Inca Túpac Amaru ajusticiado por el virrey
Francisco de Toledo en la plaza cuzqueña de Waycaypata el año de 1772.
Todo su linaje, vinculado a
la realeza incaica, no soportó este oprobio, y la herencia moral que nos ha
dejado es no conciliar con lo vil, innoble y abyecto. Teniendo ese origen
ilustre y aquella trayectoria simbólica de no claudicar, heredó el cacicazgo de
Tungasuca, Surimana y Pampamarca.
Era arriero de oficio,
dueño de una piara de 350 mulas con las cuales hacía transporte de carga entre
las ciudades de Lima a Potosí y, a veces, incursionaba hacia Río de la Plata.
Túpac Amaru II conmocionó e
hizo temblar de pavor al régimen colonial español más omnímodo del planeta
tierra en el siglo XVIII con la insurgencia que lideró del 4 de noviembre de
1780 al 18 de mayo de 1781.
2.
El trabajo
inmisericorde
Al frisar los 20 años
contrajo matrimonio con Micaela Bastidas de apenas quince años, natural de
Tamburco, distrito de la provincia de Abancay, unión de la cual nacieron tres
hijos varones: Hipólito, Mariano y Fernando.
Ella lo acompañó en su
gesta libertaria dirigiendo el ejército de retaguardia, razón por la cual con
atroz suplicio también fue subida al cadalso y ejecutada.
Un testimonio de la época
de alguien que conoció a Túpac Amaru lo describe así:
“Tenía majestad en el
semblante, y su severidad natural pocas veces se explicaba con la risa.”
Se sublevó junto con su
esposa, familia, vecinos, comuneros y una inmensa mayoría de población indígena
que ya no podían soportar impasibles el dolor, el abuso y el padecimiento de
indios y mestizos que sufrían en el trabajo inmisericorde de las minas, las
mitas y los obrajes.
Y, frecuentemente, el
maltrato y abuso únicamente por distracción, divertimento y perversión; o por
crear amedrentamiento entre la masa indígena para lo cual la mayoría de
ideólogos españoles negaban la condición humana de los naturales, porque ello
les daba carta libre a su crueldad e insania.
3.
Vencer
o
morir
El movimiento
insurreccional de Túpac Amaru como nunca puso en peligro inminente la
estabilidad del régimen español en este continente.
Y ello al sitiar el Cuzco,
produciéndose entre los conquistadores una disyuntiva ineludible de vencer o
morir, y así lo dejaron atestiguado.
Comandaba Túpac Amaru un
ejército de 60 mil hombres, 20 mil de los cuales eran honderos, pudiendo decir
que fue un ejército de piedras, tanto por los hombres que lucharon como por las
armas de que estaban proveídos, más que de lanzas y de pólvora, que en verdad
no la tenían.
Designó autoridades en los
territorios que consideró emancipados, se proclamó Inca Rey, abarcando el
movimiento las extensas jurisdicciones de Cuzco, Arequipa, Puno, Andahuaylas, y
posteriormente al alto Perú.
El 16 de noviembre de 1780
expidió su célebre Bando de la Libertad, primer manifiesto independentista del
Perú, que incluyó la abolición de la esclavitud, proclama firmada solemnemente
en el santuario de Tungasuca.
4.
Dos
culpables
Esta fue una sublevación
por indignación simple. Fue un amotinamiento natural de la sangre, una reacción
espontánea de la conciencia herida que se defiende al ver tantos vejámenes,
atrocidades y oprobio asolando impune sea cualquiera el ámbito y el tiempo.
Que se cometía
principalmente con la población indígena más débil, en contra de mujeres y
niños sometidos a la indigencia y a un régimen macabro de explotación.
De allí que él dijera a la
autoridad española cuando fue juzgado y sentenciado a muerte:
Aquí solo hay dos culpables:
Tú por sojuzgar a mi pueblo
y yo por querer liberarlo.
Síntesis límpida, cabal y
honesta. Palabras que definen a la humanidad en dos sectores: los que explotan
y los oprimidos, dependiendo cuál sector defiendes y dónde afincas tu conciencia
histórica.
5.
Movimiento
inclusivo
Proceso ante el cual en
ningún momento se humilló ni arrepintió ni se dio por vencido. Ni siquiera por
simulación o coartada.
Sin nada que desmintiera la
solemnidad, la grandeza y el compromiso de su lucha.
Que en ningún momento
expresó que se había equivocado pidiendo clemencia o perdón. Al contrario
reafirmando la razón de su causa.
Que no movió un solo
músculo de la cara cuando le introdujeron tres fierros ardientes atravesando su
cráneo y que le salieron por la boca por los tres bandos de libertad que había
promulgado.
Ni mostró flaqueza cuando
daban muerte a su hijo y a su esposa, parientes y capitanes del movimiento
insurreccional, ni cuando le cortaban a él la lengua y le halaban los caballos
para descuartizarlo.
Todo esto, ¿por qué? ¿Para
qué? ¿Con qué motivo o fin? Indudablemente para legárnoslo como herencia moral,
para sustraer convencimiento y afirmación plenas en la justicia de su lucha,
mucho más al corroborar su visión integracionista.
Porque el suyo fue un
movimiento inclusivo que desde el inicio buscó la unidad de indios, criollos,
mestizos y negros nacidos en esta y otras tierras y latitudes.
6.
Está
vivo
Pero no solo eso, sino que
también integró a europeos, tanto fue así que hubieron españoles procesados
penalmente y condenados como cómplices con diversas penas por formar parte de
esta gesta decirle no al sojuzgamiento infame al que se había sometido al
indígena en la época colonial.
Porque la conciencia moral
no se enajena con razas, credos, filiaciones, pertenencias, sino que es una
actitud básica de toda condición humana sencilla y lúcida.
Este grito de rebelión
significó, en una primera etapa, la victoria del ejército rebelde venciendo en
Tungasuca al ejército español acantonado en el Cusco, el apresamiento y
ejecución del corregidor Aliaga y el cerco a la capital imperial.
Y sobre todo la expedición como
dictámenes de los tres famosos "Bandos de Libertad", uno de ellos eximiendo
de sus cadenas a los "esclavos" de todas 'las razas, adelantándose
casi en cien años al decreto abolicionista de Abraham Lincoln en Estados Unidos
de Norteamérica.
La aspiración del
movimiento insurreccional era volver a instaurar un orden social de fraternidad
humana, de justicia social y de solidaridad, tal y como lo tuvieron los Incas.
Movimiento que está vivo,
palpitante y con pleno empuje; por ejemplo en aquella mujer campesina humilde
que se enfrenta a las trasnacionales del lucro en Cajamarca, que lucha y
declara así:
7.
Aires
de
fiesta
Si van a matar el agua
mejor es que me maten a mí, porque el agua queda y permanece, en cambio yo voy
a morir. Y el agua sirve además a todos, sirve a las plantas, a los animales,
como al hombre.
E igual el agua es la
libertad que defendió Túpac Amaru, dejando ya aquel quejarse como humillados y
ofendidos para pasar a organizarse y luchar. Movimiento de la indignación reaccionando
ante lo malsano y perverso. De la dignidad herida y crispada ante tanta iniquidad,
corrupción e infundio.
De la comunidad herida y
sojuzgada. De la matriz ofendida. De la casa allanada. Lo prueba un hecho que no
se dio en ningún otro movimiento de rebelión, ni continental ni planetario: Aquí
lo encabezó una familia completa. Donde lucharon esposo y esposa, madre e hijos,
parientes y vecinos. Es decir el útero materno que defiende la vida.
Movimiento que solo lo
podía concebir en sus entrañas un país como el Perú: cumbre y abismo, picacho y
cañada, desierto y cuenca pródiga de espigas cargadas de frutos.
¡Río inconmensurable y
huella de que por aquí, sobre este arenal y sobre estos pedruscos cruzó alguna
vez un río y sobrevoló un cóndor!
De cuya huella renace
siempre y volverá a florecer hoy, mañana y siempre la utopía andina. Escucho
pututus, pincullos, tambores y aires de fiesta. ¡Jallalla, hermanos! ¡Viva
Túpac Amaru!